viernes, 9 de octubre de 2009

SL: Los caminos al infierno

Salvador Mendoza Maquiavelo
El problema de la revolución en el Perú y en el mundo no puede reducirse al asunto sobre matar gente, es decir en el uso de la violencia armada. Y digo gente porque los dueños del poder nunca salen a combatir, para eso tienen un ejército y fuerzas policiales para que resguarden sus intereses mediante el cuidado del orden público. Además el poder mundial, el imperialismo, cuya tarea es proteger los intereses de las grandes corporaciones, mantiene bajo control el dominio en todos los países y asiste permanentemente a las oligarquías de esas naciones subordinadas. Esta asistencia es a través de los medios, las FF AA y policiales, económica, política y técnica. Un ejemplo evidente son los hechos criminales que ejecutan en Honduras en donde ni siquiera importa la voluntad democrática del pueblo, ni sus vidas ni la paz. Buscan el medio más efectivo y favorable a las fuerzas imperialistas para iniciar el baño de sangre, pues en ese terreno el imperialismo tienen ventajas para ganar. Tras la experiencia de Afganistán e Irak, ahora ha comprendido que la guerra tiene que ser rápida y aparecer como en defensa de la democracia o como preventiva a las supuestas acciones terrorista. Por eso ahora preparan bombas especiales y han destinado a las FF AA más 600,000 millones de dólares, casi cerca de la misma cantidad que destinaron para el salvataje de las grandes corporaciones financieras, con la finalidad de realizar una guerra relámpago en Irán.
El problema no se reduce al uso de las armas. Eso no da el valor de revolucionario ni hace a la persona ejemplo de luchador proletario tan sólo porque envió a un puñado de hombres, desorientados sobre lo que es una revolución, a matar gente. Resulta ridículo pensar que asesinando a gente común y corriente se va a derrotar a un ejército preparado exclusivamente para matar, son profesionales de la muerte. Tienen las técnicas más perfeccionadas a la luz de los acontecimientos violentos ocurridos en otros países.
La mayoría de las personas, como es natural, detesta el uso de la violencia, peor si ésta es armada.
Abimael como revolucionario clásico es un impotente. Los revolucionarios más importantes del mundo lo primero que hicieron fue comprender la realidad que quisieron cambiar y actuar desde ella. No intentaron suprimirla de un manotazo. Sabían que había que vencer resistencias ideológicas y políticas en el seno del mismo pueblo. Por esto dieron una respuesta programática a su realidad existente, no desde lo que se imaginaban que pudiera ser la realidad sino desde las propias expectativas y aspiraciones de la población. Esta impotencia lo llevó a elucubraciones y fantasías intelectualoides, a confundir método con programa. Perteneció, por esta concepción tergiversada, a la izquierda marginal. El debate que mantuvo con algunos sectores de la izquierda no sirvió para persuadirlo sino para extremar sus posiciones y a partir de ello elaborar un discurso radical que no era otra cosa que teorizar sobre la violencia intimidatoria sobre los sectores populares, sobre todo de las áreas rurales más atrasadas para “ganarla” a su lado por la acción del terror en vez de captar sus conciencias con una propuesta política viable y aceptada por la sociedad.
No comprendió que IU (la semilla buena) estaba cerca de ser opción de gobierno y cuán lejos, o imposible, estaba él de conducir un movimiento de masas, no entendió que la oligarquía estaba desesperada por impedir esta ascensión al gobierno. Y quería imposibilitarla sin usar la violencia ni la represión porque iba a conseguir un efecto contrario, es decir la aceleración del cambio de la relación de fuerzas a favor de IU. Pero SL inició las luchas en este proceso de ascensión y la oligarquía comprendió rápidamente que la solución había tocado sus puertas con manos ensangrentadas. Y supieron utilizar esto hábilmente.
Lo primero que hicieron era vincular a IU con SL, con el terrorismo, y acertaron. Usaron a los medios de comunicación con mucha habilidad. Y finalmente lograron su propósito. Aislaron a IU del movimiento popular y lo orientaron hacia el fujimorismo. Usaron muy hábilmente al candidato Mario Vargas, lo usaron para polarizar la lucha electoral en el sentido de la estupidez, a partir de la nacionalización de la banca y sobre esta base Vargas elaboró su discurso con el aditamento neoliberal que asustó a la mayoría del electorado, atizado por supuesto por el APRA que no tenía ninguna opción electoral tras el desastroso primer gobierno de este partido reciclado.
Por fin la oligarquía respiró profundo cuando Fujimori resultó ganador e IU destruida por fuerzas internas y principalmente por no saber desmarcarse a tiempo del terrorismo. Estaban a salvo sus intereses y los del imperialismo. El haber usado correctamente las acciones de SL en contra de IU había rendido sus frutos como nunca se lo había imaginado la oligarquía. Por eso ahora quieren reeditar esta estrategia tratando de vincular a Ollanta Humala con los fantasmas extremistas del MRTA, SL y de lo que quedó de IU, a la que el pueblo ve con temor como si ella (IU) hubiera inventado a SL (la semilla mala). Y que las fuerzas de la izquierda democrática no supieron deslindar campos abiertamente, pues debieron llamar y conformar el Frente de defensa de la vida y por la paz con justicia social. Este grave error impidió la resurrección de IU, ahora muerta para siempre.
Los remanentes de SL. No hacen más que predicar en el desierto, nadie del pueblo les hace caso. Y los ex senderistas armados, hoy guardianes de los intereses sórdidos del narcotráfico, no tienen intereses políticos, sus afanes son puramente económicos, Todo lo que venga de sus bocas jamás serán oídas por el movimiento popular, igual que IU están condenados a ser olvido definitivo. No hay salida, es que habían escogido un camino sin retorno, ni siquiera su prédica a favor de la democracia los salvará de la sanción popular.
Ahora que las acciones sangrientas, terroristas, en el VRAE, donde también operan tropas norteamericanas, no van a contaminar más que a la élite que tiene el poder, pues desnuda su complicidad con el narcotráfico en la medida que libremente circula por el VRAE todos los insumos químicos que las bandas de traficantes necesitan para elaborar la pasta básica de cocaína y nadie resulta sospechoso ni es acusado y el gobierno se hace el desentendido de todo esto, ahora buscan confrontar al movimiento nacionalista desde su interior para dividirlo y dispersarlo. Es la historia de siempre que esperamos no prospere sobre la sabiduría popular.
Estemos alertas.
Trujillo, 08 de octubre de 2009

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