lunes, 16 de diciembre de 2013

RELACIONAN A LÓPEZ MENESES CON LA CIA Y EL FBI

 Padrino de López Meneses
Exigen que se investiguen esos presuntos vínculos del operador aprofujimontesinista con dichas agencias estadounidenses.
La posibilidad de una extensión de los vínculos del operador aprofujimontesinista Óscar López Meneses con organismos extranjeros como la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) y el FBI (Buró Federal de Investigaciones), debe ser vista con atención e investigada por el Parlamento.
Así lo demandaron a LA PRIMERA el vicepresidente de la Comisión de Justicia del Congreso, Heriberto Benítez y el parlamentario andino Alberto Adrianzén, al comentar la revelación en ese sentido, aparecida en un diario local.
El capitán PNP (r ) Sandro Espinoza Flores, organizador de una fiesta por su cumpleaños, con compañeros de su promoción, en la que tuvo como “invitado” de honor a López Meneses, y de quien incluso se ha jactado de ser su “amigo”, se refirió sobre los posibles contactos de este último con dichas agencias del gobierno de Estados Unidos.
“Mi amigo es muy inteligente. Tanto es así que la CIA y el FBI se lo pelean. Óscar López Meneses no es cualquier sujeto”, arguyó.
Y graficó su amistad con el operador de esta forma: “López Meneses es mi amigo. Lo conozco desde el 2001, cuando yo era alférez y trabajaba como seguridad en el penal de mujeres de Chorrillos”.
Para luego detallar que “cuando escoltaba a las presas por terrorismo para que asistieran a sus diligencias en la Base Naval del Callao, en ese lugar me encontré con López Meneses… En la Base Naval todos saludaban a López Meneses y me cayó bien”.
“Desde entonces somos amigos y no tiene nada de malo. Osquitar es mi ‘pataza’, ‘mi broder’ y no me avergüenzo”, argumentó sin ningún rubor Espinoza al diario “La República”.
HAY QUE INVESTIGAR
Ante esta situación, el congresista Heriberto Benítez manifestó que la comisión parlamentaria que investiga la infiltración del montesinismo y López Meneses en el Estado “debe determinar si es cierto o no que los niveles de relaciones de este operador quedan solo dentro del Perú o si estos tenían tentáculos afuera”.
“Me parece un poco difícil pensar eso. Pero, dentro de la investigación, habrá que determinar si era un soplón de la CIA y del FBI. Habrá que verificar eso. De todas maneras, la Comisión debe investigar (este asunto)”, puntualizó.
De igual parecer fue el parlamentario andino Alberto Adrianzén, al indicar que esta presunta relación de López Meneses con la CIA y el FBI tiene que ser investigada por las instancias correspondientes, es decir, el Parlamento y el Ministerio Público.
“Es muy probable que Montesinos operaba con la CIA ¿no? Por lo tanto, siendo López Meneses una persona muy cercana y un operador de Montesinos, me imagino que podría haberse involucrado. Pero eso tiene que ser investigado”.
VÍNCULOS DE MONTESINOS CON LA CIA
Las relaciones de López Meneses con el sentenciado exasesor Vladimiro Montesinos es por demás conocida. Y este último personaje, que gobernó en la sombra el Perú, durante la década 1990-2000, mantuvo estrechas vinculaciones con la CIA, las mismas que han sido debidamente certificadas por una serie de hechos que se remontan a la década de los ‘70.
Por lo que no sería nada extraño que el denominado “delfín” del “Doc”, haya seguido sus pasos.
Desde finales de los años ‘60, cuando era un joven oficial del Ejército, Montesinos demostró un talento especial para ejercer influencia vinculándose a poderosas figuras de la clase dominante. En 1973 llegó a ser el ayudante personal y asesor del general Edgardo Mercado Jarrín, quien era primer ministro, ministro de Guerra y comandante en jefe de las fuerzas armadas del gobierno militar del general Velasco (que expulsó a los asesores militares de Estados Unidos y compró armas de su principal rival, la ex Unión Soviética).
Y, según la autobiografía de un mayor del Ejército, durante esa época la CIA reclutó a Montesinos. En ese tiempo, la agenda semanal del presidente Juan Velasco llegaba a la embajada estadounidense casi tan pronto como Vladimiro la aprobaba. Cuando se descubrió que Montesinos tenía un documento importante que desapareció de la caja fuerte del general Mercado, varios oficiales sospecharon que le estaba dando secretos militares y gubernamentales a la CIA, pero no pudieron echarlo.
En 1976, sus enemigos lograron enviarlo a un puesto remoto cerca de la frontera de Ecuador. Pero, dos días después, Montesinos regresó a Lima y fue a la embajada estadounidense, donde recibió una invitación oficial para viajar a Estados Unidos. Fue una clara señal de que, a los ojos de Washington, era un agente importante.
En Estados Unidos se identificó falsamente como asesor del primer ministro. Se reunió con funcionarios del Departamento de Estado y de la CIA, y dio charlas en la Universidad Interamericana de Defensa. Cuando regresó a Perú, lo arrestaron y lo acusaron de “traición a la patria”, lo que se castiga con la pena de muerte, pero la acusación se anuló. En 1977 lo condenaron por mentira y deserción, lo expulsaron del Ejército y lo sentenciaron a un año de cárcel. Y parecía que la historia había acabado.
Sin embargo, cuando el exdictador Alberto Fujimori tomó posesión de la presidencia del Perú, en julio de 1990, escogió a Montesinos como asesor personal. Y, desde esa posición de poder, este último puso a sus aliados en puestos clave del Ejército, la Policía y los ministerios.
Y cómo era de esperarse, Montesinos también reactivó sus vínculos con la CIA, si es que acaso los suspendió. Con regularidad iba a reunirse con el jefe de estación de la agencia de inteligencia americana, en Lima, y recibió una invitación a la sede de la Agencia, en Langley, Virginia.
En 1992, pocos meses después del autogolpe, un grupo de congresistas norteamericanos le preguntaron al Departamento de Estado sobre las relaciones de Estados Unidos con Montesinos. Estaban preocupados porque esa relación podía resultar embarazosa, como en el caso de Manuel Noriega, en Panamá. La investigación del Congreso estadounidense concluyó: “La CIA tiene una relación con él. Es un personaje muy valioso”. Y esta fortísima relación de la CIA con Montesinos se mantuvo incólume hasta la caída de la dictadura fujimontesinista, en diciembre de 2000.
Además, nuevos documentos desclasificados por el gobierno de Estados Unidos complementados por testimonios de funcionarios estadounidenses y peruanos, recogidos en una investigación del Centro para Integridad Pública y publicados en el diario The Miami Herald, revelaron que la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) pagó a Vladimiro Montesinos 10 millones de dólares por sus “servicios”, entre los años 1990 y 2000, a pesar de que ésta conocía sus vínculos con narcotraficantes colombianos.

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