lunes, 13 de octubre de 2014

EL PRÓXIMO MES ME NIVELO

AGUA PARA EL PERÚ U ORO PARA CONGA

HUMBERTO CAMPOÓMICO
Las alarmas que han sonado en la reunión anual del Banco Mundial y el FMI nos dicen que la crisis económica ya llegó. Este año ALC solo crecerá 1.3% y el próximo año se rozará el 2%. La razón más importante es la desaceleración de la economía mundial y, dentro de ella la que más nos incumbe es el fin del superciclo de altos precios de las materias primas. Ya no se puede crecer como antes.
Pero aquí los grandes medios lo minimizan. Y lo que publican es autocomplacencia pura: “Perú, por la gran magnitud de sus ahorros, es el más capacitado para salir de la crisis”. A lo que se agrega que la crisis es “coyuntural”, por lo que en unos meses ya habremos salido del hoyo y se crecerá otra vez el 5 a 6%. ¿Qué se necesita? Respuesta: “poner en marcha nuevos proyectos mineros para tener más divisas y más impuestos. Si ya no podemos seguir ganando por aumento de precios, entonces hay que ganar por volumen. La primera tiene que ser Conga, que ya tiene todo listo”. Así de fácil.
Para lograr ese crecimiento, leemos un día sí y el otro también, “hay que destrabar todas las inversiones mineras y petroleras de la enorme permisología y tramitología. Allí se deben buscar los culpables de que el país no crezca”. A lo que se suma “el rol de este Estado elefante, que ha venido creciendo y generando ineficiencias”.
Lo que no se dice es que este Estado es el producto directo –y consciente– de la política de los últimos años. Lo único que ha importado es tener buenas “islas de eficiencia” que sirven directamente a los grandes intereses económicos: BCRP, Indecopi, Sunat, organismos reguladores (Sunass, Osinergmin, Osiptel) y, claro, el mismísimo MEF.
¿Y el resto del Estado?, bien gracias. Para qué se requiere reformar la salud, si las minorías tienen buena salud privada. Y educación también. Lo mismo sucede con la jubilación y el transporte, que también es privada. ¿Y la reforma del Estado? La homologación de funciones y ascensos por méritos, que están listas hace más de 10 años? Ah no, pues, para eso no hay plata.
Donde sí se avanzó fue con la ley de descentralización del 2002. Pero esta reforma, siempre perfectible por cierto, no tuvo el seguimiento necesario desde los distintos gobiernos (MEF, Contraloría). Total, ¿para qué, si estamos creciendo al 7%, al 8%? Seguramente todo debe estar bien. Y, ahora, cuando se descubre que no es así y que hay corrupción,  la “solución” pasaría por su eliminación y no por su necesaria reforma. Sí hay que destacar que se han hecho algunos avances de importantes, como la Ley Servir.
Pero, ojo, plata hay. El exministro Castilla, que es un buen cajero, nos dijo hace poco que el MEF tiene ahorros del 15% del PBI, más de US$ 30,000 millones, desagregados así: 4.2% en el Fondo de Estabilización Fiscal. 2.8% del PBI en los Depósitos en Instituciones Financieras Privadas. Los ahorros en recursos determinados (canon) son el 2.2%. En Otros Depósitos hay 2.8% y los depósitos a la vista/plazo en el BCRP son el 2.5%.
La cosa es que con la plata guardada en el “chanchito”,  estamos en los últimos lugares del mundo de la prueba educativa PISA. La UNCTAD dice lo mismo  en cuanto a sistemas de innovación tecnológica e inversión en investigación y desarrollo. Y Ricardo Hausmann nos acaba de recordar que somos el # 88 (de 128 países) del Índice de Complejidad Económica (ICE), que mide la diversificación productiva.
Es en este contexto que una institución como ADEX dice que la alternativa es reducir los derechos de los trabajadores en cuanto a contratación y salarios. No se quiere entender que la informalidad es el producto de la insuficiente cantidad de empleos, debido a la escasa diversificación productiva. Esa es la causa central y no las leyes laborales.
Por todas estas razones, y muchas más que no es posible enumerar aquí, la política no puede ser la del avestruz. No cambio nada para que nada cambie y todo siga igual. ¿El próximo mes me nivelo, como en el cuento de Ribeyro? No se quiere entender que el crecimiento exportador de materias primas nada tiene que ver con el crecimiento exportador “industrializante” de la China y del sudeste asiático.  Y del necesario rol del Estado para conducir el proceso y equilibrar las fallas del mercado.
En algo de eso estuvieron los sectores más lúcidos del empresariado nacional en el CADE 2010 cuando trajeron a Michael Porter para hablar de competitividad y cadenas de valor global, nacional y regional. Y que continuó en el 2011, cuando esa reflexión se amplió y extendió a muchas regiones del país. Para no perder lo que se ha ganado en estos años, recordemos las palabras finales de ese CADE.

“Sería un error esperar que la minería se haga cargo del país, que haga industria, que desarrolle las regiones y espacios rurales. Esta tentación, muy a la mano siempre, probablemente sólo lograría estrangular el crecimiento de nuestra producción minera y lo único que lograríamos sería diluir nuestro auge exportador. Por eso, CADE 2010 propone al país trabajar arduamente para seguir creciendo, para que otros sectores productivos crezcan y se desarrollen tanto o más que la minería, para que nos convirtamos también en proveedores de tecnología y de servicios”. ¿Será?

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