sábado, 1 de noviembre de 2014

MEMORIA DE SECUESTROS

FRANCISCO MORALES BERMUDEZ_ OPERACI{ON CONDOR
Por Gerardo Cárdenas
El 12 de junio de 1980 se secuestró y desapareció en Lima a tres ciudadanos argentinos, militantes del Movimiento Peronista Montonero. María Inés Raverta, Julio César Ramírez y Noemí Gianetti de Molfino fueron raptados en un operativo conjunto de militares peruanos y argentinos. Torturados en el Perú, fueron expulsados del país en la frontera con Bolivia. Nunca más se los vio con vida.
En Argentina gobernaba la sangrienta dictadura militar presidida por el general Jorge Rafael Videla; y en Perú, el general Francisco Morales Bermúdez se preparaba para la transición del gobierno militar al régimen civil entregando ese 28 de julio la Presidencia al ya electo Fernando Belaunde.
En esos años de brutales dictaduras contrainsurgentes de derecha, los regímenes militares del cono sur colaboraron entre sí dando caza a los militantes, simpatizantes o sospechosos (es decir, casi cualquiera) de los grupos guerrilleros urbanos, rurales; o gente de izquierda, o activistas de derechos humanos. La Operación Cóndor fue una transnacional contrainsurgente que persiguió, asesinó y torturó a aquellos en todos los países que la integraron.
El Perú no fue uno de los miembros de la Operación Cóndor, pero al final del gobierno militar de Morales Bermúdez, la pronunciada deriva de su gobierno a la derecha, así como la fuerte influencia de la contrainsurgencia argentina en todo el Hemisferio, terminó con los militares peruanos colaborando en la captura, tortura y desaparición de los Montoneros.
El secuestro fue un escándalo casi desde el momento de su perpetración. Años después, en su libro ‘Muerte en el Pentagonito’, Ricardo Uceda narró en detalle los hechos y el trasfondo del rapto y la desaparición.
El año 2009, el gobierno argentino decidió iniciar la desclasificación de los cables diplomáticos relacionados con el caso.
Esta semana, luego de presentar otro lote de documentos desclasificados, la cancillería argentina presentó un buscador que permite encontrar y revisar los cables diplomáticos desde su sitio web.
Vale decir, además, que justamente por estas desapariciones será procesado en Italia el ex presidente peruano Francisco Morales Bermúdez, en un juicio que empezará en febrero de 2015. En este proceso, 21 miembros de las juntas militares y servicios de inteligencia de países sudamericanos deberán responder al Tribunal Penal de Roma por el secuestro y homicidio de 23 ciudadanos italianos.
Los documentos desclasificados muestran que en marzo de 1980, casi tres meses antes del secuestro, el embajador argentino en Lima, Luis Sánchez Moreno, informó que “por fuente oficial local” se conocía que montoneros estarían ingresando a Perú.
En una operación conjunta, que contó con la participación de militares peruanos y argentinos, se secuestró primero en Miraflores a María Inés Raverta. Horas después, se capturó a Julio César Ramírez y a Noemí Gianetti de Molfino; esta última miembro de las Madres de la Plaza Mayo, asociación reconocida por su búsqueda de justicia ante los crímenes cometidos durante la dictadura de Videla.
El día siguiente, el embajador Sánchez Moreno anunció a través de un cable su viaje a Argentina. Pidió reunirse directamente con el presidente Videla.
Entre los días 16 y 17 de junio, la embajada en Lima envió cables con informes periodísticos publicados en el diario Marka. En ellos se denunciaba la participación de militares peruanos y argentinos en el secuestro de los montoneros.
El 20 del mismo mes, la embajada en Lima envió un comunicado oficial del Ministerio del Interior de Perú, publicado en El Comercio. En él se mencionaba la identidad de los secuestrados y se informaba que habían sido entregados a autoridades bolivianas en Desaguadero.
Tres días después, el embajador de Argentina en La Paz, José María Romero,comunicó que autoridades bolivianas negaron haber recibido a los detenidos. Además, manifestó que un grupo de parlamentarios peruanos habían preguntado por el caso a la presidenta Lidia Gueiler.
El 27 de junio, un grupo de parlamentarios peruanos entregó al embajador Sánchez Moreno una carta dirigida al presidente Videla. En ella le solicitaron realizar gestiones para esclarecer los hechos.
Una semana después, el 4 de julio, desde la embajada en La Paz informaron que el Gobierno Boliviano estaba por emitir un comunicado donde anunciaría su posición respecto al caso.
Tres días después, el embajador en La Paz preguntó qué posición adoptar sobre el tema. Desde Argentina le respondieron: “mantendrá discreto silencio”.
Poco después, la presidenta boliviana informó que no asistiríaa la ceremonia de cambio de mando el 28 de julio. Además, mostró su rechazo a la actuación de los gobiernos militares de Perú y Argentina en el caso de la deportación de los montoneros. Pero ese mismo mes, el 17 de julio 1980, la propia Gueiler fue derrocada en el sangriento golpe encabezado por el muy corrupto coronel Luis García Meza.
El 15 de julio se confirmó que Videla no iba a viajar a Perú para el cambio de mando.
El 21 del mismo mes, la policía española encontró el cadáver de una mujer en un hotel ubicado en la calle Tutor, en Madrid. Era Gianetti de Molfino.
No se supo más de los otros dos secuestrados.
Hoy, 34 años después, los presuntos responsables de esos asesinatos serán procesados en Italia debido a que tanto Gianetti como Raverta tenían doble nacionalidad al ser descendientes de italianos.
Entre los acusados figuran, además del presidente Morales Bermúdez, el coronel Martín Martínez Garay y los generales Germán Ruiz Figueroa y Pedro Richter Prada. La fiscalía ha pedido cadena perpetua. El juicio empezará el 15 de febrero del 2015.
Última actualización el viernes 31 de octubre, 2014
VER: FRANCISCO MORALES BERMUDEZ

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