domingo, 21 de diciembre de 2014

JÓVENES CONDENADOS Y LOS RICOS MÁS RICOS

 

En el Perú los jóvenes han sido condenados a malbaratar sus años más fértiles, vigorosos, con los que deberían sentar las bases para una madurez decente, pero no, todo este esfuerzo de esclavo maquillado será en beneficio de una oligarquía ociosa y angurrienta. Y lo hace un gobierno que prometió la gran transformación cuando no es otra cosa que un gobierno neoliberal a ultranza, de esto no le cabe ninguna duda a la primera dama por eso acusa a los politiqueros de “mal informar” a la juventud, pues sabe que en el 2021 no la podrán ver ni en pintura y menos como candidata presidencial.
Con esta ley del empleo juvenil, el gobierno les está diciendo a los jóvenes que no sirven que son personas de ínfima categoría, y que siempre serán trabajadores desvalorizados. Es una condena a vivir como subhumanos, pues de este modo les están arrancado lo último que les queda de autoestima, les están arruinando el futuro y los clasifican como gente sin destino y sin valor en el mercado de pulgas. Es una forma descarada y descarnada de decirle que no importan como personas sino como instrumentos de producción de riqueza en beneficio de una oligarquía alucinada con el enriquecimiento rápido y barato.
El ultra neoliberalismo ha sentado sus pezuñas en el Perú, ha domesticado y sometido a los partidos políticos y ha convertido a los trabajadores peruanos en mercancía barata, en instrumentos descartables. Recordemos que en los años noventa, cuando el dictador Alberto Fujimori gobernaba rodeado por la gran prensa “peruana” que hacía de corte con propaganda vergonzosa, dijo igual, que el trabajo debería ser para los jóvenes y que la estabilidad laboral perjudicaba a las personas que estaban parados por años y a los jóvenes (de ese entonces) se les negaba la posibilidad de trabajo, de ese modo se negó la estabilidad laboral y los otros derechos de los trabajadores.
Ahora vuelven con la misma cantaleta, sin rubor alguno. De este modo el gobierno se comporta como un vulgar neoliberal para acatar las órdenes que le imparten desde la CONFIEP (esta es el poder real).
El neoliberalismo no sólo ha hecho de nuestra economía un satélite dependiente del capital financiero internacional, sino que también ha sido un instrumento de corrupción eficaz, ha roto todo tipo de moral y puesto por encima de todo al gran dios de las finanzas. No es casual pues que desde los noventa aparecieran las mafias de alto vuelo que usaban a los más pobres del Perú como sus “cholitos” o “mochileros” en el narcotráfico, ahora estos se han independizado y actúan como bandas de asaltantes, de extorsionadores o sicarios. Todo tipo de actividad delictiva hay en el Perú, tal como ocurre en los demás países sometidos al poder avasallador del capital financiero, el mismo que ha acelerado el empobrecimiento de las poblaciones nacionales y el enriquecimiento abrumador de las oligarquías. Los mismos que han producida la última gran crisis mundial, de la cual aún no podemos salir, pues la caída de los precios de los minerales se debe a la baja del consumo por escasez de trabajo y dinero. Hay un fuerte deterioro del salario y un crecimiento de la desocupación, pero igual la oligarquía financiera ajusta las clavijas para seguir enriqueciéndose como en el periodo de bonanza.
El “Perú” ha tenido veinte años de enriquecimiento económico debido al alto precio de los minerales, como nunca antes había ocurrido, la oligarquía se ha enriquecido de manera acelerada sin hacer mucho esfuerzo y sin arriesgar nada. Y la mayoría de ellos han llevado su riqueza al exterior “por medida de seguridad”.
Esta oligarquía que ha medrado de manera extraordinaria durante estos veinte años de enriquecimiento acelerado con el soporte del Estado peruano y la alianza estratégica con los poderes fácticos, entre ellos los medios de comunicación concentrados en una sola entidad monopólica que se ha propuesto ser el poder en todos los ámbitos del país. Después de estos años de mucha riqueza no se ha producido un progreso mínimo en el proceso de industrialización, pues esta misma oligarquía nos ha condenado a ser vendedores de materia prima, principalmente de minerales.
Nuestra clase dirigente es ociosa, especulativa, no tiene una estrategia para el desarrollo industrial, la articulación de los mercados regionales, la ampliación de la infraestructura, ni una política soberana ante las potencias del mundo. Es decir no se prepararon para enfrentar situaciones deplorables como las que estamos empezando a padecer.
Y quiere seguir teniendo el mismo ritmo de ganancias como en los años anteriores. Por eso se prepara con las leyes laborales que exige al gobierno que las apruebe; pero la mira la tiene puesta en la juventud, pues ella está en la plenitud de sus energías para producir más riqueza y con salario de pobreza y cuando  declinen sus fuerzas serán despojados de sus centros de trabajo y declarados inútiles. La oligarquía se frota las manos porque ve que su futuro es próspero..
La Ley sobre el empleo juvenil que aprobó el congreso y que el gobierno defiende con todas sus energías represivas y brutales, sin importarle el costo político, es tosca, grosera y desesperada, orientada más bien a garantizar altas ganancias a los monopolios, dejando a las pequeñas empresas a expensas de los malos tiempos. En realidad esta ley lleva la impronta del núcleo duro de la CONFIEP,
Salvador Mendoza Maquiavelo
T.21-12-2014

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