jueves, 29 de enero de 2015

¡SIN LUCHAS NO HAY VICTORIAS!


Rocío Silva Santisteban
¡Histórico triunfo de la juventud organizada, enterada, resistente, alegre y consciente! El errado manejo de la crisis anti-Pulpín por parte del gobierno fue el catalizador para que los jóvenes de distinto color político y origen social se organizaran agrupados en zonas y en la Coordinadora 18D y aprendieran no solo sus derechos, analizando la ley en diversas jornadas, sino a resistir en las calles saliendo con una estrategia inédita en cinco grandes movilizaciones en menos de un mes. ¡Algo jamás visto!
Sin duda es la victoria de los jóvenes trabajadores y estudiantes en coalición creativa por un trabajo digno y la demostración palpable de que la protesta social es la manera de ampliar derechos como viene sucediendo desde hace siglos. Los mismos jóvenes, en distintos foros públicos y privados, demostraron ante quienes argumentaban las bondades de la ley y la incoherencia en su rechazo con el argumento de “el pueblo es bruto y si es joven más bruto todavía” que esa era la sinrazón de una tecnocracia insensible que perdió ante las contundente fuerza de la resistencia juvenil.
Hubo sus oportunistas: los dirigentes de Fuerza Popular, de Perú Posible, del APRA y otros partidos que estuvieron de acuerdo al principio pero recularon nomás avizoraron el rechazo masivo de la norma. Hubo algunas decisiones saludables que, ante la crisis, tuvieron que tomar distancias: Sergio Tejada y Marisol Espinoza votaron en contra, así como varios otros nacionalistas. El Poder Ejecutivo se quedó con 18 aislados votos. La bancada FA-AP, con la presencia de sus congresistas en las calles y en las comisarías apoyando a los jóvenes, fue la más consecuente.
Mientras se iba votando en el pleno del Congreso, una desesperada Nadine Heredia desde su twitter decía: “Nacionalistas proponen: Ley aplicada SOLO para primer empleo y que se incluya CTS y gratificaciones sobre base de media remuneración”, y seguía insistiendo: “¿Qué proponen los otros congresistas? Derogatoria. Es decir, status quo para 2 millones de jóvenes que merecen una oportunidad!” y posteriormente los auténtico pulpines, aquellos que aplaudían el recorte de sus propios derechos, tomaron la palabra en conferencia de prensa echándoles la culpa a la izquierda y a los miles de jóvenes que salían a las calles. Patético.
En estas circunstancias siempre recuerdo al mártir y luchador de Sudáfrica Steve Biko: “no hay mejor arma del opresor que la mente del oprimido”. El auto-convencimiento de los jóvenes pulpines se asemeja a esa increíble cooptación de los poderes fácticos sobre la mente de Ollanta Humala. La propuesta de recorte de derechos, de flexibilización de la inversión a todo costo social, de ampliación de denuncios mineros y petroleros, con tal de que entre dinero para activar la economía, es una prueba de ello.
Esta victoria ha costado siete semanas de una intensidad inusitada; ha costado heridos, detenidos, perseguidos, golpes a jóvenes hombres y mujeres; maltrato a jóvenes abogados de la CNDDHH y de otras instituciones de parte de la PNP, detenciones arbitrarias, “denuncias preventivas” por delitos futuros, enmarrocamiento arbitrario y humillante de detenidos, gaseadas a discreción, intercambios de tweets agresivos con el Ministro del Interior. Pero todo ha valido la pena porque los jóvenes han demostrado lo que es la democracia. ¡Radicalicemos la democracia para hacerla más y más demócrata!
Rocío Silva Santisteban (Lima, 1963). Estudió literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Doctora en Literatura por la Universidad de Boston. Ganó el Premio Copé de poesía con su poemario Ese oficio no me gusta (1990). Otras publicaciones: Mariposa negra (1993), Condenado amor y otros poemas (1995) y Turbulencias (2006). En 1994 publica su libro de relatos Me perturbas (1994). Actualmente es periodista y docente universitaria. Además es presidenta de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos.

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