Mientras los miedos de desinformación tratan de confundir al electorado, indicando que el Plan de Gobierno no puede ser modificado, pero debe ser modificado, que no puede mejorarse, pero debe mejorarse; Ollanta indica que el Plan de Gobierno se mantendrá y será respaldado y aclarado por los actuales y nuevos técnicos para desmentir la campaña de demolición...
La semana pasada termina y esta empieza con sendas entrevistas que transparentan posiciones en la izquierda y el nacionalismo, en torno a la Gran Transformación -el plan de gobierno original del Partido Nacionalista- que algunos reivindican y otros despotrican, prefiriendo hojas de ruta 2011…
Si hacemos historia del plan de gobierno nacionalista, tendríamos que evocar al antiguo miembro del CEN, Raúl Morey, al cual se le encomendó la tarea de compilar las propuestas de los técnicos y profesionales nacionalistas, allá por el año 2005. Con el advenimiento de Gonzalo García Núñez, Félix Jiménez, Edmundo Murrugarra, y una serie de personalidades políticas de izquierda, se pudo concebir un revisado plan a inicios del 2006, denominado la Gran Transformación; que similar a la obra de K. Polanyi con su crítica al liberalismo económico, el nuestro lo hacia al modelo neoliberal mundial del siglo XXI. Luego de la derrota electoral, con bajas y nuevos jales, aquellos intelectuales de izquierda y nacionalistas se reagrupan y conforman lo que vendría a llamarse "Ciudadanos por el Cambio", que asesorarían a la Comisión Política. Otros nacionalistas, antes David Tejada, y luego Wilman Pebe, tuvieron la coordinación de profesionales nacionalistas que brindaron los aportes al programa, previendo su actualización, del 2007 al 2010. Con la designación de Félix Jiménez como Coordinador Responsable del Plan de Gobierno del Partido Nacionalista en el 2010, se amalgaman aportes, tanto de los profesionales encabezados por Pebe, como de los "ciudadanos", dirigidos por Jiménez. El resultado: El Plan de Gobierno 2011-2016, la Gran Transformación, de 198 páginas. Ya como Gana Perú, y por la fuerte campaña de descrédito de los medios hacia aquel plan, de corte chavista para Aldo M., o estatista para Rosa María Palacios, es que se decide hacer una serie de plantillas explicativas para cada lineamiento, por lo complicado de su lectura. Finalmente, y con el apoyo de más cuadros, como Burneo, Campodónico, S. Lerner o S. López, se elabora el 2011 lo que se denominaría la Hoja de Ruta, el compromiso final, que resumía nuestros lineamientos centrales de política económica y social para un gobierno de concertación nacional, en sólo cinco páginas.
Ha sido necesaria esta explicación previa, para corregir a un resentido Sinesio López, que usando medios de derecha; o voceros que criticaron la izquierda en el nacionalismo -como Patricia Del Río, Isaac Mekler o un tal Hudwalker del canal N-, trata de deslegitimar la aplicación de la Hoja de Ruta como de la Gran Transformación, prostituidas por el Gobierno, según sus palabras. Revisando esos documentos, podemos encontrar en el primero, la serie de políticas sociales que se van aplicando a discreción, con respeto a este Estado de Derecho y división de Poderes del Estado, con honra de compromisos, ética pública y austeridad, todo enumerado de forma detallada. Y está claro que la izquierda en el gobierno sabía de estos lineamientos centrales, tratando ahora de acomodarse en la oposición con G. Santos, enarbolando todos la Gran Transformación como antagónica a la Hoja de Ruta, cuando no se contradicen y son parte de un proyecto que no entienden la DBA ni la IBA.
Según la Hoja de Ruta, debemos mantener crecimiento y estabilidad económica, incorporando la inclusión social que S. López no ha percibido, junto al gravamen minero, la promoción de mypes y pymes, o las reformas laborales en ciernes. Sean las propuestas de políticas de regulación, energía y reforma del Estado, las que restan por implementarse. Y en cuanto a la Gran Transformación, la nacionalización de actividades estratégicas con capital mixto, en curso, con políticas de estabilidad macroeconómica y acumulación de reservas internacionales; la revolución educativa y de calidad, políticas de vivienda y acceso al agua potable, creación del MIDIS, políticas de equidad de género, trabajo decente y empleo juvenil, ley de consulta previa, políticas para discapacitados, iniciativas en seguridad ciudadana, promoción del deporte, la política exterior con el fortalecimiento de la Unasur y la solidaridad internacional. Quedan obviamente más propuestas fundamentales como la asamblea constituyente que remueva la fujimorista del 93’, comunicación transversal de regiones, la retoma de derechos laborales conculcados, promoción de una economía nacional de mercado, mayor regulación medio ambiental, renegociación de TLCs, la innovación en ciencia y tecnología, y una real reforma descentralizada del Estado en todos los sectores, como en Seguridad Nacional, Defensa e Interior para combatir la corrupción, narcotráfico y violencia política, respetando DDHH.
Concluimos pues, como ya ha indicado el Presidente Ollanta Humala, enmendando a un Premier muy pragmático, que el Plan de Gobierno de la Gran Transformación está en marcha, a pesar del susto e ignorancia de la derecha y la adrede ceguera de izquierda; siendo este documento no sólo elaborado por ciudadanos por el cambio de primera categoría o "intelectuales" de izquierda, sino, como un cúmulo de esfuerzos, con una visión nacionalista e integradora, que reconoce no sólo la diversidad de algunos sectores, sino de todos los peruanos. Coincidencias de Sinesio López, Carlos Tapia y Rosa Mavila con el aparecido Alan García, todos esperando una Gran Transformación, nos hace meditar que lo que nos está uniendo es un programa, dividiéndonos pues, apetitos políticos…
René Galarreta
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