LA DEMOCRACIA EN PELIGRO

Cuando Francis Fukuyama escribió El n de la historia y el último hombre (The End of History and the Last Man) en 1992, seguramente nunca se imaginó los grandes cambios que vienen sucediendo en el mundo, el cambio de hegemonía mundial y el prácticamente colapso del neoliberalismo. Ni en sus peores pesadillas panetarias imagino que fuese la china comunista quien defendería el libre mercado y que estados unidos y sus conspicuos socios europeos terminasen con políticas proteccionistas, subsidiarias, que la supuesta promesa de libertad individual está desapareciendo con individuos cada vez más dependiente y controlados por las grandes corporaciones que deciden que deben pensar, que deben consumir, como deben sentir y vivir los seres humanos. Algo similar seguramente pasa por las cabezas de las oligarquías latinoamericanas que eufóricamente asumieron como suyos el modelo neoliberal y la llamada especialización de las economías; creyeron que las viejas épocas de un coloniaje vergonzante habían vuelto y durarían por siempre, con economías primarias extractivas que las alimenta y las llena de lujos cuasi noblescos, donde ellos concentran todo el poder económico, político y militar, así como se irrogan la facultad de ser los únicos con capacidad de pensar coherentemente, donde ellos poseen la verdad y la legitimidad casi divina de gobernar estas tierras que sus ancestros conquistaron. No faltando en esta esta de privilegiados algunos traidores a su origen, raza y cultura que no solo asumieron como suyas estos intereses sino que trataron de blanquear su color, de castellanizar sus ideas o modernizar su pensamiento creyéndose así diferentes de las masas populares teñidas de un origen indígena que desprecian, Logrando sembrar el odio, el desprecio y el desarraigo como requisito indispensable para poder supuestamente ser parte de esta sociedad exitosa. Sin embargo, el bicentenario de la gesta libertaria latinoamericana también coincidiría con el despertar de los pueblos latinoamericanos que ya antes de la pandemia se levanta contra esta oprobiosa realidad. El supuesto país modelo del desarrollo latinoamericano neoliberal Chile, estallaría en una explosión social incontrolable que obligaría a sentarse a discutir y elaborar un nuevo pacto social a la oligarquía chilena; Colombia convertida en un narcoestado cuasi colonia americana, el país de los paramilitarismos sin control, acostumbrado a callar la oposición con torturas y desapariciones no puede ya callar a un pueblo sediento de libertad y justicia. El fracaso del golpismo boliviano y la defensa popular de su proceso democrático, la irrupción de los indígenas ecuatorianos y hoy en medio de todas las adversidades, sin recursos y con todo el poder mediático, económico e institucional en su contra, la histórica victoria electoral popular del pueblo peruano en el bicentenario de la gesta libertaria se inscribe dentro de estos procesos de libertad y cambio. Un humilde profesor de escuela rural con un partido provinciano de izquierda canalizó este profundo rechazo a un modelo excluyente e injusto, que los sectores comprometidos con el modelo institucionalizado de la corrupción y más conservadores de la sociedad se niegan a aceptar. Victoria que abre una oportunidad histórica por instaurar un verdadero modelo de desarrollo económico que benecie al país en su conjunto y no solo a un pequeño sector de la sociedad sentando las bases de una sociedad más justa e inclusiva para todos los peruanos. Estos sectores no solo se niegan a aceptar el triunfo de Pedro Castillo, sino que abiertamente promueven una supuesta solución violenta al problema del comunismo, no les basta con cercar y acogotar al futuro gobierno y copar las instituciones públicas, no toleran siquiera la idea de que otros diferentes a su círculo exclusivo puedan gobernar el país.

Siembran el odio y el miedo, para ellos la ley y la legalidad solo es válida en cuanto les favorezca, usan su poder para amenazar y corromper a diestra y siniestra, haciendo mella al interior mismo del pueblo, por ello esta victoria no solo es amenazada por los sectores que se benecian de este sistema corrupto y excluyente, sino también por la inmadurez, el oportunismo y las ambiciones de grupo que vienen tomando cuerpo y acechando el futuro Gobierno Popular encabezado por el profesor Pedro Castillo Terrones; hay sectores que hacen eco del discurso reaccionario que siembra la desconanza, discordia y la división al interior del pueblo, sectores que creen que esta victoria les pertenece o que se puede también privatizar al compás de un caudillo o grupo político. Se olvidan que esta victoria trasciende a un partido político, un sindicato o un gremio u organización social; que esta victoria trasciende a la izquierda misma, que es un reclamo del pueblo peruano que tiene sed de justicia y dignidad nacional. Pareciera que tuviesen memoria muy corta e interés muy largo, dejando que sus apetitos se sumen a esta bruta lumpenesca y achorada derecha reaccionaria que está apostando por aplastar esta victoria con sangre y fuego a costa aun de la frágil democracia que dicen defender. Desde esta humilde trinchera de la libre expresión democrática creemos que es necesaria la más amplia unidad no solo en la defensa de la victoria electoral, sino en la defensa de un proceso democrático que adecente la política, que recupere nuestra dignidad nacional y que siente las bases de un desarrollo nacional real