ES LA CONFESIÓN SINCERA DE UN CABECILLA ARREPENTIDO DEL NARCO TERRORISTA E IMPERIALISTA ESTADO NORTEAMERICANO Posiblemente, el oficial militar más activo de las Guerras bananeras haya sido el Mayor General del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos Participó en muchas acciones en Cuba en la guerra Guerra Hispano-Estadounidense, las Filipinas en la Guerra Filipino-Estadounidense, en China contra la Levantamiento de los bóxers, la Guerras bananeras en Centro América, Honduras, Nicaragua, la toma de Veracruz en México donde obtuvo su primera Medalla de Honor del Congreso de los Estados Unidos durante la Ocupación estadounidense de Veracruz de 1914 en el contexto de la Revolución Mexicana, en la ocupación de Haití donde obtuvo la segunda medalla de Honor del Congreso, después participó en la Primera Guerra Mundial y finalmente, nuevamente en China. Smedley Butler, que combatió en Honduras en 1903 y prestó servicio en Nicaragua de 1909 a 1912. Fue condecorado con la Medalla de Honor por su actuación en Veracruz en 1914 y recibió otra al valor durante la "represión de la resistencia Caco" en Haití en 1915. En 1935, Butler escribió en su famoso libro La Guerra es un latrocinio. En donde denuncia a los banqueros, especuladores, fabricantes de munición, de uniformes... de que apoyados por el gobierno sometido a la voluntad del capitalismo, provocan las guerras para su propio beneficio cargando la cuenta en los soldados:1 2 3 4
Estas intervenciones bélicas fueron realizadas en su mayor parte por el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos. Se recurría a los marines con tanta frecuencia que estos crearon y publicaron en 1921 The Strategy and Tactics of Small Wars, un manual de tácticas y estrategias aplicables a guerras a pequeña escala. En algunos casos, también se recurrió al fuego naval y al ejército de los Estados Unidos.
El Mayor General Smedley Butler, de la infantería de marina norteamericana, reseño su experiencia castrense (en su retiro acaecido en 1933) con un patetismo que emulo el verbo angustiante de Alonso de Alvarado, aquel conquistador hispano,que en su lecho de muerte, cuando le preguntaban que le dolía, respondía: “el alma, el alma”. “La guerra solo es un latrocinio. Un latrocinio que es mejor caracterizado, creo yo, como algo que no es lo que parece a la mayoría de la gente. Solo un pequeño grupo interno sabe de qué se trata. Se conduce para el beneficio de muy pocos al costo de los pueblos. El problema de EEUU es que cuando un dólar solo gana 6 % aquí, se quita y se va al extranjero para ganar 100 %. Entonces la bandera de las estrellas sigue al dólar, y los soldados siguen a la bandera. Hay solo dos cosas por las cuales deberíamos luchar. Una es la defensa de nuestros hogares y la otra es la carta de los derechos. La guerra por cualquier otra razón solo es un latrocinio. Podría parecer raro que yo, un militar estadunidense, adopte tal comparación. La verdad me obliga a descargar mi conciencia. Dedique 33 años y 4 meses al servicio militar activo como miembro de la fuerza militar más ágil del mundo, los “marine corps”. Serví en rangos comisionados desde teniente a general. Y durante todo ese periodo dedique la mayoría de mi tiempo a ser un “hombre de gatillo” de alta categoría para el gran empresariado, para Wall Street y para los banqueros. En suma, fui un estafador, un gánster del capital. Lo sospechaba en aquel tiempo. Ahora ya viejo y curtido, estoy seguro y atormentado. Como todos los miembros de la profesión militar, nunca tuve un pensamiento propio hasta que dejé el servicio. Mis facultades mentales permanecieron en “animación suspendida” mientras obedecía órdenes superiores. Este es típico con todos o casi todos en el servicio militar. Por eso ciertos caudillos militares sudamericanos o señores de la guerra del Siglo XIX, me parecen, aunque exóticos, sucios y bandoleros, en el fondo más íntegros que nosotros, por lo menos muchos de ellos defendían su tierra. Ayude a asegurar el “riesgo país” de México, especialmente para la Tampico y demás intereses petroleros estadunidenses, en 1914. Ayude a hacer de Haití y Cuba un lugar decente en donde los chicos de la del Nacional City Bank pudieran recaudar ingresos y levantarse niñas trigueñas. Ayude al saqueo de media docena de repúblicas centroamericanas para beneficio de Wall Street. La historia del latrocinio es larga. Ayude a purificar a Nicaragua para la casa banquera internacional de Brown Brothers en 1909-1912 y a sembrar a la “demócrata” dinastía Somoza. Traje la “Libertad” a República Dominicana, solo para los intereses azucareros estadunidenses en 1916. En China ayude a asegurar que la Standard Oíl pudiera avanzar sin ser molestada. Durante estos años teníamos, como dicen los “cuates” en el “cuarto de atrás” (México) un latrocino “padre”. Viendo hacia atrás, creo que bien podría haberle ofrecido algunas indicaciones a Al Capone. Pues lo más que el logro fue operar su latrocinio en tres distritos. Yo opere en tres continentes”. No son palabras “interesadas” de algún agricultor cocalero que haya sufrido erradicaciones y represiones por orden de EEUU, ES LA CONFESIÓN SINCERA DE UN CABECILLA ARREPENTIDO DEL NARCO TERRORISTA E IMPERIALISTA ESTADO NORTEAMERICANO
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