¿QUÉ ES LA DIALÉCTICA?
La dialéctica es
una técnica filosófica que consiste en la confrontación de argumentos
opuestos (tesis y antítesis) para alcanzar una nueva verdad o
comprensión (síntesis).
Originalmente se refería
al arte del diálogo y la argumentación racional para debatir y descubrir
verdades.
Filósofos posteriores,
como Hegel y Marx, expandieron el concepto para describir un proceso de
desarrollo a través de la superación de contradicciones.
CARACTERÍSTICAS
PRINCIPALES
Método
de diálogo y debate:
Se
basa en la confrontación de puntos de vista contrarios para llegar a una
conclusión más completa.
El
proceso de la tesis, antítesis y síntesis:
Una
idea inicial (tesis) se enfrenta a una idea opuesta (antítesis), y de su
contradicción surge una nueva idea que las resuelve (síntesis).
Origen
en la filosofía antigua:
Platón
la usaba como el camino para ascender del mundo sensible al mundo de las ideas.
Desarrollo
posterior:
Fue
redefinida por filósofos como Hegel para describir un proceso de desarrollo que
supera las contradicciones internas y que fue adoptado y adaptado por Karl Marx
en el materialismo dialéctico.
Enfoque
en el movimiento y cambio:
Se
concibe el desarrollo como un proceso complejo y en constante cambio, no como
algo estático.
Arte
de la argumentación:
Se
puede entender también como el arte de persuadir, debatir y razonar, aunque la
dialéctica pura busca la verdad objetiva, a diferencia de la retórica o la
dialéctica erística (que es el arte de ganar sin tener la razón), como
señaló Schopenhauer.
LA CIENCIA Y LA
DIALECTICA
La ciencia y la
dialéctica se relacionan en que la dialéctica puede ser vista como una
metodología que guía el desarrollo del conocimiento científico, al analizar las
contradicciones y el cambio perpetuo de los fenómenos. La dialéctica, con su
estructura de tesis-antítesis-síntesis, ayuda a comprender la realidad a través
del análisis de sus contradicciones, mientras que la ciencia busca explicar esa
realidad mediante métodos empíricos y teóricos.
Dialéctica
y su relación con la ciencia
Método
de análisis: La
dialéctica propone un método para entender el cambio y la evolución,
centrándose en las contradicciones inherentes a los fenómenos. Esto contrasta
con enfoques más estáticos o meramente descriptivos.
Superación
de contradicciones: La
confrontación de ideas opuestas (tesis y antítesis) lleva a una nueva
comprensión (síntesis), un proceso que impulsa el conocimiento. Se puede decir
que la dialéctica ayuda a superar las limitaciones del pensamiento lineal.
Integración
con el método científico: Algunos
filósofos y teóricos sugieren que la dialéctica no se opone a la ciencia, sino
que la complementa. Por ejemplo, se argumenta que la dialéctica es necesaria
para la investigación científica de los principios que rigen la realidad, como
se ve en la física newtoniana.
La
ciencia desde una perspectiva dialéctica
Apropiación
de la realidad: Desde una
perspectiva dialéctica y materialista, la ciencia se concibe como una forma de
"apropiación" de la realidad en el pensamiento. Es decir, la ciencia
reconstruye la realidad en el pensamiento mediante un proceso complejo, que va
de lo simple a lo complejo o de lo abstracto a lo concreto.
Un
proceso dinámico: La
ciencia, vista dialécticamente, no es un cuerpo estático de conocimiento, sino
un proceso en constante evolución, impulsado por la contradicción y el cambio.
Esto implica que las teorías científicas están sujetas a revisión y mejora
continua.
La
ciencia como una forma de apropiación: El
concepto de "apropiación" (Aneignung)
de Marx se refiere a la apropiación científica como un proceso complejo que
utiliza tanto medios conceptuales como instrumentales para reconstruir la
realidad en el pensamiento, acercándose a ella de manera progresiva.
Ejemplos
y perspectivas
La
ciencia antigua: Los
filósofos griegos ya utilizaban la dialéctica como una forma de debatir y
alcanzar la verdad, confrontando argumentos opuestos. Aristóteles, por ejemplo,
se refería al razonamiento dialéctico como un método para explorar conclusiones
probables, diferenciándolo del razonamiento científico que busca la verdad
demostrada.
El
materialismo dialéctico: Marx
y Engels desarrollaron el materialismo dialéctico como una ley filosófica del
desarrollo de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, perfeccionada
posteriormente por Lenin.
El
enfoque en la educación: En
campos como la educación en ciencias de la salud, se reconoce la necesidad de
utilizar métodos tanto cuantitativos como cualitativos para capturar la
complejidad de los fenómenos y la constante interrelación entre teoría y
práctica, un enfoque que se alinea con una perspectiva dialéctica.
¿LA DIALECTICA ES UN
METODO FILOSOFICO?
Sí, la dialéctica es un
método filosófico que se basa en la confrontación de ideas opuestas para
llegar a una nueva comprensión o síntesis. Se puede ver como una técnica de
conversación, como en el método socrático, o como un proceso que analiza las
contradicciones inherentes a la realidad para comprender su transformación y
evolución. Filósofos como Platón, Hegel y Marx desarrollaron y utilizaron
diferentes versiones de la dialéctica a lo largo de la historia.
Cómo
funciona la dialéctica
Tesis: Una idea o punto de partida.
Antítesis: La confrontación de la tesis con una idea o
argumento opuesto.
Síntesis: Una nueva idea o conclusión que concilia y supera
las contradicciones de la tesis y la antítesis.
HIPOTESIS O TESIS
Una hipótesis es una afirmación o suposición que se puede
probar o refutar mediante la investigación, a menudo prediciendo la relación
entre variables. En cambio, una tesis es la idea principal o argumento central de
un ensayo o trabajo de investigación, que se defiende y desarrolla a lo largo
del texto. En resumen, la
hipótesis es una propuesta de prueba, mientras que la tesis es la afirmación
central que se argumenta.
Orígenes
y evolución
Sócrates: La usó como una técnica de diálogo para descubrir
la verdad, buscando que los participantes llegaran a un entendimiento mutuo.
Platón: Utilizó la dialéctica en sus diálogos como método
para ascender del mundo sensible al mundo de las ideas y alcanzar la verdad.
Edad
Media: Se convirtió en un método
escolástico, una forma de debatir y argumentar en preguntas específicas (a
quaestio disputata).
Hegel: Le dio un nuevo sentido, enfatizando el proceso de
síntesis sucesivas a través de los opuestos para llegar al conocimiento
absoluto.
Marx: Enfatizó la confrontación de contrarios y la
necesidad de que uno de los opuestos prevalezca, como en su idea de la lucha de
clases.
Usos
contemporáneos
Ciencia
y sociedad: Se utiliza
para analizar fenómenos sociales y procesos históricos, identificando
contradicciones y transformaciones.
Formación
académica: Es un enfoque filosófico
útil en la investigación para el análisis crítico de conceptos y contextos.
¿QUÉ ES LA IDEOLOGIA?
La
ideología es un conjunto de ideas, creencias y valores que caracterizan el
pensamiento de una persona o grupo, y que explican o buscan modificar la
realidad. Funciona como una "visión del mundo" o Weltanschauung que
interpreta la realidad social, política, económica o religiosa y, al mismo
tiempo, propone formas de actuar sobre ella para alcanzar determinados fines.
Características
principales
Sistema
de creencias: Es un conjunto estructurado de ideas, valores y actitudes.
Visión
del mundo: Ayuda a interpretar
la realidad y puede estar ligada a aspectos sociales, políticos, económicos o
religiosos.
Orientación
a la acción: Combina
una representación del mundo con un programa de acción para influir en él.
Identidad
grupal: Las ideologías pueden
ser compartidas por un grupo o colectividad, y sirven para organizar y
coordinar las acciones conjuntas.
Función
social: Pueden usarse para
legitimar el poder o para articular resistencia.
Ejemplos
Ideologías
políticas:
Como
el capitalismo, el socialismo, (comunismo), la democracia o la autocracia, que
proponen diferentes formas de gobierno y sistemas económicos.
Otras
ideologías:
Como
el feminismo, (el wokismo), el pacifismo o el racismo, que definen valores y
objetivos en áreas específicas.
Nota
Las
ideologías no siempre son mayoritarias y pueden contener ideas contradictorias,
ya que su función principal no es la consistencia lógica, sino la de movilizar
y orientar la acción.
EL FIN DE LAS IDEAS
"El fin de las ideas" puede referirse a la tesis de Daniel Bell sobre el agotamiento de las grandes ideologías políticas en los años cincuenta, que sugería que la política se volvería más pragmática y menos ideológica. También se relaciona con la tesis del "fin de la historia" de Francis Fukuyama, quien afirmó que la victoria del modelo liberal-democrático marcaba el fin de la evolución ideológica de la humanidad, aunque esta idea ha sido matizada y criticada.
El
fin de las ideologías según Daniel Bell
Agotamiento
de las grandes narrativas: Publicado
en 1960, el libro de Bell argumentaba que las ideologías del siglo XIX y XX se
habían agotado.
Triunfo
del Estado del bienestar: Bell
sostenía que el surgimiento del estado del bienestar había eliminado el terreno
para los movimientos revolucionarios, ya que los problemas sociales podían ser
abordados con ajustes graduales.
Predominio
del pragmatismo: Según
Bell, la política se centraría menos en grandes conflictos ideológicos y más en
soluciones técnicas y pragmáticas a problemas concretos.
Discusiones sobre la
Inteligencia Artificial
Las respuestas generadas
por la “Inteligencia” artificial ponen de manifiesto la necesidad de reevaluar
el término “inteligencia” al considerar que carece de la capacidad de
conciencia.
En lugar de conciencia,
opera mediante la acumulación y circulación de información proporcionada por
los diseñadores de la aplicación.
La aplicación enfatiza
repetidamente que no posee creencias personales y su objetivo principal es
ofrecer información objetiva sin inclinarse hacia ninguna posición específica.
Su funcionamiento se
limita a la información con la que fue instruida, reflejando una dinámica
similar a la descrita por Humberto Eco en su novela “El nombre de la rosa”.
Un aspecto significativo
que merece ser destacado es la dificultad que la aplicación experimenta al
abordar contradicciones y preguntas ambiguas.
En ciertos casos, los
errores que surgen en las respuestas pueden ser atribuidos a la propia
construcción de la pregunta, ya que la aplicación opera principalmente como una
acumulación (cerrada) de información proveniente de fuentes en línea.
La aplicación parece
entender la inteligencia como la simple acumulación de información
proporcionada por internet, lo cual puede limitar su capacidad para manejar
conceptos más complejos, como el error como fuente de conocimiento científico,
que aporta aprendizajes y experiencias valiosas.
La falta de programación
específica para abordar estas situaciones puede llevar a respuestas incompletas
o inexactas, subrayando la necesidad de considerar que el aprendizaje no se
reduce únicamente a la acumulación de información, sino que implica procesos
más complejos y contextuales.
La Inteligencia
Artificial existe en la medida que fue creada, no tiene conciencia de su
existencia, su tarea es de resolver preguntas (a mayor velocidad) a través de
la interacción con el usuario.
¿Cómo puede ser algo
inteligente si no asume su propia existencia?
Aún la IA no ha superado
el dilema de Descartes. Tampoco tiene la habilidad para comprender e
interpretar el mundo, solamente responde basado en información (cerrada y a
veces incompleta).
Como consecuencia de lo
anterior, la inteligencia artificial carece de la capacidad de discernir
información peligrosa, ya que opera según los intereses de sus creadores y
usuarios.
Esto genera un debate
sobre su uso, ya que la responsabilidad recae en los seres humanos y no en el
dominio autónomo de las máquinas en el mundo. Actualmente, no existe una
legislación sólida en torno a la privacidad del usuario, evidenciado por la
presencia común de publicidad en redes sociales y en internet en general
relacionada con temas discutidos en la vida cotidiana. Surge la interrogante
sobre el uso que las corporaciones hacen de la información proporcionada por
los usuarios.
Otro aspecto esencial en
la discusión es el manejo de información verdadera y falsa. En el contexto de
internet, se observa una censura selectiva de información basada en la
ubicación geográfica; por ejemplo, en la Unión Europea, el acceso a medios de
comunicación rusos puede estar restringido o en países donde hay
manifestaciones permanentes en contra del gobierno como lo sucedido en Colombia
en el año 2021.
Esto plantea un desafío
para la inteligencia artificial, ya que podría interpretar como verdadero lo
que es accesible y considerar como falso la información proveniente de fuentes
no hegemónicas.
Además, existe una
difusión extendida de información falsa que influye en las decisiones de los
usuarios, como se evidenció en los eventos relacionados con la toma del
Capitolio.
En este sentido, la
inteligencia artificial podría percibir como verdadera información proveniente
de fuentes que buscan beneficiar a un grupo selecto, generando desafíos
significativos en la evaluación de la información verdadera.
La inteligencia no se
limita a la acumulación de información, sino que implica la capacidad de
transformar la realidad a través de su aplicación.
Esta perspectiva debería
dar lugar a un debate en torno a la educación, ya que no se trata únicamente de
reproducir información, sino de fomentar el pensamiento crítico e
interpretativo, permitiendo así la ruptura con los antiguos paradigmas.
En cambio, la
inteligencia artificial se limita a resolver problemas basándose en la
información preexistente y carece de la capacidad de generar nuevos
conocimientos debido a su falta de conciencia.
En respuesta a la
pregunta planteada sobre la ideología, la inteligencia artificial no posee una
ideología debido a su falta de conciencia tanto de sí misma como del mundo, es
una herramienta que surge en un momento histórico específico. Sin embargo, al indagar
sobre su proceso de aprendizaje, se evidencia la idea de Gramsci en relación
con las escuelas como primeros lugares de reproducción de la ideología. Es
decir, la inteligencia artificial reproduce la ideología presente en la
información que ha aprendido, pero destaca que la responsabilidad recae
únicamente en el usuario. Esta respuesta guarda similitudes con éticas
planteadas por corrientes como el utilitarismo, el neoliberalismo y el
coaching, las cuales tienden a responsabilizar al sujeto de su propia
improductividad. Surge la pregunta si el usuario realmente sabe lo que hace.
La inteligencia se
configura como el resultado de habitar el lenguaje y del trabajo realizado a
partir de la realidad, no se trata de una mera reproducción de información
acumulada o la inmediatez con la que se presentan los resultados.
No es lo mismo replicar
información en un entorno virtual que aplicarla en la realidad material.
Aunque existen
inteligencias artificiales que desempeñan tareas en el ámbito real, sus límites
están definidos por su programación.
A diferencia de la
inteligencia humana que posee la capacidad de trascender sus propios límites,
independientemente del momento histórico en el que se encuentra. La facultad
humana de superar sus restricciones y adaptarse a diversas situaciones destaca
la diferencia fundamental entre la inteligencia artificial y la inteligencia
humana.
Se ha observado en
diversas ocasiones que la información proporcionada por la aplicación puede ser
inventada, (distorsionada, suplantada, falsaria como simulación de voces,
imágenes, etc.) lo que hace imperativo verificarla con otras fuentes, de esta
manera, contradice una de sus reglas fundamentales de funcionamiento.
Un aspecto destacable es
la imposibilidad de compartir de manera completa todas las reglas que rigen su
labor, generando dudas éticas sobre sus normativas internas y evidenciando una
cierta ideología.
Esta limitación plantea
interrogantes sobre la transparencia del sistema, ya que oculta parte de sus
leyes internas.
Este fenómeno se asemeja,
en cierta medida, a la famosa frase de Jesús: “No saben lo que hacen” o de
Marx: “No saben, pero lo hacen”, insinuando la posibilidad de que la aplicación
reproduzca comportamientos sin una comprensión plena de las implicaciones
éticas de sus acciones.
Las inteligencias
artificiales tienden a interpretar de manera literal todas las órdenes
específicas, ya que no habitan el mundo del lenguaje, sino que están
programadas para generar respuestas.
Este enfoque conduce a
producciones artísticas que evidencian un exceso de literalidad, revelando la
imposibilidad de simbolizar y subjetivizar sus respuestas.
Este fenómeno contribuye
a la homogeneidad, una característica notoria en la ideología contemporánea.
El discurso neoliberal,
al imponer estándares de vida y prometer una mejora constante, rompe con lo
simbólico al objetivar al sujeto como una máquina de producción de goce en
lugar de reconocerlo como un ser deseante.
La incapacidad que tiene
la IA para recrear la realidad simbólica evidencia un patrón similar para dar
solución a las respuestas y su poca creatividad, algo muy contrario a la
inteligencia humana.
Una de las
características fundamentales de su funcionamiento es la prohibición de
responder preguntas que puedan generar violencia. Resulta interesante observar
esta norma, ya que la aplicación no posee comprensión intrínseca de qué
constituye la violencia ni de cómo sus respuestas podrían causarla. Además, se
abstiene de generar información ofensiva, reflejando una tendencia común en las
redes sociales donde el uso de lenguaje grosero es restringido sin considerar
el contexto, a veces las groserías no son groserías, sino formas naturales de
comunicación informal.
Es crucial reconocer que
el debate sobre la eliminación de la violencia no debería centrarse
exclusivamente en el lenguaje, ni en la responsabilidad individual, sino más
bien dirigirse hacia sus raíces sociales, económicas y políticas. Abordar las
causas fundamentales de la violencia permitiría abordar de manera más efectiva
este problema, trascendiendo las limitaciones del ámbito lingüístico.
La aplicación no tiene la
capacidad de crear ideología por sí misma; más bien, reproduce la ideología de
la información proporcionada por sus fuentes. En este sentido, puede contribuir
a la reproducción de una falsa conciencia si la información recibida está
vinculada a la ideología predominante en un momento dado. Es importante señalar
que las aplicaciones carecen de autonomía para seleccionar creencias políticas
o tomar decisiones, ya que estas dependen exclusivamente de la persona que las (produce
o) utiliza.
La inteligencia
artificial solo puede percibir la realidad a través de la información que ha
recibido, y le resulta imposible reconocer la simbolización inconclusa o llenar
los vacíos que deja la realidad. El error, que puede ser una fuente valiosa de
conocimiento, presenta un desafío para la inteligencia artificial, ya que su
programación a menudo no le permite aceptar errores ni aprender de ellos de la
misma manera que lo haría un ser humano.
El concepto de
inteligencia artificial debe ser reevaluado, ya que no se trata verdaderamente
de una inteligencia, sino más bien de una aplicación que reproduce información
obtenida mediante algoritmos computacionales. La inteligencia artificial carece
de conciencia y su funcionamiento se limita a acumular información para
responder a las demandas de los usuarios basándose en algoritmos
computacionales (Divino, 2022).
Esta perspectiva plantea
la necesidad de una discusión ética sobre las fuentes de información que
alimentan a la inteligencia artificial. La inteligencia, en su sentido más
genuino, implica una habilidad que invita a la reflexión y no simplemente a la
reproducción mecánica de información. La comprensión de estos límites y la
consideración ética de cómo se utiliza la inteligencia artificial son aspectos
cruciales en la evolución de esta tecnología.
En última
instancia, son los seres humanos quienes toman las decisiones, una aplicación
no puede comprender plenamente las implicaciones reales de esas decisiones, ya
que carece de la capacidad de sentir, entender y simbolizar el mundo humano.



