Nuestro diario denunció ayer que el Ejecutivo ha presentado, con carácter de urgencia, un proyecto que autorizaría “desplazamientos internos”, es decir, desalojos, “a causa de proyectos de desarrollo en gran escala justificados por un interés público superior o primordial”.
Esto indica que el presidente Alan García persiste, a pesar del baguazo, en la idea de echar de sus tierras a los nativos amazónicos.
García escribió la serie “El síndrome del perro del hortelano” precisamente para justificar por adelantado el despojo que ahora quiere encubrir con el manto de una ley. Lo prevenimos desde el primer momento.
En la entrevista al economista suizo Peter Koenig que publicamos el domingo 21, el autorizado economista suizo había dicho:
“Él (García) quiere permitir concesiones a corporaciones de hidrocarburos, como el petróleo, para que puedan realizar exploraciones y, finalmente, extracciones de gas y petróleo, para beneficio de las transnacionales y la elite peruana. Eso sacaría a los indígenas de sus tierras y sus tradiciones”.
Hugo Cabieses ha puesto el dedo en la llaga al declarar que si se aprueba el proyecto sería inconstitucional, puesto que no ha sido sometido a consulta previa con los nativos, conforme obliga el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el cual tiene carácter vinculante y forma parte del derecho nacional.
La iniciativa del Ejecutivo tiene nombre propio. Busca facilitar la construcción de hidroeléctricas en que Brasil tiene interés. Pero ocurre que Brasil ha establecido medidas severas en contra de la deforestación de la selva amazónica y en defensa de las poblaciones nativas.
En la Argentina, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel acaba de proponer la creación de una Corte Penal Internacional del Medio Ambiente que castigue a los responsables de desastres ambientales.
“Desde el punto de vista jurídico, las consecuencias de estos daños podrían ser juzgadas como crímenes contra la humanidad”, ha declarado Pérez Esquivel.
El doctor Daniel Sabsay, presidente de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales, de Argentina, ha explicado al diario La Nación de Buenos Aires: “No olvidemos que en la actualidad el único tribunal internacional que tiene competencia en materia ambiental es la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Pero se trata de un tema más dentro de una amplísima competencia que la CIJ aborda”.
Sabsay considera por eso que la idea de Pérez Esquivel es buena, y la Corte que propone marcaría un hito en la defensa del medio ambiente.
En el caso del Perú, el texto sobre el perro del hortelano y el flamante proyecto podrían servir como prueba de que el crimen ambiental del doctor García (daños a la naturaleza y destrucción de ecosistemas) fue fríamente calculado.
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