Escribe: Claudia
Cisneros
Acaba el año con un panorama
político tétrico. Tenemos al candidato García acusado de múltiples delitos
durante toda su carrera política (corrupción, enriquecimiento ilícito,
ejecuciones Frontón, masacre de Bagua, más corrupción, la plata llega sola y un
extenso etcétera). Su partido, quizás el más organizado –para mal– de los que
sobreviven, lo ha blindado, apañado, blanqueado. Siempre con algún chivo
expiatorio dispuesto a ir a prisión para librarlo de toda culpa. Y aunque en el
caso narcoindultos parece que el modus operandi del aprismo se repite, lo que
no ha podido evitar es que el estigma de los narcoindultos le pegue donde más
le duele. García ha recibido la condena del gran público. El Poder Judicial no
lo toca, pero la gente lo condena en las encuestas y luego será en las urnas.
Ya fue.
Hoy corre con su
vicepresidenta de los ricos, la nunca más inconsecuente Lourdes Flores,
defensora del acusado por narcotráfico César Cataño. ¿Dónde quedaron sus
palabras en tan fluido inglés ante el senado estadounidense acusando a Alan
García de corrupto y ladrón? ¿En el baúl de los principios que hoy viola por conveniencia?
Mal concepto ese de hacer política como si todo fuera instrumental del poder.
Como si ser un buen estratega y ganar fuera lo único que importa, a costa de
todo y de todos, a costa de uno mismo.
Sobre la candidata
Keiko, de gran maestría para el dribleo, el amague y la finta al puro estilo de
su padre: miente, miente que algo queda. Keiko jamás será una lideresa que
asegure justicia. Jamás estará del lado del Perú porque antes de eso prefiere
estar del lado de los delitos de su padre y apañarlos a costa de la injusticia
que con ello comete, a costa de no reconocerle a la justicia peruana el inmenso
logro de procesar de forma impecable a uno de los más corruptos y asesinos
presidentes del Perú. Jamás se dignará a anteponer la justicia, la equidad, la
ética a sus intereses personales. Y por eso jamás podría ser una presidenta
justa.
Está el Sr. de los
lobbies, PPK. Acusado no solo de mentir sobre su nacionalidad por ganar votos,
sino también por ser un gestor de intereses de empresas. Un perfecto
representante del individualismo y corporativismo a ultranza del neoliberalismo
a la peruana: la empresa primero, la empresa segundo, la empresa tercero, y
para el pueblo... el marketing, la flauta y los cuyes marca registrada. Y su
compañera, la Sra. del
Baguazo, Mercedes Aráoz, tentada otra vez por el poder
luego de ser la azuzadora del
Baguazo, pese a que ahora se desgañita diciendo que no dijo
que se caía el TLC y que no hay nada en la prensa que la desmienta, acá un
flashback televisivo de sus manos manchadas de sangre: https://goo.gl/WsycJj.
Está también Urresti, el
ex ministro y candidato presidencial acusado de asesinar a un periodista de
Caretas, Hugo Bustíos.
Urresti, un misógino además de
represor de protestas como las 5 marchas contra la ley Pulpín. A su carisma de
chatura olímpica, se le suma una ex defensora de derechos humanos, una ex
defensora de principios, una ex alcaldesa que olvidó todos sus valores (o
quizás nunca los tuvo realmente y siempre vivió de la fachada). Susana Villarán
pasará a la historia como la mujer que ejecutó la más alta traición a sus
colaboradores más cercanos y seguidores que confiaron en ella, en su palabra,
en su decencia y que un día despertaron para ver que se convirtió en uno de
ellos, en todo lo que solía con entereza criticar. Murió.
Y hay más pero los caracteres
ya no alcanzan. Solo cerraré diciendo que la política no es ni debería ser así:
corruptos, violadores, asesinos, narcoindultadores, mentirosas, angurrientas
como todo menú por elegir. No es el todo vale por el poder. Eso envilece y
enturbia la política. Y genera que quienes aspiran a un país y un entorno
limpio y decente, además de próspero, se alejen de las lides políticas porque
solo se ve y huele miasma. Eso es lo que quieren y eso es lo que no debemos
dejar que suceda. Seguimos en la lucha.
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