Yeni Vilcatoma De La Cruz |
Por
Gustavo Gorriti
De
apariencia hípster, carácter reservado y los gustos clásicos de quien casi no
lee autores vivos, el ecuatoriano Andersson Boscán está en el periodismo desde
los 18 años. A sus actuales 27, no es alguien que se sorprenda con
facilidad.
Sin
embargo, el muy membretado y sellado oficio del Congreso peruano que recibió el
primero de este mes, le movió la curiosidad. Leyó el nombre del membrete: Yeni
Vilcatoma de la Cruz. ¿Qué se le había perdido en Ecuador a la señora Vilcatoma
o, más bien, qué pensaba encontrar?
Bastó
una rápida lectura en diagonal para saberlo.
Este era el oficio:
Andersson
terminó de leer el Oficio e hizo a continuación lo que debía: Informar al
Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) e informarme a
mí.
“Me
dedico a la investigación desde los 18 [años]” dijo Boscan, “aprendí a hacer
periodismo bajo una autocracia; pero nunca había visto un intento oficial de
usar un escaño contra la credibilidad de un colega. Y bajo una autocracia se
ven muchos abusos…”.
¡Pero
no tanta torpeza!
Porque
solo a alguien que no tuviera la capacidad de concentración mínima como para
leer la investigación pudo ocurrírsele preguntar lo que la simple lectura
contesta.
Es
verdad que nadie espera inteligencia de Vilcatoma. Tampoco honestidad. ¿Cómo
olvidar los días en los que frecuentaba IDL, inmediatamente después de su
despido del ministerio de Justicia, en el papel de Human Rights Vilcatoma al
comienzo de la ruta que terminó en Mototaxi Vilcatoma?
¿Pero,
hacer pasar al papel membretado del Estado peruano por la vergüenza de
preguntar estupideces? ¿Haberse creído de repente su propia desinformación como
para alucinar que la investigación del ICIJ le abría una ventana de
oportunidad, el acceso a providenciales datos ocultos que de alguna extraña
manera pudieran servir para sepultar la investigación Lava Jato en el
Perú?
Bueno,
como decía el gran Hubert Lanssiers, contra el mal se puede luchar, porque
tiene una articulación lógica propia. Pero contra la estupidez es casi
imposible… invulnerable a la razón, al aprendizaje.
De
todos modos, abordada la historia, hasta la Vilcatoma puede servir de pretexto
para contarles cómo fue la investigación del ICIJ – “División de Sobornos”– y
el papel que desempeñó IDL-Reporteros en ella.
“Esta
nueva investigación empezó, como en tantos otros casos, con una llamada”
escribió IDL-R en “Las planillas ocultas de Odebrecht”: la primera publicación
simultánea del Consorcio sobre el tema en la noche del 25 al 26 de junio
pasado.
El
ICIJ, como Romina Mella y yo relatamos en esa nota, nos preguntó si nos
interesaba participar en una conversación sobre una posible investigación
relacionada con el caso Lava Jato. Aceptamos, por supuesto.
Poco
después, en los primeros días de marzo tuvimos la primera conferencia múltiple,
por vía segura, organizada por el ICIJ desde Washington. La moderaron, como
ocurrió a lo largo de todo el proceso, Emilia Díaz-Struck y Sasha Chavkin. Ahí
fuimos informados que Andersson Boscán había recibido una cantidad importante
de datos sobre transacciones aparentemente ilegales de Odebrecht en varias
naciones de Latinoamérica. Era información que necesitaba investigarse mucho
más, nación por nación, para definir su naturaleza, alcance y sentido. ¿Nos
interesaba?
Periodistas del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, Emilia Díaz-Struck y Sasha Chavkin. |
Ese
primer grupo de periodistas – al que luego se añadieron otros –, tenía, en la
mayoría de los casos, experiencia en investigaciones previas con el ICIJ. Así
que conocíamos el procedimiento de investigación, que consistía en lo
siguiente:
•
Leer y firmar un contrato que obliga a mantener reserva y confidencialidad
sobre la investigación mientras sea necesario (y eso, aunque se discuta, lo
decide la redacción central de Washington). A no entregar ninguna información a
terceros sin autorización previa. A compartir con el grupo todos los resultados
de nuestra propia investigación.
•
Intercambiar y discutir datos y contenidos en un espacio digital seguro.
•
Establecer, mediante conferencias virtuales cada vez más enfocadas en el
producto, la forma y el alcance de las publicaciones. La principal, que
desarrolla el tema general, es escrita y editada por la redacción del ICIJ, en
Washington. Todos aportan a ella. Luego, cada país y, dentro de él, cada
publicación, escribe y publica una nota propia, o varias, además de la del
ICIJ. En el caso peruano, IDL-R colaboró con Convoca en forma eficiente y
fluida.
•
Determinar la fecha de publicación y ceñirse a ella. Eso es particularmente
importante, porque en la última etapa se contacta a los investigados. No solo
para que tengan la oportunidad de responder a las revelaciones sobre ellos sino
con la expectativa de que puedan aclarar algunas de las cosas inevitablemente
inciertas que quedan hasta el final. Esa etapa, la de las entrevistas
corroborativas, debe durar solo lo necesario.
•
El embargo de publicación hasta la hora del día señalado, es vital y, hasta
donde sé y recuerdo, se ha respetado siempre. En esta ocasión el ICIJ publicó: “La
división de sobornos” en la noche del 25 de junio. IDL-R lo reprodujo poco
antes de publicar su “Las planillas ocultas de Odebrecht”. Lo mismo sucedió con
las otras publicaciones.
Publicaciones de IDL-R como parte de la investigación internacional “División de Sobornos”. |
En
nuestra investigación, IDL-Reporteros encontró y puntualizó lo siguiente:
–
“… casi todas las transacciones registradas en las planillas filtradas no
figuraban en las confesiones ni en las delaciones premiadas de Odebrecht, ni en
Brasil, ni en Estados Unidos, ni tampoco en Perú”.
–
“ Un simple vistazo a las planillas indicaba que todos los pagos eran ilegales,
puesto que procedían, sin excepciones, del Sector de Operaciones Estructuradas
y la gran mayoría había sido procesado a través de las hoy notorias offshores y
los doleiros de dicho Sector de sobornos”.
–
“En el caso del Perú, por ejemplo, figuraban operaciones de pago clandestino
vinculadas con proyectos que hasta ahora no habían sido siquiera mencionados en
los acuerdos de confesión o de indemnización”.
No
solo hubo pagos por definición ilícitos en el proyecto del gasoducto, sino
también en varios otros. Entre ellos:
–
Gasoducto del Sur;
–
Chavimochic;
–
Vía Evitamiento del Cusco;
–
H2 Olmos;
–
Carretera Interoceánica Sur;
–
Vías Nuevas de Lima (originalmente Línea Azul);
–
Vía Costa Verde Callao;
–
Tren Eléctrico Tramos 1 y 2;
–
Carretera Chacas-Carhuaz;
–
Proyecto Corredor Vial Hualapampa – Vado Grande.
La
nota terminó examinando cuál era la nueva situación creada por los hechos
descubiertos. En cuanto al Perú, escribimos que:
“…
lo que ha trascendido, según fuentes dignas de crédito, es que Odebrecht ha
sugerido a los fiscales del Equipo Especial una nueva rueda de declaraciones en
Brasil, con Barata (y presumiblemente Boleira), para ‘decodificar’ y explicar
la información.
Si
la explicación es satisfactoria, el acuerdo recientemente homologado permite
incorporar nueva información que avance el conocimiento de lo que permanece
todavía oculto. Claro que, como es lógico, la revelación de nuevos delitos no
solo significa la capacidad de procesar a los culpables que sean descubiertos,
sino también determinar las sumas adicionales que haya que pagar por reparación
civil.
Es
probable, con todo, que aclarar las cosas en el Perú sea comparativamente más
fácil que en otros países, donde el muy limitado avance previo de las
investigaciones deja un espacio grande al desvelamiento de secretos criminales
y culpas encubiertas”.
Bastante
claro. ¿Verdad?
Pese
a eso, los enemigos de la investigación del caso Lava Jato, que intentan
disfrazar su real propósito de encubrimiento bajo una moralina más falsa que
billete de trece soles, intentaron demostrar que la investigación del ICIJ
virtualmente destruía la de Lava Jato. En el desbocado esfuerzo de
desinformación, fingieron ignorar la participación de IDL-Reporteros con el
ICIJ y condujeron finalmente a la patética Vilcatoma a preguntarle a Andersson
Boscan si yo había conocido y ocultado previamente lo que reveló la
investigación el 25 de junio.
Pese
a la huella que imprimió Vilcatoma a su oficio –delirante y divorciada de la
realidad–, no se trató de un esfuerzo aislado sino parte de una organizada,
intensa y planificada ofensiva contra las investigaciones anticorrupción,
especialmente las del caso Lava Jato. Nunca, desde que empezó la investigación,
movilizó el pantano tantas fuerzas y recursos, como veremos en la siguiente
nota.
Publicado
el jueves 18 de julio, 2019 a las 11:07 | RSS 2.0.
Última actualización el jueves 18 de julio, 2019 a las 12:17
Última actualización el jueves 18 de julio, 2019 a las 12:17
Etiquetas:
Caso OAS-Castañeda, División de Sobornos,
ICIJ, Odebrecht, Yeni Vilcatoma
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