“La corrupción es hoy una
pandemia que todo invade, que todo pervierte”
Según el Barómetro Global
de la Corrupción en América Latina y el Caribe 2019, la mayoría de los
ciudadanos sostienen que la corrupción está empeorando en su país y que su
gobierno está teniendo un mal desempeño en la lucha contra este fenómeno.
Uno de los casos más
destacados es Lava Jato, caso que abarca tanto a la derecha (grandes
empresarios de la construcción) como a la izquierda (Lula, Kirschner, Maduro,
Ortega, Correa). Así también, el caso “Zapata” en Bolivia, un hecho que
envuelve el tráfico de influencias de una expareja de Evo Morales que, como
representante de la empresa china CAMC, firmó contratos con el Estado por 500
millones de dólares.
En Ecuador, las denuncias
iban desde tener las carreteras más caras del mundo hasta derroches que
limitaban con lo absurdo.
Dos etiquetas que
parecían ser opuestas entre “derecha” e “izquierda”: “kcorrupción” y
“comunismo” ¿Es que acaso ser corrupto es exclusivo de alguna ideología
política?
CORRUPTA ANTIGÜEDAD
Según Laporta (1996), las
cinco prácticas de corrupción más comunes son: soborno, extorsión, arreglos,
alteraciones fraudulentas del mercado y fraudes.
Por la antigüedad, se le
concede como un acto natural del ser humano; sin embargo, ¿se sabe cuál fue el
primer caso documentado por corrupción? No, pero algunos historiadores se
remontan hasta el reinado de Ramses IX, en el cual habían descubierto negocios
sucios entre profanadores de tumbas y un funcionario del faraón.
Los romanos tampoco eran
ajenos a esta práctica.
El gobernante caminaba
con una gran cantidad de “clientes”, mientras más grande su corte, más admirado
y, para encontrar trabajo, debías recurrir a “contactos”.
Sabino Perea, autor del
libro: La corrupción en el mundo romano, describe que, con todo, la
corrupción estaba mal vista.
Para los romanos, el
honor era lo más importante en la política.
Pues, para llegar a la
cumbre, el candidato debía haber ocupado cargos, tener educación y proceder de
buena familia y, si al término del mandato, el gobernador se enriquecía, este
debía devolverlo todo.
Asimismo, había dos
severas penas: una era exilio y la otra el suicidio.
El último era el más
recomendable, porque al menos lograbas mantener tu honor.
Sin embargo, existía la
doble moral: desviar recursos públicos era reprochable, pero en los negocios
era normal.
CORRUPCIÓN DE LA
DEMOCRACIA
Si bien el servicio
público es ejercido por instituciones políticas y estructuras burocráticas, y
ambas están a cargo de las funciones de creación y ejecución de políticas, es
pertinente establecer la distinción entre corrupción política y administrativa.
La diferencia recae en
que los actores principales son, en la primera, los políticos y, en la segunda,
los burócratas.
Las modalidades de
corrupción política sugieren actos vinculados a la mala administración,
delincuencia organizada y al clientelismo. Este último calificado como “bastard
patronage” (Moss, 1995), el cual es un tema de eterna actualidad en el Perú del
que se sabe poco.
En nuestro país, esta
cultura clientelista es más arraigada pues un político peruano es consciente de
que su éxito se basa en aptitudes y vocación redistributivas, en vez de
ideas o programas.
En consecuencia, se
impide contar con una eficiente administración pública. Michel (1998) extrae
este tipo de conclusiones a partir de los casos de corrupción denunciados en
empresas públicas chilenas desde 1990.
Según el estudio, se
constataría la existencia de redes de contacto partidista donde priman
los profesionales militantes, que basan su carrera en la obtención de
cargos de esta forma y organizan actividades ilícitas en la
administración pública.
El impacto político de la
corrupción debilita la democracia y gobernabilidad, Morales (2009) explica que
la victimización por corrupción se relaciona de manera directa con los
niveles de legitimidad democrática.
Puesto que, es más
probable que un ciudadano afectado directamente por la corrupción tienda a
elegir otro régimen, debido a su cambio de un apoyo “concreto” a un apoyo
“difuso”.
La percepción de la
política per se es alterada, de ser vista como un rol altruista se transforma
en un espacio en el cual obtienes beneficios. Así, el aumento de los casos de
corrupción y la percepción ciudadana afecta a las instituciones.
Daniel Kauffman, pionero
en la lucha contra la corrupción a nivel mundial, analizó la tendencia
ideológica de los gobiernos de turno y descubrió que la correlación entre las
tendencias ideológicas y los índices de corrupción era cero.
“Es decir, que había la
misma probabilidad de que un gobierno de izquierda o derecha sea corrupto”.
La corrupción no
distingue ideologías y buscar una corrupción cero es una utopía, pero sí se
puede lograr que esta sea vista como una práctica de grupos desviados.
Tal como lo dice José
Ugaz, la lucha contra la corrupción no está perdida y no puede estarlo porque
esta clase de discriminación estructural termina impactando en los derechos y
calidad de vida de los grupos más vulnerables.
La corrupción se define
como el uso indebido de un cargo público o privado para obtener un beneficio
personal o para terceros, a menudo a costa de la sociedad.
¿EL LOBBY ES UN DELITO?
La corrupción, en el
ámbito legal, es considerada un delito, y no un lobby legítimo. La
corrupción implica el mal uso de un cargo público o privado para obtener un
beneficio indebido, lo que puede manifestarse en diferentes formas como
soborno, cohecho, tráfico de influencias, Entre otros.
Por otro lado, ¿El
lobby es una actividad legítima que busca influir en las decisiones políticas,
siempre y cuando se realice dentro de los parámetros legales y éticos?
El
lobby en sí no es un delito. En cambio, el lobby ilegal ocurre cuando se
intenta influir en decisiones públicas a través de medios ilegales, como el
soborno o el tráfico de influencias. (La CORRUPCION no emite factura)
El
lobby es una actividad legítima que consiste en que personas o grupos de
interés intentan influir en la toma de decisiones públicas para promover sus
intereses.
El
lobby puede ser una forma legítima de participación ciudadana y de garantizar
que las decisiones públicas consideren una amplia gama de perspectivas.
Sin
embargo, el lobby puede ser mal utilizado y convertirse en una forma de
corrupción o tráfico de influencias si se utilizan “medios ilegales” para
influir en las decisiones públicas. El soborno (Cuando se descubre), por
ejemplo, es una forma de corrupción que se considera ilegal, mientras que el
lobby no lo es.
El
tráfico de influencias ocurre cuando una persona utiliza su posición o
influencia para obtener beneficios ilegales para sí mismo o para otros. En
el contexto del lobby, esto podría ocurrir si un lobbista intenta influir en
las decisiones públicas a través de conexiones personales o utilizando
información privilegiada.
Por
lo tanto, el lobby en sí no es un delito, pero sí puede ser utilizado para
cometer actos ilegales, como el soborno o el tráfico de influencias.
RESUMEN:
La política, la corrupción y la burocracia son tres conceptos interrelacionados que pueden tener un impacto significativo en la sociedad.
La corrupción se refiere al uso indebido del poder político o burocrático para obtener beneficios personales o grupales, a menudo a través de sobornos o el abuso de recursos públicos. La burocracia, por otro lado, es la estructura administrativa del gobierno, que puede ser eficiente o ineficiente, y a veces se convierte en un obstáculo para la prestación de servicios públicos.
La corrupción puede exacerbar la burocracia, creando sistemas complejos y poco transparentes que dificultan el acceso a servicios y la rendición de cuentas. Y de ellos, las ideologías no están vacunadas para ser consideradas inmunes.
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