viernes, 16 de mayo de 2025

LA CORRUPCIÓN: ¿ES MÁS DE IZQUIERDA O DE DERECHA?

“La corrupción es hoy una pandemia que todo invade, que todo pervierte”

Según el Barómetro Global de la Corrupción en América Latina y el Caribe 2019, la mayoría de los ciudadanos sostienen que la corrupción está empeorando en su país y que su gobierno está teniendo un mal desempeño en la lucha contra este fenómeno.

Uno de los casos más destacados es Lava Jato, caso que abarca tanto a la derecha (grandes empresarios de la construcción) como a la izquierda (Lula, Kirschner, Maduro, Ortega, Correa). Así también, el caso “Zapata” en Bolivia, un hecho que envuelve el tráfico de influencias de una expareja de Evo Morales que, como representante de la empresa china CAMC, firmó contratos con el Estado por 500 millones de dólares.

En Ecuador, las denuncias iban desde tener las carreteras más caras del mundo hasta derroches que limitaban con lo absurdo.

Dos etiquetas que parecían ser opuestas entre “derecha” e “izquierda”: “kcorrupción” y “comunismo” ¿Es que acaso ser corrupto es exclusivo de alguna ideología política?

CORRUPTA ANTIGÜEDAD

Según Laporta (1996), las cinco prácticas de corrupción más comunes son: soborno, extorsión, arreglos, alteraciones fraudulentas del mercado y fraudes.

Por la antigüedad, se le concede como un acto natural del ser humano; sin embargo, ¿se sabe cuál fue el primer caso documentado por corrupción? No, pero algunos historiadores se remontan hasta el reinado de Ramses IX, en el cual habían descubierto negocios sucios entre profanadores de tumbas y un funcionario del faraón.

Los romanos tampoco eran ajenos a esta práctica.

El gobernante caminaba con una gran cantidad de “clientes”, mientras más grande su corte, más admirado y, para encontrar trabajo, debías recurrir a “contactos”.

Sabino Perea, autor del libro: La corrupción en el mundo romano, describe que, con todo, la corrupción estaba mal vista.

Para los romanos, el honor era lo más importante en la política.

Pues, para llegar a la cumbre, el candidato debía haber ocupado cargos, tener educación y proceder de buena familia y, si al término del mandato, el gobernador se enriquecía, este debía devolverlo todo.

Asimismo, había dos severas penas: una era exilio y la otra el suicidio.

El último era el más recomendable, porque al menos lograbas mantener tu honor.

Sin embargo, existía la doble moral: desviar recursos públicos era reprochable, pero en los negocios era normal.

CORRUPCIÓN DE LA DEMOCRACIA

Si bien el servicio público es ejercido por instituciones políticas y estructuras burocráticas, y ambas están a cargo de las funciones de creación y ejecución de políticas, es pertinente establecer la distinción entre corrupción política y administrativa.

La diferencia recae en que los actores principales son, en la primera, los políticos y, en la segunda, los burócratas.

Las modalidades de corrupción política sugieren actos vinculados a la mala administración, delincuencia organizada y al clientelismo. Este último calificado como “bastard patronage” (Moss, 1995), el cual es un tema de eterna actualidad en el Perú del que se sabe poco.

En nuestro país, esta cultura clientelista es más arraigada pues un político peruano es consciente de que su éxito se basa en aptitudes y vocación redistributivas, en vez de ideas o programas.

En consecuencia, se impide contar con una eficiente administración pública. Michel (1998) extrae este tipo de conclusiones a partir de los casos de corrupción denunciados en empresas públicas chilenas desde 1990.

Según el estudio, se constataría la existencia de redes de contacto partidista donde priman los profesionales militantes, que basan su carrera en la obtención de cargos de esta forma y organizan actividades ilícitas en la administración pública.

El impacto político de la corrupción debilita la democracia y gobernabilidad, Morales (2009) explica que la victimización por corrupción se relaciona de manera directa con los niveles de legitimidad democrática.

Puesto que, es más probable que un ciudadano afectado directamente por la corrupción tienda a elegir otro régimen, debido a su cambio de un apoyo “concreto” a un apoyo “difuso”.

La percepción de la política per se es alterada, de ser vista como un rol altruista se transforma en un espacio en el cual obtienes beneficios. Así, el aumento de los casos de corrupción y la percepción ciudadana afecta a las instituciones.

Daniel Kauffman, pionero en la lucha contra la corrupción a nivel mundial, analizó la tendencia ideológica de los gobiernos de turno y descubrió que la correlación entre las tendencias ideológicas y los índices de corrupción era cero.

“Es decir, que había la misma probabilidad de que un gobierno de izquierda o derecha sea corrupto”.

La corrupción no distingue ideologías y buscar una corrupción cero es una utopía, pero sí se puede lograr que esta sea vista como una práctica de grupos desviados.

Tal como lo dice José Ugaz, la lucha contra la corrupción no está perdida y no puede estarlo porque esta clase de discriminación estructural termina impactando en los derechos y calidad de vida de los grupos más vulnerables.

La corrupción se define como el uso indebido de un cargo público o privado para obtener un beneficio personal o para terceros, a menudo a costa de la sociedad. 

¿EL LOBBY ES UN DELITO?

La corrupción, en el ámbito legal, es considerada un delito, y no un lobby legítimo. La corrupción implica el mal uso de un cargo público o privado para obtener un beneficio indebido, lo que puede manifestarse en diferentes formas como soborno, cohecho, tráfico de influencias, Entre otros. 

Por otro lado, ¿El lobby es una actividad legítima que busca influir en las decisiones políticas, siempre y cuando se realice dentro de los parámetros legales y éticos?

El lobby en sí no es un delito. En cambio, el lobby ilegal ocurre cuando se intenta influir en decisiones públicas a través de medios ilegales, como el soborno o el tráfico de influencias. (La CORRUPCION no emite factura)

El lobby es una actividad legítima que consiste en que personas o grupos de interés intentan influir en la toma de decisiones públicas para promover sus intereses. 

El lobby puede ser una forma legítima de participación ciudadana y de garantizar que las decisiones públicas consideren una amplia gama de perspectivas. 

Sin embargo, el lobby puede ser mal utilizado y convertirse en una forma de corrupción o tráfico de influencias si se utilizan “medios ilegales” para influir en las decisiones públicas. El soborno (Cuando se descubre), por ejemplo, es una forma de corrupción que se considera ilegal, mientras que el lobby no lo es. 

El tráfico de influencias ocurre cuando una persona utiliza su posición o influencia para obtener beneficios ilegales para sí mismo o para otros. En el contexto del lobby, esto podría ocurrir si un lobbista intenta influir en las decisiones públicas a través de conexiones personales o utilizando información privilegiada. 

Por lo tanto, el lobby en sí no es un delito, pero sí puede ser utilizado para cometer actos ilegales, como el soborno o el tráfico de influencias. 

RESUMEN:

La política, la corrupción y la burocracia son tres conceptos interrelacionados que pueden tener un impacto significativo en la sociedad. 

La corrupción se refiere al uso indebido del poder político o burocrático para obtener beneficios personales o grupales, a menudo a través de sobornos o el abuso de recursos públicos. La burocracia, por otro lado, es la estructura administrativa del gobierno, que puede ser eficiente o ineficiente, y a veces se convierte en un obstáculo para la prestación de servicios públicos. 

La corrupción puede exacerbar la burocracia, creando sistemas complejos y poco transparentes que dificultan el acceso a servicios y la rendición de cuentas. Y de ellos, las ideologías no están vacunadas para ser consideradas inmunes. 

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