miércoles, 12 de noviembre de 2025

LA DIALECTICA Y LA IDEOLOGIA



¿QUÉ ES LA DIALÉCTICA?

La dialéctica es una técnica filosófica que consiste en la confrontación de argumentos opuestos (tesis y antítesis) para alcanzar una nueva verdad o comprensión (síntesis). 

Originalmente se refería al arte del diálogo y la argumentación racional para debatir y descubrir verdades. 

Filósofos posteriores, como Hegel y Marx, expandieron el concepto para describir un proceso de desarrollo a través de la superación de contradicciones. 

CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES

Método de diálogo y debate: 

Se basa en la confrontación de puntos de vista contrarios para llegar a una conclusión más completa. 

El proceso de la tesis, antítesis y síntesis: 

Una idea inicial (tesis) se enfrenta a una idea opuesta (antítesis), y de su contradicción surge una nueva idea que las resuelve (síntesis). 

Origen en la filosofía antigua: 

Platón la usaba como el camino para ascender del mundo sensible al mundo de las ideas. 

Desarrollo posterior: 

Fue redefinida por filósofos como Hegel para describir un proceso de desarrollo que supera las contradicciones internas y que fue adoptado y adaptado por Karl Marx en el materialismo dialéctico. 

Enfoque en el movimiento y cambio: 

Se concibe el desarrollo como un proceso complejo y en constante cambio, no como algo estático. 

Arte de la argumentación: 

Se puede entender también como el arte de persuadir, debatir y razonar, aunque la dialéctica pura busca la verdad objetiva, a diferencia de la retórica o la dialéctica erística (que es el arte de ganar sin tener la razón), como señaló Schopenhauer. 

LA CIENCIA Y LA DIALECTICA

La ciencia y la dialéctica se relacionan en que la dialéctica puede ser vista como una metodología que guía el desarrollo del conocimiento científico, al analizar las contradicciones y el cambio perpetuo de los fenómenos. La dialéctica, con su estructura de tesis-antítesis-síntesis, ayuda a comprender la realidad a través del análisis de sus contradicciones, mientras que la ciencia busca explicar esa realidad mediante métodos empíricos y teóricos. 

Dialéctica y su relación con la ciencia

Método de análisis: La dialéctica propone un método para entender el cambio y la evolución, centrándose en las contradicciones inherentes a los fenómenos. Esto contrasta con enfoques más estáticos o meramente descriptivos.

Superación de contradicciones: La confrontación de ideas opuestas (tesis y antítesis) lleva a una nueva comprensión (síntesis), un proceso que impulsa el conocimiento. Se puede decir que la dialéctica ayuda a superar las limitaciones del pensamiento lineal.

Integración con el método científico: Algunos filósofos y teóricos sugieren que la dialéctica no se opone a la ciencia, sino que la complementa. Por ejemplo, se argumenta que la dialéctica es necesaria para la investigación científica de los principios que rigen la realidad, como se ve en la física newtoniana. 

La ciencia desde una perspectiva dialéctica

Apropiación de la realidad: Desde una perspectiva dialéctica y materialista, la ciencia se concibe como una forma de "apropiación" de la realidad en el pensamiento. Es decir, la ciencia reconstruye la realidad en el pensamiento mediante un proceso complejo, que va de lo simple a lo complejo o de lo abstracto a lo concreto.

Un proceso dinámico: La ciencia, vista dialécticamente, no es un cuerpo estático de conocimiento, sino un proceso en constante evolución, impulsado por la contradicción y el cambio. Esto implica que las teorías científicas están sujetas a revisión y mejora continua.

La ciencia como una forma de apropiación: El concepto de "apropiación" (Aneignung) de Marx se refiere a la apropiación científica como un proceso complejo que utiliza tanto medios conceptuales como instrumentales para reconstruir la realidad en el pensamiento, acercándose a ella de manera progresiva. 

Ejemplos y perspectivas

La ciencia antigua: Los filósofos griegos ya utilizaban la dialéctica como una forma de debatir y alcanzar la verdad, confrontando argumentos opuestos. Aristóteles, por ejemplo, se refería al razonamiento dialéctico como un método para explorar conclusiones probables, diferenciándolo del razonamiento científico que busca la verdad demostrada.

El materialismo dialéctico: Marx y Engels desarrollaron el materialismo dialéctico como una ley filosófica del desarrollo de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, perfeccionada posteriormente por Lenin.

El enfoque en la educación: En campos como la educación en ciencias de la salud, se reconoce la necesidad de utilizar métodos tanto cuantitativos como cualitativos para capturar la complejidad de los fenómenos y la constante interrelación entre teoría y práctica, un enfoque que se alinea con una perspectiva dialéctica. 

¿LA DIALECTICA ES UN METODO FILOSOFICO?

Sí, la dialéctica es un método filosófico que se basa en la confrontación de ideas opuestas para llegar a una nueva comprensión o síntesis. Se puede ver como una técnica de conversación, como en el método socrático, o como un proceso que analiza las contradicciones inherentes a la realidad para comprender su transformación y evolución. Filósofos como Platón, Hegel y Marx desarrollaron y utilizaron diferentes versiones de la dialéctica a lo largo de la historia. 

Cómo funciona la dialéctica

Tesis: Una idea o punto de partida.

Antítesis: La confrontación de la tesis con una idea o argumento opuesto.

Síntesis: Una nueva idea o conclusión que concilia y supera las contradicciones de la tesis y la antítesis. 

HIPOTESIS O TESIS

Una hipótesis es una afirmación o suposición que se puede probar o refutar mediante la investigación, a menudo prediciendo la relación entre variables. En cambio, una tesis es la idea principal o argumento central de un ensayo o trabajo de investigación, que se defiende y desarrolla a lo largo del texto. En resumen, la hipótesis es una propuesta de prueba, mientras que la tesis es la afirmación central que se argumenta. 

Orígenes y evolución

Sócrates: La usó como una técnica de diálogo para descubrir la verdad, buscando que los participantes llegaran a un entendimiento mutuo.

Platón: Utilizó la dialéctica en sus diálogos como método para ascender del mundo sensible al mundo de las ideas y alcanzar la verdad.

Edad Media: Se convirtió en un método escolástico, una forma de debatir y argumentar en preguntas específicas (a quaestio disputata).

Hegel: Le dio un nuevo sentido, enfatizando el proceso de síntesis sucesivas a través de los opuestos para llegar al conocimiento absoluto.

Marx: Enfatizó la confrontación de contrarios y la necesidad de que uno de los opuestos prevalezca, como en su idea de la lucha de clases. 

Usos contemporáneos

Ciencia y sociedad: Se utiliza para analizar fenómenos sociales y procesos históricos, identificando contradicciones y transformaciones.

Formación académica: Es un enfoque filosófico útil en la investigación para el análisis crítico de conceptos y contextos. 

¿QUÉ ES LA IDEOLOGIA?

La ideología es un conjunto de ideas, creencias y valores que caracterizan el pensamiento de una persona o grupo, y que explican o buscan modificar la realidad. Funciona como una "visión del mundo" o Weltanschauung que interpreta la realidad social, política, económica o religiosa y, al mismo tiempo, propone formas de actuar sobre ella para alcanzar determinados fines. 

Características principales

Sistema de creencias: Es un conjunto estructurado de ideas, valores y actitudes. 

Visión del mundo: Ayuda a interpretar la realidad y puede estar ligada a aspectos sociales, políticos, económicos o religiosos. 

Orientación a la acción: Combina una representación del mundo con un programa de acción para influir en él. 

Identidad grupal: Las ideologías pueden ser compartidas por un grupo o colectividad, y sirven para organizar y coordinar las acciones conjuntas. 

Función social: Pueden usarse para legitimar el poder o para articular resistencia. 

Ejemplos

Ideologías políticas: 

Como el capitalismo, el socialismo, (comunismo), la democracia o la autocracia, que proponen diferentes formas de gobierno y sistemas económicos. 

Otras ideologías: 

Como el feminismo, (el wokismo), el pacifismo o el racismo, que definen valores y objetivos en áreas específicas. 

Nota

Las ideologías no siempre son mayoritarias y pueden contener ideas contradictorias, ya que su función principal no es la consistencia lógica, sino la de movilizar y orientar la acción. 

EL FIN DE LAS IDEAS

"El fin de las ideas" puede referirse a la tesis de Daniel Bell sobre el agotamiento de las grandes ideologías políticas en los años cincuenta, que sugería que la política se volvería más pragmática y menos ideológica. También se relaciona con la tesis del "fin de la historia" de Francis Fukuyama, quien afirmó que la victoria del modelo liberal-democrático marcaba el fin de la evolución ideológica de la humanidad, aunque esta idea ha sido matizada y criticada. 

El fin de las ideologías según Daniel Bell

Agotamiento de las grandes narrativas: Publicado en 1960, el libro de Bell argumentaba que las ideologías del siglo XIX y XX se habían agotado.

Triunfo del Estado del bienestar: Bell sostenía que el surgimiento del estado del bienestar había eliminado el terreno para los movimientos revolucionarios, ya que los problemas sociales podían ser abordados con ajustes graduales.

Predominio del pragmatismo: Según Bell, la política se centraría menos en grandes conflictos ideológicos y más en soluciones técnicas y pragmáticas a problemas concretos. 

Discusiones sobre la Inteligencia Artificial

Las respuestas generadas por la “Inteligencia” artificial ponen de manifiesto la necesidad de reevaluar el término “inteligencia” al considerar que carece de la capacidad de conciencia.

En lugar de conciencia, opera mediante la acumulación y circulación de información proporcionada por los diseñadores de la aplicación.

La aplicación enfatiza repetidamente que no posee creencias personales y su objetivo principal es ofrecer información objetiva sin inclinarse hacia ninguna posición específica.

Su funcionamiento se limita a la información con la que fue instruida, reflejando una dinámica similar a la descrita por Humberto Eco en su novela “El nombre de la rosa”.

Un aspecto significativo que merece ser destacado es la dificultad que la aplicación experimenta al abordar contradicciones y preguntas ambiguas.

En ciertos casos, los errores que surgen en las respuestas pueden ser atribuidos a la propia construcción de la pregunta, ya que la aplicación opera principalmente como una acumulación (cerrada) de información proveniente de fuentes en línea.

La aplicación parece entender la inteligencia como la simple acumulación de información proporcionada por internet, lo cual puede limitar su capacidad para manejar conceptos más complejos, como el error como fuente de conocimiento científico, que aporta aprendizajes y experiencias valiosas.

La falta de programación específica para abordar estas situaciones puede llevar a respuestas incompletas o inexactas, subrayando la necesidad de considerar que el aprendizaje no se reduce únicamente a la acumulación de información, sino que implica procesos más complejos y contextuales.

La Inteligencia Artificial existe en la medida que fue creada, no tiene conciencia de su existencia, su tarea es de resolver preguntas (a mayor velocidad) a través de la interacción con el usuario.

¿Cómo puede ser algo inteligente si no asume su propia existencia?

Aún la IA no ha superado el dilema de Descartes. Tampoco tiene la habilidad para comprender e interpretar el mundo, solamente responde basado en información (cerrada y a veces incompleta).

Como consecuencia de lo anterior, la inteligencia artificial carece de la capacidad de discernir información peligrosa, ya que opera según los intereses de sus creadores y usuarios.

Esto genera un debate sobre su uso, ya que la responsabilidad recae en los seres humanos y no en el dominio autónomo de las máquinas en el mundo. Actualmente, no existe una legislación sólida en torno a la privacidad del usuario, evidenciado por la presencia común de publicidad en redes sociales y en internet en general relacionada con temas discutidos en la vida cotidiana. Surge la interrogante sobre el uso que las corporaciones hacen de la información proporcionada por los usuarios.

Otro aspecto esencial en la discusión es el manejo de información verdadera y falsa. En el contexto de internet, se observa una censura selectiva de información basada en la ubicación geográfica; por ejemplo, en la Unión Europea, el acceso a medios de comunicación rusos puede estar restringido o en países donde hay manifestaciones permanentes en contra del gobierno como lo sucedido en Colombia en el año 2021.

Esto plantea un desafío para la inteligencia artificial, ya que podría interpretar como verdadero lo que es accesible y considerar como falso la información proveniente de fuentes no hegemónicas.

Además, existe una difusión extendida de información falsa que influye en las decisiones de los usuarios, como se evidenció en los eventos relacionados con la toma del Capitolio.

En este sentido, la inteligencia artificial podría percibir como verdadera información proveniente de fuentes que buscan beneficiar a un grupo selecto, generando desafíos significativos en la evaluación de la información verdadera.

La inteligencia no se limita a la acumulación de información, sino que implica la capacidad de transformar la realidad a través de su aplicación.

Esta perspectiva debería dar lugar a un debate en torno a la educación, ya que no se trata únicamente de reproducir información, sino de fomentar el pensamiento crítico e interpretativo, permitiendo así la ruptura con los antiguos paradigmas.

En cambio, la inteligencia artificial se limita a resolver problemas basándose en la información preexistente y carece de la capacidad de generar nuevos conocimientos debido a su falta de conciencia.

En respuesta a la pregunta planteada sobre la ideología, la inteligencia artificial no posee una ideología debido a su falta de conciencia tanto de sí misma como del mundo, es una herramienta que surge en un momento histórico específico. Sin embargo, al indagar sobre su proceso de aprendizaje, se evidencia la idea de Gramsci en relación con las escuelas como primeros lugares de reproducción de la ideología. Es decir, la inteligencia artificial reproduce la ideología presente en la información que ha aprendido, pero destaca que la responsabilidad recae únicamente en el usuario. Esta respuesta guarda similitudes con éticas planteadas por corrientes como el utilitarismo, el neoliberalismo y el coaching, las cuales tienden a responsabilizar al sujeto de su propia improductividad. Surge la pregunta si el usuario realmente sabe lo que hace.

La inteligencia se configura como el resultado de habitar el lenguaje y del trabajo realizado a partir de la realidad, no se trata de una mera reproducción de información acumulada o la inmediatez con la que se presentan los resultados.

No es lo mismo replicar información en un entorno virtual que aplicarla en la realidad material.

Aunque existen inteligencias artificiales que desempeñan tareas en el ámbito real, sus límites están definidos por su programación.

A diferencia de la inteligencia humana que posee la capacidad de trascender sus propios límites, independientemente del momento histórico en el que se encuentra. La facultad humana de superar sus restricciones y adaptarse a diversas situaciones destaca la diferencia fundamental entre la inteligencia artificial y la inteligencia humana.

Se ha observado en diversas ocasiones que la información proporcionada por la aplicación puede ser inventada, (distorsionada, suplantada, falsaria como simulación de voces, imágenes, etc.) lo que hace imperativo verificarla con otras fuentes, de esta manera, contradice una de sus reglas fundamentales de funcionamiento.

Un aspecto destacable es la imposibilidad de compartir de manera completa todas las reglas que rigen su labor, generando dudas éticas sobre sus normativas internas y evidenciando una cierta ideología.

Esta limitación plantea interrogantes sobre la transparencia del sistema, ya que oculta parte de sus leyes internas.

Este fenómeno se asemeja, en cierta medida, a la famosa frase de Jesús: “No saben lo que hacen” o de Marx: “No saben, pero lo hacen”, insinuando la posibilidad de que la aplicación reproduzca comportamientos sin una comprensión plena de las implicaciones éticas de sus acciones.

Las inteligencias artificiales tienden a interpretar de manera literal todas las órdenes específicas, ya que no habitan el mundo del lenguaje, sino que están programadas para generar respuestas.

Este enfoque conduce a producciones artísticas que evidencian un exceso de literalidad, revelando la imposibilidad de simbolizar y subjetivizar sus respuestas.

Este fenómeno contribuye a la homogeneidad, una característica notoria en la ideología contemporánea.

El discurso neoliberal, al imponer estándares de vida y prometer una mejora constante, rompe con lo simbólico al objetivar al sujeto como una máquina de producción de goce en lugar de reconocerlo como un ser deseante.

La incapacidad que tiene la IA para recrear la realidad simbólica evidencia un patrón similar para dar solución a las respuestas y su poca creatividad, algo muy contrario a la inteligencia humana.

Una de las características fundamentales de su funcionamiento es la prohibición de responder preguntas que puedan generar violencia. Resulta interesante observar esta norma, ya que la aplicación no posee comprensión intrínseca de qué constituye la violencia ni de cómo sus respuestas podrían causarla. Además, se abstiene de generar información ofensiva, reflejando una tendencia común en las redes sociales donde el uso de lenguaje grosero es restringido sin considerar el contexto, a veces las groserías no son groserías, sino formas naturales de comunicación informal.

Es crucial reconocer que el debate sobre la eliminación de la violencia no debería centrarse exclusivamente en el lenguaje, ni en la responsabilidad individual, sino más bien dirigirse hacia sus raíces sociales, económicas y políticas. Abordar las causas fundamentales de la violencia permitiría abordar de manera más efectiva este problema, trascendiendo las limitaciones del ámbito lingüístico.

La aplicación no tiene la capacidad de crear ideología por sí misma; más bien, reproduce la ideología de la información proporcionada por sus fuentes. En este sentido, puede contribuir a la reproducción de una falsa conciencia si la información recibida está vinculada a la ideología predominante en un momento dado. Es importante señalar que las aplicaciones carecen de autonomía para seleccionar creencias políticas o tomar decisiones, ya que estas dependen exclusivamente de la persona que las (produce o) utiliza.

La inteligencia artificial solo puede percibir la realidad a través de la información que ha recibido, y le resulta imposible reconocer la simbolización inconclusa o llenar los vacíos que deja la realidad. El error, que puede ser una fuente valiosa de conocimiento, presenta un desafío para la inteligencia artificial, ya que su programación a menudo no le permite aceptar errores ni aprender de ellos de la misma manera que lo haría un ser humano.

El concepto de inteligencia artificial debe ser reevaluado, ya que no se trata verdaderamente de una inteligencia, sino más bien de una aplicación que reproduce información obtenida mediante algoritmos computacionales. La inteligencia artificial carece de conciencia y su funcionamiento se limita a acumular información para responder a las demandas de los usuarios basándose en algoritmos computacionales (Divino, 2022).

Esta perspectiva plantea la necesidad de una discusión ética sobre las fuentes de información que alimentan a la inteligencia artificial. La inteligencia, en su sentido más genuino, implica una habilidad que invita a la reflexión y no simplemente a la reproducción mecánica de información. La comprensión de estos límites y la consideración ética de cómo se utiliza la inteligencia artificial son aspectos cruciales en la evolución de esta tecnología.

 En última instancia, son los seres humanos quienes toman las decisiones, una aplicación no puede comprender plenamente las implicaciones reales de esas decisiones, ya que carece de la capacidad de sentir, entender y simbolizar el mundo humano.

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