EL DATO.
Ni bien salió el documento en
'América Noticias', el presidente Humala convocó a jefes militares y policiales
para que averiguaran si era cierto o falso.
Ni bien salió la información
sobre la supuesta vinculación de Palacio de Gobierno con el resguardo policial
al ex operador montesinista, el presidente Humala ordenó una investigación
inmediata para determinar si era verdadera o falsa la noticia, lo que motivó
una concentración inédita de jefes de las FFAA y PNP en la madrugada del 21 de
noviembre. ESTA ES LA HISTORIA.
Ángel Páez y Doris Aguirre
Tanto o más poder destructivo
que la revelación del resguardo policial a la casa de Óscar López Meneses
produjo la información que divulgó "América Noticias" a las 10 y 10
minutos de la noche del miércoles 20 de noviembre.
El mandatario Ollanta Humala
saltó literalmente de su sillón cuando el noticiario exhibió un documento que
supuestamente acreditaba que un oficial del Ejército, asignado a la Casa
Militar de Palacio de Gobierno, y encargado de la seguridad del jefe del Estado
y de su familia, se había presentado en la casa de López Meneses para constatar
que recibía resguardo policial, el 18 y el 19 de junio del 2012. La información
tuvo el efecto de un bombazo.
El presidente Humala creía que
había salido de la crisis después de haber declarado a Radioprogramas, el lunes
18 de noviembre, que el caso López Meneses era obra de un sector corrupto de la
Policía Nacional. Además, al día siguiente, martes 19 de noviembre, juró el
nuevo ministro del Interior, Walter Albán, en reemplazo de Wilfredo Pedraza,
quien asumió la responsabilidad política por la seguridad que se ofrecía a
López Meneses.
La calma chicha duró menos de
24 horas. En la noche del miércoles 20 de noviembre, al propalarse el programa
'América Noticias', estalló la bomba en la plaza de armas. El presidente
reventaba de ira.
Según el documento que había
recibido América Televisión, el mayor EP Kenny Abuhadba Moscoso, coordinador de
la seguridad del presidente Humala y de su familia, había firmado la nota de
conformidad del resguardo a la casa de López Meneses, en la segunda cuadra de
la calle Batallón Libres de Trujillo, en Surco.
Humala convocó de inmediato a
Kenny Abuhadba y a su jefe inmediato, el jefe de la Casa Militar de Palacio de
Gobierno, el general de brigada EP Carlos Mayca Vásquez, compañero de promoción
de su hermano Antauro Humala. Abuhadba y Mayca afirmaron que la Casa Militar no
tenía ninguna relación con la seguridad a la vivienda de López Meneses.
El mandatario empezó a
sospechar que se trataba de una reacción de un sector de la policía, molesta
por la declaración ante Radioprogramas. Pero no estaba seguro.
Entonces Humala dispuso que
las autoridades en el campo de la inteligencia se reunieran de emergencia para
establecer tres asuntos muy puntuales:
(a) ¿Es verdadero el documento
revelado por 'América Noticias'?;
(b) Si es legítimo el documento, ¿quiénes son los contactos de López Meneses?;
(c) Si es fraguado el documento, ¿quiénes lo adulteraron y luego lo filtraron a América Televisión? Varios funcionarios civiles, militares y policiales fueron levantados de sus camas e interrumpidos sus respectivos sueños para que asistieran con carácter de urgencia a la sede de la Policía Antiterrorista (Dircote), en el viejo local de lo que fue la Prefectura de Lima, en la avenida España.
(b) Si es legítimo el documento, ¿quiénes son los contactos de López Meneses?;
(c) Si es fraguado el documento, ¿quiénes lo adulteraron y luego lo filtraron a América Televisión? Varios funcionarios civiles, militares y policiales fueron levantados de sus camas e interrumpidos sus respectivos sueños para que asistieran con carácter de urgencia a la sede de la Policía Antiterrorista (Dircote), en el viejo local de lo que fue la Prefectura de Lima, en la avenida España.
A partir de los primeros
minutos del jueves 21 de noviembre, antes de que se cumplieran tres horas desde
que 'América Noticias' difundiera el documento, empezaron a llegar los
convocados.
Arribaron el director de la
PNP, general Jorge Flores Goicochea, en compañía del jefe de la Dirección de
Investigación Criminal (Dirincri), general César Cortijo Arrieta; el jefe de la
Dirección de Inteligencia (Dirin), general José Céspedes Aguirre; y el jefe de
la Subunidad de Acciones Tácticas (SUAT), coronel PNP Walter Arrué Pereyra, y
otros oficiales de la SUAT, de acuerdo con fuentes que estuvieron presentes en
el lugar.
CUERPO A TIERRA
Después aparecieron los ex
viceministros del Interior Iván Vega Loncharich y Roberto Reinoso Peñaherrera;
el jefe de la Dirección General de Inteligencia del Ministerio del Interior
(Digimín), general PNP Wilson Hernández Silva, y el jefe de la Casa Militar,
general EP Carlos Mayca. Nunca antes se habían reunido tantos altos oficiales
por una situación de crisis, ni por razones de la lucha contraterrorista.
La consigna que recibieron del
mandatario Ollanta Humala fue que determinaran si la información divulgada era
cierta o el resultado de la filtración de una noticia falsa para dañar al
gobierno implicándolo con López Meneses. De acuerdo con el registro de
servicios policiales de la SUAT, el patrullero asignado a la casa de López
Meneses el 18 y el 19 de junio del 2012 estuvo a cargo del subofi cial William
Pingo Cienfuegos. Lo trajeron de inmediato al cuartel general de la Policía Antiterrorista,
en la avenida España.
"¿Estuvo usted de
servicio en el patrullero CL-8777 asignado a la casa de la calle Batallón
Libres de Trujillo N° 209 (donde vive Óscar López Meneses)?", le preguntó
al suboficial William Pingo el director de la PNP, general Jorge Flores.
Eran las dos de la mañana del jueves 21 de noviembre.
Eran las dos de la mañana del jueves 21 de noviembre.
"Sí, fui designado para
dar seguridad al domicilio indicado, donde tenía conocimiento que residía el
presidente del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas", contestó Pingo.
"
¿Llegó hasta su puesto el mayor EP Kenny Abuhadba Mosco para verificar el cumplimiento del servicio a dicha residencia?", insistió el general Flores.
"Sí, vino el oficial mencionado, me pidió el cuaderno de control y lo firmó para dejar constancia de que no había ninguna novedad en el servicio", contestó el suboficial Pingo.
¿Llegó hasta su puesto el mayor EP Kenny Abuhadba Mosco para verificar el cumplimiento del servicio a dicha residencia?", insistió el general Flores.
"Sí, vino el oficial mencionado, me pidió el cuaderno de control y lo firmó para dejar constancia de que no había ninguna novedad en el servicio", contestó el suboficial Pingo.
MENTIRA DESMONTADA
Todos se quedaron de una
pieza.
Lo que declaró el suboficial William Pingo Cienfuegos confirmaba la información de 'América Noticias'.
Sin embargo, por alguna razón, al jefe de la Dirincri, general César Cortijo, no le convenció el testimonio de William Pingo. Su olfato de veterano detective le indicaba que había algo que no encajaba.
Lo que declaró el suboficial William Pingo Cienfuegos confirmaba la información de 'América Noticias'.
Sin embargo, por alguna razón, al jefe de la Dirincri, general César Cortijo, no le convenció el testimonio de William Pingo. Su olfato de veterano detective le indicaba que había algo que no encajaba.
Así que llamó a dos peritos
grafotécnicos de Criminalística, y, además, requirió todos los controles de los
servicios prestados por las patrulleros de la SUAT y el registro de la Casa
Militar sobre los vehículos policiales asignados a la familia presidencial,
según fuentes del Ministerio del Interior.
Los peritos concluyeron que el documento había sido adulterado.
Los peritos concluyeron que el documento había sido adulterado.
Donde originalmente estaba
escrito que se había cumplido con el resguardo a la casa del "presidente
de la República", los confabulados sobreescribieron que la vivienda era
del "presidente del Comando Conjunto".
El objetivo era que el
documento confirmara la versión de los generales de la policía que habían dicho
que no sabían que en la calle Batallón Libres de Trujillo vivía el operador
Óscar López Meneses sino que residía el jefe del Comando Conjunto, almirante
José Cueto Aservi.
Pero con la adulteración del
contenido del documento, también se pretendía relacionar a Palacio de Gobierno
y al presidente Humala con la seguridad a López Meneses.
El general César Cortijo, además, encontró en los registros de control que el patrullero CL-8777 no había estado en la casa de López Meneses sino en la residencia del presidente Ollanta Humala.
El general César Cortijo, además, encontró en los registros de control que el patrullero CL-8777 no había estado en la casa de López Meneses sino en la residencia del presidente Ollanta Humala.
Con este material, el general
Cortijo llegó a la conclusión de que el suboficial William Pingo mentía. Y lo
convocó nuevamente, esta vez para que dijera toda la verdad. Pingo regresó a
las 7 de la mañana del jueves 21 de noviembre.
Cuando el general César
Cortijo le explicó que lo que había dicho no se ajustaba a los hechos que
consignaban los documentos que había recabado, el suboficial William Pingo se
quebró y estalló en llanto por el nerviosismo.
Pingo confesó que había
mentido presionado por sus superiores. Y que el mensajero había sido el jefe
del Primer Pelotón de la SUAT, mayor PNP Paul Olaya Alarcón, quien lo había
conducido hasta el cuartel de la Policía Antiterrorista, en la avenida España,
dijeron fuentes del Ejecutivo. Pingo declaró al general Cortijo: "A la una
de la madrugada, aproximadamente, recibí una llamada para que me presentara en
el puente La Ensenada (La Molina), donde me esperaba el mayor PNP (Paul) Olaya
(Alarcón).
Al presentarme ante el
referido oficial, me hizo subir a un vehículo SUAT conduciéndome a la DINCOTE
(Dirección Contra el Terrorismo).
En el interior del vehículo
(el mayor Olaya) me indicó que tenía que declarar que la firma del oficial EP
Kenny Abuhadha Moscoso (de la Casa Militar de Palacio de Gobierno) indicaba que
se había realizado el resguardo al domicilio del presidente del Comando
Conjunto, en Surco, y que no me preocupara porque tenía conocimiento de todo el
coronel PNP Walter Arrué Pereyra, ex jefe de la SUAT". Pingo había mentido
para dar validez a un documento adulterado. No falta nada para dar con los que
manejaban los hilos de Pingo.
Esta historia continúa.
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