Creo que es ocioso ahondar en
las descalificaciones de la congresista Martha Chávez para coordinar una
Comisión de Derechos Humanos en el Congreso. Se dice que es “solo” para
“monitorear” las recomendaciones de la CVR y para ver el tema de los derechos humanos
de los peruanos que han migrado.
Falso: también es para darles seguimiento y (OJO) “aprobación” de
las respuestas que el Estado dé a los requerimientos ante instancias
internacionales. Eso significa que le han dado en bandeja lo que siempre ha
querido el fujimorismo: carta blanca para perseguir a los miembros de la CVR
bajo el cuento del gasto de dinero, para desprestigiar al Informe Final de la
CVR y tratar de retroceder todos los pocos avances que ha tenido, de paralizar
los proyectos vinculados a reparaciones, memoria y justicia; pero, sobre todo,
para “aprobar” la labor de los procuradores supranacionales cuando van a la
Corte o a la Comisión Interamericana.
No olvidemos que Martha Chávez estuvo a favor de que el Perú se retire
del Pacto de San José.
Como señaló este mismo diario
en su editorial de ayer, usando una metáfora lo suficientemente plástica para
entenderla, Chávez “asume el cargo de ‘coordinadora’ […] con un cuchillo entre
los dientes y lista al ajuste de cuentas, como en sus tristes épocas de
gonfalonera de la dictadura”.
Martha Chávez suele denominar a medio mundo “terrorista” porque no
tiene otros argumentos para desacreditar a sus opositores.
Por supuesto que los primeros
que están en su lista han sido los miembros de la CVR, pero no olvidemos que
comparó a Ollanta Humala, el día que juramentó como presidente del Perú, con
Abimael Guzmán “porque también torpedea la democracia, por eso están a la par,
porque quiere hacer saltar en pedazos el orden constitucional”. ¿No es acaso
ella quien mejor torpedeará los pocos avances en DDHH como vendetta ante la
negación del arresto domiciliario?
Lourdes Flores, totalmente
errada, ha dicho que estarán ellos, los congresistas del PPC, dispuestos a
monitorear su labor, pero que le dejen “la ventaja de la duda”. Me pregunto:
¿puede existir alguna duda sobre la trayectoria “derechohumanista” de Martha
Chávez? Ninguna. Ella no defiende, no ha defendido, ni defenderá los derechos
humanos de los peruanos sino sus intereses fujimoristas, ergo, la amnistía a
los “Colina”, el indulto a Fujimori y la justificación de “excesos” cuando se
trató de una política de ese Estado putrefacto que gobernó su líder. Ejercer la
política de la mejor manera, como deben hacerlo los pepecistas, no
necesariamente es extenderle la confianza a un opositor en situaciones como
esta. Ningún grupo parlamentario debe de supeditar sus valores a un arreglo
que, como la repartija, no tienen en consideración que los ciudadanos estamos
atentos a estas componendas.
La defensa de los derechos
humanos no solo se asienta en los convenios internacionales o en las normas,
sino en la claridad de sus preceptos, en la idoneidad moral de los funcionarios
designados a defenderlos, precisamente para que los procedimientos por los
cuales se garantizan los derechos no dejen en la impunidad la violación de los
mismos.
Cabe preguntarse, ¿por qué se ha elegido a Martha Chávez como
coordinadora de esta comisión?
Heriberto Benítez primero lo
justificó y ahora, al darse cuenta de la reacción ciudadana, ha reculado. ¿Qué
opinan los otros congresistas que no son de Fuerza Popular?, ¿de qué se trata
todo este asunto?
Rocío Silva Santisteban
La.Republica.pe
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