¿Con qué patrones lógicos actúan las mafias de aquí o acullá? Una modalidad, cuasi indispensable, es el respeto a la omerta, es decir, el silencio. Nadie denuncia los robos, las estafas, los crímenes, las exacciones, las concesiones hechizas, los contratos con nombre propio y dedicatoria, los favoritismos, los negociados, que hacen los afiliados a las logias participantes. Por eso y nada más un gobierno saliente requiere de otro capaz de garantizar silencios cómplices y tapaduras so pretexto de miles de leyes invocadas por jueces adláteres y profundamente inmorales.
No obstante si hay filtraciones, los medios de comunicación “amigos” crucifican a los “indiscretos” y les llenan de barro y fango antes que el debido proceso determine si tiene o no razón en sus denuncias. La “justicia periodística” empuerca, muchas veces, a quienes tienen razones fundadas para señalar a los corruptos. Pero los corruptos usan el dinero mal ganado para comprar conciencias, orientar voluntades y perpetuar sus “futuros políticos”.
Si un partido gobernante no las tiene todas consigo para ganar la reelección, conseguirá o impondrá a un candidato que garantice impunidad o, en el caso de perder, juegue su peso específico en la segunda vuelta, para exigir borrón y cuenta nueva al postulante con mayor opción bajo la premisa de un precio único: formar parte de la enorme logia de corrupción. “Me perdonas y tienes licencia para robar durante cinco años (hasta que volvamos, parecieran decir)”.
Lo que se ceñiría o restringiría a política de Estado interna, también tiene su propia dinámica corrupta a nivel externo. ¿Quién sabe qué ocurre en el tema del TLC con Chile y la protesta del país austral que jamás ha desmentido Cancillería? Las concesiones pueden ser bajo el dintel de cómo se llevó a cabo este irregular proceso asimétrico y torpe por parte de Perú que carece de refrendo congresal, una multitud de lesiones para el comportamiento del Estado peruano en adelante. Pero el menú de la impunidad adviene insolente con su carga ideológica en que episódicos mandatarios o gobernantes confunden su destino personal con el del Estado. No son pocos los presidentes que, una vez instalados en Palacio, llegan a creer que el país es su potrero particular.
¿Qué hacen las oposiciones internas? Básicamente discurren por la filosofia de lugares comunes y reiteran lo que todo el mundo sabe: mafiosos, argolleros, delincuentes, inmorales, etc. Las mafias tienen un grado de organización bastante moderno y eficaz. Actúan por la angurria a los bienes materiales. Mientras que el opositor camina por la bella página literaria y la denuncia oratoria, ora inflamada y emocionante, el caco sabe bien qué quiere y lo logra velis nolis y los que pierden sólo atinan a lloriquear sus mediocridades grises e inanes. Por eso los espectáculos vistos en un reciente congreso partidario no llaman la atención, son parte de un nadir que confirma que hombres y mujeres como los viejos fundadores fueron notas excepcionales de una sinfonía social que puede nombrar mártires y héroes por miles en su larga presencia que hoy amengua sin que nada detenga ese doloroso colapso terminal.
La gran impunidad privilegia como doctrina o fuente ideológica, el puro amor al dinero, a la coima, a la estafa, al robo en suma. Perú no sale de su atrabiliario encierro desde que nació como república, repite sus yerros y sus mentes pensantes pecan de onanistas músicos o literatos que componen sinfonías o escritos de sus fracasos. Acaso sería más interesante que compendiaran, alguna vez, tomos y tomos de victorias arrancadas a los ladrones en la misma arena y demostrando ser superiores a estos simios de cuello y corbata. Mientras que eso no ocurra, las cosas seguirán cuesta abajo la rodada.
¿Se entiende ahora por causa de qué un partido gobernante “elige” a mano alzada una lista “por consenso” y exhibe a un vergonzoso nuevo secretario general vinculado a los “petroaudios” asunto que pueden limpiar de su miasma, los jueces, pero que los pueblos, más sabios que todos los sabios, saben bien del porqué de esas sucias vinculaciones con Canaán y romulito?
¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
Herbert Mujica Rojas
http://hcmujica.blogspot.com/
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