viernes, 23 de noviembre de 2012

EL FUJIMORISTA OLLANTA HUMALA



Carlos Angulo Rivas
 Ollanta Humala parece tener algunos problemas de comprensión de la lectura, de la política nacional, de su partido nacionalista y, por consiguiente, de las decisiones a tomar. Cada vez que declara a la prensa necesitamos de intérpretes y traductores. La reciente alianza con los fujimoristas en el Congreso para sancionar ilegalmente a Javier Diez Canseco, congresista izquierdista renunciante a la bancada de Gana Perú, constituye una negra historia de presión palaciega, una completa vendetta, sobre los débiles parlamentarios “nacionalistas” u Ollantistas. Presión sobre la que debe responder el cogollo gobernante Nadine Heredia, Ollanta Humala, Marisol Espinoza, y los ujieres que los rodean. Esta sanción a Diez Canseco, de indudable origen palaciego y subrepticio, trastoca la agenda política nacional en cuanto se sospecha, con fundadas razones, los arreglos bajo la mesa entre la familia japonesa Fujimori, los fujimoristas, y Ollanta Humala, convertido en un felón tal como fue calificado en su época de gobernante el general Francisco Morales Bermúdez. El grave problema para el país es que los felones no tienen límites, una vez saltan la primera barrera las siguientes les parecen normales, naturales, colaterales y domésticas. Allí tenemos también a varios especimenes gemelos de la política nacional como el propio Alberto Fujimori y Alan García Pérez, para quienes una raya más al tigre no hace diferencia.
 Vamos a decirlo con toda claridad. Liberar al reo Alberto Fujimori, mediante un indulto amañado, cocinado en las alturas corruptas del poder, sería la felonía más grande de este régimen que se inició con banderas de renovación y esperanza; sería pisotear la dignidad nacional nada menos que por un soldado que vistió el uniforme patrio. Mario Vargas Llosa, guardando las formas ante la sospecha de la liberación de un criminal y ladrón de la talla de Fujimori, dice: el gobierno “mancharía su gestión,  si le otorga la gracia presidencial al sentenciado a 25 años por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta;” además, de acusarlo de haberse levantado del país seis mil millones de dólares que la familia japonesa Fujimori no quiere devolver. A estas alturas de los acontecimientos, alrededor de un pedido de indulto ilegal, prohibido en la forma y fondo de su solicitud, Ollanta Humala declaró ante el diario El País de España, con uno de sus trabalenguas diciendo: “él tomará una decisión “poniendo por delante el interés nacional,” quejándose de que “hay mucho juego político de diferentes actores que no tienen vela en el entierro” lo cual “enturbia todo este proceso en el cual se va a decidir sobre una persona”. Por favor, señor presidente, Usted no es el dueño del Perú así quiera regalarlo a los mejores postores; en este asunto de dignidad nacional todos los peruanos tenemos que ver, principalmente,los que votaron por su “hoja de ruta” contra la mafia encabezada por la japonesa Keiko Fujimori, Alan García, Kuczynski, Castañeda.
 El vaivén del antijurídico indulto a Fujimori por parte del gobierno corresponde a la voluntad de otorgarlo. La vacilación de no hablar claro respecto al indulto por parte de Ollanta Humala, Nadine Heredia, y del burócrata con fajín ministerial Juan Jiménez Mayor, se relaciona con la conciencia sucia de los nombrados y las negociaciones turbias con la mafia aprofujimorista. Los exabruptos de los japoneses Keiko y Kenji Fujimori, contra Vargas Llosa por sus contundentes declaraciones son una prueba de que existen conversaciones secretas en el montaje de un indulto ilegal que vendría con una alianza abierta entre los fujimoristas y los restos insepultos del “nacionalismo.” La japonesa Keiko Fujimori señala que a Vargas Llosa “le sobra imaginación, pero que le falta caridad humana” ¿tuvo caridad humana su padre cuando ordenó los numerosos asesinatos de los que se le acusa? Por otra parte, se confirman las conversaciones secretas con el gobierno cuando la insolente japonesa exige: “Humala Tasso debe “resolver pronto” la solicitud de indulto para evitar “que un tema humanitario se convierta en un desfile de turistas que solo hablan por la herida” en referencia a Vargas Llosa. Otras pruebas de las turbias negociaciones entre el fujimorismo y el círculo palaciego serían las declaraciones de la dogmática evangelista Ana Jara que señaló: “las opiniones de terceros sobre el pedido de indulto de Fujimori salen sobrando” o las del primer ministro Jimenez Mayor: “respeto la opinión de Mario Vargas Llosa contra de un eventual indulto al ex presidente Alberto Fujimori pero la postura del escritor no es vinculante a la decisión que tomará, en su momento, el mandatario Ollanta Humala. Por último, el silencio de cuando le preguntaron sobre el indulto la metiche, presidenta, Nadine Heredia.
 El pus del cuerpo nacional vuelve a saltar por todos los poros. Ollanta Humala ha cruzado varias vallas de felonías, una más grande sería la libertad del criminal japonés Alberto Fujimori, cuya solicitud de indulto no reúne los requisitos establecidos en la ley, ni siquiera en cuanto a la presentación sin la firma del reo. Humala, no contento con otorgar a Fujimori una cárcel dorada a costa del presupuesto nacional, con un área de 10,050 metros cuadrados con todas sus comodidades,  quiere insultar a la ciudadanía con violaciones a la ley y a la constitución. ¿Quién paga el policlínico, médicos, enfermeras y ambulancia permanente; los ambientes de la cárcel donde el reo tiene libertad de decidir quienes lo cuidan, la libertad de ser visitado las 24 horas del día, de disponer de un ambiente privado al que no accede el INPE, etc., es decir, quién paga la propiedad de Fujimori en la DIROES, fundo "Pampa Bonita," donde no rigen las normas porque él gobierna. Ollanta Humala con el indulto presentado viene actuando, por inmoral cálculo político, a favor de la impunidad, de la corrupción, de la descomposición casi irreversible del Perú. No sólo quiere salvar a Fujimori sino a Alan García y sus secuaces. Actuando por principios, con dignidad, honestidad y rectitud, la cuestión del indulto no debe marcar la agenda nacional; la situación es muy sencilla para un líder íntegro, limpio y honorable, pues bastaría una sola declaración sin tartamudeos palaciegos: el indulto no procede; con ella se acabaría la discusión, la porfía, el debate; y sobre todo la insolencia de los japoneses Keiko y Kenji Fujimori, quienes no quieren devolver la plata robada a todos los peruanos.
 Señor Ollanta Humala es hora de que Usted aclare de una vez por todas el significado de su declaración al diario El País  “yo tomaré una decisión poniendo por delante el interés nacional” porque el único interés nacional real y concreto es que la familia Fujimori devuelva los calculados seis mil millones de dólares robados al Perú y que el reo por usted protegido en la DIROES pague por sus crímenes. Observe su comportamiento de hombre frente al espejo de su habitación; y piense con sinceridad por qué a su hermano Antauro Humala no le otorga los privilegios carcelarios dados a Alberto Fujimori.

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