Claudia Cisneros M. |
DE CENTRO RADICAL
Claudia Cisneros Méndez
Fujimori-Montesinos
pervirtieron el sentido legal de “inteligencia” al usarla para perseguir y
chantajear a enemigos políticos o personales. Pero la inteligencia es un arma
poderosa y necesaria en democracia siempre que se use para preservar a ésta, la paz y la seguridad. Es la forma
más precisa de conocer los planes del enemigo del Estado. Ciertamente, como
dejaron constancia Fuji-Montesinos, siempre hay un riesgo de que se use para
agendas políticas subalternas. Allí es donde el control civil y la fiscalización
institucional deben ser incansables. Nuestro referente, sin embargo, no debe
ser los rufianes del poder de los 90, sino la Dincote de 1992, que haciendo
“buena inteligencia”, sin transgredir derechos, rastrillar un arma o derramar
sangre, fue la verdadera artífice de la captura de Abimael y su cúpula. Hoy
necesitamos esa inteligencia para conocer los movimientos de Movadef.
Y no se equivoquen quienes ven
en los jóvenes de Movadef a “confundidos”. Pregúntenles en voz alta si se
arrepienten de las matanzas de Sendero y si dirían públicamente que se
equivocaron, que el asesinato no debió ser ni será jamás una vía lícita y moral
para revertir injusticias sociales. Verán que el ¨confundido¨ joven es en verdad un consciente militante de
lo que “debe” defender y ¨callar¨. El día que abjuren del aspecto sanguinario y
homicida del pensamiento Gonzalo se les podría considerar luchadores sociales y
no terroristas.
¿Cuál es la línea que divide
la libertad de pensamiento del delito? Pregunta difícil para un demócrata y
libertario, mas no una excusa para la inacción. Mi hipótesis es: siendo ilegal
el terrorismo, cualquier grupo que más allá del discurso esté económicamente
ligado a un grupo probadamente terrorista, debe ser considerado como tal. Es
decir, no bastaría compartir el discurso (por lo que se le puede o no acusar de
apología) sino que sus arcas compartidas deben quedar fehacientemente
descubiertas y probadas. De allí la importancia de la inteligencia.
Del lado social, algunos
argumentan que ilegalizar a Movadef es un error porque los victimiza , margina,
y lejos de desaparecerlos sólo se los empuja a la clandestinidad. De acuerdo,
pero creo más importante preservar el principio de que un grupo terrorista que
se infiltra al sistema democrático para destruirlo a través de una fachada no
puede ser legal, no sería coherente. Lo que hay que probar es su fachada,
porque el Estado no puede defender la paz social y la democracia cometiendo
ilegalidades. El otro frente, y no menos importante, es el del debate. Movadef-Sendero
tiene un plan en marcha al que vamos llegando tarde. Ciertamente su
proscripción no es suficiente ni los hará desaparecer. La exclusión y
marginación social en la que muchos peruanos viven aún hoy que cacareamos éxito
económico, es y seguirá siendo su caldo de cultivo. Es urgente abrir foros,
discutir, hacer y sobre todo transmitir memoria. Jamás daremos el verdadero
salto de evolución social si seguimos ignorando a los muertos, a los deudos, o
defendiendo al terrorismo de Sendero o al de Estado de los 90s. Todos queremos
una vida mejor, prosperar. Bregar por ello es nuestra coincidencia. Pero matar
en nombre de esas ideas o ideales, eso no es ni será aceptable jamás. Ojalá
logremos que lo entiendan algún día.
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