miércoles, 20 de marzo de 2013

EL PATRÓN DEL MAL


Por Herbert Mujica Rojas
¿No son los grandes facinerosos, hampones, ladrones de su tiempo, los Al Capone, los Escobar y los patrones del mal criollos los que siempre van a misa, se persignan, besan la mano a cardenales fascistas, construyen Cristos cariocas en Chorrillos y, de remate, se compran casitas por un millón de dólares que pagan las empresas del imperialismo, los que rinden loas al buen vivir y "condenan" a los criminales, rateros, estafadores y buscones de la cosa pública?
El patrón del mal no es un tema estrictamente colombiano, si hay que hacer justicia, aquellos existen en todo el mundo. Pero mal de muchos, consuelo de tontos.
En el libro de propaganda para su candidatura a una tercera elección como presidente, 90 años de aprismo, el ex mandatario Alan García Pérez, suelta lindezas de todo calibre. En la página 11 dice:
"Guió nuestro gobierno, que consolidó lo avanzado anteriormente, y la mejor prueba de su acierto es que hasta hoy el régimen actual, más allá de sus ofertas electorales, ha mantenido la continuidad del sistema democrático y el mismo modelo económico."
A confesión de parte, relevo de pruebas. Esto explica porqué la administración alanista fue renuente hasta el fanatismo de reinstalar la Carta Magna de 1979 la que consagraba derechos ciudadanos inviolables que la Constitución de 1993 abolió, flexibilizó promoviendo el capitalismo salvaje, la nulidad de la protección de los trabajadores, la primacía del criterio empresarial y ganancias pingues, el entreguismo vía concesiones del patrimonio nacional, todo de lo cual, se huelga el ex mandatario García Pérez de haber respetado. En suma, el fujimorismo delincuencial, vendepatria sin atenuantes. ¡Y lo dice García!
Hay en camino demoledores análisis económicos que rebaten y pulverizan el modelo económico que García sostiene es paradigma. Debe ser por eso que guarda un silencio cómplice con respecto a que este gobierno, el de Ollanta Humala, ha renovado 18 años de contrato con Telefónica de España pero hay un detallito cuasi insignificante que pasa por alto todo el mundo: ¡nadie conoce la literalidad del bendito contrato!
Pero el patrón del mal se manifiesta con desverguenza cínica a cada paso de sus esfuerzos intelectuales. Verbi gracia, en el Post Scriptum de la página 125, dice García: "El original de este texto ha sido leído por Mauricio Mulder, Javier Velásquez, Luis Gonzales Posada y Javier Barreda, cuyos comentarios y notas agradezco fraternalmente. Lima, febrero de 2013.
Con la excepción de Mulder y, en menor medida, de Barreda, Velásquez y Gonzales Posada son ágrafos de dilatada experiencia. Los cuatro deben su fama a su coherencia para con los diktats y cumplimiento al pie de la letra de las ordenanzas de García Pérez. No hay que se sepa, atisbo de independencia o libertad de criterio en cualquiera de ellos, considerados de forma individual o en conjunto. El rebaño alanista, hay que reconocerlo, posee ribetes disciplinados y borreguiles. ¿Quién osaría contradecir o cuestionar la más boba de las opiniones del patrón del mal?
¿Puede un deshonesto dar lecciones de honestidad? 
Como Perú es un país en que llueve para arriba, no está lejano el día en que a Vladimiro Montesinos se encargue, otra vez, el portafolio de Inteligencia. 
No ha muchos días atrás, denunciamos que un diplomático, Francisco Tenya Hasegawa, engreído y prosélito por largos años en Japón, del ex embajador fujimorista Víctor Aritomi, había sido apuntalado como Secretario General de la presidencia, es decir iba a trabajar codo a codo con el jefe de Estado Ollanta Humala. Correos de brujas dicen que el individuo fue expectorado y desde el más alto nivel. Pero el arrebato neofujimorista existió y ¿para qué?: evidentemente para gestionar y facilitar el indulto a Alberto Kenya Fujimori.
El crimen más horrendo y vituperable, al margen del entreguismo de sus dos gobiernos claudicantes, 1985-1990 y 2006-2011, de Alan García Pérez, ha sido el asesinato de la fe de cientos de miles de militantes del otrora multitudinario Partido Aprista. En 1978, un Haya anciano, conduce la victoria nacional e indiscutible que le catapulta como presidente de la Asamblea Constituyente ganando S/ 1 (un sol) al mes. Al año siguiente Víctor Raúl muere el 2 de agosto y ese acto terminal se produce en casa fraterna pero prestada. ¡Ni la tumba donde reposan sus restos en el Cementario de Miraflores, Trujillo, era de él! ¿No hay por nuestros lares un patrón del mal que se compra una casita de 1 millón de dólares con dinero del imperialismo?
Ha poco regresó mi compañero y amigo Luis Alberto Salgado de Puno, lugar donde dictó una conferencia pero también dialogó con jóvenes protestantes que le dijeron lo siguiente: "nos da verguenza decir que somos del Partido Aprista porque, de inmediato, nos asocian con Alan García Pérez". Y esta circunstancia se repite a lo largo y ancho del país. A partir del 2011, en versión horrenda y de pesadilla, quien sea preguntado por el Apra, responderá: rateros, delincuentes, miserables. Y el fautor es el patrón del mal. ¿Quién se atreve a negar esta realidad dolorosa?
Alan García Pérez ha reducido al Apra hasta niveles diminutos y casi sin peso en cualquier ámbito, hasta el más mínimo, de la cosa pública peruana. ¿Alguien conoce algún manifiesto sobre Conga, Telefónica, Cañaris, el maltrato a la fuerza armada, el narcotráfico, en torno a las mafias en el aparato del Estado y muchos otros temas de enorme relieve? ¿Qué ha dicho Alan García en torno a asuntos geopolíticos? Su frase más célebre, fue con respecto a los chilenos, que no había que cuestionarlos porque podrían molestarse. La sumisión y falta de hombría patriótica quedaron registradas en las páginas de la infamia.
El patrón del mal empujó la revocatoria y salió mal parado con una derrota sin atenuantes que otorgó, otra vez, la confianza a la alcaldesa Villarán. Las elucubraciones maniqueas que hace la pandilla de monos amaestrados sólo produce jolgorio y ridículos del nivel de sentina. Una vez más, García Pérez condujo un fracaso altisonante. Y no es posible decir que "ningún aprista salió revocado". Rigurosamente es cierto, por la simple razón que en el Concejo de Lima ¡no hay siquiera 1 sólo representante aprista!
No fueron suficientes para García Pérez, dos presidencias claudicantes y voluntaristas. Ahora quiere un tercer período. No bastó al patrón del mal destruir una obra de amor e intensa militancia política en las calles, plazas, trincheras, urnas, municipios y dondequiera que fueron los años aurorales hasta 1980. Hoy le urge poner la lápida porque él siente, en su egoísmo megalómano, como estorbo al Apra. Y para eso cuenta con amigotes bien avituallados y poseedores de riquísimas hojas de vida y documentación que alguien guarda bajo 100 candados de protección al modo de los seguros de vida. Nadie puede cantar porque sería su entierro.
Felizmente hay dinámicas que perfilan opciones renovadas y limpias, espacios para los más jóvenes que quieren actuar en política pero divorciados de los modelos económicos que el patrón del mal elogia como buenos y totalmente convictos que la honestidad es fundamental e indispensable en todos los hombres públicos. Quien no lo sea, es un criminal y merece la cárcel. Y no serán las prescripciones cuestionables y revisables, las que salven de su lugar natural a los patrones del mal.

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