Por Herbert Mujica Rojas
¿No son los grandes facinerosos, hampones, ladrones de su
tiempo, los Al Capone, los Escobar y los patrones del mal criollos los que
siempre van a misa, se persignan, besan la mano a cardenales fascistas,
construyen Cristos cariocas en Chorrillos y, de remate, se compran casitas por
un millón de dólares que pagan las empresas del imperialismo, los que rinden
loas al buen vivir y "condenan" a los criminales, rateros,
estafadores y buscones de la cosa pública?
El patrón del mal no es un tema estrictamente colombiano,
si hay que hacer justicia, aquellos existen en todo el mundo. Pero mal de
muchos, consuelo de tontos.
En el libro de propaganda para su candidatura a una
tercera elección como presidente, 90 años de aprismo, el ex mandatario Alan
García Pérez, suelta lindezas de todo calibre. En la página 11 dice:
"Guió nuestro gobierno, que consolidó lo avanzado
anteriormente, y la mejor prueba de su acierto es que hasta hoy el régimen
actual, más allá de sus ofertas electorales, ha mantenido la continuidad del sistema
democrático y el mismo modelo económico."
A confesión de parte, relevo de pruebas. Esto explica
porqué la administración alanista fue renuente hasta el fanatismo de reinstalar
la Carta Magna de 1979 la que consagraba derechos ciudadanos inviolables que la
Constitución de 1993 abolió, flexibilizó promoviendo el capitalismo salvaje, la
nulidad de la protección de los trabajadores, la primacía del criterio
empresarial y ganancias pingues, el entreguismo vía concesiones del patrimonio
nacional, todo de lo cual, se huelga el ex mandatario García Pérez de haber
respetado. En suma, el fujimorismo delincuencial, vendepatria sin atenuantes.
¡Y lo dice García!
Hay en camino demoledores análisis económicos que rebaten
y pulverizan el modelo económico que García sostiene es paradigma. Debe ser por
eso que guarda un silencio cómplice con respecto a que este gobierno, el de
Ollanta Humala, ha renovado 18 años de contrato con Telefónica de España pero
hay un detallito cuasi insignificante que pasa por alto todo el mundo: ¡nadie
conoce la literalidad del bendito contrato!
Pero el patrón del mal se manifiesta con desverguenza
cínica a cada paso de sus esfuerzos intelectuales. Verbi gracia, en el Post
Scriptum de la página 125, dice García: "El original de este texto ha sido
leído por Mauricio Mulder, Javier Velásquez, Luis Gonzales Posada y Javier
Barreda, cuyos comentarios y notas agradezco fraternalmente. Lima, febrero de
2013.
Con la excepción de Mulder y, en menor medida, de
Barreda, Velásquez y Gonzales Posada son ágrafos de dilatada experiencia. Los
cuatro deben su fama a su coherencia para con los diktats y cumplimiento al pie
de la letra de las ordenanzas de García Pérez. No hay que se sepa, atisbo de
independencia o libertad de criterio en cualquiera de ellos, considerados de
forma individual o en conjunto. El rebaño alanista, hay que reconocerlo, posee
ribetes disciplinados y borreguiles. ¿Quién osaría contradecir o cuestionar la
más boba de las opiniones del patrón del mal?
¿Puede un deshonesto dar lecciones de honestidad?
Como
Perú es un país en que llueve para arriba, no está lejano el día en que a
Vladimiro Montesinos se encargue, otra vez, el portafolio de Inteligencia.
No
ha muchos días atrás, denunciamos que un diplomático, Francisco Tenya Hasegawa,
engreído y prosélito por largos años en Japón, del ex embajador fujimorista
Víctor Aritomi, había sido apuntalado como Secretario General de la
presidencia, es decir iba a trabajar codo a codo con el jefe de Estado Ollanta
Humala. Correos de brujas dicen que el individuo fue expectorado y desde el más
alto nivel. Pero el arrebato neofujimorista existió y ¿para qué?: evidentemente
para gestionar y facilitar el indulto a Alberto Kenya Fujimori.
El crimen más horrendo y vituperable, al margen del
entreguismo de sus dos gobiernos claudicantes, 1985-1990 y 2006-2011, de Alan
García Pérez, ha sido el asesinato de la fe de cientos de miles de militantes
del otrora multitudinario Partido Aprista. En 1978, un Haya anciano, conduce la
victoria nacional e indiscutible que le catapulta como presidente de la
Asamblea Constituyente ganando S/ 1 (un sol) al mes. Al año siguiente Víctor
Raúl muere el 2 de agosto y ese acto terminal se produce en casa fraterna pero
prestada. ¡Ni la tumba donde reposan sus restos en el Cementario de Miraflores,
Trujillo, era de él! ¿No hay por nuestros lares un patrón del mal que se compra
una casita de 1 millón de dólares con dinero del imperialismo?
Ha poco regresó mi compañero y amigo Luis Alberto Salgado
de Puno, lugar donde dictó una conferencia pero también dialogó con jóvenes
protestantes que le dijeron lo siguiente: "nos da verguenza decir que
somos del Partido Aprista porque, de inmediato, nos asocian con Alan García
Pérez". Y esta circunstancia se repite a lo largo y ancho del país. A
partir del 2011, en versión horrenda y de pesadilla, quien sea preguntado por
el Apra, responderá: rateros, delincuentes, miserables. Y el fautor es el
patrón del mal. ¿Quién se atreve a negar esta realidad dolorosa?
Alan García Pérez ha reducido al Apra hasta niveles
diminutos y casi sin peso en cualquier ámbito, hasta el más mínimo, de la cosa
pública peruana. ¿Alguien conoce algún manifiesto sobre Conga, Telefónica,
Cañaris, el maltrato a la fuerza armada, el narcotráfico, en torno a las mafias
en el aparato del Estado y muchos otros temas de enorme relieve? ¿Qué ha dicho
Alan García en torno a asuntos geopolíticos? Su frase más célebre, fue con
respecto a los chilenos, que no había que cuestionarlos porque podrían
molestarse. La sumisión y falta de hombría patriótica quedaron registradas en
las páginas de la infamia.
El patrón del mal empujó la revocatoria y salió mal
parado con una derrota sin atenuantes que otorgó, otra vez, la confianza a la
alcaldesa Villarán. Las elucubraciones maniqueas que hace la pandilla de monos
amaestrados sólo produce jolgorio y ridículos del nivel de sentina. Una vez
más, García Pérez condujo un fracaso altisonante. Y no es posible decir que
"ningún aprista salió revocado". Rigurosamente es cierto, por la
simple razón que en el Concejo de Lima ¡no hay siquiera 1 sólo representante
aprista!
No fueron suficientes para García Pérez, dos presidencias
claudicantes y voluntaristas. Ahora quiere un tercer período. No bastó al
patrón del mal destruir una obra de amor e intensa militancia política en las
calles, plazas, trincheras, urnas, municipios y dondequiera que fueron los años
aurorales hasta 1980. Hoy le urge poner la lápida porque él siente, en su
egoísmo megalómano, como estorbo al Apra. Y para eso cuenta con amigotes bien
avituallados y poseedores de riquísimas hojas de vida y documentación que
alguien guarda bajo 100 candados de protección al modo de los seguros de vida.
Nadie puede cantar porque sería su entierro.
Felizmente hay dinámicas que
perfilan opciones renovadas y limpias, espacios para los más jóvenes que
quieren actuar en política pero divorciados de los modelos económicos que el
patrón del mal elogia como buenos y totalmente convictos que la honestidad es
fundamental e indispensable en todos los hombres públicos. Quien no lo sea, es
un criminal y merece la cárcel. Y no serán las prescripciones cuestionables y
revisables, las que salven de su lugar natural a los patrones del mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario