Por:
Gerardo
Saravia
Patricia Wiesse
La alcaldesa Susana Villarán se enfrenta a
un proceso de revocatoria.
Para los que
dicen que no trabaja, estaba en su despacho desde las 7 de la mañana. Nos
encontramos con una alcaldesa que sigue
con una fuerza y un optimismo impresionantes a pesar de su situación bastante
complicada. Una alcaldesa que no mete la uña y una administración que no roba.
Más nos vale que sepamos separar la paja del trigo.
–
¿Te
imaginaste que ibas a recibir el apoyo del PPC, con quienes no habías tenido
nunca contacto político?
–Estamos
siendo testigos de un proceso muy importante en la política peruana, porque se
están dando alineamientos de fuerzas democráticas de la centro-derecha, de la
izquierda y de la centro-izquierda que juegan por la gobernabilidad. Más allá
de los tecnicismos constitucionales de si la revocatoria es legal o no, creo que
el PPC, AP, Perú Posible y Somos Perú quieren darle continuidad a un régimen
municipal que fue elegido por cuatro años. Ésta es una experiencia
completamente inédita y hay que tener dos dedos de frente y de responsabilidad
ética frente a la ciudad para darse cuenta de que este proceso es muy dañino y
que no hay fundamentos de hecho que lo justifiquen.
–
En el
plano político, en el año 2000 se dio una situación parecida, en la que muchos
grupos dejaron de lado sus diferencias para entrar al proceso democrático y en
contra de una dictadura saliente.
–Hace poco lo
conversaba con algunos amigos que me asesoran y recordábamos esos momentos de
la transición democrática. Lo que salga de aquí —que espero sea el triunfo del
“No”— tiene que reformular una manera de darle gobernabilidad a la ciudad de
Lima. Todos aquellos grupos que participan de esta opción por el “No” deberían
firmar un acuerdo por Lima. Somos la capital de un país que está en pleno
crecimiento económico, pero que tiene brechas sociales muy grandes y déficits
institucionales como el de los partidos, que se vuelven evidentes en este
proceso de revocatoria.
–
Y en el
aspecto más subjetivo, ¿te sientes cómoda con este apoyo de la derecha? Porque,
por ejemplo, Cecilia Blume dice que ella se siente rara, un poco incómoda de
estar con gente radical y antiminera.
–Yo no me
siento extraña con ella, porque hemos formado parte del grupo de los cívicos,
compartimos una visión de democracia. Creo que hay una derecha liberal que
tiene un lugar en el espectro político del país. Yo soy una mujer de izquierda
liberada, con espíritu de concertación y diálogo, seguidora de Norberto Bobbio,
y ése es mi espíritu: el de una izquierda moderada. Creo que lo que le da
estabilidad a un país es tener izquierdas democráticas y derechas democráticas.
Todo lo demás son saltos al vacío.
–
Y el
apoyo de Lourdes Flores, ¿te sorprendió o lo esperabas?
No me
sorprendió; yo lo esperaba. Lourdes es una demócrata. El hecho de que hayamos
estado enfrentadas, y por momentos raspándonos y dando y recibiendo arañazos,
no significa que no hubiera un compromiso de fondo de ella y su partido, a
pesar de las críticas.
–
¿Es fácil
llegar a acuerdos con una oposición como la del PPC?
–Es muy
importante que se sepa que en los procesos que hemos iniciado de ordenamiento
de la ciudad los acuerdos han sido unánimes o se han tomado por mayoría en el
Concejo Metropolitano. Por ejemplo, en la reforma del transporte, que ya ha
dado pasos importantísimos y que cambia el sistema de comisionista-afiliador por
uno empresarial, en las inversiones en el sistema vial que se están haciendo
por 2.400 millones de dólares. El mismo programa de gobierno nos está acercando
y ellos aportan también en otros aspectos. Yo recuerdo que el año pasado hice
un viaje con Pablo Secada con el fin de explorar el mercado de bonos en Nueva
York para poder emitir bonos sobre la base de la solidez financiera que tiene
Lima.
–
¿Ha
mejorado la situación económica de la Municipalidad?
–Nosotros
hemos llegado a una recaudación récord para Lima: más de 800 millones de soles
son directamente recaudados de un presupuesto de 1.100 millones. Somos una
ciudad autónoma. Es un presupuesto pequeño pero sólido. Con Pablo hicimos un
equipo compacto frente a la banca internacional, a los organismos internacionales.
Entonces yo creo que ésas son demostraciones de que esto es posible. No es
fácil, ¡quién dijo que iba a serlo! Y lo que estamos viviendo es un desastre
para Lima; se ha dividido la ciudad.
–
Tomando
en cuenta esa nueva correlación de fuerzas, en un eventual triunfo del “No”,
¿cuánto cambiaría la gestión en materia de alianzas?
–Implicaría un
cambio, claro que sí.
–
El
analista Alberto Vergara ha dicho que existe una involución cuando en un
momento electoral se saca el argumento racial. ¿Tú también piensas que se trata
de un ajuste de cuentas étnico-social?
–Yo creo que
no tenemos resueltos los problemas de racismo ni en la ciudad ni en el país. Es
un fardo muy pesado que destruye nuestra cohesión como sociedad. Nos
maltratamos mucho entre limeños y peruanos. Es racista tanto una choleada como
llamar pituca a alguien. Aceptar nuestra diversidad es lo que nos da identidad,
y el aceptarnos como tales es difícil. Es un proceso y, por lo tanto, hay
conflicto.
–
La idea
negativa sobre ti se ha posicionado en dos momentos. El primero, “Susana vaga”,
empezó muy pronto, en noviembre del 2012; y el segundo, más reciente, el de
“Susana pituca” y displicente con los sectores D y E, aparece luego de la
intervención en La Parada.
–Yo creo que
el cargamontón y lo que se ha dicho sobre mí —que soy una persona que no
trabaja, entre otras cosas— es la estrategia de Goebbels: miente, miente, que
algo queda. Hemos inaugurado una manera de gobernar la ciudad que va a
solucionar reclamos muy angustiantes de las personas, pero que no se
materializan de manera inmediata porque no se puede. Castañeda no lo hizo en el
primer año; tampoco Andrade.
La inversión pública en obras es lenta. ¡El
proceso para tener la inversión y hacer un muro dura 12 meses y medio! A los 3
días de darme las credenciales apareció en la portada de El Comercio que Susana
podría ser revocada.
–
¿Ha sido
una campaña sistemática?
–Claro, que ha
logrado penetrar y mellar la imagen. Por supuesto que ha habido errores en nuestro
lado. Solamente el que no trabaja no se equivoca.
–
¿Qué
equivocaciones reconoces?
–Una que es
muy importante: vimos la publicidad como un elemento superfluo que le quitaba
recursos a procesos y a obras que son sociales, de infraestructura y culturales.
Y no lo planteamos como un derecho ciudadano a acceder a la información, a que
la gente sepa qué se está haciendo con sus recursos. Ha sido un error no poner
mi nombre, no publicitar la rendición de cuentas de lo que se hace.
–
¿Te has
sentido ingenua políticamente?
–No soy
ingenua: tengo una manera de hacer política que es bien diferente. Yo no creo
que haya que pisar principios para hacer política y tener éxito. El éxito no se
da a cualquier costo en mi caso personal.
–
En el
debate que sostuviste con Lourdes se te criticó justamente esa falta de
agresividad. ¿No piensas cambiar en ese sentido?
–Yo soy una
mujer que saca el coraje y la fuerza cuando es necesario. Pero el coraje, la
fuerza y la decisión que creo que he demostrado en diferentes momentos de mi
vida personal y cívica, no quiere decir que sea agresiva y que tenga que
responder un insulto con otro, o un golpe bajo con otro. Para mí eso es hacer
mezquina la política, y yo no he entrado a hacer política para eso. Me dicen:
“Para qué te metiste, si tú no sabías cómo era esto”. Bueno, me metí en parte
para tratar de cambiar esos estilos. Es una cultura muy arraigada; quieren que
las mujeres nos volvamos masculinas y nos meten en ese molde, que nos olvidemos
de la ternura, del afecto, del diálogo, de la concertación. Todos deberíamos
tener esos rasgos femeninos, y también adoptar algunos masculinos que son
positivos.
–
Una vez
le respondiste al Presidente que para hacer una tortilla hay que romper huevos.
¿Qué huevos has roto?
–Varios. Creo
que la lucha contra la informalidad —no contra los informales— es muy
importante. Por ejemplo, los taxistas han denostado de Susana Villarán todo
este tiempo, pero no había otra manera de cambiar el sistema de taxis que han
debido pasar por el aro de la inscripción y reinscripción para ver cuántos
eran. Se ha determinado que solo habrá tres tipos de taxis permitidos por la
ley. Ahora me voy a reunir con sus asociaciones para decirles que estamos en el
momento de conversar sobre los beneficios que siempre estuvieron programados.
–
¿Otros
huevos?
–En el
traslado a Santa Anita —que fue una decisión muy difícil— también hubo un
efecto muy negativo para las señoras que vivían de la merma, para los
estibadores y los minoristas que están en los corralones adyacentes. Y sin
embargo, hoy ya tenemos acuerdos firmes con las 24 organizaciones de
minoristas, que llegan a 2 mil. Nos hemos abrazado, tenemos una ruta
programada. Hay un acuerdo con la mayoría de los estibadores que nos está
permitiendo revertir ese impacto social. El padre Chiqui Mantecón coordina un
equipo social en La Parada que trabaja para recoger las justas demandas de los
que se ven momentáneamente dañados. Yo creo que en eso se mide la decisión de
una persona que gobierna; no se mide en cuántos retruques verbales puedes
hacer.
"No soy
ingenua: tengo una manera de hacer política que es bien diferente. Yo no creo
que haya que pisar principios para hacer política y tener éxito" - Susana
Villarán.
–
En el
aspecto personal, ¿cómo te has sentido cuando una parte de la población con
quien siempre te has identificado ha sido convencida por los revocadores?
–Claro que me
afecta; no puedo decir que no. Pero una cosa que tienes que saber en el plano
subjetivo es que no necesariamente es a ti, sino a lo que tú representas. Esa
distinción es fundamental en el mundo interno. Yo he trabajado mucho estas
dimensiones de la subjetividad en mí misma. En mi vida tengo una opción
preferencial por los pobres que viene de mi fe cristiana y de mis convicciones
de que nadie puede ser dejado atrás en una sociedad desigual, injusta.
–
Es gente
por la que has luchado.
–Pero yo no me
siento agredida por ellas. Yo tengo que tratar de entender qué está pasando en
las representaciones de esas personas.
–
¿Por qué
sucede?
–En parte
porque hay un rechazo al conjunto de la clase política. Si hubiera revocatoria
en el Congreso, quedarían muy pocos; igual en el Poder Judicial. Es algo así
como “que se vayan todos”. En La Parada están las personas que atraviesan todo
el tejido social de Lima y de los mercados, y a los que les llegan las
resonancias. Hay que explicar, hacer pedagogía a través de nuestros promotores.
Éstos son procesos que demoran. No rechazo a las personas que apuestan por el
“Sí”: es un pueblo que está exigiendo más eficacia, orden, seguridad a todo el
sistema político.
–
Ustedes
han presentado un diagnóstico sobre la situación de pobreza en Lima.
–Lima tiene un
número igual de pobres absolutos que Ayacucho, Huancavelica y Apurímac juntos.
Sumando el presupuesto de los distritos y la inversión del Gobierno Central, el
per cápita en inversiones en Lima es mucho menor que en el resto del país. En
Lima no desciende la tasa de desnutrición crónica infantil desde hace 10 años.
Lima tiene el 60% de todos los tuberculosos del Perú y el 90% de los
extremadamente resistentes. Y están en San Cosme, porque hay una ausencia de
política de vivienda popular.
Los pobres de Lima tienen una angustia que
exige cambios rápidos que muchas veces no se pueden hacer. No es que Lima esté
mal gerenciada, sino que tiene un presupuesto que es 14 veces menor que el de
Bogotá, no obstante que sus poblaciones son iguales. Se trata de un tema
nacional que tiene que ser asumido por la representación congresal de Lima.
Debemos dejar de ser temerosos porque nos van a decir centralistas.
–
¿Todo eso
está incorporado en el Plan Regional de Lima al 2025 que acaban de presentar?
–Exactamente.
Hemos actualizado toda la data de fondo en un trabajo muy bueno que ha liderado
Henry Pease. Es un plan concertado en el que han participado no solo los
académicos, los gremios, los 40 alcaldes que han sido entrevistados a
profundidad, sino 18 mil ciudadanos representantes de organizaciones. Es el
primer plan de Lima como región metropolitana.
–
En la
cartelera de cine estuvo una película chilena que ha sido nominada al Óscar a
mejor película extranjera. Se llama No, y es sobre la campaña que venció a
Pinochet en el plebiscito.
–Claro, la he
visto.
–
El
concepto de esa campaña era la alegría: “Chile, la alegría ya viene”. ¿Cuál es
el concepto del “No” en Lima y las diferencias con la campaña chilena?
– El “No” es
un sí a la continuidad de la ciudad y de una Lima que no puede parar. El “No”
se ha vuelto positivo, alegre, divertido. Los memes han sido una expresión
impresionante a partir de unos carteles muy sencillos. Se está realizando con
la asesoría de Favre y de un equipo peruano muy creativo. Se está cambiando esa
imagen dura que tiene el “No”.
–
¿Cómo se
incorpora la visión inclusiva, democrática?
–Seguramente
ustedes no ven a esa hora televisión de señal abierta, pero en los spots
aparece una Mónica Sánchez o un Christian Thorsen al lado de una señora de la
zona Z de Huaycán diciendo que Lima no puede parar, en un esfuerzo por juntar
las reivindicaciones de unos y otros. Y hay una gran diversidad: están los
choferes, los cobradores, las señoras de La Parada, las personas de la Confiep
junto a los trabajadores de Construcción Civil que ahora tienen 500 empleos con
Vía Parque Rímac, y que en Vías Nuevas de Lima tendrán 10 mil. En el caso de
ellos, su “No” no es solo ideológico, sino también porque hay chamba.
–
Sobre los
recursos para la campaña, en algún diario leímos que tu prima Susana de la
Puente está recolectando dinero para el “No” entre sus amigos empresarios.
–Susana y yo
nos llamamos Susana porque nuestra abuela se llamaba así. Nos queremos mucho;
siempre ha habido una buena relación. Es hija de mi tío Gonzalo, el único
hermano vivo de mi mamá. Susana, junto a otras personas como Xiomi Lerner y
otros más, están consiguiendo aportes. Y creo que eso es positivo. También
tenemos nuestras fiestas, que cuestan desde 500 soles hasta 5 soles. Son muchos
grupos por el “No”: hay uno verde del PPC, uno de Perú Posible que tiene su
call center.
–
¿Por qué
crees que hay tanta inquina de parte de los del “Sí”? ¿Se les cerró el caño?
–Yo no soy
analista política. Tengo mis propias ideas, pero no se las voy a comentar
ahora, porque no es ése mi rol, a pesar de que ustedes son mis queridos amigos
del IDL, donde he aprendido tanto.
–
¿El
mecanismo de la revocatoria debería ser reformulado o eliminado?
–La
revocatoria fue impulsada por el fujimorismo, y también fue una bandera de la
izquierda, que pensó que podía ser un mecanismo democrático si se aplicaba bien.
Nosotros somos elegidos por 4 años; hay 1 millón 763 mil votos que nos
respaldan y 1 millón 700 mil votos de Lourdes Flores que respaldan a una fuerza
de oposición muy importante. Ésa es nuestra legitimidad. ¿Por qué quieren
sacarnos desde el primer año? El primer año es uno de evaluación y
planificación.
–
Sobre la
gestión municipal: ¿los dos concejales que están siendo investigados, Luis
Valer y Cayo Tito, los conocías, confiabas en ellos?
–Los
conocíamos relativamente, porque somos una confluencia de partidos. Ellos
vienen de Lima para Todos. Yo lamento muchísimo que haya presunciones tan
sólidas contra estas dos personas en las que confié. Todo indica que se han
aprovechado de sus roles de regidores para invitar a personas a suscribir
acuerdos con empresas de transporte o en programas de vivienda cobrándoles
dinero. Esto ha sido muy doloroso para nosotros, pero al tener la información,
inmediatamente puse todo en manos del Procurador y en manos de la Fiscalía, y
pedimos al Concejo que se designara una comisión investigadora presidida por la
oposición.
–
Hablando
de la confluencia y de la unidad, tú enviaste una carta zanjando con Patria
Roja, y eso causó resentimiento porque ellos te habían apoyado.
–Ésa es una
página volteada, porque luego he tenido conversaciones con los amigos del MNI.
Ellos están en un proceso de agrupaciones internas. Nuestra relación en la
confluencia es extraordinaria y Víctor Perfecto Ramírez, del MNI, es un
político de polendas y el gran artífice de la conducción de la Mesa Técnica del
Transporte. Ahora hay que ver cómo somos capaces de construir consensos y no
hacerles tanto daño a las organizaciones políticas fragmentándolas.
–Sobre Gabriel
Prado, debe de haber sido muy difícil para ti aceptar su renuncia, porque es
una persona que ha trabajado desde el inicio contigo.
–
Sí: esta
situación es muy difícil para mí. Y ahí me quedo.
–¿Tú crees que
todavía hay corrupción en algunas subgerencias, entre los mandos medios?
–Tiene que
haber corrupción; es una organización muy grande. Tenemos 34 instituciones
entre empresas, organismos públicos descentralizados. Tenemos una Comisión de
Transparencia interna, y quisiéramos que fueran más activos los órganos de la
Contraloría. Les hemos entregado informaciones relevantes sobre lo sucedido en
el Parque de las Leyendas y hasta ahora no tenemos respuesta. Lo que puedo
decirles es que nosotros tenemos las manos limpias y que podemos meter la pata
pero nunca la uña.
–
Y lo
último, sobre política. El 2011 no estuviste de acuerdo con integrar la alianza
con el Partido Nacionalista.
–En el 2011,
al final de la campaña municipal, ellos ofrecieron su apoyo por razones de
carácter estratégico, y por lo corto que era el espacio no fue posible aceptar
un endose final del PN a la candidatura municipal. Pero ese mismo año Fuerza
Social apoyó la campaña del nacionalismo. Apoyamos con personeros, apoyamos con
todo a Ollanta Humala.
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