lunes, 16 de diciembre de 2013

OPERADORES CASTILLISTAS

LUIS MIGUEL CASTILLA RUBIO
TODO PODEROSO
Y Miguel Castilla sigue ampliando el número de sus operadores, sin que nadie diga nada. 
Si ustedes creían que los únicos operadores que funcionaban en el país como herencia no reconocida del fujimorismo eran los llamados delfines de Montesinos, que se hacen poner guardias desmedidas en sus viviendas para que los medios se acuerden de ellos y hacen tertulias con generales y coroneles de la Policía y del  Ejército, como si fueran amigos de toda la vida, están equivocados. Aquí les va una nota sobre la otra metástasis que sufre el Estado peruano, con consecuencias igualmente nefastas para la democracia y los derechos de los peruanos.
Si adivinaron, nos estamos refiriendo a la inmensa red de supuestos expertos que han ido invadiendo cada vez más espacios de la administración pública, una vez que la pareja presidencial se dejó deslumbrar por la habilidad económica del bachiller en economía Miguel Castilla, que en cuestión de horas les volteó el programa que habían pregonado por todo el país durante más de seis años y les aseguró crecimiento, estabilidad y buen puntaje en las encuestas si le entregaban todas las llaves de la economía. El punto es que “la economía” (en su sentido burocrático) fue creciendo imparable y a la concesión inicial de ceder la presidencia del BCR y entregar el MEF, le siguieron cada vez más ministerios “económicos”: Vivienda, Transportes, Energía y Minas, Agricultura, Comercio Exterior, donde se han entronizado los ministros más durables de este gobierno, respaldados por el del mechoncito, una de cuyas curiosidades es que tiene a sus hijas en el mismo colegio que las del presidente.
Pero el MEF castillista ha ido más lejos en sus proyecciones. En su apetito insaciable puso por un tiempo al ministro de Trabajo, Jorge Villena, que sólo se tuvo que ir, para ser reemplazado por la invisible doctora Laos, cuando no pudo resistir el embate del escándalo que él mismo armó cuando agarró a empellones a una trabajadora del aeropuerto de Arequipa a la voz de “soy el ministro y hago lo que me da la gana” (quizás debió decir soy un ministro de Castilla…, para que lo distinguieran de los más desechables del presidente Humala). Pero, como para que sepamos cómo es la cosa, el ministro Villena, dejó el fajín y volvió a sus funciones del MEF, que como ya ustedes deben haberse dado cuenta destaca a sus alfiles a cargos ministeriales cada vez más diversificados, y luego los devuelve a un coto que consideran de su absoluta propiedad.
También en la formación del ministerio de Inclusión Social, concebido originalmente para “equilibrar” el poder del MEF, se impuso la línea Castilla de modo que los viceministerios quedaron en manos de sus peones, algunos de los cuales ahora se han trasladado a Educación, mientras que la joven ministra actual que se sorprende de la vestimenta de las mujeres en Huancavelica, es otra de las engreídas del capo di tuti capi del Jr. Junín.  El avance del MEF sobre el área social debe tener mucho que ver con que las carteras de MIDIS, Educación y Salud, estén ahora en manos de economistas con carteles internacionales y aval del ministro en referencia, y que el discurso de la reforma en cada uno de estos sectores lo realice el propio Castilla aludiendo a asuntos como presupuestos por resultados, remuneraciones progresivas y sobre todo asociaciones públicas privadas donde el que pone el costo es el sector público y el que gana el sector privado.
Todopoderoso
Hace pocos días un Decreto Supremo, cuya autoría es evidente, dispone que los directorios de Petroperú, la empresa más importante del país, todavía de propiedad del Estado, podrán ser nombrados y removidos a discresión por los “accionistas principales”, es decir los ministros de Economía y Energía, más claramemte Castilla y Merino, que probablmente se consideren inamovibles en sus propios cargos. La finalidad inmediata parace ser echar a Germán Alarco que se quedó del período de Campodónico, amparado en el estatuto que señalaba que los directores duraban cinco años y solo eran removidos por falta grave. Ahora es cuando le de la gana a Castilla, lo que indica que ya se vienen los operadores castillistas a la empresa petrolera, junto con la entrega del 49% de acciones a los privados y la resistencia a la participación en la explotación directa de los campos petroleros.
Ah, pero no es el único caso. En el Banco de la Nación, el del mechoncito puso su ficha apenas juramentado como ministro. Y ahí está, hasta ahora, el economista Carlos Díaz Mariños, cuyo baldón hitórico siempre será haber sido el que firmó el cheque de los 15 millones de dólares para la “indemnización” de Montesinos. Algo así como un puente entre montesinismo y castillismo. A este tipo le dieron refugio en el MEF, como personal destacado, hasta este gobierno, cuando Humala le dijo a su ministro: has lo que quieras. Así que ahora tenemos un presidente del Banco de la Nación dedicado a tercerizar agencias y servicios de la entidad financiera más extendida del pais que va caminando a privatizarse.
Seguro Social
Algo similar, o peor, está ocurriendo en Essalud, donde el operador de ocación es José Velarde Salazar, secretario general de la institución, que ya ocupó ese cargo hasta el 2007, cuando en estilo Barrios Ipenza, se declaró “despedido”, pero en realidad se estaba trasladando a la ONP con un nuevo contrato dentro del Estado, recibiendo una indemnización total de 253 mil soles, y que decidió volver del brazo de la señora Bafiglio, cuando Jorge Villena logró sacar al Dr. Vidal de la jefatura del Seguro, por encargo de Miguel Castilla.
Velarde Salazar guarda todo el perfil del operador castillista: es relativamente joven (47 años);pero ha estado un largo tiempo en cargos públicos (promedio 20 años); estuvo en el MEF en la época de Fujimori (lo yupies de la privatización); ha ocupado altos cargos en varias instituciones; está muy relacionado con la tecnocracia y proveedores externos; etc. Por supuesto que estas joyitas se las han colocado a Humala en nombre de la “meritocracia”, que es nada más la coartada de un grupo sobrepagado que maneja las decisiones de mayor envergadura del Estado.
Gracias a Velarde, las clínicas privadas han avanzado imparables en la captación de pacientes pagados por el Seguro Social, al valor de los servicios que esas empresas cobran a cualquier particular o a las grandes compañías de seguros. Tenemos a la vista un listado de pagos realizados por la Red Almenara de Essalud, a la Cínica San Pablo, por cerca de 300 atenciones, que representaron pagos de 4 millones de soles. Sólo una clínica y de una sóla red, ¿imagínense lo que debe ser el cuadro completo? Lo mejor es que nadie sabe por qué se manda a la gente a clínicas privadas que tienen menos servicios que el Seguro Social. Nadie sabe pero la cosa va para adelante. Y el gran Velarde, en realidad un pequeño Castilla, sigue haciendo lo que quiere con la institución más grande y con más dinero del país.
Y Miguel Castilla sigue ampliando el número de sus operadores, sin que nadie diga nada.    
Publicado en Hildebrandt en sus Trece

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