DEGRADA LA POLITICA |
Claudia Cisneros Mendez
Cada 5 minutos cae una víctima
de la delincuencia en el Perú (http://goo.gl/urux4h
). Según datos del Ministerio Público, Observatorio de Criminalidad, las
modalidades están mutando a asaltos en establecimientos públicos: restaurantes,
pollerías, chifas, bancos etc. El 82% de la población está asustada con el
clima delincuencial cotidiano.
Los reclamos al gobierno sobre
su inefectividad en el ámbito de seguridad ciudadana ya saben a letanía. Ni
siquiera los espasmos mediáticos del ministro procesado por asesinato (http://goo.gl/9lXZec ) a cargo de esa cartera
han logrado ocultar la acuciante realidad. Al 6 de enero, cinco policías han
sido asesinados por delincuentes (http://goo.gl/GBgYjo
).
Pero el ministro procesado
anda demasiado ocupado en su campaña personal, asegurando su perfil en medios,
haciendo de parachoques anti Martín Belaunde para la pareja presidencial y
degradando el nivel de la política en las redes sociales insultando cual matón
de barrio. Me pregunto cómo es que gente “educada” como Ghezzi, Segura, Pulgar
Vidal, Figallo, Álvarez Calderón y demás miembros del gabinete pueden permitir
que ese tipo de funcionario los represente.
Porque vamos, es evidente que
este gobierno ha delegado en el ministro procesado por asesinato (http://goo.gl/CVaDq3 ) la representatividad
mediática. Impresiona que se queden callados públicamente –gentes que siempre
se han dicho demócratas– ante los atropellos que el ministro procesado intenta
una y otra vez. No solo los insultos de baja estofa inaceptables en un ministro
de Estado (http://goo.gl/wcD31J ), no solo
la degradación de la discusión política a vulgar calaña (si eso no es bajar el
nivel del debate qué es, habría que preguntarle a Humala), sino con rasgos de
un autoritarismo inadmisible en un Estado de derecho, como exigir DNI para
marchar contra #LeyPulpín (http://goo.gl/kkyZJp
) o las denuncias preventivas contra 20 representantes juveniles (http://goo.gl/ZZHpN6 ).
Impresiona también que la
siempre más ponderada figura del gobierno, Ana Jara, haya claudicado liderazgo
como representante del gabinete para dejar a Urresti no solo faltar a su
autoridad (Jara le llamó la atención por pelearse en Twitter [ http://goo.gl/6Z16wP ]) sino sentarse en ella
al seguir con su ofensiva en redes.
De la pareja presidencial no
se espera más. Menos ahora que anda asustada con la amenaza de Martín Belaunde
en ciernes. Urresti es su Vladimiro guardándoles la espalda. Quedó en evidencia
cuando Ramos Heredia sopló el dato de MBL y Urresti salió apurado a decir que
se ponía en riesgo la inminente captura, cuando a los días aceptó saber que no
podían capturarlo en Bolivia. Pero de los ministros del Ejecutivo se esperaría
más. Su silencio es una estruendosa vergüenza a estas alturas.
Pareciera que la única agenda
del gobierno, hoy por hoy, es defender con nuestra plata la Ley Pulpín,
solventando portátiles farsescas con supuestos jóvenes defensores de la ley que
han sido ampayados como trabajadores del Mintra (http://goo.gl/cXLl0M
); o con comerciales dirigidos a los pulpines más necesitados y que se pautean
dos veces en el programa AB de Jaime de Althaus.
Casi todos los ministros
nutriendo la cortina perfecta para minimizar lo de MBL a un costo social caro.
Porque esta movilización nacional del 15 de enero (cuarta marcha) ya no es solo
por la Ley Pulpín sino por los 40 regímenes “especiales” (http://goo.gl/FUxCmj ) lesivos de los derechos
laborales conquistados históricamente. Nadie entiende por qué se inmola el
gobierno por un experimento (Guezzi dixit http://goo.gl/0nmVQe
) que ya quedó claro que ni formalizará (http://goo.gl/hizzA1
) ni creará más empleo (http://goo.gl/hKm3bl
).
Así, mientras Urresti distrae
a la tribuna, deja que la inseguridad nos tenga asustados, tiene a la pareja en
sus manos, los ministros mudos son cómplices de la degradación de la política.
Mientras, la indignación contra la indolencia del gobierno crece y resulta
increíble que no pisen cable a tierra para ver que lo de la Ley Pulpín es un
tema al que se va sumando cada vez más gente de toda edad, y que los jóvenes no
están dispuestos a parar hasta que se derogue (ni suspensión ni modificación).
El debate de la Ley de Trabajo es lo que sigue. Por eso salimos este 15. Nos
vemos en las calles
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