Ginés Morata |
"Dios
fue creado por los humanos", manifestó investigador de la Academia
Nacional de Ciencias
El
genetista e investigador de
la Royal Society de Reino
Unido, Ginés Morata, aseguró que "Dios es una creación humana",
durante una entrevista con El País.
El
genetista Ginés Morata hizo un polémico comentario en una entrevista para El
País.
Créditos:
Revista de arte.
Redacción:
La República
Solo
dos españoles pertenecen a la Royal Society de Reino Unido. Ginés
Morata es uno de ellos. Además de pertenecer a esta organización, el genetista
conforma la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
En
2017, viajó a Londres para firmar un libro que se lanzó en 1660. La
publicación había sido suscrita anteriormente por Charles Darwin, Isaac
Newton, Rita Levi-Montalcini y Albert Einstein. De esta forma, fue elegido
miembro de la exclusiva Royal Society.
Por
su cumpleaños número 74, el diario El País de España conversó con él sobre sus investigaciones y acerca
de lo que opina del libro "Deconstruyendo a Darwin" cuyo autor
es su colega, el periodista y biólogo, Javier Sampedro.
En
la entrevista, le consultaron si piensa que Darwin mató a Dios, reflexión que
hizo Sampedro en su publicación. "En su libro 'Deconstruyendo a Darwin',
el periodista y biólogo Javier Sampedro, que trabajó con usted en la década de
1980, decía que Darwin mató a Dios. ¿Lo comparte?", fue la pregunta.
Ginés
Morata respondió que esa afirmación era una perspectiva. "Dios es una
creación humana. Dios no nos ha creado a nosotros: los humanos hemos creado a Dios",
dijo. Sustentó que Darwin desmiente las características que los creyentes le
asignan a Dios.
"Darwin
te hace ver que muchos de los atributos que tú dabas a Dios no eran de Dios,
sino que es una cosa mucho más simple. En ese sentido, lo mata. No sé si yo
utilizaría esa expresión pero, efectivamente, uno de los grandes logros de Dios
era hacer no sé cuántos millones de especies en siete días. Pues es que no
tiene nada que ver", explicó.
Comentó
que se encuentra estudiando el origen de los tumores en las moscas manipulando
genes que producen cánceres en humanos. Según Ginés Morata, los descubrimientos sobre el
organismo de las moscas pueden ayudar a entender la forma en que se generan tumores
en las personas.
"Y
otra línea, que veremos si podemos mantener por cuestión de financiación, es la
regeneración de órganos. Si a un anfibio le cortas un apéndice, generalmente lo
regenera. Pero si se lo haces a un mamífero, a un ratón o a un humano, no le
crece. Este tipo de cosas las estamos estudiando en moscas
también".
Más detalles:
“DIOS NO NOS HA
CREADO A NOSOTROS: LOS HUMANOS HEMOS CREADO A DIOS”
El
investigador es uno de los dos únicos españoles que pertenecen a la Royal
Society del Reino Unido y a la Academia Nacional de Ciencias de EE UU
En
la década de 1950, Ginés
Morata era un niño aficionado a jugar al fútbol con una pelota de
trapo en las calles de su pueblo, Rioja, una pequeña localidad almeriense
golpeada por la posguerra y la emigración. Hace dos años, sin embargo, Morata
viajó a Londres para firmar, con pompa, boato y tinta indeleble, en un libro
inaugurado en 1660, junto a las rúbricas de Charles Darwin, Isaac Newton, Rita
Levi-Montalcini y Albert Einstein. Había sido elegido miembro de la institución
científica más antigua del mundo, la exclusiva Royal Society del Reino Unido. Y
este sábado, con 74 años recién cumplidos, será presentado también como miembro de la prestigiosa
Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, en una ceremonia que se
celebrará en Washington. Morata y su primer maestro, Antonio García Bellido, son los dos únicos españoles que
han sido invitados a los dos templos de la ciencia mundial.
Lo
que ocurrió en las décadas transcurridas tras aquellas pachangas en las calles
almerienses forma parte de la historia de la ciencia. Morata era nieto del
practicante del pueblo. “Hablamos de Almería en los años cincuenta y sesenta.
La gente era muy pobre. Cuando se ponían a parir las señoras, el único que
podía ayudarlas era mi abuelo. Vivían en cuevas y él volvía lleno de chinches”,
recuerda. El joven Ginés decidió matricularse en Biología en la Universidad Complutense
de Madrid.
El
equipo de Morata acabó iluminando “el conjunto de hechos más sorprendente y
enigmático que la genética ha descubierto en toda su historia, porque revela
que toda la deslumbrante diversidad animal de este planeta, desde los ácaros de
la moqueta hasta los ministros de Cultura pasando por los berberechos y los
gusanos que les parasitan, no son más que ajustes menores de un meticuloso plan
de diseño que la evolución inventó una sola vez, hace unos 600 millones de
años”, según resumió el biólogo y periodista de EL PAÍS Javier Sampedro en su
libro Deconstruyendo a Darwin (editorial Crítica).
Morata
y sus colegas, en concreto, demostraron que el cuerpo de todos los animales se
desarrolla en compartimentos estancos, limitados por fronteras invisibles que
las células respetan: por aquí un brazo, por allí una pierna. El ritmo lo
marcan una decena de genes denominados Hox, presentes en todos los
animales. Y lo más increíble es que estos genes son intercambiables entre
especies. “Si haces una mosca mutante sin alas, le puedes introducir un gen
humano homólogo y, efectivamente, la mosca desarrollará unas alas”, explica
Morata en su laboratorio del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC),
en Madrid, rodeado por botes con millones de moscas de la fruta, los animales a
los que ha dedicado toda su vida científica.
Pregunta. En
su libro Deconstruyendo a Darwin, el periodista y biólogo Javier Sampedro,
que trabajó con usted en la década de 1980, decía que Darwin mató a Dios. ¿Lo
comparte?
Respuesta. Es
una forma de verlo. Dios es una creación humana. Dios no nos ha creado a
nosotros: los humanos hemos creado a Dios. Darwin te hace ver que muchos de los
atributos que tú dabas a Dios no eran de Dios, sino que es una cosa mucho más
simple. En ese sentido, lo mata. No sé si yo utilizaría esa expresión pero,
efectivamente, uno de los grandes logros de Dios era hacer no sé cuántos
millones de especies en siete días. Pues es que no tiene nada que ver.
P. ¿Qué líneas
de investigación tiene usted abiertas ahora?
R. Nosotros,
esencialmente, estudiamos la forma en la que se generan tumores en las moscas,
manipulando genes que producen también cánceres en humanos. Pensamos que lo que
aprendamos en las moscas puede ser útil para entender cómo se generan los tumores
en las personas. Y otra línea, que veremos si podemos mantener por cuestión de
financiación, es la regeneración de órganos. Si a un anfibio le cortas un
apéndice, generalmente lo regenera. Pero si se lo haces a un mamífero, a un
ratón o a un humano, no le crece. Este tipo de cosas las estamos estudiando en
moscas también.
P. ¿Nuestras
células tienen la capacidad de regeneración en el ADN?
R. Si
pierdes un brazo en un accidente, no se va a regenerar, pero tus genes saben
cómo hacer un brazo, porque ya lo hicieron. El asunto sería convencer a las
células para que, de nuevo, empiecen a generar un brazo. Yo creo que, en un
tiempo no demasiado largo, se podrá saber cómo se regenera un brazo de una
persona.
P. Usted también
ha comentado en varias ocasiones que el ser humano podría vivir 500 años.
R. Uno
de los grandes descubrimientos de la biología de finales del siglo XX es que
hay una universalidad, una identidad genética muy grande entre todos los
animales, incluyendo la especie humana. Y los mecanismos de envejecimiento
están siendo estudiados en organismos como la mosca y el gusano Caenorhabditis elegans. Se han identificado unos genes que
tienen que ver con la longevidad. Manipulando estos genes puedes conseguir que
un gusano viva mucho más tiempo con un vigor normal. Y estos mismos genes los
tenemos los humanos. Si uno extrapola de forma un poco simplista, podríamos
hablar de personas que vivieran 400 o 500 años.
P. ¿Lo cree?
R. La
duración de la vida se puede manipular, porque depende de genes y los genes
pueden ser manipulados. Además, sabemos que la muerte no es un proceso
biológico inevitable porque, por ejemplo, hay especies que no tienen proceso de
envejecimiento, como los celentéreos, las actinias de mar, que pueden vivir
indefinidamente. Y hay otros casos, como las células HeLa, unas células
humanas.
P. Las células
aisladas de un tumor de Henrietta Lacks.
R. Sí,
una señora que murió en 1951 de un cáncer de cérvix. Sin pedirle permiso, los
médicos que la trataron obtuvieron varias células de su tumor y las
cultivaron in vitro. Resultaron ser tremendamente proliferativas. En todos
los laboratorios del mundo se utilizan células HeLa [denominadas así por las
letras iniciales de Henrietta Lacks]. Hoy día hay más células vivas de esta
señora que cuando ella vivía. Hay un libro que se titula La vida inmortal de Henrietta Lacks. Ella no, pero sus
células parecen ser inmortales. Podríamos llegar a pensar en la inmortalidad.
Son especulaciones, nadie piensa en ello seriamente, pero están fundadas
rigurosamente en hechos científicos.
P. Antes
mencionaba que su línea de investigación sobre la regeneración de órganos
depende de la financiación. ¿Usted tiene problemas de financiación?
R. Bueno,
yo estoy esperando a que me digan qué pasa con mi proyecto de investigación
para el que solicité unos fondos. De hecho, me informan de que [las ayudas
estatales destinadas a la I+D+i] van a salir a final de abril, antes de lo que
se pensaba. Por lo visto, el Ministerio [de Ciencia] se ha puesto las pilas.
P. Las ayudas
estatales destinadas a la I+D+i salen con meses de retraso desde hace años.
R. Sí,
siempre ha habido retrasos, pero parece que este año van a salir antes. Me
alegro. Pero habrá que ver cuál es el nivel real de financiación. La
financiación de la ciencia española en los últimos 10 o 12 años ha sido un
desastre. Todos estamos en precario. Unos más que otros, evidentemente, pero
hay una precariedad tremenda, porque han rebajado los fondos de investigación y
esto lo hemos pagado todos. Ha sido una época realmente desastrosa.
P. ¿Qué opina de
los 10 meses del Gobierno de Pedro Sánchez en cuanto a la ciencia?
R. Este
Gobierno lleva poco tiempo, es difícil poder hacer una valoración rigurosa.
Pero, de entrada, hicieron una cosa buena: pusieron un ministerio de Ciencia,
que antes no había. Este Gobierno, en relación a los anteriores, ha mostrado
signos de un interés mucho mayor en el tema de la ciencia. Me gustaría pensar
que, si un Gobierno como el que hay ahora continúa después de las elecciones,
este retroceso que ha tenido la ciencia española cambiará de signo e iremos a
una situación más positiva.
P. En 2018 solo
se ejecutó uno de cada dos euros del presupuesto de
investigación, el 47%. Pedro Sánchez tomó posesión en junio e influyen factores
como la situación en Cataluña y la negociación de los presupuestos, pero 2018
ha sido el segundo peor año de la historia en la ejecución de los presupuestos.
R. No
lo sé, porque no estoy enterado de los números.
P. Pero usted sí
ha notado un cambio positivo.
R. Yo
he notado un cambio positivo en cuanto al nuevo ministerio y sus responsables
(el ministro, la secretaria de Estado, los directores generales), que
claramente son gente que está interesada en mejorar la ciencia en España. Es
verdad que, en general, cuando el PSOE ha estado en el poder ha tenido una
sensibilidad mayor por la ciencia. Cuando ha habido fuerzas conservadoras
generalmente han tenido muy poco interés en el tema. El Gobierno de Zapatero
tuvo más interés, con sus sombras y sus luces, y después la época del PP en los
últimos años ha sido una precariedad tremenda. Y ahora me gustaría pensar que
estos van a mejorar.
P. ¿Cuánto
dinero ha solicitado usted?
R. No
sé lo que me darán, pero he pedido unos 400.000 euros para tres años.
P. Y, con el
retraso acumulado en la concesión de las ayudas públicas, usted tiene cero
euros.
R.
Claro. Si tienes algún otro tipo de financiación la tienes que poner ahí. O el
centro te adelanta el dinero y cuando te llega [la ayuda estatal] se lo
devuelves. Hay muchísimas cuestiones de este tipo que hacen que la vida sea muy
complicada. Tienes que andar resolviendo cuestiones que no tendrías que estar
resolviendo. Yo, de hecho, ahora mismo me imagino que me financiarán, pero no
sé con cuánto. Y, desde enero, mi centro me ha estado adelantando el dinero con
la idea de que me financiarán. Cuando llegue ese dinero, una parte ya estará
gastada. No debería ser así.
P. ¿A usted le
han ofrecido meterse en política?
R. Hace
muchos años, pero ya de entrada les dije que no. Tengo respeto por muchos
políticos. No tengo nada en contra de la clase política, es fundamental. Pero
ni tengo el temperamento ni la inclinación ni seguramente estoy dotado para la
actividad política. Alguna vez, hace mucho tiempo, sí que me lo ofrecieron y
podría haber ido al Parlamento si me hubiesen elegido.
P. ¿Con el PSOE?
R. Sí.
P. De hecho,
usted fue presidente del Consejo de Participación del Espacio Natural de
Doñana entre 2006 y 2009 [nombrado por la Junta de Andalucía,
presidida entonces por el socialista Manuel Chaves].
R. Sí,
ese es el único cargo político, entre comillas, que tuve. Y fue un desastre
[risas]. O sea, yo estaba encantado, a mí me gustaba. Yo no cobraba nada, es
más, me costaba dinero. Cuando me ofrecieron ser presidente del Consejo de
Participación de Doñana dije que sí, que estaba encantado. Estuve tres años y
me quitaron. Nunca supe muy bien por qué. Fue una mala experiencia.
Evidentemente, quien te nombra te puede cesar, por supuesto, lo que pasa es que
los científicos estamos acostumbrados a entender las cosas y que te las
expliquen. Yo nunca supe por qué me habían cesado. Puedo sospechar cosas, pero
nunca me lo explicaron.
P. A usted le
quitaron en 2009 [ya con José Antonio Griñán al frente de la Junta de
Andalucía] para poner a Felipe González.
R. Sí,
y yo soy un gran admirador de Felipe González. A mí me dicen: "Oiga,
convendría sustituirlo a usted por Felipe González". Y respondo:
"Perfecto, estoy completamente de acuerdo". Pero nunca me lo dijeron
[risas]. Los científicos no estamos acostumbrados a este tipo de cosas. Yo lo
llevaba mal, aunque a mí me gustaba el puesto. Me importó, porque aquello me
gustaba, creo que podía hacer una labor. Pero la política funciona así.
P. ¿Pudo ser por
la refinería Balboa? [Fue un proyecto en Badajoz que implicaba la construcción
de un oleoducto desde la costa de Huelva y que finalmente fue tumbado en 2012 por el Ministerio de Medio
Ambiente de Miguel Arias Cañete (PP) por el riesgo para Doñana.]
R. Puede
ser. Hubo unas reuniones en las que yo expresé mi opinión, que era contraria a la de otros. El problema de un cargo de
estos es que imagino que hay una servidumbre política, pero yo no funciono así.
P. Hace poco más
de un año, cinco prestigiosos científicos españoles mayores de 70 años, entre
ellos Margarita Salas y Jesús Ávila, denunciaron sus dificultades para obtener
financiación. “No discriminemos a los vejestorios creativos”, pedían.
¿Usted cree que hay una discriminación?
R. Yo
soy pensionista. Una vez que llegas a los 70 pierdes tu puesto y ya eres
pensionista de la Seguridad Social. En mi caso, como en el de Margarita Salas,
el CSIC nos ha permitido mantener un laboratorio en la medida en que podamos
obtener fondos para investigación. En ese sentido, yo no me siento penalizado
por la edad. Otro asunto es pedir financiación para proyectos. Si se encuentran
con la disyuntiva de una persona de 70 años y otra de 50, a lo mejor deciden
favorecer al de 50. Yo tengo la sensación de que, efectivamente, se penaliza a
los mayores, seguramente por la idea de que tienen menos futuro. Lo que pasa es
que en la ciencia hay personas jóvenes que nunca van a descubrir nada y
personas mayores, como Sydney Brenner [un ganador del Premio Nobel fallecido hace unos días a los 92 años], que han
estado descubriendo cosas hasta última hora.
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