ALEXANDER MAIN |
Entrevistado
por Jorge Gestoso, Alexander Main (Director de Política Internacional del
Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR), explicitó que “cualquier
gobierno de izquierda para ellos es una amenaza”, lo que incluye a Bolivia y
Uruguay particularmente en este año electoral. Para lograr su objetivo “tienen
planes en marcha, que pueden ser clandestinos”. Mail desarrolla su
trabajo en CERP, una organización sin fines de lucro con sede en Washington,
DC, monitoreando de cerca los acontecimientos económicos y políticos en América
latina y el Caribe e interactúa con actores políticos y miembros de la sociedad
civil de toda la región. Es entrevistado frecuentemente por los medios de
comunicación internacionales y sus análisis han sido publicados en el New York
Times, Foreign Policy, Los Angeles Times, the Hill, NACLA, Dissent, Página/12 y
el Monde diplomatique. Este especialista tiene títulos en historia y ciencia
política de la Universidad de la Sorbona en Francia.
Gestoso
consultó expresamente por el caso de Uruguay
Jorge
Gestoso: En el caso de Uruguay estamos hablando de un reciente informe en el
que Argentina que tenía el salario mínimo más alto antes de Macri, pasó al 6to
lugar y Uruguay está en primer lugar con un desarrollo sostenido, con
instituciones sólidas, con un gobierno confiable, un gobierno de izquierda
desde hace años. ¿Cómo van a hacer para tapar el sol con la mano? porque son
ejemplo de éxito de gobiernos progresistas.
Alex
Main: Tienen muchas herramientas y no podemos estar al tanto de todas ellas,
tal vez en 20 años cuando se desclasifiquen los archivos de los servicios de
inteligencia de Estados Unidos. Pero sabemos que existen operaciones a nivel de
los medios de comunicación, sabemos que existe apoyo logístico y de asesoría a
fuerzas de oposición. Esto está pasando en este momento. El gobierno de Estados
Unidos está, sin dudas, ayudando tanto a los medios de comunicación privados de
derecha como como a las fuerzas de oposición a montar una gran campaña muy
fuerte. Pero además de eso pueden haber métodos clandestinos que pueden tomar
varias formas como la de propuestas fomentadas, guerra cibernética, varios
tipos de presión económica..
Main
concluye la nota declarando en forma enfática “no hay duda que Estados Unidos
está interviniendo de alguna manera en todos estos países, especialmente con
las elecciones que vamos a tener este año tanto en Uruguay como en Bolivia.
WIKILEAKS: LA
ESTRATEGIA DE EE.UU. PARA AMÉRICA CONTEMPLA ASALTOS A GOBIERNOS
La
estrategia de la política exterior de EE.UU. incluye la posibilidad de lanzar
asaltos en contra de Gobiernos electos de los países latinoamericanos que se
oponen al establecimiento de regímenes neoliberales en Sudamérica. Así se
desprende de los documentos de WikiLeaks estudiados por Alexander Main y Dan
Beeton, del Centro para la Investigación Económica y Política con sede en
Washington.
El
verano pasado el mundo vio como Grecia trataba de oponerse al dictado de
las instituciones internacionales que obligaban al país a aceptar un
paquete de nuevas medidas de austeridad. El endeudado Estado griego no
pudo negarse a cumplir las órdenes de la Troika de acreedores. Después
del referéndum convocado por el Gobierno de Alexis Tsipras, el Banco Central Europeo privó a la
economía griega de liquidez, lo que intensificó la recesión y convirtió en una
farsa el resultado del voto popular, según la publicación de Alexander Main y Dan Beeton en la
revista Jacobin.
Una
batalla similar por la independencia de las naciones se ha estado llevando a
cabo en Sudamérica durante los últimos 15 años, señalan los autores. A
pesar de que Washington ha estado tratando de destruir la 'disidencia estatal'
en varios países utilizando las mismas técnicas empleadas contra Atenas,
la fortaleza de Latinoamérica soportó la presión. Esta "batalla
épica" llevada a cabo principalmente a escondidas de los ojos de los
ciudadanos fue reconstruida a través del archivo de documentos del Departamento
de Estado de EE.UU. filtrado por WikiLeaks. Alexander Main y Dan Beeton ofrecen
una interesante reconstrucción de estos acontecimientos en su libro: 'WikiLeaks:
el mundo según el Imperio estadounidense'.
Los
autores argumentan que el neoliberalismo se impuso en América Latina antes
de que Berlín y Bruselas humillaran a la democracia en Grecia. A través de la
coacción ejercida por los 'Chicago Boys' [jóvenes economistas
latinoamericanos que regresan a sus países después de estudiar en EE.UU.],
Washington logró difundir en Sudamérica la austeridad fiscal, la
desregulación, el "libre comercio", la privatización y la destrucción
del sector público desde mediados de 1980. El resultado fue similar a lo
que se vio en Grecia: "el estancamiento del crecimiento, el aumento de la
pobreza, el deterioro de las condiciones de vida de millones de personas y una
serie de nuevas oportunidades para los inversores internacionales y
corporaciones multinacionales". Pero entonces los candidatos contra
el régimen neocolonial comenzaron a ganar las elecciones y a ofrecer
resistencia a la política exterior de EE.UU., poniendo en práctica sus promesas
electorales de redistribución social y reducción de la pobreza.
De
1999 a 2008, estos candidatos ganaron las elecciones en Venezuela, Brasil,
Argentina, Uruguay, Bolivia, Honduras, Ecuador, Nicaragua y Paraguay. Gran parte
de los esfuerzos del Gobierno norteamericano para subvertir el orden democrático de estos países y
volver a imponer el régimen neoliberal son ahora de dominio público gracias a
las filtraciones de
WikiLeaks que revelaron la verdad sobre la presidencia de George W.
Bush y del comienzo de la presidencia de Obama. Washington prestó apoyo estratégico
y material a los grupos de la oposición, algunos de los cuales
eran antidemocráticos y violentos. Los cables también revelan la
naturaleza de los emisarios ideológicos estadounidenses de la Guerra
Fría que actualmente elaboran estrategias neocoloniales para Sudamérica.
Los autores del libro afirman también que los medios de comunicación
corporativos son parte de la estrategia expansionista.
El
caso emblemático de Evo Morales en Bolivia
A
finales de 2005, Evo Morales ganó las elecciones presidenciales con la
promesa de reformar la Constitución, garantizar los derechos de los
indígenas y luchar contra la pobreza y el neoliberalismo. El 3 de enero de
2006, dos días después de su juramento, el nuevo presidente recibió al
embajador estadounidense, David
N. Greenlee, que le explicó la visión que la Casa Blanca tenía del
futuro de Bolivia. La asistencia multilateral a Bolivia, según el embajador,
dependía del "buen comportamiento" del Gobierno de Morales.
"[El embajador] ha subrayado la importancia crucial de las contribuciones
de EE.UU. a las instituciones financieras internacional claves como el Banco de
Desarrollo Internacional (BID), el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional (FMI)", de los que dependía la supervivencia de Bolivia.
"Cuando piense en el BID debería pensar en EE.UU.", dijo el
embajador. "Esto no es un chantaje, es la simple realidad",
recalcó.
Cuando
piense en el Banco de Desarrollo Internacional debería pensar en EE.UU. Esto no
es un chantaje, es la simple realidad
Sin
embargo, Morales, según los cables, mantuvo sus promesas electorales en
materia de regulación de los mercados laborales, la nacionalización de los
hidrocarburos y la cooperación con Hugo Chávez. En respuesta a estas acciones
de Morales, Greenlee sugirió un "menú
de opciones" para tratar de obligar a Bolivia a doblegarse a la
voluntad del Gobierno de EE.UU. Algunas de estas medidas eran: vetar
todos los préstamos multilaterales en dólares, posponer el plan de alivio de la
deuda multilateral, desalentar la financiación de la Corporación del Desafío
del Milenio (que pretende acabar con la pobreza extrema) y cortar el
"apoyo material" a las fuerzas de seguridad bolivianas.
Pocas
semanas después de asumir el cargo, Morales anunció la revocación del contrato
de préstamo con el FMI. Años más tarde, Morales aconsejó a Grecia y otros
países europeos endeudados a seguir el ejemplo de Bolivia y "liberarse
económicamente del dictado del Fondo Monetario Internacional". El
Departamento de Estado norteamericano reaccionó financiando a la oposición
boliviana. Las fuerzas políticas opositoras de la región de la Media Luna
comenzaron a recibir más ayuda. Según un correo datado
en abril de 2007, la Cancillería de EE.UU. consideraba que la Agencia de
Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) "debe fortalecer a
los Gobiernos regionales como contrapeso al Gobierno central".
El
Departamento de Estado de EE.UU. se tomó en serio la posibilidad de un
golpe de Estado en Bolivia o del asesinato del presidente Evo Morales
El informe de
2007 de la USAID menciona unas 101 subvenciones por un total de 4.066.131
dólares "para ayudar a los Gobiernos departamentales a
operar más estratégicamente. El dinero de la Casa Blanca también fue destinado
a los grupos indígenas locales que estaban "en contra de la visión de Evo
Morales de las comunidades indígenas". Un año más tarde, los
departamentos de la Media Luna estaban en abierta rebelión contra el Gobierno
de Morales y llamaban a un referéndum sobre la autonomía en el trasfondo de las
protestas violentas que acabaron con la vida de al menos veinte partidarios del
Gobierno.
Este
intento de golpe de Estado fracasó bajo la presión del conjunto de presidentes
de América del Sur, que emitieron una declaración conjunta de apoyo al Gobierno
constitucional de Bolivia. EE.UU. siguió manteniendo comunicación
constante con los líderes del movimiento separatista de la oposición.
Según Alexander Main y Dan Beeton, contrariamente a su postura oficial durante
los acontecimientos de agosto y septiembre de 2008, el Departamento de
Estado de EE.UU. tomó en serio la posibilidad de un golpe de Estado
en Bolivia o del asesinato del presidente Evo Morales. "[El Comité de
Acción de Emergencia] junto [al Comando Sur de EE.UU.] desarrolla un plan de
respuesta inmediata en caso de una emergencia repentina, como un intento
de golpe de Estado o la muerte del presidente Morales", dice el correo de
la Embajada de EE.UU. en La Paz.
'Promoción
de la democracia'.
Algunos
de los métodos de injerencia implementados en Bolivia se aplicaron también
posteriormente en otros países con Gobiernos o fuertes movimientos de
izquierda. Por ejemplo, después de la vuelta al poder de los sandinistas en
Nicaragua en 2007, la Embajada de EE.UU. en Managua lanzó un programa de apoyo
intensivo al partido derechista de la oposición, Alianza Liberal Nicaragüense
(ALN).
'Amenaza
bolivariana'
Durante
la Guerra Fría, la supuesta amenaza de la Unión Soviética y la expansión del
comunismo cubano sirvieron para justificar un sinnúmero de intervenciones
políticas de EE.UU. con el objetivo de eliminar Gobiernos de izquierda e
implantar regímenes militares de derechas. Del mismo modo, las filtraciones
de WikiLeaks muestran cómo en la década de 2000 el
fantasma del "bolivarianismo" venezolano fue utilizado para
justificar la injerencia en asuntos de Gobiernos encabezados por líderes
antineoliberales. De esa manera, Washington se dedicó a librar una lucha
escondida con el Gobierno boliviano, "que había caído abiertamente en
brazos de Venezuela" y el Gobierno de Ecuador, que realizaba la función de
"portavoz de Chávez".
10
intervenciones de miedo de la CIA en Latinoamérica
ESTADOS UNIDOS
DIRIGIÓ ATAQUES DE TODA ÍNDOLE CONTRA LÍDERES EN LATINOAMÉRICA Y EL RESTO DEL
MUNDO QUE SE NEGABAN A ARRODILLARSE A SUS CAPRICHOS.
La
CIA tiene una historia larga de intervenciones violentas en demasiados países
alrededor del mundo. Utilizan a ONG disfrazadas de organizaciones para la
democracia, libertad y desarrollo económico. Pero lo que hacen en realidad es
sobornar a personas influyentes y claves dentro de los países que quieren
explotar, ya sea por sus riquezas naturales, por su geografía estratégica o por
sus posturas anti-estadounidenses.
Para
lograr sus objetivos recurren al secuestro de líderes, incluyendo sociales,
políticos, económicos y militares. De ser necesario, los asesinan. Si esto no
funciona, se infiltran en los todos los rincones de la sociedad para causar
desestabilización, incitar a la violencia y causar crisis sociales y económicas
para provocar disturbios e irritación de los pueblos en contra de los gobiernos
que quieren derrocar.
Todo
está comprobado en documentos desclasificados o que se han filtrado a los
medios. WikiLeaks, por ejemplo, ha hecho una gran labor de informar sobre estas
operaciones con documentos que han obtenido de fuentes anónimas.
A
continuación 10 grandes operaciones sucias de la CIA en Latinoamérica:
1.
Guatemala en 1954
En
1944, la violenta y sangrienta dictadura de Jorge Ubico, apoyado por Estados
Unidos, fue derrocado por un levantamiento popular, harto de las brutales
injusticias. En realidad, el país había sido gobernado hasta ese momento por la
The United Fruit Company, una compañía títere de Washington que tenía
esclavizada a la población. Le arrebataron sus tierras a los campesinos y los
obligaron a trabajar sus propias parcelas por migajas. El que no obedecía era
brutalmente castigado por una fuerza policial a la orden de la presunta empresa
agrícola estadounidense.
La
tranquilidad volvió a Guatemala, pero duró 10 años solamente antes que el
presidente Dwight Eisenhower implementara el plan para derrocar al gobierno. En
1954, la CIA lanzó PBSuccess. La capital guatemalteca fue bombardeada por
aviones estadounidenses. El joven Ernesto Che Guevara le tocó ver la brutalidad
de primera mano. Cientos de líderes campesinos fueron ejecutados por los
títeres militares de Washington. Y entonces se vino la Guerra Civil
Guatemalteca y muchas comunidades campesinas e indígenas mayas fueron
masacradas. Al final de la intervención dirigida por la CIA habían muerto 200
mil personas. Las empresas estadounidenses volvieron a ser lucrativas en el
país centroamericano y Washington estaba feliz.
2.
Haití en 1959
Haití es
igual de estratégico para Estados Unidos como lo son República Dominicana y
Cuba, así que Washington no titubea cada vez que mengua su poder en la región
caribeña. Por ningún motivo Estados Unidos permitiría que los gobiernos de la
zona se inclinen hacia la izquierda, y de eso que no suceda se encarga la CIA.
Claro, Cuba es un ejemplo de resistencia y desde 1959 se ha resistido a los
embates estadounidenses. En 1959, en Haití un levantamiento popular surgió
contra el brutal títere dictador de Estados Unidos, Francois Duvalier. La CIA
lo impidió. Duvalier creó un ejército con apoyo de Washington para actuar con
violenta represión en contra de comunidades provincianas. Duvalier y su hijo,
Jean Claude Duvalier, quien heredó la dictadura, ordenaron masacres difíciles
de describir por su profunda y sangrienta crueldad. Más de 100 mil personas
fueron asesinadas. Cuando en 1986 se vino una rebelión incontrolable ahora sí,
un avión de la Fuerza Aérea de Estados Unidos rescató a Jean Claude Duvalier y
se lo llevó a vivir tranquilamente a Francia.
3.
Brasil en 1964
El
año 1964 fue un año de cambios increíbles en Brasil. El presidente
democráticamente electo, Joao Goulart, implementó su “Plan Básico de
Reforma”. Aunque Estados Unidos siempre ha basado su control sobre pueblos
ajenos al suyo en mantenerlos en la ignorancia, había un cambio que de
verdad le molestó: un reforma fiscal que menguaría las ganancias de las
corporaciones multinacionales de Estados Unidos y sus aliados. Claro, también
les molestaba que otra reforma devolvería tierras a sus dueños legítimos y
repartiría otras a personas pobres.
Entonces,
la CIA entró en acción y derrocó al gobierno de Goulart en 1964 e instaló una
dictadura brutal más que duró 19 años. Durante el régimen, miles fueron torturados
y cientos ejecutados. También se encargaron de eliminar a todos aquellos que
tuvieran pensamientos izquierdistas, y en especial, marxistas.
4.
Uruguay en 1969
Durante
los sesenta, movimientos revolucionarios se esparcían por Latinoamérica.
Uruguay estaba hundida en una crisis. Surgieron los enemigos más grandes de
Estados Unidos en este país latinoamericano: los Tupamaros, una guerrilla
revolucionaria urbana. José Mujica formaba parte de ella y su esposa Lucía
Topolansky también. Washington se empeñó en detenerlos por la
influencia y poder que estaba adquiriendo el grupo. Nelson Rockefeller fue a
Uruguay para observar que efectivamente se extendía un sentimiento anti-yanqui
y regresó a Washington para alertar que algo necesitaba hacerse con carácter de
urgente. Y la CIA respondió enviando a su agente Dan Mitrione al país
Sudamericano. Entrenó a las fuerzas policiales en tortura y otras cosas
macabras, indescriptibles. Entonces, con ayuda de la CIA se instaló un
dictadura militar a la orden de Juan María Bordaberry, quien gobernó Uruguay
bajo instrucción directa de Washington durante 12 años. Mató a cientos de
personas, torturaron a decenas de miles. La represión era tan brutal que los
uruguayos tenían miedo hasta de bailar.
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