jueves, 11 de abril de 2024

JAVIER MILEI PASÓ LA NOCHE EN MIAMI CON FÁTIMA FLOREZ Y RECIBIÓ UNA SEÑAL DEL BID: “ESTAMOS COMPROMETIDOS CON LA ARGENTINA”

El presidente se reunió con el jefe del organismo, Ilan Goldfajn, y el titular del BID Invest, que apoya al sector privado. 
El Presidente Javier Milei y embajador argentino en Estados Unidos Gerardo Werthein mantuvieron esta mañana una reunión con del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Ilan Goldfajn los gerentes organismo Matias Bendersky James Scriven. 
 El presidente Javier Milei recibió este jueves por la mañana en su hotel de Miami a Ilan Goldfajn, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, quien dijo que el organismo está "comprometido con la Argentina". 
Goldfajn llegó al encuentro junto con el argentino James Scriven, gerente del BID Invest, la banca que busca dar soluciones al sector privado del continente. 
Esta organización ha sido recientemente capitalizada con US$3.500 millones, por lo que cuenta con dinero fresco para invertir en diversos sectores. 
“Fue una reunión positiva, estamos comprometidos con la Argentina”, dijo Goldfajn a la salida de la reunión. 
La presencia de Scriven fue también importante porque el organismo busca promover la inversión privada en la Argentina donde hay aún muchos sectores por explorar. Goldfajn luego tuiteó sobre el encuentro con Milei: "Hoy hablamos sobre nuestro apoyo técnico para mejorar la eficiencia del gasto y la protección de las personas más vulnerables y sobre cómo @BIDinvest, nuestro brazo para el sector privado, puede fomentar la inversión y la actividad empresarial en el país". 
La semana que viene el ministro de Economía Luis Caputo viajará a Washington a la Asamblea de Primavera del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y aprovechará para reunirse con Goldfajn y Scriven, con quienes podrá seguir avanzando el ampliar la cartera de préstamos al Gobierno para determinados proyectos de desarrollo, pero también de apoyo a la inversión privada. 
La reunión de esta mañana sucedió luego de que el presidente fue condecorado anoche en una ceremonia de una comunidad judía en Miami como “Embajador Internacional de Luz”. 
Milei pasó la noche en el hotel con su novia Fátima Florez. 
Luego de la reunión con las autoridades del BID, Milei tendrá por la tarde una charla académica en la Universidad de Florida y el viernes será el plato fuerte de su gira en Estados Unidos, cuando se reúna en Austin, Texas, con el CEO de Tesla y el segundo hombre más rico del mundo, Elon Musk. Milei estuvo hasta casi la medianoche en el “shul” de Chabad Lubavitch, un complejo de esta rama de la comunidad judía que le entregó una distinción especial por su trabajo a favor de la libertad y de apoyo a Israel, que también recibió su hermana Karina, secretaria general de la presidencia. 
El rabino que se lo entregó ensayó un "Viva la libertad Carajo", que hizo sonreír a la audiencia de unas 500 personas. 
La sorpresa de la noche fue la presencia de Fátima, que no había viajado con la comitiva oficial y que se encontraba en Miami por temas laborales. 
Los rumores señalaban que estaba de paso rumbo a Las Vegas, donde pronto podría encarar un proyecto artístico. 
A la artista no se la vio en todo el día el hotel en el que se aloja la comitiva, en Surfside, al norte de Miami, donde Milei estuvo recluido en su habitación, tuiteando y con algunas entrevistas. 
Ella apareció recién a las 8 de la noche en la centro religioso donde le entregarían el premio a Milei y su hermana. 
Allí se sacó fotos con argentinos que la reconocieron y que esperaban ver al presidente. Fátima presenció la ceremonia, pero mantuvo un bajo perfil. En su discurso, el presidente, que es católico, explicó su vínculo con el judaísmo. 
Dijo que en su infancia le había fascinado la película "Los 10 Mandamientos", recordó a su abuelo materno que un día descubrió que era judío y contó que se interesó más aún luego de conocer a uno de sus estudiantes que pertenecía a la comunidad Lubavitch con el que mantenía charlas existenciales.
 Finalmente resaltó su profunda amistad con el rabino Axel Wahnish, presente en la ceremonia, que fue designado como embajador ante Israel. 
 FMI APRUEBA ENTREGAR A ARGENTINA 4,700 MILLONES DE DÓLARES PARA APOYAR "ESFUERZOS" DE MILEI 
 El visto bueno del directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional a la séptima revisión del acuerdo crediticio con Argentina eleva a alrededor de 40,600 millones la cantidad girada al país sudamericano, como parte de un programa de ayuda de 44,000 millones. 
El directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó este miércoles el desembolso de unos 4.700 millones de dólares a Argentina, para "apoyar" los esfuerzos del gobierno del presidente Javier Milei para restablecer "la estabilidad macroeconómica"
Desde que asumió el cargo hace menos de dos meses, Milei ha devaluado el peso un 50%, ha iniciado un proceso de liberación de precios y se propone modificar centenares de normas y leyes para tratar revertir una crisis que mantiene a más del 45% de los argentinos en la pobreza, con una inflación anual de 211% en 2023. 
El desembolso inmediato "de alrededor de 4,700 millones de dólares" permite "apoyar los claros esfuerzos políticos de las autoridades por restablecer la estabilidad macroeconómica", afirma el FMI en un comunicado, en un contundente espaldarazo a Milei, justo cuando el Congreso debate un polémico paquete de reformas ultraliberales. 
"Se está implementando un ambicioso plan de estabilización para corregir graves desvíos de políticas en los últimos trimestres de 2023", cuando gobernaba el peronista Alberto Fernández, añade. 
"El plan se centra en el establecimiento de un fuerte ancla fiscal junto con políticas para reducir de manera duradera la inflación, reconstruir las reservas y abordar las distorsiones y los problemas de larga duración", precisa. Pero "el camino hacia la estabilización será desafiante", advierte la organización financiera. 
El visto bueno del directorio a la séptima revisión del acuerdo crediticio con Argentina eleva a alrededor de 40,600 millones la cantidad girada al país sudamericano, como parte de un programa de ayuda de 44,000 millones. 
El país atraviesa por una crisis con escasez de divisas, un fuerte endeudamiento en un contexto de prácticamente nulo acceso a los mercados internacionales de crédito. En su actualización de las Perspectivas de la Economía Mundial, el FMI estimó el martes que En octubre la institución financiera preveía que la economía del país sudamericano crecería 2.8% en 2024, pero finalmente seguirá una senda recesiva, con una contracción de 2.8%. 
MILEI RECIBE AL FMI APREMIADO POR LA ESCASEZ DE DÓLARES Y UN AJUSTE ECONÓMICO QUE CHOCA CONTRA EL CONGRESO 
El ultraderechista confía en que el organismo de financiamiento acepte su programa económico. 
El equipo del Fondo llega a Buenos Aires, pero la reunión de este viernes con el Gobierno es postergada para el lunes 
La llegada del ultraderechista Javier Milei a la Casa Rosada inaugura una nueva etapa en las relaciones de Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Representantes del organismo han llegado a Buenos Aires para negociar un posible reacomodo del acuerdo que Argentina mantiene con el Fondo desde 2018, cuando el el conservador Mauricio Macri se endeudó por 44.000 millones de dólares, y el plan de pagos firmado en 2020 con el peronista Alberto Fernández. 
El organismo de financiamiento comenzará a reunirse este viernes con los equipos técnicos y el encuentro con funcionarios del Gobierno, que estaba previsto para hoy, ha sido postergada hasta el lunes, según medios nacionales. Milei confía en que la negociación será exitosa porque el recorte de gastos que ya empezó a aplicar es “más duro”, según su propia valoración, que el que pide del FMI. 
La duda del Fondo es si el ultraderechista podrá poner en práctica ese plan ortodoxo y promercado, que tiene resistencia en las calles y choca contra el Congreso y los tribunales. 
Argentina debe saldar la deuda de 44.000 millones asumida por Macri que pronto se volvió impagable para el país. 
El Gobierno de Fernández, que sucedió a Macri, acordó un nuevo plan de pago a cambio de una serie de metas fiscales y monetarias. 
El actual programa tuvo su última revisión aprobada en agosto. 
El Fondo consideró que Argentina no había alcanzado las metas, pero autorizó un nuevo desembolso porque valoró que el incumplimiento se debía a una “sequía sin precedentes y a desviaciones de las políticas”. 
Ahora está pendiente una nueva revisión que debía hacerse en diciembre y se postergó por la llegada de Milei al poder. La actual Administración considera que, como el país “no cumplió” con los objetivos, el acuerdo de 2020 está “virtualmente caído”. 
Pero formalmente no lo está y los representantes del Fondo se reunirán con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, con el ministro de Economía, Luis Caputo, con autoridades del Banco Central y con los equipos técnicos para “reencauzar” las negociaciones, según expresó el portavoz presidencial, Manuel Adorni.
 El Gobierno no ha mencionado la posibilidad de descartar el actual acuerdo, que concluye en septiembre, para firmar uno nuevo y ha descartado la llegada de nuevo financiamiento. 
Diferentes analistas consultados por EL PAÍS consideran que esas opciones “no son muy factibles”, aunque no existen certezas. 
La agenda del encuentro “no está predefinida”, ha asegurado Adorni. 
La reunión del lunes, que estaba prevista para este viernes, será el primer encuentro en Buenos Aires de funcionarios de este Gobierno con representantes del Fondo después de que se reunieran en Washington en diciembre. 
Kristalina Georgieva, titular del Fondo Monetario Internacional, dijo entonces que el organismo está “muy interesado” en apoyar a Argentina. Georgieva había mantenido días antes una conversación por videoconferencia con Milei. 
“El Fondo se mostró colaborativo”, aseguró el presidente en un mensaje en la red social X y calificó la charla de “excelente”. Por esto y por la profundidad del ajuste que Milei ya empezó a implementar –devaluó la moneda un 50% y anunció la quita de subsidios al transporte y la energía, entre otras medidas– el Gobierno está confiado en que tendrá el respaldo del FMI. 
Un acuerdo exitoso le permitirá al Gobierno fortalecer la balanza de pagos, que actualmente se encuentra comprometida, y lanzar un mensaje a los inversores internacionales. 
Algunos analistas, sin embargo, señalan que la propia ortodoxia del programa económico de Milei, que en parte está sostenido sobre medidas impuestas por decreto o aún no aprobadas en el Congreso, puede provocar diferencias con el FMI. 
“El Gobierno demuestra compromiso para implementar las reformas que está proponiendo”, asegura Pablo Nemiña, investigador en economía política del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), de la Universidad de San Martín y de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). 
Pero no alcanza con eso, agrega: “También debe demostrar que las políticas son sustentables, es decir, que se puedan implementar porque tienen cierto grado de apoyo”. 
En economía, explica, se habla de ownership, que vendría a ser la “la propiedad o el control” que un país tiene sobre el acuerdo. 
Ahí es donde Milei tiene un problema. Aunque el ultraderechista ganó en segunda vuelta con el 56% de los votos y el respaldo popular aún es amplio, su partido, La Libertad Avanza, está en minoría en el Congreso. 
El proyecto de ley que presentó con más de 600 medidas para reformar el sistema político, económico y social argentino deberá superar el obstáculo legislativo. 
También deberá hacerlo el megadecreto que impuso con más de 300 reformas y que está siendo cuestionado en la justicia por “inconstitucional” –un tribunal ya suspendió una parte de ese decreto este miércoles–.
Las calles presentan otro desafío: ciudadanos de distintas partes del país han salido a rechazar las medidas casi a diario y la principal central sindical del país, la Confederación General de los Trabajadores, ya ha convocado a un paro general para el 24 de enero. Nemiña cree que conseguir el apoyo a las medidas será clave para encuadrar el vínculo entre ambas partes. “Siempre se pueden hacer reformas. 
Pero hay que involucrar a la sociedad y el Gobierno debe estar dispuesto a que sus ideas sean adaptadas. Si piensa que la sociedad está equivocada, tiene que convencerla. Para eso hay un instrumento extraordinario que se llama política”, señala. “El FMI es más político y sabe que necesita tener algún tipo de negociación que permita avanzar estas reformas conteniendo de alguna manera los sectores afectados”, apunta Francisco Cantamutto, doctor en Ciencias Sociales especializado en Economía e investigador del Conicet. Cantamutto explica: “Si el Fondo acepta una posición ideológica como la del Gobierno de Milei, corre el riesgo de que el programa colapse muy rápidamente si la sociedad no la puede tolerar. 
En cambio, si pretende un programa más reducido, pero socialmente más viable, estaría por debajo de las demandas del propio Gobierno. 
Estamos ante una situación relativamente novedosa, que el FMI tiene que estudiar con detenimiento”. A este acercamiento le seguirán más etapas. Mientras las partes negocian, el calendario de pagos de Argentina con el Fondo sigue el camino preestablecido. 
Después de que el FMI interrumpiese los desembolsos tras la derrota del oficialismo en las elecciones de noviembre, el Gobierno de Milei acordó un nuevo préstamo puente con el Banco de Desarrollo de América Latina-CAF de 960 millones de dólares para cumplir con los vencimientos de diciembre. El país deberá pagar este año casi 7.300 millones de dólares. 
El primer vencimiento es este lunes 9 de enero y el segundo una semana después, el día 16, por un total de 1.900 millones. Sintonía con el Fondo El FMI ha intervenido en la economía Argentina durante periodos de gobiernos democráticos y en dictaduras, con administraciones liberales o proteccionistas. 
El presidente Juan Domingo Perón rechazó sumarse a la lista de asociados del organismo cuando este fue creado en 1944 porque lo consideró “un nuevo engendro putativo del imperialismo”. 
Pero diez años después, el general Pedro Aramburu tomó el primer crédito tras asumir el poder con un golpe de Estado en 1955. 
Ahí empezó la historia de encuentros y desencuentros del país con el FMI, una sigla que los argentinos asocian a ajustes impopulares y profundas crisis económicas y sociales, como la crisis del corralito de 2001 y la cesación de pagos de una deuda externa de 144.000 millones de dólares. 
En 2006, con el presidente peronista Néstor Kirchner saldó la deuda con el Fondo e inauguró una época de distanciamiento. 
El organismo cerró su oficina en Buenos Aires y Argentina quedó exenta de las revisiones periódicas de sus técnicos. 
Por 15 años, el país no le pidió asistencia. Hasta que en 2018, poco antes de acabar su mandato, Macri pidió un nuevo rescate. 
La etapa que abre Milei, más ortodoxa y promercado, “se alinea con la estrategia de gobiernos neoliberales que han pasado por Argentina antes, pero desde una posición ideológica más extrema y corrida a la derecha”, señala Cantamutto. 
El economista marca dos particularidades. Una es la “posición de debilidad política severa” que Milei tiene en el Parlamento y otra es “un escenario internacional distinto”. 
“Hoy no estamos ante el mundo unipolar de los años noventa. La hegemonía global de Estados Unidos se encuentra amenazada por el ascenso de los BRICS de mano de China”, dice. Nueva estrategia geoeconómica Argentina acaba de anunciar formalmente que no participará de los BRICS, la alianza económica integrada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica a la que Argentina accedió en agosto.
 La decisión está en línea con la visión de Milei, que defiende la cercanía de su Gobierno con Estados Unidos, Israel y “el mundo libre” en general, lejos de los países que considera “comunistas”. 
En ese listado prohibido está China, pero también Brasil. 
“Esto influye en la relación con el Fondo Monetario, que está tan influido por Estados Unidos”, señala Noemí Brenta, doctora en Economía de la Universidad de Buenos Aires y autora del libro Historia de la deuda externa de la dictadura a nuestros días. “Supongo que el Gobierno está jugando ese reposicionamiento externo como un modo de presión para recibir un trato más favorable del Fondo”, agrega. Brenta, sin embargo, ve “difícil” que el Fondo otorgue a Argentina financiamiento adicional al convenio que concluye en septiembre de 2024. 
“El acuerdo con el Fondo ya está desembolsado en un 84%. No podemos esperar mucho más que esos 7.000 millones de dólares [que restan]. Y eso va a ser para pagarle al mismo Fondo”, valora. 
Después continúa: 
“¿Qué otras opciones tiene el Gobierno de financiamiento? Ninguna de montos importantes. 
Ya ha enfriado las relaciones con China y China denegó la activación del nuevo tramo del swap [intercambio de divisas], así que con eso no podemos contar. 
Los montos que nos pueden prestar los otros organismos –CAF, Banco Mundial, BID— son ínfimos para la necesidad de financiamiento externo”. 
La deuda externa argentina suma casi 300.000 millones de dólares.
¿DESPUES VENDRAN LAS PRIVATIZACIONES? 

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