Coincidencia. El papa Francisco tuvo una deferencia especial con el
padre de la Teología de la Liberación al invitarlo a concelebrar la misa.
Reunión.
El miércoles pasado el papa
Francisco recibió al padre Gustavo Gutiérrez en la residencia papal de Santa
Marta. Este encuentro es una muestra de la coincidencia de ambos en el mensaje
eclesial de la opción por los más pobres.
María Elena Castillo.
El encuentro producido esta
semana en Roma entre el papa Francisco y el sacerdote peruano Gustavo
Gutiérrez, considerado el padre de la Teología de la Liberación, es un símbolo
importante de una Iglesia inclusiva, que escucha las voces de todos y está cada
vez más preocupada por los pobres.
No fue un encuentro casual. El
padre Gutiérrez estuvo invitado a concelebrar primero la misa a la que asiste
el Sumo Pontífice, en la residencia de Santa Marta. No muchos han podido
compartir este ámbito tan personal.
Al finalizar la celebración
eucarística, el Papa se reunió con el sacerdote peruano en privado, lejos de
las cámaras, como lo harían dos buenos amigos.
Días antes, el padre Gutiérrez
había presentado la edición en italiano del libro De parte de los pobres.
Teología de la liberación, teología de la Iglesia, que hace casi una década
escribió con el hoy prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe del
Vaticano, Mons. Gerhard Ludwig Müller.
Con ese motivo, el sacerdote
peruano dijo en una entrevista al diario La Stampa, de Milán: "La Teología
de la Liberación no hace más que hablar del Evangelio: la preocupación de la
Iglesia por los más pobres".
Precisamente, desde que el
papa Francisco asumió el pontificado ha tenido un insistente discurso sobre la
necesidad de acercar la Iglesia a los pobres como parte de las enseñanzas de
Jesucristo.
Asimismo, tres días antes de
la presentación del libro de Gutiérrez y Müller, el diario L’Osservatore
Romano, órgano oficial del Vaticano, publicó en su página central las
reflexiones que contiene el documento.
Una cobertura de esta magnitud
sobre un tema que ha sido polémico no puede hacerse sin la autorización o
sugerencia del mismo Sumo Pontífice, lo que muestra la política de apertura del
pontificado.
Importante aclaración
El ex presidente de la Conferencia
Episcopal del Perú monseñor Miguel Cabrejos ha calificado el encuentro entre el
papa Francisco y el padre Gutiérrez como una muestra de la coincidencia que
existe en el mensaje de ambos, en su preocupación por la gente más humilde y
necesitada.
Sostuvo que en el 2006 quedó
zanjada cualquier duda que tuvo la jerarquía eclesiástica con respecto al
pensamiento de la Teología de la Liberación.
Refirió que ese año, el secretario de entonces
de la Congregación para la Doctrina de la Fe, monseñor Angelo Amato, le envió
una carta señalando que mediante el artículo "Koinonía Eclesial" el
padre Gutiérrez aclaró "los puntos problemáticos en algunas de sus
obras" y pidió que sea ampliamente difundido.
De acuerdo con la nota
adicional que envió monseñor Amato, en octubre de 1995 la Congregación que dirige solicitó al sacerdote peruano un
artículo sobre la eclesiología de sus obras debido a ciertos "abusos
pastorales" que aparecieron a partir de "una Teología de la
Liberación mal entendida".
El documento señala que –tras
varias idas y venidas– el examen al que fue sometido el artículo resolvió, en
el 2004, que "no había objeción teológico-pastoral" al trabajo del
padre Gutiérrez.
"Se hizo el pedido para
que el padre pudiera explicar su trabajo, pues él es el fundador de la Teología
de la Liberación, pero ha tenido seguidores, algunos de los cuales no
entendieron bien sus postulados", dijo Cabrejos, quien recordó que en esa
oportunidad se imprimieron 5 mil ejemplares que fueron distribuidos entre obispos
y congregaciones religiosas en todo el país.
Críticas del cardenal
Por su lado, el cardenal Juan
Luis Cipriani aprovechó su programa radial "Diálogo de Fé" para
criticar la Teología de la Liberación, la que, en su opinión, ha hecho mucho
daño.
Como queriendo restar importancia a lo
ocurrido estos días en Roma, indicó que parece que hay una "nueva
primavera de Gustavo Gutiérrez".
Comentó que "su amigo", monseñor
Müller –actual prefecto de la Doctrina de la Fe y a quien calificó de
"buen teólogo, un tanto ingenuo"– motivó el encuentro con el Papa
para ayudarlo.
Sin embargo, hay que recordar que
monseñor Muller fue nombrado por el papa
Benedicto XVI como editor de sus obras y luego ratificado por el papa Francisco
como la primera autoridad para vigilar la pureza de la Doctrina de la Fe en la
Iglesia universal.
Cipriani hizo referencia a dos
"instrucciones" enviadas en los años 80 por monseñor Joseph
Ratzinger, mucho antes de ser Papa, pero no mencionó que posteriormente se
reunió personalmente con el padre Gutierréz y reconoció el valor de su trabajo,
encuentro que no se difundió en el Perú.
Una Iglesia pobre y para los pobres
Poco después de la elección
del cardenal argentino Jorge Bergoglio como nuevo Papa, el padre Gustavo
Gutiérrez exhortó a los católicos a hacer realidad el sueño del Sumo Pontífice
de tener una "Iglesia pobre y para
los pobres".
En un texto publicado por la
Pontificia Católica del Perú el padre de la Teología de la Liberación indicó
que con esa frase el papa Francisco precisa que el auténtico poder de la
Iglesia consiste en servir a los pobres.
"¿Estamos, como
cristianos y como Iglesia, dispuestos a morir a nuestras propias ventajas y a
ciertas consideraciones sociales por solidaridad con los más pobres, en los que
encontramos a Jesucristo, muerto y resucitado por todos?", escribió en su
artículo por Semana Santa.
"Si no es así, aunque hayamos pasado por
la Semana Santa, ella no habrá pasado por nosotros", sentenció.
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