Causantes del peor fenómeno de corrupción |
DECRETOS SECRETOS Y MAL USO DE FONDOS
PÚBLICOS.
Casi todo de
lo que se enterará el lector, en este capítulo, tiene el muy documentado
respaldo de los frutos de la Comisión
Investigadora de los delitos económicos y financieros (CIDEF) cometidos
entre 1990 – 2001 que presidiera el Congresista Javier Diez Canseco Cisneros
(UPD) y cuyos más destacados miembros fueron Walter Alejos (PP) Maximo Mena
(PP), Juan Valdivia (APRA) y Kuenen Francesca Marabolto (UN).
Esta comisión
multipartidaria contó con la valiosa colaboración de destacados profesionales
como la doctora Beatiz Mejía, doctores Walter Alván, Oscar Ugarteche y tantos
otros que sería muy extenso mencionar.
CIDEF publicó,
auspiciada por el Fondo Editorial del Congreso un informe final,
lamentablemente no muy difundido.
La escrupulosa
investigación de la CIDEF nos ha eximido de buscar mayores fuentes para ofrecer
al lector el cuadro de increíble corrupción que caracterizó los diez años del
fujimorato.
Las conclusiones principales de la CIDEF
fueron estas:
1.- El
gobierno de Fujimori fue el peor fenómeno de corrupción de nuestra historia
republicana y principal legado nefasto que nos ha dejado.
2.- El país
fue gobernado por una red corrupta de altos funcionarios, mandos militares y
algunos grupos de poder económico.
3.- Para actuar con más impunidad esa red corrupta controló y atropelló la autonomía de las instituciones, especialmente aquellas encargadas del control político.
3.- Para actuar con más impunidad esa red corrupta controló y atropelló la autonomía de las instituciones, especialmente aquellas encargadas del control político.
Así
controlaron y manejaron, a su gusto, el Parlamento Nacional, el Ministerio
Público, el Poder Judicial, la Contraloría de la República y medios de
comunicación masiva (prensa escrita, radio y TV).
Casi nada
escapó a su control. Todo lo manejaba Montesinos, aunque Keiko diga: “mi papá
no sabía nada”.
4.- Otra
conclusión indiscutible de la CIDEF y motivo principal de su investigación fue
que para mantener la impunidad construyeron una “legalidad ad hoc”.
Precisamente
el mejor instrumento para esta inmoralidad fueron los decretos de urgencia y
decretos supremos secretos que se analizan exhaustivamente el mencionado
informe.
5.-
Principalísima conclusión del informe de CIDEF es que este grupo corrupto de
poder se constituyó desde el inicio del gobierno de Alberto Fujimori en 1990,
contó con la participación expresa de la cúpula militar, hecho que se hizo mas
evidente a partir del auto golpe de Estado del 5 de abril de 1992 y que el
trípode que lideró el núcleo de corrupción estuvo conformado por Alberto
Fujimori, Vladimiro Montesinos y Nicolas de Bari Hermoza Rios.
La labor de la
CIDEF para procesar la gran cantidad de información existente se vió
multiplicada pues investigando un tema determinado de corrupción encontraban
que éste estaba ligado a otro tema de corrupción.
Así dicen que
mientras investigaban las pérdidas del Estado en la empresa agro-industrial
Pucalá, se abrió otro tema que era el Fondo Especial de Promoción Agraria.
La
investigación de CIDEF abordó los temas de las privatizaciones, las operaciones
de salvataje bancario, las principales licitaciones y adquisiciones, el uso de
fondos públicos para la red de corrupción la recepción y destino de las
principales donaciones y programas de cooperación internacional, el
financiamiento de las instituciones de control como la SUNAT Contraloría y Aduanas,
la liquidación de empresas públicas como Popular y Porvenir y otras vinculadas
al sector Defensa.
El primer
hallazgo importante de la CIDEF es que apreció como una constante común en
todos los casos el uso abusivo de los Decretos de Urgencia, en su mayoría de
orden secreto.
Por ello, se
investigó con especial énfasis la compra de armamento y de productos de origen
chino.
A la vez se
identificaron una serie de enmarañados procedimientos para alcanzar objetivos
pocos transparentes en los casos de privatización y quiebra de Aero Perú, la
privatización de Electro Lima y sus implicancias tributarias, la corrupción en
la gestión de las empresas aseguradoras Popular y Porvenir, el salvataje del
Banco Latino, la privatización de la empresa azucarera Pucalá y el manejo del
proyecto del rio Cachis.
El uso
indiscriminado de dispositivos de urgencia, muchos de carácter secreto, fue
instituido por la mafia fujimorista como una modalidad para amparar gastos
irregulares, vía compras destinadas a favorecer a las empresas vinculadas a la
red de corrupción. Así se destinaron mil trentidos millones de dólares
provenientes de la privatización en la compra de armamentos y equipos militares
de dudosa calidad.
El agravante
de estas operaciones ilegales es que se realizaron con mayor énfasis durante la
época del conflicto con el Ecuador. A la mafia no le interesó el país ni el
conflicto bélico. Solo les interesó lucrar pese a que la mayoría de los
implicados eran militares.
Nunca se ha esclarecido como es que habiendo más de siete mil millones de dólares
como ingresos por la privatización solo quedaban 143 millones en caja.
Lo que sí
quedó claro según la investigación CIDEF es que de las privatizaciones y a
través de esos Decretos Supremos Secretos se invirtieron 1,800 millones de
dólares para comprar armas de mala calidad, como los MIG que no funcionaban y
otras, armas, caballos, automóviles, equipos de radio. De ahí salieron las
fortunas en los bancos suizos de los generales sentenciados y de los prófugos
como Víctor Malca, ex embajador en Mexico al que no se puede encontrar desde
hace diez años.
Sin duda el
engranaje de la mafia había copado todas las esferas del poder de manera que
apenas hubiera una denuncia se ponían en funcionamiento los mecanismos para
desactivarla. El Congreso, el Poder Judicial, la Contraloría operaban con una
coordinación sintonizada, cada una cumpliendo su papel de acuerdo al libreto
preparado por el asesor.
De esta
manera, ninguna denuncia podía prosperar.
Una conclusión
muy importante del informe de la CIDEF es: el que suscribe el Ing. Javier Diez
Canseco cuando dice: “No es posible emitir un decreto supremo de emergencia
secreto sin la firma del Presidente de la República y menos para las compras de
armas” por lo que es contundente que “Alberto Fujimori tenía pleno conocimiento
de todo lo actuado por la red mafiosa que él integraba y que decir desde su
comodo de parlamento de Tokio que fue sorprendido por su asesor es risible”.
Otro hecho muy importante que investigó y comprobó la CIDEF fue que el gobierno peruano abusó de la figura de la asistencia internacional y trasladó y aun traslada fondos públicos a un programa de las Naciones Unidas que se conoce con el nombre de PNUD con lo que se pagó la “planilla” de los funcionarios responsables de las privatizaciones, miembros de la COPRI y las CEPRI, que eran muy jugosas y que por tanto oficialmente “no salen” del Tesoro Público.
Otro hecho muy importante que investigó y comprobó la CIDEF fue que el gobierno peruano abusó de la figura de la asistencia internacional y trasladó y aun traslada fondos públicos a un programa de las Naciones Unidas que se conoce con el nombre de PNUD con lo que se pagó la “planilla” de los funcionarios responsables de las privatizaciones, miembros de la COPRI y las CEPRI, que eran muy jugosas y que por tanto oficialmente “no salen” del Tesoro Público.
Para esta
artimaña legal se emplearon 295 millones de dolares. Tómese nota que para
realizar esto el gobierno debía pagar 3.5% como concepto de comisión de agente.
Conclusión muy
importante y de la que rogamos al lector, le dé la debida importancia en cuando
dice textualmente: “La elite empresarial privada hasta donde hemos podido
constatar participó en forma activa en la corrupción estudiada. Hay una
corresponsabilidad estudiada entre el Estado, los funcionarios públicos y
algunas empresas privadas”.
“Lo que
observamos en el caso de la Contraloría General de la República es que durante
la década pasada el 75% de sus acciones fueron dirigidas a controlar municipios
que sólo manejan el 4% del presupuesto nacional. El contralor caso Lay no
acogió fiscalizaciones ni denuncias”.
Coincidiendo
totalmente con lo expresado en la introducción del informe del CIDEF por el
reconocido economista Dr. Oscar Ugarteche nos permitimos transcribir sus
acertados conceptos que el autor los hace suyos: “Lo descrito en estas páginas
representa solo una muestra de lo que realmente corresponde a la magnitud de lo
ocurrido en el Perú durante la década de la corrupción.
Los daños
causados por la mafia que nos gobernó son incalculables y siguen surtiendo sus
funestos efectos pues trastocaron delictivamente no solo el ámbito económico,
político, social, sino fundamentalmente, el moral impusieron la corrupción como
la forma de gobernar al país”.
“Y lo que puede ser más grave aún es que
queden impunes”.
“Es preciso
por ello, sancionar los delitos identificados a la par que es preciso también
incorporar al cuerpo legal tipificaciones que sancionen específicamente los
delitos económicos y financieros que en otros países son castigados con suma
dureza, puesto que cometerlos implica comprometer no solo el presente sino el
futuro de vida de generaciones de peruanos y especialmente de los peruanos y
especialmente de los peruanos más pobres”.
La primera
acusación constitucional presentada al Congreso de la República por la CIDEF
fue la denuncia a diversos Ministros de Estado, jefes militares y otros altos
funcionarios del gobierno de Fujimori por el uso y abuso de los denominados
dispositivos de urgencia y en particular aquellos que tuvieron carácter de
secretos.
Sería
demasiado extenso y fatigoso para el lector hacer relato minucioso de los
delitos contenidos en esos Decretos por lo que los resumiremos en los
siguientes datos:
1.- Durante el
gobierno de Fujimori se expidieron 22 Decretos de Urgencia Secretos de
disposición de fondos públicos de los cuales 14 fueron de fondos de la
privatización.
2. Esos
decretos no se publicaron en el diario oficial, no tuvieron, en la mayoría de
los casos, aprobación del Consejo de Ministros y sólo ocho de ellos se enviaron
al Congreso para su aprobación. El secreto fue total.
3.- En muchos
casos no se encontró los documentos físicos que contenían los decretos. Tampoco
se encontró actas de aprobación del Consejo de Ministros.
4.- La mayoría
de los Ministros desconoció la existencia de esos Decretos. Publicamos
fotocopia de ellos para conocimiento de los lectores.
5.- Primero
cometían el delito, luego lo regularizaban. Es decir, primero aprobaban la
operación, disponían del dinero y luego expedían el Decreto.
6.- Antes de
expedir el decreto se creaban empresas de proveedores cuyos accionistas eran
testaferros o miembros de la asociación delictiva como en el caso de la compra
de aviones de Bielorrusia.
7.- Los
decretos fueron principalmente para la adquisición de bienes y servicios de los
Ministerios de Defensa y del Interior.
8.- Se cometieron los delitos de asociación ilícita para delinquir, malversación de fondos, colusión ilegal, peculado, falsificación de documentos públicos, negociación incompatible, supresión, destrucción u ocultamiento de documentos y omisión de denuncia.
8.- Se cometieron los delitos de asociación ilícita para delinquir, malversación de fondos, colusión ilegal, peculado, falsificación de documentos públicos, negociación incompatible, supresión, destrucción u ocultamiento de documentos y omisión de denuncia.
Para asombro
del lector los Ministros implicados en la Comisión de tantos delitos sólo
recibieron condenas en el poder judicial de cuatro años de prisión, suspendida.
Vale decir que
no pasaron ni un solo día en la cárcel, en la que debieron estar algunos años.
Quizá muchos tengan la osadía de postular para parlamentarios el 2011, porque
ahora 2010, vivimos casi una “cultura de la corrupción”.
Son tres los casos emblemáticos de esos 22
decretos.
1.- Decreto
046-95 Disponen de 67’800.00 de soles para compra de un avión presidencial
BOEING 737.
Es escandaloso
porque a) no se podía disponer de recursos de la privatización para comprar un
avión al Presidente b) estábamos en pleno conflicto con el Ecuador. Lógicamente
ese avión no tenía ninguna prioridad c) no hubo licitación, ni concurso de
precios d) no tenía nada de urgente y e) todo se hizo en menos de un mes.
2.- Decreto
02896 se dispuso de 252’052.420 dólares para comprar 3 aviones MIG de segundo
uso en Bielorrusia.
Este saqueo a
los fondos públicos se inició cuando una empresa de Ucrania presentó una
propuesta, Montesinos la bloqueó y forma con Alberto Venero la empresa W21
INTERTECHNIC para representar a la compañía TREVES INTORA que también era de un
amigo y socio de Montesinos.
Con fecha 6 de
mayo de 1966 emiten el Decreto y el 13 de mayo firman el contrato.
Este Decreto
no fue de conocimiento del Congreso de la República, ni del Consejo de
Ministros.
En conexión
con este Decreto se encuentra el 075-96 que fue más escandaloso por el que se
destinan 150 millones de dólares para comprar 18 SU-25 a Bielorrusia también.
En ambos casos
los decretos se expidieron después de arreglado el “negocio”. Según
declaraciones de Venero Montesinos recibió 30 millones de dólares por esta
compra.
3.- El caso
más escandaloso y por el que Alberto Fujimori fue sentenciado por la Corte
Suprema fue el último Decreto el 081-00 por el que Montesinos recibió 15
millones de dólares en concepto de CTS pero que por indicación expresa de
Fujimori se expidió para “ejecución de acciones en la frontera con Colombia”.
Así con ese
desprecio y desaprensión se disponía de los fondos públicos, por el propio
Presidente de la República.
Este acto que
es ejemplo de desvergüenza se agravó mas cuando Fujimori se vio obligado a
devolver esa suma y entregó 15 millones de dólares que tenía en Palacio. Pero
se descubrió que los 15 millones que se llevó Montesinos eran distintos de los
que “devolvía” Fujimori, simplemente porque eran billetes de distinta
denominación.
Demostración
simple y sencilla del volumen de la “caja chica” de Fujimori en el mismo
Palacio de Gobierno y prueba de su cinismo.
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