martes, 13 de agosto de 2013

LOS NARCOINDULTOS, OTRA VEZ


Nelson Manrique Gálvez
En un video del año 2009 propalado el domingo se ve  a Aurelio Pastor, entonces ministro de Justicia de Alan García, feliz y canchero en un penal, buscando narcotraficantes indultables, ofreciendo conmutaciones de pena expresas y prometiendo firmar liberaciones en una semana. Esto desbarata su coartada de que él no firmaba los indultos, que esa era una responsabilidad exclusiva del presidente de la República, y que su ministerio funcionaba apenas como una mera “mesa de partes”. La acre respuesta de Alan García fue que ignoraba que había tenido un “ministro ciego”. Pastor firmó más de mil narcoindultos.
La liberación de narcotraficantes por Alan García utilizando su condición de presidente de la República constituye por su gravedad un caso único a nivel mundial. Cuando se hizo público el escándalo él calificó de “mentiras” las acusaciones. Afirmó que en los casos de tráfico ilícito de cocaína “no se concedió ni un solo indulto”. Negó haber liberado a integrantes de bandas. Remató afirmando que, de presentarse el caso, “lo volvería a hacer” ( http://bit.ly/12xVhJM ).
García sostuvo que liberó a esos delincuentes para combatir el hacinamiento en las cárceles, tesis a la que acaba de plegarse Juan Carlos Eguren, líder del PPC. Pero la mayoría de los reclusos que pueblan los penales son procesados sin sentencia, gente pobre, a la que, obviamente, no llegaron las gracias presidenciales.
Alan García mintió. En realidad liberó a 5.500 delincuentes, entre ellos a 3.274 sentenciados por narcotráfico, 400 de la modalidad de narcotráfico agravado. Liberó además a 1.600 condenados por robo agravado, modalidad delictiva que incluye el uso de armas letales, lesiones y muerte de las víctimas, justo cuando la inseguridad ciudadana es señalada como el problema más importante del país. Liberó a bandas completas de narcotraficantes, como la formada por Amelia Emperatriz Reyes Alfaro, Lesly Yanira Zárate Quiroz y Demis Edgar Benavides Reyes, o la de Percy Andrés Farías Aguirre, Jorge Andrés Farías Balarezo, Rosa Esther Huerta Aguirre, Milagros Leonor Farías Aguirre y Juan Carlos Farías Aguirre. Igual gracia recibió la banda de Julio Roberto Rodríguez Chavarro, Roberto Xavier Boponti Correa, Jani Ysminio Alegría y Alberto Gutiérrez Perdomo. García otorgó incluso reducciones de condenas por debajo de lo propuesto por la Comisión de Gracias Presidenciales ( http://bit.ly/10M9lsq ).
El saldo está a la vista. Cerca de 200 delincuentes liberados reincidieron y volvieron a ser puestos en prisión. Se trata, claro, solo de los que han sido descubiertos, pero el total debe de ser mayor. De los que volvieron a prisión, Royer Henry Honorio Mas aprovechó su libertad para violar a una menor y asesinar a una persona. Sandro Bravo violó a cuatro mujeres. Mauro Choquehuanca y Cleto Carhuapoma Aliaga fueron identificados como narcotraficantes de alto vuelo. Fernando Morales cayó montando un laboratorio en Paraguay.
No se trató de gracias incidentales sino que hubo una fábrica de narcoindultos. Aparte del ahora preso Miguel Facundo Chinguel, presidente de la Comisión de Gracias Presidenciales, se incrementó el personal de la comisión de 6 a 40 promotores, 19 de ellos apristas. Se incorporó a esta a Manuel Huamán Montenegro, aprista abogado del cartel Los Norteños, condenado a 8 años por narcotráfico, así como a Carmen Morales Pebes, narcotraficante internada cuatro veces en prisión, cuya última sentencia de 4 años de prisión fue reducida a 1 año y 8 meses por la comisión de Facundo Chinguel, a la que se incorporó a trabajar 4 meses después de su liberación ( http://bit.ly/11SgNJJ ). Se recurrió a presos condenados por narcotráfico como colaboradores, como Carlos Butrón Dos Santos, “Brasil”.
La respuesta de la dirigencia del Apra ante el escándalo es equipararlo con el caso de Nancy Obregón, ex parlamentaria nacionalista aparentemente incluida en la lista de candidatos por Ollanta Humala. No hay comparación, ni por la magnitud del daño causado al país ni por las características de ambos casos. Nancy Obregón está detenida por indicios delictivos y el PJ debe dictaminar su culpabilidad o inocencia. Los narcoindultos no solo tienen estampada la firma de Alan García sino él los ha reivindicado: “He invertido miles de horas en revisar 7.200 expedientes. Yo no firmo lo que me pasan. Yo no soy mesa de partes, no, señor. Estudié largos minutos cada uno de los expedientes para ver con mi convicción si cada uno de los presos merecía eso” (http://bit.ly/16Lmybm ).
A confesión de parte, relevo de pruebas.

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