Como en esas series
interminables cuyos fatigados guionistas cambian una y otra vez el destino de
los personajes, pero no a estos, así se inicia temprano la nueva temporada del
juego político en lo que, según se entrevé, será una campaña presidencial de memorable
intensidad y frecuente sorpresa.
En la nueva temporada no hay
cambios de cuerpos o de rostros sino de conductas. Y el primer segmento
pertenece, quién lo hubiera previsto, a Pedro Cateriano. El bien definido (por
Bedoya Reyes) ‘Fosforito’ del Campo de Marte se convirtió en un compendio de
educación cívica con manual de urbanidad en el corto trayecto a la Plaza Mayor.
Su encuentro con Bedoya Reyes
debe haber sido divertido. El Tucán siempre fue ingenioso y agudo –excepto en
las pocas ocasiones en las que actuó de jurisconsulto almidonado– y ha ganado
además ahora la suprema libertad de la lucidez nonagenaria, esa que ha
sobrevivido tantos pasados para vivir con claridad su presente. Puede decir lo
que quiera, como quiera, pero con mucho mejor efecto si va acompañado por buena
memoria y mejor ironía.
Supongo que la conversación
con Toledo tampoco será aburrida. Hay recuerdos para mencionar y otros para
evitar. Si hay silencios incómodos, de repente será un buen momento para
revisar la correspondencia. ¿Carta del Vaticano?
A poco tocará el encuentro con
Alan García. Para Cateriano esa va a ser, de más de una manera, la reunión de
un autor con su obra (Pedro Cateriano Bellido: “El caso García”. Lima, 1994).
En política, decía Lee Kuan
Yew, el formidable patriarca de Singapur, “hay un precio a pagar por la
hipocresía”. Pero en el Perú de hoy (y en el de ayer y el de anteayer a poco
que se recuerde), la hipocresía se ejerce como una virtud de estadista. Lo que en
una política es deuda, en otra es ganancia. Dos conceptos de política que
llevan por diferentes caminos a diferente destino.
Pienso en los ‘diálogos
democráticos’ que sostendrá Cateriano con García y, quizá, con Fujimori, y
salta el recuerdo reflejo de la que fue, el siglo pasado, una de las
historietas argentinas más populares en Latinoamérica: “El otro yo del Dr.
Merengue”. Búsquenlo en internet. Lo van a disfrutar.
Pese a su ausencia de varios
años, estoy seguro de que el Dr. Merengue y su otro yo (el cómico Mr. Hyde
sudamericano) no se perderá los diálogos Cateriano-García y Cateriano-Fujimori.
Observe los ademanes más pomposos y las barrigas más apechugadas y de repente
podrá ver el mucho más divertido diálogo paralelo que entablan los otros yo.
Así como la crisis política
previa al nuevo gabinete, fue artificial, producto del incompetente manejo
político del gobierno y del poder, así también los primeros pasos a una salida
–con los buenos modales de meñique respingado– no son menos artificiales.
Pero si desinflaman, aunque
sea por corto tiempo, las irritaciones extendidas y desatoran los
embotellamientos políticos, se oxigenará un poco el escenario político antes de
empezar los capítulos intensos y decisivos de la campaña presidencial.
Lo necesita, porque el guión
de la larga y cansada serie de la política nacional ha devenido gris,
repetitivo, pauperizado de ideas e iniciativas, con un elenco estable de
actores principales que solo cambia las relaciones entre sí. Pero existe la
posibilidad de cambios en el elenco, los roles y hasta el guión, que den vigor
y alternativas a la anémica realidad actual, sobre todo a partir de la segunda
mitad del año.
Martha Chávez
La hostilidad fanática de
Martha Chávez a la verdad ha quedado demostrada una y otra vez. Yo me he
encargado de demolerle calumnias (ver, por ejemplo, mi artículo en Caretas
2308, del 7 de noviembre de 2013), y de revelar y recordar su íntima, estrecha
complicidad con el SIN y Montesinos –según este último confesó, con todo
detalle y precisión en:
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=vsHiE54qthI https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=s02V2LpWpHI
.
Ahora, en su último intento de
raquetear la Historia, Chávez sostuvo hace unos días, en canal N, que yo no fui
secuestrado durante el golpe del 5 de abril de 1992, sino que fui al
Pentagonito a “tomar café”.
Las falsedades de Chávez son
tan grotescas, que merecieron una réplica burlona pero precisa y detallada con
un “memorex”, de utero.pe. Aquí está:
Utero.pe también sacó una
compilación del “fino trolleo” que comentó a la Chávez en la red. Algunos son
muy ingeniosos:
Por supuesto que a la Chávez
no le interesa discutir la verdad sino en remachar la mentira para intentar
contrabandearla como semiverdad una vez que se aleje lo suficiente de las
fuentes.
Pese a lo dicho, no me parece
mal que Chávez busque la luz pública y capture como quien no quiere la vocería
del fujimorismo. Mientras la candidatura de Keiko Fujimori trata de imitar, por
las mismas razones de este, la mudez de Castañeda, la rechinante elocuencia de
la Chávez proclama a gritos la naturaleza real del fujimorismo.
¿Qué es mejor, el silencio
engañoso o la estridencia reveladora? Para el electorado, sin duda lo segundo.
Que siga la Chávez. Igual que el año 2000, apurará las decisiones de un
eventual torrente de personas.
Para ver el video de lo que
Montesinos dijo sobre Martha Chavez, hacer click aqui:
Algo más del Doc sobre Martha Chávez
y los 5 Millones:
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