martes, 29 de abril de 2025

POR QUÉ CHINA ES CAPITALISTA

 


CHINA DEL SIGLO XXI ES CAPITALISTA.

La vía emprendida por el gigante asiático hacia la economía de mercado ha producido confusión en la izquierda.

Para la práctica anticapitalista es importante aclarar las cosas, más si tenemos en cuenta el creciente poder global del país

Eli Friedman

Esto supone una transformación espectacular para un país que, a finales de la década de 1950, había eliminado prácticamente la propiedad privada de los medios de producción y que, en la década siguiente, se había embarcado en uno de los experimentos políticos más radicales del siglo XX.

A pesar de la profunda reorganización de las relaciones de producción que ha tenido lugar en los últimos cuarenta años, el Partido Comunista Chino (PCCh) retiene el monopolio del poder y todavía es abiertamente socialista, aunque ahora lo es “con características chinas”.

La vía comunista china hacia el capitalismo ha dado lugar a una gran confusión en la izquierda (en China y en todo el mundo) sobre cómo caracterizar el actual estado de cosas.

Para la práctica anticapitalista, es críticamente importante aclarar esta cuestión, más aún si tenemos en cuenta el creciente poder global de China.

 En último término, la cuestión es si debemos creer que el Estado chino y su oposición al orden encabezado por Estados Unidos encarnan una política liberadora.

Si, por el contrario, entendemos que China no busca trascender el capitalismo, sino que está enfrascada en una competición con Estados Unidos para controlar el sistema, entonces llegaremos a una conclusión política muy diferente: debemos trazar nuestro propio rumbo de liberación radical, independientemente y en oposición a todos los poderes estatales existentes.  

El capitalismo es un concepto notoriamente complejo, así que, en este artículo, solo puedo tratar algunas de sus cuestiones centrales.

Fundamentalmente, el capitalismo es un sistema en el que las necesidades humanas son accesorias a la producción de valor.

Esta relación se institucionaliza mediante la universalización de la dependencia del mercado, a la vez que la forma mercancía se convierte en mediadora de las relaciones humanas.

Esta lógica del capital se manifiesta no solo en la explotación económica del trabajo y en la consecuente división de las relaciones sociales en clases, sino también en los modos de dominación política en el lugar de trabajo, en el Estado y más allá.

A pesar de las diferencias considerables que lo separan del modelo liberal angloamericano, veremos que China se ha vuelto capitalista en todos los aspectos. 

Los indicadores del capitalismo chino son abundantes.

Las grandes metrópolis del país lucen Ferraris y tiendas Gucci, los logotipos de empresas extranjeras y locales adornan los panoramas urbanos y los rascacielos residenciales de lujo brotan en todas las ciudades importantes.

Rápidamente, China ha pasado de ser uno de los países económicamente más igualitarios del mundo a uno de los más desiguales, lo cual sugiere que se han producido cambios estructurales de gran importancia.

Además, la entrada de China como miembro de la OMC, la continua insistencia del gobierno en que el país es realmente una economía de mercado o las intervenciones de Xi Jinping  en defensa de la globalización en Davos y abogando por que el mercado juegue “un papel decisivo” en la asignación de recursos, pueden considerarse señales de que el Estado está abrazando el capitalismo.

De manera similar, se pueden encontrar expresiones culturales generalizadas que parecen indicar una orientación capitalista subyacente, incluyendo la valoración del trabajo duro, el consumismo desbocado y la veneración del singular genio de héroes empresariales como Steve Jobs o Jack Ma.         

No obstante, sería un error confundir tales efectos del capitalismo con el capitalismo en sí.

Para asumir de manera más amplia cómo el capitalismo se ha convertido en el principio orientador del Estado y la economía de China, tenemos que indagar con más profundidad.

LA ECONOMÍA, EL TRABAJO Y LA REPRODUCCIÓN SOCIAL

A la hora de proponer una crítica radical del capital, podemos, tal como Marx habría propuesto, comenzar por la mercancía.

Una mercancía es algo que resulta útil para alguien y que contiene un valor de cambio.

En un sistema de producción capitalista, el valor de cambio es preponderante, es decir, es el beneficio, más que la utilidad, lo que determina la producción de cosas.

Marx comienza El Capital con un análisis de la forma mercancía, pues consideraba que dicho aspecto nos permitiría desentrañar el sistema capitalista en su totalidad.  

Si nos fijamos en la China contemporánea, no hay duda de que la producción de mercancías se ha universalizado.

Muestra de ello son las enormes cadenas de suministro que se concentran en el país, donde la explotación de los/las trabajadores/as chinos/as en fábricas que producen desde móviles y coches hasta equipamiento médico, ropa y muebles, ha enriquecido a empresas locales y extranjeras, dando lugar, al mismo tiempo, a un boom sin precedentes de las exportaciones.

Los gigantes tecnológicos chinos como Tencent, Alibaba, Baidu y Byte Dance presentan diferencias importantes respecto a las empresas de Silicon Valley, pero comparten su esfuerzo por producir tecnología orientada primordialmente a la mercantilización de la información.

De manera similar, las burbujas inmobiliarias recurrentes y los enormes beneficios de las promotoras inmobiliarias apuntan a que la vivienda se produce en respuesta a las oportunidades del mercado.

En una amplia gama de sectores, está claro que la producción se orienta primordialmente hacia la generación de beneficios y no como respuesta a las necesidades humanas.   

El análisis de la producción de mercancías es esclarecedor, pero, políticamente, es más potente acercarnos a la cuestión desde otro ángulo en lugar de preguntar qué exige el capital para asegurar su continua expansión, deberíamos preguntarnos cómo sobreviven los seres humanos.

Así pues, ¿cómo puede el proletariado chino –colectivo cuya única propiedad productiva es su propia fuerza de trabajo– asegurar su propia reproducción social?

La respuesta, al igual que en cualquier otra sociedad capitalista, es que el proletariado tiene que encontrar una manera de vincularse al capital si quieren vivir.

Por norma general, las necesidades básicas como la comida, vivienda, educación, sanidad, transporte y tiempo para el ocio y la socialización no están garantizadas.

Al contrario, en China la gran mayoría de las personas solo pueden asegurar tales elementos si logran hacerse útiles para el capital.  

Por supuesto, la sociedad china es muy heterogénea y está segmentada por las divisiones socioeconómicas y por la consiguiente diversidad en estrategias de subsistencia.

Desde el punto de vista demográfico y político, la categoría más relevante para elucidar la discusión que nos ocupa es la persona trabajadora migrante. Compuesta por casi 300 millones de personas que viven fuera del lugar donde tienen registrada su residencia (hukou) oficial, constituyen una fuerza de trabajo descomunal y la columna vertebral de la transformación industrial de China.

Cuando una persona trabajadora migrante abandona el lugar donde tiene registrado su hukou, está renunciando a cualquier derecho a los servicios subsidiados por el Estado, lo que la convierte, a efectos prácticos, en un ciudadano de segunda en su propio país.

Quizá resulta obvio que la única razón por la que cientos de millones de personas eligen esta opción es porque no pueden sobrevivir en las empobrecidas regiones rurales de las que proceden y se ven empujados por las fuerzas del mercado a buscar trabajo en los centros urbanos.   

Las relaciones laborales capitalistas ya eran políticamente conflictivas cuando aparecieron por primera vez en China a finales de la década de 1970, ya que muchos en el PCCh seguían defendiendo el sistema maoísta del “cuenco de hierro” que suponía tener un trabajo de por vida.

Sin embargo, en la década de 1990, dicho debate había quedado enterrado, tal y como quedó claro en la Ley del Trabajo de 1994, que establecía un marco legal para el trabajo asalariado.

En lugar de abrir el paso a un mercado laboral altamente regulado como en el modelo socialdemócrata (tal y como deseaban muchos reformistas), el trabajo se ha convertido en una mercancía, aunque manteniendo un alto grado de irregularidad.

Incluso tras la implementación de la Ley de Contratos Laborales de 2008, dirigida específicamente a incrementar la prevalencia de contratos de trabajo legales, el número de personas trabajadoras migrantes con contrato se redujo durante los primeros años de la década de 2010 y, a fecha de 2016, solo un 35,1 por ciento contaba con cobertura.

Los trabajadores sin contrato no disfrutan de protección legal, lo cual hace extremadamente difícil atajar las violaciones de derechos laborales.

Además, la seguridad social –que incluye el seguro sanitario, las pensiones, el seguro de accidentes laborales y de desempleo, y el “seguro de nacimiento”– depende del empleador.

El hecho de estar relegado a la irregularidad laboral genera otras formas de exclusión y dependencia del mercado para aquellas personas que viven fuera de su hukou.

Si, por ejemplo, una persona no local quiere matricular a su hija en una escuela pública de una zona urbana, el primer requisito es presentar un contrato de trabajo local –un requisito que, por sí solo, excluye de la educación pública a una amplia mayoría de las personas migrantes.

Aunque los mecanismos para distribuir los bienes supuestamente públicos como la educación varían mucho dependiendo de la ciudad, la lógica general es favorecer a aquellos que el Estado considera útiles para impulsar la mejora de la economía local.

Muchas grandes ciudades cuentan con planes basados en “puntos” en los cuales las personas solicitantes deben acumular puntos según una serie de medidores orientados al mercado laboral (por ejemplo, el mayor nivel educativo, certificados de competencia o premios al “trabajador modelo”) para poder acceder a los servicios públicos. El resto de las personas quedan a merced del mercado.

La situación para el proletariado urbano que trabaja en el mismo lugar donde tiene registrado su hukou es algo diferente y definitivamente mejor desde el punto de vista material.

En estos casos, pueden tener acceso a la educación pública y, posiblemente, a subsidios para la vivienda, y tienen más posibilidades de contar con un contrato de trabajo legalmente vinculante.

La seguridad social en China no es muy generosa y el gasto social en proporción al PIB se encuentra muy por debajo de la media de la OCDE, pero, aun así, los residentes urbanos tienen mejores oportunidades para acceder a ella.

El sistema está plagado de profundas desigualdades entre clases y regiones, así como por problemas fiscales.

Como resultado, no hay duda de que incluso esos grupos relativamente privilegiados deben hacerse útiles para el capital si quieren garantizarse una sanidad adecuada, una vivienda digna o seguridad para la jubilación.

El programa dibao, que garantiza unos recursos de subsistencia mínimos, no es suficiente –ni pretende serlo– para mantener la reproducción a un nivel socialmente aceptable.

EL PODER POLÍTICO

Ocurre que la economía china no solamente es capitalista, sino que además el Estado opera favoreciendo el interés general del capital.

Igual que cualquier otro país capitalista, el Estado chino goza de una relativa autonomía. Y sí, uno puede objetar qué Estados tienen más autonomía, pero es bastante obvio que el Estado se ha aferrado al valor capitalista, lo cual ha efectuado un profundo cambio en el modo de gobernar el país.

Esta lógica centrada en el capital es manifiesta en la política sobre los empleados y explica la explosión de protestas obreras en las últimas tres décadas, durante las que la República Popular se ha convertido en la líder global en huelgas laborales no autorizadas.

¿Cómo responde el Estado cuando los trabajadores emplean la venerable costumbre de dejar al capital desprovisto de mano de obra?

Pues, aunque cabe notar que cada huelga posee sus propias características, la policía tiene por costumbre interceder, casi siempre, en favor del empresario, un servicio que ofrece indistintamente a empresas privadas locales, extranjeras o controladas por el Estado.

Hay incontables ejemplos en los que el Estado ha utilizado a la policía o matones a sueldo para frenar huelgas mediante la fuerza.

Un ejemplo destacado fue la violenta intervención policial contra la huelga en la fábrica de calzado Yue Yuen, de propiedad taiwanesaen la que participaban 40.000 trabajadores.

Es difícil no observar la ironía histórica de una intervención de los antidisturbios en favor de capitalistas taiwaneses, algo que no pasó desapercibido para los trabajadores. Si la pregunta que emanaba de la huelga era “¿de qué lado estás?”, la respuesta del Estado chino fue meridianamente clara.

La violencia de Estado también ha sido utilizada mediante el control policial de trabajadores de la economía informal en el espacio urbano.

La odiada “chengguan” –un cuerpo parapolicial formado en 1997 con el objetivo de hacer cumplir regulaciones de carácter no penal– ha utilizado en numerosas ocasiones métodos extremadamente coercitivos para desalojar a vendedores ambulantes y otros trabajadores informales.

La sistemática brutalidad policial ha generado desprecio y animosidad entre los trabajadores de la economía informal, hasta el punto de que las revueltas contra la “chengguan” se han convertido en algo común.

El ejemplo más violento y llamativo fue, probablemente, el protagonizado por trabajadores migrantes en Zengcheng, en la provincia de Guangdong.

En 2011, tomaron las calles en masa como reacción a un rumor que contaba cómo una mujer embarazada había sufrido un aborto después de haber sido asaltada en una operación de la “chengguan”. Tras días de protestas generalizadas, la insurrección fue sofocada de forma violenta por el Ejército Popular de Liberación .

Si entendemos el capital no solamente como una relación económica basada en la explotación, sino como una relación política en la que el trabajo permanece subordinado, afloran otras maneras importantes en las que la acción del Estado parece consistente con la lógica del capital.

Coincidiendo con el inicio de la transición de la RPC hacia el capitalismo, Deng Xiaoping decidió, en 1982, eliminar el derecho a huelga de la constitución, una restricción a los derechos laborales a la que cabe sumar las continuas prohibiciones a la autoorganización.

El único sindicato legal es la Federación Nacional de Sindicatos de China, una organización explícitamente subordinada al PCCh, así como implícitamente subordinada, dentro del lugar de trabajo, al capital. Es una práctica estándar que los responsables de RRHH de la empresa sean también nombrados responsables del sindicato a nivel de la empresa sin la más mínima participación democrática de los trabajadores en la elección.

No hace falta decir que los trabajadores ven que estas organizaciones no representan sus intereses de ninguna manera significativa, y cualquier esfuerzo dirigido a la organización autónoma es recibido con dura represión.

La subyugación política del proletariado se extiende también a las estructuras del Estado.

Igual que el resto de ciudadanos, los trabajadores no tienen capacidad de organizarse en el seno de la sociedad civil, de formar partidos políticos, ni de ejercer ningún tipo de delegación política.

La representación política de los trabajadores, por tanto, queda a la merced de la bondad del PCCh. Desde la introducción del concepto de la “Triple Representatividad” durante el mandato de Jiang Zemin, el Partido ya ni siquiera se reivindica como el representante de los intereses de los obreros y de los campesinos contra los enemigos de clase.

Desde entonces, el objetivo es representar los “intereses fundamentales de la abrumadora mayoría del Pueblo Chino”. Combinada con la prohibición de facto del reconocimiento del antagonismo de clase, la profunda contrarrevolución experimentada por la base social del mandato de partido único resulta evidente.

Incluso una evaluación somera de la constitución social del gobierno central revela que el capital no solamente tiene un acceso fácil al poder del Estado, sino que ambos –capital y poder estatal– son fundamentalmente inseparables. El número de representantes de la Asamblea Popular Nacional que son trabajadores “de primera línea” ha caído calamitosamente desde la década de 1970 y se situó, entre 2003 y 2008, en tan solo el 2,89 por ciento.

 En 2018, los 153 miembros más ricos de la Asamblea Popular Nacional y de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino acumulaban una riqueza estimada de 650.000 millones de dólares estadounidenses, una asombrosa concentración de plutócratas en ambos organismos oficiales que da muestras de cómo el capital ha formalizado su poder político.

El legislativo ha tratado de incorporar a gente que consiguió sus fortunas en el sector privado, como por ejemplo Pony Ma, dirigente de la gigantesca compañía de internet Tencent.

Pero la conversión entre los poderes económico y político funciona además en la otra dirección: la familia de Wen Jiabao, el anterior primer ministro, consiguió utilizar sus conexiones políticas para amasar una fortuna personal estimada en 2.700 millones de dólares. En la RPCh del siglo XXI, el capital genera poder político y el poder político genera capital.

La pretensión del Partido de que China es socialista no casa con la realidad. Sí que se observan características económicas particulares que diferencian la economía china de la de un país capitalista tipo en 2020 y, por eso, merecen atención especial.

LA IMPLICACIÓN DEL ESTADO EN LA ECONOMÍA

No hay duda de que la intervención del Estado chino en la economía es más extensiva de lo que lo es en la mayor parte de países capitalistas.

Pero si nos centramos en el capitalismo en general, no solo en su relativamente reciente versión neoliberal, China no parece, de ninguna forma, excepcional.

Las empresas estatales aportan entre el 23 y el 28 por ciento del PIB –una cifra ciertamente alta para el mundo actual. Pero el dirigismo no es nada nuevo para el capitalismo.

Apareció ya en su nativa Francia, así como en varios países fascistas, en la India post-independencia o incluso en el Taiwán controlado por el KMT, donde las empresas estatales contribuyeron a casi una cuarta parte del PIB taiwanés hasta bien entrada la década de los ochenta. La intervención del Estado con el fin de mejorar la eficiencia, la generación de beneficios o la predictibilidad no es antitética a un sistema capitalista, sino un componente necesario.

Volviendo una vez más a la perspectiva de los trabajadores, veremos que la diferencia entre el Estado y el capital privado es mínima. Como parte de la campaña estatal para “romper el cuenco de hierro”, decenas de millones de trabajadores de empresas estatales fueron despedidos durante las décadas de 1990 y la de los 2000.

Esta campaña de privatización generó varias crisis de subsistencia, acompañadas de muchísima resistencia entre estos trabajadores, que pasaron de ser los amos de la nación a verse arrojados a un mercado laboral para el que no estaban preparados en absoluto.

Continuando con esta ola que escamoteaba a los trabajadores sus pensiones y otras propiedades públicas, las restantes empresas estatales, incluidos sus regímenes laborales, han permanecido sujetas a “presupuestos duros” y a las fuerzas del mercado.

Como ha documentado de forma exhaustiva el sociólogo Joel Andreas, los –ciertamente imperfectos– experimentos de democratización del lugar de trabajo de la época maoísta han sido eviscerados por la mercantilización del sistema hasta el punto de que los trabajadores de empresas estatales se enfrentan a día de hoy a un régimen laboral en el que son meros subordinados de un equipo directivo, como les ocurriría en una empresa privada. Estas empresas no son propiedad pública, sino que pertenecen y están bajo el control de un Estado que no tiene que rendir cuentas a nadie.

La cuestión agraria, a pesar de sus peculiaridades, está relacionada con lo anterior.  Todo el suelo urbano es propiedad del Estado, pero el suelo rural es propiedad colectiva de los residentes locales. Aún así, como revelan los resultados de un enorme corpus de investigación, la separación entre el usufructo y la propiedad conduce a usos inequívocamente capitalistas del suelo.

En las ciudades, esto ha llevado a un boom sin precedentes de construcción de vivienda que, como ya se ha comentado, responde totalmente a los impulsos del mercado.

Los gobiernos urbanos padecen una altísima dependencia fiscal de los beneficios derivados de las subastas de terrenos, cosa que alinea sus intereses con los de los constructores.

Aunque los poseedores de hukou rural tienen derecho a una parcela de tierra, el masivo flujo migratorio desde zonas rurales a zonas urbanas parece indicar que raramente las parcelas obtenidas son suficientes o de la calidad necesaria para sostener la reproducción social.

El crecimiento de las ciudades, además, ha despojado a numerosos campesinos de sus terrenos. Igual que sucede con los trabajadores de las empresas estatales, los campesinos carecen de medios para supervisar o controlar el suelo que, al menos nominalmente, es de su propiedad, y los líderes locales se arrogan la potestad de hablar en nombre del colectivo. La consecuencia ha sido varios ciclos infinitos de expolio en los que los campesinos acaban recibiendo por lo general una fracción del valor de mercado de sus tierras, mientras que los cuadros del Partido y los constructores se llenan los bolsillos.

Por último, los que sí han conseguido mantener sus terrenos rurales han tenido que hacer frente a la profunda transformación capitalista que ha experimentado la agricultura en China. Los derechos de propiedad están siendo, cada vez más, concentrados en manos de la industria agrícola y varios elementos están siendo mercantilizados. El hecho de que la propiedad del suelo sea formalmente colectiva no ha sido suficiente impedimento para este proceso.

La estructura social de China se ha visto sustancialmente alterada por la filtración de la lógica capitalista en la economía y el Estado. Aún así, comprender las relaciones de clase en la China contemporánea es solamente un primer paso.

Para formular una respuesta política adecuada a la profunda crisis actual, es necesario incluir en el análisis una evaluación de la compleja configuración mutua de la clase y otras formas de jerarquía social basadas en el género, la geografía o la ciudadanía.

Existe una larga serie de cuestiones prácticas urgentes que no pueden ser resueltas únicamente a través de análisis de clase, y ya no digamos a través de los marcos de referencia liberales o etnonacionalistas que imperan en la actualidad.

¿Cómo deberíamos interpretar los esfuerzos del Estado chino por reprimir la resistencia social en Hong Kong, las promesas de anexionar Taiwán, o el proyecto de poblar Tíbet o Xinjiang con colonos Han?

¿Es la enorme ola de inversión global bajo la bandera de la Nueva Ruta de la Seda un indicativo del emergente imperio capitalista?

 ¿Cuál es la respuesta adecuada desde los puntos de vista radical, antinacionalista y antiimperialista a un conflicto entre China y los EE. UU. que no para de agudizarse?

Estas son solamente algunas de las preguntas más apremiantes para la izquierda actual.

Lo que resulta indudable es que los anticapitalistas deben descartar las falsas promesas de que el Estado chino por sí mismo guiará al mundo hacia un futuro socialista.

Las palabras de Marx en La Ideología Alemana son todavía válidas: “El comunismo no es para nosotros un estado de cosas o que deba ser establecido, ni un ideal al que la realidad deberá adaptarse.

Llamamos comunismo al movimiento real que promueve la abolición del presente estado de cosas”. Aunque sería reconfortante confiar en que una potencia emergente construya el mundo que queremos, eso es meramente un pensamiento ilusorio. El mundo que queremos lo tenemos que construir nosotros mismos.

miércoles, 23 de abril de 2025

LA FISCALÍA NO TIENE DINERO PARA ATENDER CASOS DE EXTORSIÓN: REDUCCIÓN DE PRESUPUESTO SERÍA UNA REPRESALIA DE DINA BOLUARTE

PRESIDENTA  LAMENTÓ  AUSENCIA DEL  MINISTERIO  PÚBLICO. 

La presidenta Dina Boluarte responsabilizó al Ministerio Público por la liberación de los criminales detenidos por la Policía

El vocero de la institución, Víctor Cubas, afirmó que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) se negó a otorgar un presupuesto adicional, a pesar del aumento de los casos de criminalidad. 

La respuesta del MEF fue que “no contaba con los recursos” para tal asignación

¿Dina Boluarte está tomando represalias contra el Ministerio Público? Para el vocero de la institución, Víctor Cubas, la reducción del presupuesto asignado es una muestra de que la presidenta no está contenta con las carpetas fiscales que afronta.

Cubas indicó que, pese al incremento de los casos de extorsión, sicariato y el avance del crimen organizado, que tienen que ser atendido con urgencia por el Ministerio Público, el Ejecutivo redujo en un 4 %, a comparación de 2024, el presupuesto asignado para la institución este año. Asimismo, que cuando se solicitó una partida adicional, el Ministerio de Economía y Finanzas se negó al pedido. El MEF contestó que “no contaba con los recursos” para acceder al requerimiento.

“Este presupuesto está absolutamente recortado e indudablemente tenemos derecho a pensar que el poder Ejecutivo ha tomado una represalia en contra del Ministerio Público y de esta manera le impide el normal ejercicio de sus funciones. (...) El 2024 el Ministerio Público tuvo un presupuesto de 3 mil 44 millones, indudablemente, que en este año (2025) el presupuesto debería ser superior, porque son superiores las demandas de prestación de servicios en el ámbito de administración de justicia”, declaró en RPP.

El exfiscal supremo lamentó la situación que enfrenta el Ministerio Público y explicó que, antes de la aprobación de la ley, solicitó al Ejecutivo un presupuesto de 150,000 millones de soles. Sin embargo, de esa cifra, solo se asignó una quinta parte, es decir, 2,900 millones. Pero, ¿cómo afecta la falta de recursos a las investigaciones de los fiscales en casos relacionados con el crimen organizado? Cubas lo explicó de la siguiente manera.

“El Ministerio Público es un órgano constitucional encargado de investigar. Pero, la investigación requiere de un apoyo logístico, por ejemplo, requiere de tener apoyo pericial, requiere implementar laboratorios de ciencias forenses. 

El elevado índice de asesinatos requiere que haya una diligencia esencial, que es la necropsia de ley, tiene que haber morgues. (...) El Ministerio Público, con el presupuesto escaso que tiene, no puede implementar esto y lo que tiene implementado no es suficiente para la demanda que hay, dado el elevado índice de criminalidad”, remarcó.

POCO PRESUPUESTO PARA UN ALTO ÍNDICE DE EXTORSIONES

En el caso de las extorsiones, Cubas indicó que estos delitos demoran en procesarse porque los recursos económicos que tienen no son suficientes.

Para una investigación de este tipo de delitos se requiere hacer allanamientos de domicilio, interceptación telefónico, levantamiento del secreto bancario, pero eso tiene un costo y, generalmente, el Ministerio Público carece de los recursos para atender esas demandas”, comentó.

En 2024, la Policía Nacional registró más de 19,000 denuncias por extorsión en todo el país. Sin embargo, en noviembre de ese mismo año, el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) reportó que solo 1,233 delincuentes fueron encarcelados por este delito, de los cuales apenas 640 contaban con sentencia condenatoria.

Por otro lado, durante sus intervenciones en el breve Cuarto de Guerra, la presidenta Dina Boluarte responsabilizó al Ministerio Público por la liberación de los criminales detenidos por la Policía. En respuesta, el vocero de la institución aclaró que los detenidos en flagrancia son principalmente procesados por delitos comunes, como conducir en estado de ebriedad, y que menos del 1 % de los arrestos corresponden a delitos relacionados con el crimen organizado.

“El poder Ejecutivo pretende sostener que todos los detenidos en flagrancia son agentes de la comisión de delitos propios del crimen organizado y que el Ministerio Público los deja en libertad y eso no es así. En flagrancia caen, por ejemplo, personas que están conduciendo vehículos estando en estado de ebriedad, personas que cometen delitos culposos, accidentes de tránsito, que dan lugar a lesiones o a homicidio culposo. Pero no caen, por ejemplo, los cabecillas de bandas criminales, los extorsionadores que tienen temblando a toda la población. El índice de detenciones en flagrancia correspondiente a estos delitos es insignificante. Es menos del 1%”, concluyó.

lunes, 21 de abril de 2025

BUKELE OFRECE A MADURO UN INTERCAMBIO DE PRISIONEROS POR VENEZOLANOS DEPORTADOS POR ESTADOS UNIDOS

 


El presidente de El Salvador Nayib Bukele propuso un intercambio de prisioneros con Venezuela, ofreciendo repatriar a cientos de venezolanos deportados por EE.UU. a cambio de “presos políticos”.

En una publicación en X, Bukele ofreció intercambiar a 252 venezolanos actualmente detenidos en la megacárcel de El Salvador por “un número idéntico (252) de los miles de presos políticos” que, según él, tiene Venezuela, incluyendo familiares de líderes de la oposición.

“A diferencia de nuestros detenidos, muchos de los cuales han asesinado, otros han cometido violaciones, y algunos incluso habían sido arrestados en múltiples ocasiones antes de ser deportados, sus presos políticos no han cometido ningún delito”, dijo Bukele en la publicación, dirigida al presidente de venezuela Nicolás Maduro. ” La única razón por la que están encarcelados es por haberse opuesto a usted y a sus fraudes electorales “.

Estados Unidos y El Salvador afirman que la mayoría de los deportados recluidos en la prisión Cecot de El Salvador son miembros de la pandilla venezolana Tren de Aragua y algunos de la pandilla salvadoreña MS-13. Sin embargo, las autoridades han aportado escasas pruebas que demuestren que los reclusos tienen vínculos con estos grupos criminales.

El líder venezolano ha calificado la deportación de los migrantes, en su mayoría venezolanos, como un “secuestro” y ha negado que sean delincuentes, a la vez que ha respaldado los llamamientos a su retorno.

CNN se ha puesto en contacto con el Gobierno de Venezuela para obtener comentarios sobre el intercambio propuesto.

El mandatario salvadoreño nombró a algunos de los “presos políticos” encarcelados en Venezuela, entre ellos Rafael Tudares, yerno del candidato presidencial opositor exiliado Edmundo González.

González, quien huyó del país tras afirmar haber derrotado a Maduro en las elecciones presidenciales de julio de 2024, declaró que su yerno fue detenido en la capital venezolana a principios de enero, pocos días antes de la toma de posesión de Maduro.

También menciona a Corina Parisca de Machado, madre de la líder opositora venezolana María Corina Machado, quien, según él, enfrenta presiones políticas.

Bukele también propuso intercambiar a cuatro líderes políticos que buscan asilo en la Embajada de Argentina en Venezuela. El grupo lleva más de un año refugiado en las instalaciones, acusado de actividades terroristas y traición por colaborar con Machado, quien afirma no haber cometido ningún delito.

Algunos de los solicitantes de asilo han declarado a CNN que están “sitiados” por las fuerzas de seguridad venezolanas, que han establecido retenes en el exterior de la embajada para controlar quién entra y sale del edificio, pero no han entrado en la residencia.

También se incluyen en el acuerdo propuesto por Bukele al periodista Roland Carreño, la abogada y activista Rocío San Miguel, y a casi 50 ciudadanos detenidos de otros países, incluido Estados Unidos.

La propuesta de Bukele surge en medio de un intenso escrutinio sobre la disposición de El Salvador a aceptar a cientos de migrantes que, según la administración de Trump, son pandilleros o delincuentes violentos.

Bukele, uno de los líderes más populares de la región, se ha autoproclamado “el dictador más genial del mundo” y “rey filósofo” al suspender ciertas libertades civiles para perseguir a las pandillas de su país.

Esto le ha generado el repudio de organizaciones internacionales de derechos humanos, que denuncian abusos a gran escala en su ofensiva contra la delincuencia. Pero también le ha granjeado popularidad en El Salvador; Bukele, de 43 años, ganó la reelección el año pasado por una amplia mayoría.

VER: BUKELEY MADURO

viernes, 18 de abril de 2025

LOS SECRETOS DE LA AGENDA 20-30 Y LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO, GUERRA CULTURAL, GENERACION IDIOTA, ETC.

La nueva era progresista de la agenda mundialista 2030 de la ONU. 
Continuamos con la serie de artículos sobre el proyecto mundialista que impulsa la ONU desde su ámbito supranacional (La ONU, Control de la natalidad…) y ajeno a cualquier proceso de decisión en el que participe con protagonismo el pueblo soberano, un proyecto que supone un cambio socio cultural de dimensiones planetarias e históricas, ejecutado en la más pura tradición del despotismo ilustrado. 
 La agenda 2030 proclama como “objetivo número 5” el “lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”. Según la ONU, la igualdad de género no solo es un derecho humano fundamental, sino que es uno de los fundamentos esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible. 
 Como vemos, la ONU olvida la configuración esencial de cualquier derecho humano para sacarse de la manga un derecho, no de la persona, “sino de la categoría sexual”, que se superpone al clásico derecho a la igualdad de trato a todo individuo con independencia de su condición. 
 Se trata de un objetivo programático basado en la ideología de género, que tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y especialmente tras “la revolución cultural del 68”, ha ido instalándose como uno de los modelos de pensamiento único de la postmodernidad. 
 Betty Friedan, en su obra “La mística de la feminidad”, que obtuvo un Premio Pulitzer en 1964, arremete contra las “convenciones culturales” que valoraban el papel de la mujer como ama de casa y madre. 
 En los años 70, Shulamith Firestone, una de las principales figuras del feminismo radical de corte marxista, afirmaba en su “Dialéctica del sexo”: “Así como la meta final de la revolución socialista era no sólo acabar con el privilegio de la clase económica, sino con la distinción misma entre clases económicas, la meta definitiva (…) debe ser no simplemente acabar con el privilegio masculino, sino acabar con la misma distinción de sexos”. 
Firestone es además partidaria de la paidofilia (pedofilia) y del incesto, porque no hay forma más eficaz de destruir la familia que haciendo de la paidofilia y del incesto conductas normales. 
 Kate Millett, en la órbita de la Escuela de Frankfurt, en su “Política sexual”, publicada en 1970, insistía también en la sociedad patriarcal como forma de opresión de la mujer, criticando también el papel social que desempeña la familia tradicional. 
 Germaine Greer en su libro “La mujer eunuco” (también publicado en la década de los 70) denuncia el papel sexual pasivo de la mujer, señalando el amor romántico y el matrimonio como un producto de la cultura patriarcal. 
 Ambos constituyen “la fantasía mutua sobre el amor heterosexual”, más comúnmente aceptada en nuestra sociedad:  
 Ya en nuestra época, Judith Butler en su libro “Deshacer el género” (2006), insiste en estas ideas: “El género es una construcción cultural”; por consiguiente no es el resultado causal del sexo ni tan aparentemente fijo como el sexo […] 
Al teorizar que el género es una construcción radicalmente independiente del sexo, el género mismo viene a ser un artificio libre de atadura, en consecuencia hombre y masculino podrían significar tanto un cuerpo femenino como uno masculino; mujer y femenino, pueden significar tanto un cuerpo masculino como uno femenino”. 
 Todas ellas tenían su referente en Simone de Beauvoir, miembro del Partido Comunista Frances, de servidumbre estalinista, que en su libro “El segundo sexo”, publicado en 1949, ya sostenía que el hombre había logrado sojuzgar a la mujer gracias a las convenciones sociales, culturales y religiosas, de manera que las características femeninas no vendrían dadas por la genética, sino por la tradición cultural. 
 La familia, según esta ideología subproducto del marxismo, es un instrumento de opresión de la mujer, que debe ser eliminada en su tradicional configuración, para lograr su liberación y su desarrollo en plena igualdad con el hombre. 
 La caída del Muro y el derrumbe del bloque soviético deja al marxismo definitivamente huérfano de sus ideas emancipadoras originales. Con un proletariado convertido en clase media en las sociedades occidentales, cuya aspiración máxima es el disfrute de la vida burguesa, la lucha de clases y la revolución carecen de sentido. 
 Pero la izquierda encuentra un sustitutivo de su lucha de clases en la lucha de sexos, los oprimidos a emancipar ahora ya no serán los proletarios, sino las mujeres y las minorías sexuales. 
Paradójicamente, el individualismo desenfrenado que nace bajo los auspicios de la revolución cultural del 68, impulsa el triunfo de las sociedades consumistas y por ende del capitalismo. 
 En este contexto, la ideología de genero se contrapone al ideal familiar. 
 Si la familia implica, por su naturaleza, la continuidad biológica del ser humano, la estabilidad afectiva y sentimental, la responsabilidad comunitaria y un marco natural de solidaridad, su destrucción resulta plenamente coherente con el proceso de individualización capitalista. 
 Por su parte, el socialismo marxista nunca creyó en las comunidades orgánicas y naturales, pues su visión se basaba en una colectividad configurada desde el Estado. 
 Pero la nueva izquierda incluso abandona la idea clásica de una colectividad homogénea de iguales, para defender la fragmentación social mediante su división en minorías, entre las que se encontrarían las mujeres, homosexuales, inmigrantes… Así, por mucho que puedan parecer fenómenos antitéticos (antítesis), el capitalismo y la nueva izquierda se complementan, ya que ambos conducen a la misma meta de precarización de la existencia humana, al buscar tutelar los deseos materiales del individuo, convertido en un número de la masa de consumidores o en parte de una minoría de la sociedad fragmentada, que carece de cualquier vínculo de solidaridad común que no sea el impuesto por la coerción del Estado. 
 No es pues de extrañar que esta aplastante colusión entre las dos líneas de pensamiento predominantes en la segunda mitad del siglo XX se traslade al programa de la ONU. 
 La Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, celebrada en El Cairo en 1994, introduce, como ya vimos en la anterior entrega de esta serie, el concepto de «derechos reproductivos», para concebir el aborto como un instrumento de liberación de la mujer y de control demográfico para facilitar el desarrollo sostenible. 
 La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Pekin en 1995, introduce la denominada “perspectiva de género”. 
 La canadiense Rebecca J. Cook, redactora del informe oficial de la ONU en la Conferencia, explicaba el concepto en su discurso pronunciado ante los delegados de los diversos países: “Los sexos ya no son dos, sino cinco, y por tanto no se debería hablar de hombre y mujer, sino de mujeres heterosexuales, mujeres homosexuales, hombres heterosexuales, hombres homosexuales y bisexuales”. 
 Es decir, la “perspectiva de género” que asume la ONU, es la ideología de género elaborada como subproducto marxista, que proclama que el género esta desvinculado de la realidad biológica y constituye un rol socialmente construido, de forma que los conceptos de varón o mujer han de ser superados. 
 No se trata sólo de conseguir la igualdad entre el hombre y la mujer en lo económico, en lo social y en lo cultural, pantalla tras la que se presenta la ideología de género. 
Se trata de una aspiración totalitaria. 
 En el nuevo orden mundial que pretende la Agenda 2030, hay que construir una sociedad en la que quede superado el concepto hombre/mujer y así formar una sociedad nueva y distinta. 
 De ahí la insistencia de la ONU en utilizar el concepto igualdad de género y no el de ideología de género, con el único fin de camuflar las verdaderas intenciones de ingeniería social que pretende en su programa. 
 La Agenda 2030, centrada en la ruptura antropológica en lo social, entiende que las diferencias entre lo masculino y femenino se deben a cánones sociales y culturales, dejando de lado las características biológicas de los individuos. 
 EL SER HUMANO NACE SEXUALMENTE NEUTRAL. 
 (Independientemente de lo que muestre el aspecto biológico) Y es la sociedad, especialmente a través de la familia, la que determina su inclinación con los roles tradicionales de lo masculino y lo femenino. Consecuentemente hay que cambiar el concepto de naturaleza humana para lograr esa “igualdad entre los géneros”. 
 Así en el documento publicado por Naciones Unidas en 2016 titulado “Vivir libres e Iguales “, (ACNUDH) se afirma que “la identidad de género es la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la experimenta profundamente”. 
 No se trata pues de respetar a quienes, por las razones que sean, deciden vivir su sexualidad o incluso convivir sentimentalmente con otras personas del mismo sexo. 
 El respeto a la dignidad de toda persona, por el hecho mismo de serlo, es un principio básico de nuestra civilización. 
 ¿QUIÉN SE VA A NEGAR A LUCHAR CONTRA LA DISCRIMINACIÓN DE LAS PERSONAS DEBIDO A SU ORIENTACIÓN SEXUAL? 
 A cualquiera le conmueve y le repugna que en Irán se cuelgue de grúas a personas por el mero hecho de ser homosexuales. 
 Pero de nuevo nos encontramos con una pantalla. Ninguna persona de bien puede oponerse a la lucha contra las violaciones de los derechos de las mujeres o los homosexuales y a que se proteja sus vidas, su salud y su derecho a ser tratados ante la ley con igualdad, pero otra cosa muy diferente es negar la feminidad y la masculinidad, para construir una naturaleza humana artificial, a medida del individuo, y paralela a la biológica. 
 Para construir este nuevo orden mundial no hay que hacer revoluciones violentas, sino que hay que cambiar lentamente la mentalidad y el pensamiento de las personas. 
 Cambiar sus valores. 
 Son dos los instrumentos para lograrlo: La presión del Estado a través de su legislación y la presión de los mass-media en sus manifestaciones informativas, culturales y de ocio. 
 Así, en la Asamblea General de la ONU de febrero de 1996 ya se insta a todos los Estados a que «promuevan una política activa y visible por la cual se incorpore una perspectiva de género en todos los planos». 
 Kofi Annan nombró un Consejero Especial para Cuestiones de Género, y le atribuyó un mandato que cubría la totalidad de la estructura de la ONU. 
 Su objetivo es desarrollar métodos e instrumentos que faciliten la integración de la perspectiva de género en todo el sistema y controlar los progresos que van realizando el Secretariado de la ONU, las Comisiones Regionales y las distintas oficinas de la ONU en el mundo. 
 En efecto, todas las agencias de la ONU e importantes organizaciones supranacionales han incorporado esta “perspectiva de género” en sus actuaciones y declaraciones oficiales, UNESCO, OMS, Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNICEF, ACNUDH, Banco Mundial, Fondo de Educa UMCH, FMI, OEA, Unión Europea… 
 En la reunión del G20, que tuvo lugar en Argentina en el 2018, por ejemplo, se anunció en la declaración final que “la igualdad de género es esencial para el crecimiento económico y para el desarrollo equitativo sostenible”. 
 A nivel nacional, resulta bastante esclarecedor que, en países como China o Rusia, donde el Estado no ha asumido entusiásticamente las recomendaciones de la ONU, la ideología de genero no tiene el mismo predicamento que en los países occidentales donde ha sido incorporada con fervor a los programas de gobierno. 
 En cuanto al caso chino, además evidencia que mezclar desarrollo e ideología de género es simple y llanamente una patraña. 
 Desde el ámbito privado, poderosas fundaciones y multinacionales, han asumido también este programa de reeducación mundial. No podían faltar la Fundación de Soros, Open Society, que lleva dedicados 18.000 millones de dólares a la causa de la ideología del género y la planificación de la natalidad. 
 Pero también nos encontramos con la Fundación Rockefeller, la Fundación Ford, la Fundación Bill & Melinda Gates, la Fundación Mac Namara o la Out on the Street, que agrupa importantes brokers de Walt Street. Entre los medios de comunicación encabeza la lista la CNN, propiedad del magnate Ted Turner, el New York Times, Reuters, CBS, The Economist, The Washington Post, US News and World report, The Observer, la BBC, Wall Street Journal, Financial Times, Die Zeit, la cadena alemana DW, el London Times y un largo etc. tienen una línea editorial que incluye los postulados de la ideología de género. HBO, Netflix, Amazon o Disney también incluyen en sus producciones la propaganda favorable hacía la ideología de género. 
Por supuesto Google, Facebook, Twitter o Apple han abrazado los códigos de la ideología de género. También multinacionales como Coca Cola, Pepsi Cola, Starbucks, Nike; American Express, Bank of América, Pfizer, AT&T (American Telephone and Telegraph) y un larguísimo etc. han acabado incluyendo en su publicidad los estereotipos de la ideología de género. 
 Añadido al trasfondo programático, no podemos olvidar que la Agenda 2030 supone un descomunal entramado de intereses económicos, que la Federación Sueca de Derechos de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero, Queer e Intersex, ha expuesto descarnadamente. 
 El lucrativo negocio que va a suponer la Agenda 2030 va a llenar el bolsillo de algunos a costa de los contribuyentes de todo el mundo y especialmente de Occidente. 
 Por ello los suecos hablan de que su “colectivo” no puede quedarse fuera del reparto de la torta: “se van a destinar billones de dólares a materializar la Agenda 2030, para aliviar los problemas más urgentes del mundo como la pobreza, la desigualdad, el acceso al empleo, la educación, la atención médica y la vivienda. 
 Estos problemas tienen un impacto desproporcionado en la comunidad LGBTI. Sin la inclusión y participación significativa de las personas LGBTI en este plan, la Agenda 2030 nunca se logrará”. 

miércoles, 16 de abril de 2025

CÉSAR ARTURO FERNÁNDEZ BAZÁN

César Arturo Fernández Bazán nació en Trujillo (La Libertad) el 11 de mayo de 1976 
 Estudio Medicina Humana en la Universidad Carolina en Praga. 
Es un obstetra, ginecólogo y político peruano que inició su vida política en APP (Alianza Para el Progreso) y luego renunció atacándolo cómo estrategia de publicidad. 
 Fue alcalde del distrito de Moche entre 2019 al 2022 y desde 2023 fue alcalde provincial de Trujillo hasta inicios de 2024 cuando fue suspendido de sus funciones. 
Fue alcalde de Moche en el periodo 2019 a 2022, por el partido Alianza para el Progreso. 
 Durante su alcaldía, promovió soluciones pseudocientíficas para combatir la COVID-19. 
 Además, el entonces burgomaestre envió una carta con sangre al presidente Martín Vizcarra para que anule cuarentena decretada en el país. 
En este mandato, ganó fama por la construcción de las esculturas inspiradas en las vasijas de la cultura Moche, los huacos eróticos. 
 En el año 2022 anunció su candidatura a la alcaldía de la provincia de Trujillo, ganando dichas elecciones con Somos Perú. 
 En su campaña electoral, empleó los mencionados huacos eróticos como elemento distintivo. 
 En agosto de 2022, Arturo Fernández recibió una sentencia del Quinto Juzgado Penal Unipersonal de la Corte Superior de Justicia de La Libertad que incluyó un año de prisión suspendida y la obligación de pagar una reparación civil de 25 mil soles, tras ser encontrado culpable por el delito de difamación en contra la teniente PNP Nataly Rojas Rojas. 
 En consecuencia, todos los regidores acordaron suspender al alcalde durante una sesión especial del Concejo Municipal, según lo establecido en la Ley Orgánica de Municipalidades, dicha suspensión fue ratificada por el Jurado Nacional de Elecciones. 
 En 2024 anunció su precandidatura a la presidencia del Perú para el 2026 por el partido Un Camino Diferente. 
 En 2023, Arturo intento clausurar el centro comercial Real Plaza Trujillo por falta de inspección municipal, mantenimiento y seguridad, asegurando que ese mall es una bomba de tiempo debido a un asesinato cometido en el área de comidas. 
 Este caso causó gran controversia; el congresista Diego Bazán afirmo que el cierre temporal del centro comercial es un abuso ilegal que afecta el empleo de los trujillanos, por otro lado, el regidor provincial de Trujillo, Jorge Vásquez cuestiono que Arturo no tiene el mínimo criterio de gestión pública. 
 En 2024, el Poder Judicial decidió declarar reo contumaz a Arturo Fernández Bazán por actitud maliciosa, falta grave y abandono de audiencias en el caso del arqueólogo Ricardo Morales, exdirector del Proyecto Huacas de Moche, ya que Bazán lo habría difamado. 
 Arturo pasó a la clandestinidad, y asumió de forma provisional (y luego definitiva) el regidor provincial de Somos Perú, Mario Reyna. 
 Arturo ha acusado que Mario tendría cierta afinidad por APP y buscaría la candidatura para 2026 con este partido, sirviendo como "infiltrado" al gobernador de La Libertad, César Acuña. 
Reyna desmintió esa acusación. En 2025, Arturo volvió a acusar a Mario por el incidente ocurrido en la filial local del centro comercial Real Plaza, que se saldó con víctimas mortales. 
Según él, ordenó la clausura del centro comercial debido a deficiencias estructurales y afirmó que lo adecuado habría sido demolerlo, pero esa decisión se canceló posteriormente tras su salida. 
 La Libertad: ARTURO FERNÁNDEZ CON EL CAMINO LLANO PARA LANZAR SU CANDIDATURA 
Especialistas confirman que el exalcalde de Trujillo Arturo Fernández está rehabilitado de la sentencia por difamación y su afiliación al partido “Un camino Diferente” se hizo de acuerdo a ley. 
 Así que no tiene, por ahora, impedimento para tentar la posibilidad de postular a la presidencia de la República en 2026 Desde el pasado 18 marzo, el ritmo de vida de Arturo Fernández Bazán, el polémico exalcalde de la Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT), empezó a cambiar de una forma rotunda.
 Aquel día, después de permanecer siete meses en la clandestinidad tras ser declarado reo contumaz, optó por entregarse a la justicia. 
Veinticuatro horas después, el juzgado cambió su condición legal. 
En tal sentido, ahora la otrora autoridad edil sigue en libertad el juicio oral por difamación agravada en el que está envuelto tras ser denunciado por Ricardo Morales, exdirector del Programa Huacas de Moche. 
VOLVIÓ 
En ese contexto, lejos de apartarse de la esfera política, Arturo Fernández ha decidido volver a su ritmo de antaño y sus apariciones públicas son cada vez más constantes. 
En efecto, el último viernes, tras protagonizar una protesta en los exteriores del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), en Lima, logró inscribirse oficialmente en el partido político “Un Camino Diferente” y quedó, supuestamente, apto para postular a la presidencia de la República en las elecciones generales de 2026. 
La presencia de Arturo Fernández en las afueras del local del órgano electoral no pasó desapercibida, pues sus exigencias para tener las credenciales que le permitan inscribir al partido político “Un Camino Diferente” y las hizo al lado del huaco erótico, el mismo que un día antes se llevó del sector Santa Rosa, en el distrito de Moche. 
 El huaco erótico representa la fertilidad y es el símbolo del partido de Arturo Fernández. 
¿PODRÁ POSTULAR? 
Ahora bien, Arturo Fernández, quien fue sentenciado en segunda instancia por el delito de difamación agravada, no tendría algún impedimento para ser candidato a la Presidencia de la República. 
Tomas Alva Villa, abogado y especialista en temas electorales, confirmó que Arturo Fernández está habilitado para candidatear, toda vez que ya cumplió la sentencia por difamación agravada que se dictó en su contra en el caso de la policía Nataly Rojas Rojas. 
“La sentencia que tiene Arturo Fernández ya está con grado de rehabilitación y sobre eso hay una resolución. 
 Además, él ya se afilió a ese partido político antes del 12 de julio de 2024 y ante ello mi opinión es que sí puede postular”, explicó. 
Agregó que en relación a los otros procesos penales que enfrenta Arturo Fernández, como el juicio oral por difamación agravada en el caso con Ricardo Morales, el letrado indicó que mientras no haya una sentencia condenatoria firme no se le puede impedir postular. “Estamos hablando de un supuesto que lo condenen”, puntualizó. 
El abogado Greco Quiroz coincidió con su colega Tomas Alva, pero recordó que hace un mes, el Poder Judicial sentenció a Arturo Fernández a un año de prisión suspendida por presuntos agravios a la exregidora del municipio de Moche Odalyz Asmat. 
“En este caso hicieron conversión de pena y ahora tendrá que hacer servicio comunitario. 
Eso está pendiente, aún no se archiva. 
Si las elecciones fueran ahora mismo, Fernández no podría postular, pero como hay tiempo seguro que cumplirá con ello pronto”, añadió. 
Arturo Fernández fue querellado por difamación por el general PNP Augusto Ríos Tiravanti y también fue denunciado por violencia contra la autoridad por el expresidente de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, Víctor Burgos Mariños. 
ARTURO FERNÁNDEZ, EXALCALDE PRÓFUGO DE TRUJILLO QUE ALERTÓ SOBRE “BOMBA DE TIEMPO” EN REAL PLAZA, SE ENTREGA A LA JUSTICIA EN VIVO POR FACEBOOK 
El exalcalde de Trujillo, quien transmitió su entrega en su plataforma social, llegó acompañado de su equipo de abogados e ingresó a la sede del Poder Judicial sin la presencia de efectivos policiales. 
Arturo Fernández, el exalcalde de Trujillo que permanecía en la clandestinidad desde agosto de 2024, se entregó este lunes a la Corte Superior de Justicia de La Libertad para enfrentar un juicio oral por un caso de difamación, un acto que fue transmitido en vivo a través de su cuenta de Facebook. 
“Me encuentro en la Corte (…) donde hay jueces probos (…) Estoy sano, ahora hay más garantías. 
Me encuentro aquí para que de una vez avancen estos juicios de querella”, dijo al descender de una camioneta adornada con mensajes proselitistas. 
 “Está entrando sano, cuerdo, no vaya a ser que parezca envenenado”, replicó uno de sus acompañantes, a quien identificó como su abogado. Fernández, quien registra una orden de captura luego de ser declarado reo contumaz, llegó acompañado de su equipo legal e ingresó a la sede del Poder Judicial sin la presencia de efectivos policiales. 
 “Después de siete meses vengo a Trujillo, mi tierra natal, y digo: ¿para eso me han sacado?, para encontrar la ciudad peor de lo que me han contado. 
 Era que me saquen para hacer obras”, mencionó en otra transmisión cuando se dirigía a ponerse a disposición de las autoridades. 
El exalcalde fue sentenciado a un año de pena privativa de la libertad suspendida y el pago de reparación civil de S/ 25.000 por el delito de difamación agravada contra una oficial de la Policía Nacional (PNP) de la comisaría del distrito de Moche, donde desempeñó el mismo cargo de 2019 a 2022, por el partido Alianza para el Progreso. 
El fallo en segunda instancia provocó su vacancia, oficializada por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) en 2023, lo que permitió a Mario Reyna asumir el cargo. 
 A pesar de esto, Fernández buscó recuperar su puesto mediante vías legales. 
No obstante, el JNE declaró infundado su pedido para restablecer su credencial y ratificó su suspensión.
 A mediados del año pasado, la jueza Ingrid Pajares, titular del Tercer Juzgado Penal Unipersonal de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, emitió una orden de captura en su contra en el marco de otro caso de difamación contra el arqueólogo Ricardo Morales, exdirector del Proyecto Huacas de Moche. 
A pesar de la disposición, emitida por no asistir a las audiencias y presentar diferentes alegatos para retrasar el juicio interpuesto por Morales en 2021, la Policía no logró ubicarlo. 
 Desde entonces, su defensa solicitó que Pajares se apartara del caso al alegar “sentimientos personales negativos” hacia su cliente, lo que afectaría la imparcialidad del proceso. 
 Precisamente, durante su entrega, el exalcalde ha vuelto a criticar a la jueza. 
Apodado ‘El loco’, Fernández se hizo conocido por su controversial gestión, marcada por la instalación de huacos eróticos en la ciudad y comentarios machistas hacia las periodistas. 
 Además, se destacó por su oposición a la reapertura del Real Plaza de Trujillo en enero de 2024, después de que fuera cerrado por deficiencias estructurales. 
“YO LE VINE DICIENDO A LA POBLACIÓN QUE NO VAYAN AL ‘MALL PLAZA’ NI AL REAL PLAZA, PORQUE NO CUENTAN CON LAS CONDICIONES (…) 
 Creo que el tiempo me da la razón, porque no hay ni ambulancia”, afirmó Fernández, quien agregó que el Real Plaza “está para demolerlo porque no sirve, es una bomba de tiempo”. 
 Un año después, parte del techo de ese centro comercial colapsó, dejando seis muertos y más de 80 heridos. 
POSIBLE CAMPAÑA 
El exalcalde ha manifestado su eventual intención de postularse a las elecciones generales de 2026. 
 De hecho, su cuenta de Facebook lo presenta como “presidente”. 
 Además, la camioneta en la que llegó al Poder Judicial estaba adornada con adhesivos de color rojo y blanco, acompañados del logo de un partido político denominado “Un Camino Diferente”, el cual se posiciona como opositor al líder de APP, César Acuña, gobernador de La Libertad.

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