LA DUPLA CORRUPTA |
EL ROBO DEL SIGLO
Si se encuentra usted con un
fujimorista de esos que solo saben gritar: “chino, chino, chino” y que ya
aprendieron a decir “caviar”, pregúntale: ¿Dónde no robaron en el gobierno de
Fujimori? Y como él, con seguridad no podrá responderle ilústrelo y dígale “robaron
como quisieron, por donde pasaron y donde se metieron”.
Robaron las donaciones
japonesas y las otras; robaron en las compras de armas, en plena guerra con
Ecuador; robaron en las privatizaciones; robaron en los salvatejes bancarios;
robaron en la compra de cuatro mil tractores y en medicinas chinas; robaron en
los desayunos escolares; robaron en la Caja de Previsión Civil y Militar que
dejaron quebrada; robaron en el manejo y liquidación de Popular y Porvenir;
robaron en los papeles de la deuda externa, robaron en licitaciones y
contrataciones.
Nunca se robo tanto en el Perú
como en la época de Fujimorato. Ahí está en las cárceles los más altos mandos
militares, están o estuvieron una Fiscal de la Nación, un Presidente del Jurado
Nacional de Elecciones, un Vocal del Tribunal Constitucional, más de un
empresario o personaje importante de su época aunque – claro está, no están
todos los que debieron estar pues hay que recordar la expresión sobre las
cárceles “Ahí no están todos los que son , ni son todos los que están “las
leyes tienen vericuetos, escondrijos, madrigueras como la prescripción, el
indulto, la amnistía la retratación y hasta la confesión sincera, sin contar al
os innumerables jueces venales – para que tanto pillo pueda escabullirse.
De todos esos robos daremos
información, caso por caso, para cumplir con esta batalla contra el olvido en
la que estamos empeñados. Todos los robos que he mencionado tienen autores
señalados y montos precisados y más de uno no tienen acción judicial, pero se
conocen y se los recordaremos pues la memoria colectiva es muy corta.
Por ahora y para comenzar le
daré a conocer el origen, importancia y consecuencia de lo que se me ha
ocurrido llamar el “robo del siglo”.
El robo al que nos referimos
es el de los fondos de FONAVI de los que se ha hablado mucho en los últimos
meses, pero ningún medio de opinión menciona al autor: Alberto Fujimori.
Recordemos al lector que en
Julio de 1979 el gobierno Militar creó el FONAVI (Fondo Nacional de Vivienda)
con la finalidad de satisfacer en forma progresiva la necesidad de vivienda de
los trabajadores. “En su creación se estableció expresamente “los recursos del
fondo serán destinados exclusivamente a la construcción de viviendas que serán
vendidas o alquiladas a los trabajadores que constituyen el Fondo, mediante
sorteo”.
Así funcionó el FONAVI durante
lo gobiernos de Fernando Belaúnde y Alan García. Todo cambió totalmente con el
Decreto Ley No. 25436 de 16 de abril de 1992 que estableció que los fondos de
FONAVI se aplicarán a muy distintos fines: obras de saneamiento,
electrificación, agua y desagüe, pistas y veredas y no sólo viviendas como fue
el origen de la creación del FONAVI.
Tome nota el lector que el
Decreto Ley tiene fecha de 16 de abril de 1992, es decir 11 días después del
autogolpe de Fujimori.
Vale decir que el despojo de
esos fondos se hizo con alevosía y ventajas – como se califican algunos
delitos, pues en ese momento no existía ni Congreso, ni Poder Judicial, que
habían sido “disueltos por Fujimori”.
Naturalmente que el atropello
se mantuvo durante todo el gobierno dictatorial de Fujimori y cuando se
restableció la democracia los fonavistas hicieron uso de sus derechos de
iniciativa legislativa primero, y luego se acogieron a a Ley de Participación
Ciudadano que culminaron con la concesión del derecho al referéndum.
No entramos en detalle del
proceso de referéndum pues ha sido materia de amplia difusión y ha culminado
con el éxito de los fonavistas y el reconocimiento de su derecho a la
devolución de sus aportes.
Aún no se sabe el monto exacto
al que alcanzarán las devoluciones. Solo se sabe que será una fuerte suma que
tendrá efectos catastróficos para la economía nacional.
Solo queremos que el lector
recuerde que este robo de los fondos de FONAVI es una de las “obras” de
Fujimori y de la cual la señora Keiko no podrá decir “mi papá no sabía nada”.
Ahora, lector, Ud. lo sabe y
los fonavistas mejor que Ud. Sus aportes se los robó Fujimori.
A parte de esta “obra” hay
otras tan repudiables como esta y son las esterilizaciones forzadas, los jueces
sin rostro, las privatizaciones y tantos otros atropellos a los derechos
humanos de los que les daremos cuenta, a continuación.
ESTERILIZACIONES FORZADAS
En los departamentos más
pobres del país y en agravio de sus más humildes habitantes – campesinas y
campesinos quechuablantes – Fujimori ejecutó una de sus obras más infames: la
esterilización forzada de mujeres y hombres que llamaron AQG / Anti Concepción
Quirúrgica Voluntaria, que en el caso de las mujeres era la ligadura de trompas
y en el caso de hombres era la vasectomía y que casi nunca fue voluntaria.
En la inmensa mayoría de los
casos esas intervenciones se producían luego de amenazas, de engaños y casi
siempre sin su consentimiento y hasta sin su conocimiento.
A las mujeres las coaccionaban
diciéndoles “el gobierno te va a multar”, “que no iban a recibir más
alimentos”; “que si tenían más de dos hijos iban a llevar presos a sus maridos”
y en la gran mayoría de los casos ni se molestaban en amenazas a engañarlas.
Simplemente les ligaban las trompas momentos después de haber dado a luz y
muchas veces con funestas consecuencias – antes del parto.
El acto o delito señalado fue
más infamante pues abusaron de la falta de defensa de sus víctimas, que en la
inmensa mayoría de los casos eran analfabetas.
Al respecto hay cuadro que
demuestra que entre 1993 y 2000 el Ministerio de Salud ejecutó 346,399
operaciones de ligaduras de trompa y 25,535 operaciones de vasectomía…
Titulares de ese Ministerio fueron los doctores Eduardo Yong, Marino Costa
Baner y Alejandro Aguinaga (actual congresista y médico personal de Fujimori).
Es cierto que el Perú tiene un
problema demográfico. La tasa de nacimientos en una de las más altas del mundo.
Es de 2.8% y si en 1940 éramos 7 millones de habitantes hoy tenemos 29
millones. Eso hizo creer a los militares peruanos que habían formulado un Plan
Verde – que descubrió la revista OIGA – que pensaban ejecutar en 20 años antes
de la llegada de Fujimori, que en 40 años más podríamos tener una población de
80 millones de personas hambrientas, sin educación, sin posibilidades de empleo
en un clima de absoluta miseria y delincuencia avezada, y agregaba el Plan Verde
que de nada servirá derrotar a la subversión si seguíamos incrementando en
500,000 personas anuales la demanda de alimentos, entre educación, servicios,
empleos, vivienda, agua y energía y que esos problemas fomentarían la
permanencia en el tiempo de los grupos subversión.
El análisis no tiene mucho de
discutible. Lo reprochable y más que nada reprobable, y más que nada
inaceptable es la solución que habían ideado y que parece se la “vendieron” a
Fujimori.
La solución era lo más
antidemocrática que se pueda imaginar. Consistía en esterilizar al mayor número
de mujeres y si era posible con amenazas o engaños. Para ellos esa era la
solución.
Algo que era contrario no solo
a la Ley sino a la dignidad humana y eso era operarlas con coacción, amenazas,
engaños y muchas veces sin su conocimiento.
Sin exagerar trataron a tan
humildes personas peor de lo que un hacendado habría tratado a su ganado.
Pero esas mujeres tuvieron el
coraje de protestar y denunciar en pleno gobierno de Fujimori y formaron la
“Asociación de Mujeres Afectadas por las Esterilizaciones Forzadas” y encontró
una auténtica lideresa en Hilaria Supo, hoy Congresista.
Hilaria Supo tenía una nota
que la distinguía. Ella era de Anta y en esta localidad, como dice un informe,
casi no hay niños comiendo en las calles. Gran cantidad de mujeres dejaron de
ser fértiles porque los bisturís de los médicos no tuvieron ningún miramiento con
ellas.
Personaje emblemático de la
tragedia que han sufrido tantas humildes compatriotas en el de Mamérita
Mestanza que murió por una esterilización forzada el 04 de abril de 1988. El
hecho fue denunciado en su oportunidad y en 1999 elevado a la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos que falló a su favor y ordenó al Perú indemnizar a sus
familiares que recibieron 103,000 dólares.
A Mamerita Mestanza le dijeron
“tienes que hacerte curar para que no tengas más hijos”. En el Centro de Salud
le hicieron firmar un documento sin que conociera su contenido. Al día
siguiente, y por más de quince días, se sintió mal sin recibir ninguna ayuda
del Hospital de Cajamarca donde le habían ligado las trompas sin un chequeo o
control médico.
El fallo de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos a favor de Mamerita Mestanza es lo que alienta a más de 20
familias que han sufrido el fallecimiento de una víctima de esta aberrante
práctica.
Actualmente y con un minucioso
informe de la Defensoría del Pueblo se han detectado 2,054 casos en que los
afectados han denunciado el delito pero el Fiscal Provinsional para derechos
humanos ha decretado al archivamiento del proceso con el argumento de que
constituyen casos de negligencias médicas aisladas cuyos delitos ya habrían prescrito
y no es un caso de violaciones de lesa humanidad.
En opinión del ex Secretario
Ejecutivo de la Coordinadora de Derechos Humanos, Dr. Ronald Gamarra, “no se
trata de miles de negligencias aisladas cometidas por miles de médicos. Fue una
práctica constante”.
Y según la Dra. María Isabel
Cedano de DEMUS con este archivamiento del proceso el Estado Peruano incumple
el compromiso asumido con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el
caso de Masmente Mestanza, la mujer que murió luego de que le ligaran las
trompas en Cajamarca. A ella y a su esposo le dijeron que “el Gobierno había
dado una ley en Lima para que se aprese a todos los que tienen más de dos hijos
y no se quieran hacer la intervención”.
Así se trató a los más
humildes en el gobierno de Fujimori. Con el desprecio de quien se creía nuestro
Emperador.
PRIVATIZACIONES
Privatizar, privatizar. Cuanto
antes y lo más que se pueda. Esa fue una de las recetas y ordenes que le dio a
Fujimori, Michael Camdesus, el mandamas del Banco Mundial, cuando se trataba de
arreglar el monumental desastre económico que se heredó del primer gobierno de
Alan García.
Y fue económicamente
importante lo que se obtuvo: nueve mil millones de dólares que eran mucho para
un país que había tenido lo que los sabios economistas apristas llamaban
“reservas negativas” para no decir que estábamos en la lona.
Así como son escasas las
memorias personales y los ensayos políticos o económicos, sólidos y bien
documentados, sobre tantas épocas de nuestra historia, en este serio asunto de
la privatización se necesita y a gritos un estudio o un trabajo de un
especialista o un grupo de ellos que nos ilustren –con exactitud- cuales fueron
los aciertos y los errores de ese proceso y sobretodo las irregularidades y las
incorrecciones o inmoralidades del mismo.
El autor se siente limitado
por su escasa preparación económica para emitir mejor juicio sobre el asunto
pero hubo debate de la valiente minoría parlamentaria en el Congreso y reclamos
en la prensa –sobre todo en las revistas de la época- para denunciar y pedir
esclarecimientos que nunca se produjeron.
Una primera y sólida crítica a
la privatización la formuló el conocido y prestigiado economista Alejandro
Indacochea, quien expresó claramente que “el país no estaba realizando un
proceso de privatización, sino de simple transferencia, podría decirse de un
simple remate”. Dijo: “se ha partido sin una base, se está haciendo todo en el
camino” y nos informó que la mina Condestable y el Banco de Comercio se
vendieron por debajo del precio ofertado y que la subasta de Conchan tuvo que
declararse desierta por falta de postores.
Nos ilustró Indacochea –aunque
nadie en el gobierno le hizo caso que Inglaterra, Chile, México, Venezuela y
Brasil hicieron privatizaciones antes que nosotros y en todos esos procesos
–sin excepción- los fondos obtenidos fueron destinados a programas específicos,
diseñados y dados a conocer con debida antelación. Se aplicaron a investigación
científica, tecnológica, reinversión industrial, programas de investigación de
las universidades, fondos de contingencia social o amortización de la deuda
externa.
Fue notable la transferencia
del destinó de los fondos en Venezuela: 20% para programas sociales, 30% pago
de la deuda, 10% financiamiento de investigación científica y 35% nuevos
procesos de privatización y reestructuración.
Aquí no solo se ignoró
olímpicamente esas experiencias, sobre todo la de Venezuela, sino que lo
verdaderamente increíble ocurrió cuando todo el mundo quería saber en que se
había invertido el dinero o simplemente donde estaba. Casi al final del
gobierno se admitió que 1,500 millones se habían gastado en armamentos, lo que
demostraremos más adelante, fue la gran oportunidad para la recepción de
coimas, por las que están purgando prisión casi todos los que fueron nuestros
más altos mandos militares.
Otro aspecto de las
privatizaciones que nunca se tuvo en cuenta es que los ingresos provenientes de
las privatizaciones son ingresos únicos. Se reciben por una sola vez y después
perdimos el bien que privatizamos.
Esa característica tan
especial debió obligar a un estudio muy serio para decidir que bienes era
necesario privatizar y sobretodo determinar con precisión los precios mínimos a
obtener para no terminar malbarateando los bienes y se propagó esa frase que ya
corría. “Vendimos las joyas de la abuelita” que después la ampliaron en la Argentina
agregando que “luego se venden las fantasías de la tía”.
El congresista Carlos Chipoco
solicitó información sobre los gastos en que se había incurrido en la
privatización y encontró que en los primeros dos años se habían gastado 45
millones de dólares en asesorías. Aquí no importa el monto que es el normal. Lo
que importaba es que esa suma, se gastó en personas o empresas no elegidas en
concursos públicos sino como decía un artículo periodístico “sumando muertos y
heridos, primos y amigos del gobierno se ha contratado por 45 millones de
dólares”.
Aparte de los casos de la mina
Condestable, el Banco de Comercio y la subasta de Conchan, ya citados hubo
otros que se debatieron por la minoritaria oposición, luego fueron materia de
investigación por comisiones parlamentarias y quizá hayan ido a instancias
judiciales pero como ocurre casi siempre solo han quedado en un vago recuerdo.
Nunca se profundizó en algún caso. En todos ha primado la conclusión tan
peruana del “hecho consumado”. Ahí quedaron sin esclarecerse y posiblemente
nunca se esclarezcan porque vivimos en el reino de la impunidad.
Pero no hace daño a nadie el recordarlos.
En un artículo de OIGA del 14
de Noviembre de 1994 nos enteramos del asombro y la amargura de Juan Gris,
seudónimo del autor del artículo, que comenta la privatización de la Refinería
de Zinc de Cajamarquilla. El primer asombro es que lo que, según cifras
oficiales, costó 309 millones de dólares, ha sido rematado a un postor que va a
pagar 193 millones de dólares, 40 millones en papeles de la deuda y el saldo en
14 años en cómodas cuotas mensuales de 4 millones de dólares.
Los beneficiados fueron los
japoneses de Marubeni Corporation que se presentaron con la fachada de un
consorcio canadiense.
El artículo de Juan Gris es
valioso porque él fue testigo, desde su iniciación de la construcción de la
Refinería cuando era gerente de Relaciones Públicas de Minero Perú y nos cuenta
todo el esfuerzo económico y humano que significó construirla en 1973, para que
ahora el Estado se desprenda de tan valioso bien, con mengua de su precio.
Recuerda que las obras de infraestructura fueron ejecutadas por Cosapi y JJ
Camet, por lo que el ministro Jorge Camet debe saber bien lo que costó la obra
y finalmente nos recuerda que en 1977 el Perú ya había ingresado al grupo de
países productores de zinc que integraban Japón, EE.UU., Canadá, Alemania,
Bélgica y Francia.
La pregunta elemental es ¿valió la pena malbaratear bien tan valioso?
Igual pesar ha debido sentirse
cuando se remató la Refinería de la Pampilla, obra del primer gobierno de
Belaúnde y construida especialmente para liberarnos de la dependencia, en ese
momento de la IPC.
Informaciones periodísticas
también dieron noticia de casos escandalosos. La mina Condestable fue adquirida
al 64% de su valor contable, lo cual no tenía sentido, luego de una
hiperinflación.
El astillero INASA no se quedó
atrás. El comité de Privatización fijó el precio base en 1’739,000 dólares.
Sin embargo, recién en el
lance 21 hubo una propuesta o sea que el precio se rebajó en 21 ocasiones y al
final lo adquirió el Sindicato Pesquero de Isaac Galdsky por 727.000 dólares.
Ni siquiera un millón.
¿Qué sentido tenía valorizar
las empresas si luego se malbareteaban?
Otro acaso notable fue el
remate de Química del Pacífico (QUIMPAC) que se remató a lo dos días del
atentado de Talara y se tomó en cuenta el valor nominal. Como si alguien se le
ocurriera vender su casa al valor de las escrituras. Total, se vendió en tres
millones de dólares. El comentario, muy grave, que hace la revista que comenta
esta privatización es que cuando esta empresas se vendió en 3’300,000 dólares
tenía en los cajones del escritorio del gerente medio millón de dólares, en cuentas
por cobrar a sus clientes cuatro millones de dólares y como si esto fuera poco
edificaciones en más de veinte mil metros cuadrados.
Estos datos parecen
increíbles, pero el autor recuerda que el caso de QUIMPAC fue muy cuestionado
en su momento.
Hubo dos casos muy notorios
por el cambio de las reglas del proceso y con la misma irregularidad.
El primero fue el de la
empresa china Shogung que compró lo que fue la Marcona al precio de 120
millones de dólares, asumiendo una deuda al Estado de 42 millones de dólares,
pero después de la subasta el gobierno le condonó tan valiosa deuda. Fue, sin
duda, una notable ventaja para Shogung, que durante tantos años ha incumplido
sus obligaciones de reinversión y continuamente tiene quejas y reclamos del
personal nacional que se siente maltratado por Shogung.
El otro caso, mas escandaloso
fue el de la privatización de Aero Perú cuya primera subasta la ganó Faucett a
un grupo mexicano que representaba Roberto Abusada. Esa primera subasta fue
anulada por presión del Ingeniero Camet que en ese tiempo era presidente de
Copri y la siguiente subasta la ganaron los mexicanos que nombraron presidente
de las empresas al señor Abusada. Luego de esa segunda subasta el gobierno
peruano le condonó a Aero Perú una deuda de 23 millones de dólares, que se
suponía que tendrá que haber pagado la empresa que ganó la subasta.
En este asunto hay dos hechos
que no deben pasar el olvido. El primero es que el señor Abusada fue siempre
asesor del Ing. Camet, como años antes había sido vice Ministro de Manuel Ulloa
y el segundo hecho es que pese a estar gollerías Aero Perú quebró en forma
escandalosa dejando a 1,600 trabajadores en la calle.
En un libro que se titula “El
pacto infame” y con el subtitulo de “Estudios sobre la corrupción en el Perú”
se encuentra el trabajo de tan prestigiado analista Francisco Durand que nos
recuerda algo que muchos han olvidado: el negocio de la recompra de los papales
de la deuda externa en los que una información confidencial, privilegiada,
podía enriquecer a un solo golpe a sus dueños. Y nos recuerda que uno de los
grandes compradores fue el Peru Privatization Fund (PPF) constituida el 18 de
junio de 1994 en la famosa isla Grand Cayman donde tenían sus dólares Alan
García y Alfredo Zanatti. Los socios principales eran el Banco de Crédito del
Perú con 42.9% de las acciones, el HongKong and Shangai Bank Corporation (HSBC)
con 42.9% y el Chase Maniatan Bank con 14.2%.
Lo único “curioso” en este
asunto es que un abogado Francisco Moreyra había sido contratado con la formula
del PNUD como asesor del Ministro Camet, pero también era abogado del Midland
Bank que había sido absorbido por el HSBC. Lo que se cuestionó -y con razón- al
Ing. Camet que tuviera como principal asesor en asuntos de la deuda a quien
era, a la vez abogado de un acreedor.
Camet y Moreyra declararon
ante la Comisión Investigadora del Parlamento. El Ministro Camet afirmó que
“Moreyra era un profesional de mucho nivel, un hombre digno, honorable,
correcto” y que no veía “un conflicto de intereses en su contratación”.
Nos quedamos con esa
declaración y el recuerdo de que antes que se iniciara la recompra al precio de
la deuda externa era de 23% de su valor en Marzo de 1994 y un año y medio
después pasó a más de 67%.
Este caso, como tantos, quedó en el limbo, en el que los peruanos ya se
acostumbraron a vivir.
Todo lo hasta aquí relatado
puede parecer, a más de uno, simples especulaciones, pero ha quedado un libro
que es imposible refutar porque es testimonio personal de un protagonista
central de la privatización y que goza de un merecido prestigio. El ingeniero
industrial Daniel Saba fue testigo de excepción de cómo se proyectó la venta
por partes de Petroperu que fue debidamente calificada como “la canibalización
de Petroperu”, experiencia que vivió entre el 23 de mayo de 1992 y mayo de 1944
cuando fue miembro del comité de privatización de PetroPerú y que trasladó a un
libro que tituló “Memoria de un confeccionista- Historia del proceso de
privatización de PetroPerú” en el que detalla como era el sometimiento del
gobierno peruano a los dictados del Banco Mundial y como la improvisación y el
oportunismo campearon en asunto tan delicado y estratégico y como los intereses
privados se unen con el poder de turno sin tomar en cuenta “los sagrados intereses
de la patria”, un lugar común pocas veces respetado.
Relata Saba un viaje a
Washington y haber conocido un argelino, Khelil, que representaba al Banco
Mundial y de quien se enteró, por primera vez, de la intención de vender
PetroPeru´por partes. A la objeción de Saba de que esa posición no se había aún
tomado, el señor Khelil le mostró un oficio firmado por el Ing. Yoshiyama, en
su calidad de Ministro de Energía y Minas ofrecía al Banco la venta de
PetroPerú en forma fraccionada.
Como Saba insistiera en que
era irracional esa posición, Khelil le replicó que el oficio que le había
mostrado era la posición oficial del gobierno peruano y representa para
nosotros un compromiso”. La afirmación mas grave que contiene el libro es
cuando Saba cuenta que en otras ocasión en tono confidencial y a solas Khelil
le dijo: “Esta carta la escribimos aquí”.
En palabras de Saba: “esto si
me sorprendió mucho, sabía y se que lamentablemente somos un país dependiente
de los organismos multilaterales, tal vez ahora mas que nunca. Pero nunca pensé
que nos daban servicio de secretariado, lo que bromas aparte resulta
extremadamente peligroso”.
El ultimo párrafo trascrito es
el testimonio de un profesional tan serio que fue “renunciado” sin su
conocimiento, justo cuando el pensaba hacerlo.
Como sabrán muchos lectores la
venta de Petro Peru no se llegó a concretar ni integra, ni por partes, pero
queda el testimonio irrefutable de un protagonista serio de como el gobierno de
Fujimori había prácticamente decretado vender “a pedazos” un valioso bien
nacional.
Reiterando mi opinión que es necesario
establecer una “comisión de la verdad” para aclarar con certeza lo bueno y lo
malo del proceso de privatización algo hemos establecido
1.- no aprovecharon las
experiencias que hemos mencionado de otros países y los ingresos no tuvieron
fines específicos, en consecuencia no fueron productivos.
2.- más de 200 mil personas
quedaron sin puestos de trabajo.
3.- Muchas empresas se
subvaluaron y otras se vendieron sin necesidad como el caso de Electrolima.
4.- Más escandaloso fue el
caso de Popular y Porvenir que sirvió para la actuación delictuosa de Augusto
Miyasuku, de la que trataremos mas adelante y
5.- y final: lo inconcebible
fue que hasta el mismo 1999 el gobierno, despreciando a todos los gobernados
nunca informó ni donde estaban los fondos ni en que se habían invertido. Lo
único que reconoció fue que habían gastado 1,500 millones de dólares en compra
de armamentos, fuente de rapiña como demostraremos más adelante, en detalle y
por lo cual hay tanto generales detenidos y otros prófugos.
No en vano, en un país a un
artículo sobre el Perú le pusieron un titular de vergüenza: “Perú, país en
subasta” y otro no menor infamante decía: “compre el Perú, está barato”.
Y como una curiosidad
trascribimos para el lector una frase, casi de antología, de un defensor de
Fujimori quien al referirse a las críticas que se hicieron de las
privatizaciones solo dice y muy campante “las empresas permanecen en el país.
No se ha perdido nada” y para defenderse de lo indefendible, la corrupción,
dice como gran justificación. “En el Perú se funciona a base de la corrupción”.
LEGISLACIÓN ANTI TERRORISTA Y SUS FUNESTAS CONSECUENCIAS
Una decisión totalmente
personal de Fujimori que tuvo funestas consecuencias para miles de modestos
compatriotas – muchos de los cuales aún no han sido reparados en sus derechos –
fue la arbitraria y abusiva legislación anti terrorista que se implantó en el
país justo al mes del autogolpe.
El día del autogolpe, el 5 de
abril de 1992 Fujimori había dado como uno de sus argumentos para la ruptura
del orden constitucional la situación de avance incontenido del terrorismo.
Y el día 5 de mayo, Fujimori
dió otro mensaje al país en el que con el tono de arrogancia y soberbia que lo
caracterizaba anunció que en vista de que la legislación vigente no bastaba
para detener la subversión había decidido dictar normas más severas e hizo
conocer al país que se restablecería la pena de muerte, la que estaba prohibida
en convenio internacionales, que como los jueces se sentían intimidados o se
acobardaban en lo sucesivo todos los juicios a terroristas serían vistos y
sentenciados por Tribunales Militares y la gran novedad que introdujo es que
habría “jueces sin rostros”.
Los partes policiales, muchos
“sembrados”, serían considerados como pruebas incriminatorias. Los presos
terroristas no harían lo que quisieran en las cárceles. Serían recluidos en
pequeñas celdas de las que saldrían solo unos minutos al día. Los Abogados ya
no podrían defender a más de un terrorista. Los menores de 18 años serían
tratados y sentenciados como adultos. Se inventó la figura de la “colaboración”
para que un terrorista apresado pudiera denunciar a otros y se estableció el
nuevo delito terrorista de “traición a la patria”.
Desde el día siguiente de este
último mensaje comenzaron a publicarse los Decretos Leyes 25475, 25659, que
contuvieron las normas principales aún que también sin importantes los Decretos
Leyes 25499, 25564 y el 25728.
Recuérdese que se estaba en
plena dictadura de Fujimori, a un mes del golpe y sin Congreso, ni Poder
Judicial ni institución alguna que representara a la oposición. Todo el poder
lo tenía Fujimori.
Todos estos Decretos Leyes
tuvieron, de inmediato, rechazo de la escasa oposición por ser manifiestamente
anti constitucionales y atropellar los derechos humanos más elementales.
Como comentamos anteriormente
al analizar el galardón que muchos la atribuyen a Fujimori de haber acabado con
el terrorismo. Fujimori cayó en el juego del terrorismo. Lo que busca el
terrorismo – aquí y en todos lados – es acosar de tal manera al Estado que éste
reaccione de manera tan agresiva e intolerante, que al final actúa como los
mismos terroristas. Entonces, creen los terroristas y no les falta razón, la
población verá que el Estado llega a ser tan abusivo como el terrorista.
Ningún Estado civilizado
combate al terrorismo con terrorismo como se aprecia en España, Irlanda, Italia
que han tenido y tienen aún fuertes movimientos terroristas. Se respetan los
derechos humanos de los mismos terroristas y se les somete al debido proceso.
Con los Decretos Leyes de
Fumijori no se detuvo en nada al terrorismo. Siguió actuando con más
ensañamiento cada día y la prueba de ello es que en Junio de ese año se
realizaron 291 atentados (record en ese momento) según informes de la revista
Ideele.
Lo que si se produjo y con
secuelas que hasta hoy subsisten fue el atropello a miles de personas humildes
como se demostrará a continuación.
Para debida calificación de
las arbitrariedades contenidas en esos Decretos Leyes nos basamos en el
documentado informe del Dr. Carlos Rivera Paz, coordinador del área legal del
Instituto de Defensa Legal – IDL y uno de los más destacados defensores de los
derechos humanos quien nos informa que desde el Decreto Legislativo 46 de 1981
(Primera Ley Terrorista) son más de cuarenta las normas expedidas y que
comprenden los gobiernos de Belaunde, García y Fujimori y que la mayoría de
ellas – promulgadas durante el gobierno de Fujimori, solo significan un
incoherente manejo de la política contrasubversiva y una sistemática
presentación de la Ley penal como instrumento salvador frente al terrorismo. Y
remarca Rivera que esto resulta particularmente importante si tenemos en cuenta
la naturaleza democrática de los dos primeros gobiernos y abiertamente
autoritaria del tercero.
Nos ilustra el Dr. Rivera Paz
que desde 1987 en la Ley 24651 se incorporó el delito de terrorismo en el
Código Penal la investigación y el juzgamiento de las personas comprendidas en
tales delitos se desarrollaban sobre la base de las reglas generales y comunes
del Código de Procedimientos Penales que aplicaba a todos los delitos y que a
pesar de la crítica situación que vivía el país ya en 1987 logró desarrollar
elementales principios de un Estado de derecho para la administración de
justicia como la conducción de la investigación por el Ministerio Público, la
subordinación de la Policía al Ministerio Público, el reconocimiento de la
participación de la defensa, la creación de jueces especiales entre otros.
Hasta ese momento la
normatividad antiterrorista aún cuando se trataba de una legislación especial
se había desarrollado dentro de los parámetros de un Estado de derecho. Eso
cambió radicalmente tras el golpe de Estado de Abril de 1992.
De los Decretos Leyes
mencionados el más importante fue el 25475 que desde entonces sería conocido
como la nueva Ley antiterrorista.
A diferencia de las anteriores
no solo comprendía normas penales sino también normas procesales, normas de
organización judicial y normas penitenciales. En materia penal no solo se
tipificó la figura básica del terrorismo sino también el denominado terrorismo
agravado, los actos de colaboración, la asociación ilícita, la instigación y la
apología del terrorismo.
La característica común en la
tipificación de las figuras delictivas del decreto 25475: son tipos penales
esencialmente abiertos. Son de tipos penales abiertos los que no precisan con
claridad el delito y eso hizo con mala intención. Este decreto rompió las
reglas de la precisión y la claridad de los tipos penales con la evidente
finalidad de comprender en cada uno de ellos la mayor cantidad de hechos o
actos humanos posibles de ser perseguidos penalmente. Asi tenemos que el
artículo 2 del Decreto establece que comete delito de terrorismo : “el que
provoca, crea o mantiene un estado de zozobra, alarma o temor en la población o
en un sector de ella, realiza actos contra la vida, el cuerpo, la salud, la
libertad y seguridad personales o contra el patrimonio o la seguridad de los
edificios públicos, vías o medios de comunicación o de transporte de cualquier
índole, torres de energía o transmisión, instalaciones motrices o cualquier
otro bien o servicio empleando armamento, materiales o artefactos explosivos o cualquier
otro medio capaz de causar estragos o grave perturbación de la tranquilidad
pública o afectar las relaciones internacionales o la seguridad de la sociedad
y del Estado será reprimido con pena privativa de libertad no menor de veinte
años”.
Hemos trascrito íntegramente
tan largo artículo para que el lector pueda apreciar que cualquier acto o hecho
de los señalados lo consideran como acto de terrorismo y con pena no menor de
veinte años. Era evidente que se pensaba romper violentamente las reglas de la
precisión y claridad de tipos penales para achacar a cualquiera la comisión del
delito de terrorismo, por causas tan diversas y todas penalizadas con esa
severidad mínima de veinte años. Si se quiso con ello amedrentar o atemorizar a
los terroristas estaban equivocados pues estos, en su mayoría estaban
concientizados tanto en “la necesidad de matar para aplicar la estrategia
acordada y como premisa necesaria de lo anterior, la decisión, más aún la
expectativa de entregar la vida propia. Esta última es “la cuota”.
“El concepto mismo de “la
cuota” y la forma febril, el fulminante fervor con que fue expresado le dieron
en los años siguientes la apariencia de un culto tanatófilo antes que la de un
partido marxista la inspiración de las acciones senderistas no se encontraban
en Marx, Lenin o siquiera Mao, sino en el reverendo Jones y la paila de cianuro
en Guyana”. Así se refiere Gustavo Gorriti al fanatismo homicida de Sendero
Luminoso en su documentado libro: “Sendero Historia de la guerra milenaria en
el Perú”.
El Decreto Ley 25475 no solo
estableció penas muy elevadas de veinte y treinta años como mínimos para varios
delitos sino que también reinstaló la cadena perpetua para los delitos más
graves.
En lo que se respecta a los
procesos también transformó radicalmente la situación anterior al golpe de
Estado ya que decidió otorgar un poder sin control a la policía durante la
etapa de la investigación preliminar. La norma señala textualmente que la
Policía investiga estos delitos “disponiendo que su personal intervenga sin
ninguna restricción que estuviera prevista en sus requerimientos
institucionales”. Por otro lado concedió a las Fuerzas Armadas facultades para
detener a personas presuntamente vinculadas con actos de naturaleza terrorista.
La norma también dispuso que, en la etapa de la investigación preliminar la
Policía tenía la atribución de incomunicar al detenido hasta por diez días.
Esto fue interpretado por la Policía como una restricción a la posibilidad de
que el detenido se entreviste con su abogado defensor. Otra limitación fue que
el abogado defensor solo podía entrevistarse con su patrocinado después de que
éste era interrogado.
En cuanto a la organización
judicial el Decreto Ley 25475 estableció la creación de Tribunales especiales o
tribunales sin rostro porque la identidad de los magistrados eran secretas. Se
construyeron ambientes especiales para el juzgamiento de personas acusadas por
el delito de terrorismo que impedían observar el rostro de los magistrados a
cargo del caso. Y en materia procesal consagró no solo los procesos judiciales
sumarín, en especial la etapa del juicio oral (los casos oralmente se resolvían
en tres días) sino también la eliminación de diversos medios de defensa técnica
de los procesados.
De esta manera la nueva norma
terminó configurando un proceso penal en el cual el procesado estaba totalmente
desprotegido y sin ninguna posibilidad de ejercitar efectiva y ciertamente
ningún derecho fundamental. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos
señaló que esta legislación antiterrorista era, per se, violatoria de los
derechos humanos.
Pero el régimen fujimorista
avanzó mas allá y se promulgó el Decreto Ley 25659 que tipificó el delito de
traición a la patria y entregó a las Fuerzas Armadas su juzgamiento y sanción.
Este Decreto definía como traición a la patria algunas de las más graves
figuras del delito de terrorismo pero simplemente las recalificó como delito de
traición a la patria y entregó a las Fuerzas Armadas su juzgamiento y sanción.
Otras normas a destacar son
los decretos leyes 25499, 25564 y 25728 que establecieron los procedimientos de
colaboración eficaz (comúnmente denominadas normas de arrepentimiento)
facultaron al Poder Judicial para el juzgamiento de menores de edad y dieron la
atribución a los jueces de condenar personas en todas las normas reseñadas y
cuyo estudio acucioso hemos recogido del Dr. Carlos Rivera Paz nos muestran que
Fujimori configuró un nuevo modelo de legalidad caracterizado por el
desconocimiento y la restricción sustancial de los derechos fundamentales de
los procesados o de las personas sometidas a investigación.
La legislación antiterrorista
de Fujimori provocó que miles de peruanos fueran acusados sin pruebas,
sometidos a juicio y sentenciados por jueces a quienes ni podían ver ni oír
porque las voces estaban distorsionadas. Fue no solo una pesadilla sino una
verdadera tortura que supera en exceso lo que se siente al leer la famosa obra
El Proceso de Kafka y que se les aplicara penas de veinte y treinta años por
acusaciones falsas de algún terrorista que quiso beneficiarse para conseguir
mejor pena o por que simplemente encontraron su nombre y dirección en la
libreta de algún terrorista o por cualquier simple presunción estúpida.
Prueba evidente de los abusos
increíbles que se cometieron al amparo de tan irritas leyes fue que la Comisión
que presidiera el padre Lansiers luego de revisar esos casos ordenó la
liberación de sentenciados en época de Fujimori, en época de Paniagua y en
época de Toledo. Lo que debemos imaginar es la cantidad que existirá de gentes
procesadas a penas tan severas que no han recibido el beneficio de la revisión
de sus procesos y que puedan estar aún sufriendo pro una concepción equivocada
del Estado que creyó que al terror se le combate con el terror.
Condenar a niños con las
mismas reglas con que se condenan a los adultos, condenar en ausencia y someter
a las personas a procesos en lo que los jueces no solo no tenían rostro, no
tenían ni siquiera nombre y se identificaban con números, todo eso es el mas brutal
atropello a los derechos humanos.
La total ausencia de derechos
para todos los infelices que por los motivos más estúpidos simplemente fueron
sometidos a procesos y condenados es algo en lo que debería meditar Alberto
Fujimori quien pese a todos los delitos por los que se le acusó tuvo derecho a
lo que se llama el debido proceso con todas las garantías que establecen las
leyes en los países civilizados y que siempre reconociera su abogado defensor.
El debido proceso lo debe
hacer la opinión pública a quienes representen el fujimorismo.
Fue tan injusta ésta
legislación que el propio Fujimori tuvo que ordenar la liberación de 513
inocentes. En el gobierno de Paniagua se liberó a 146 y en el de Toledo a más
de 100.
Nunca se liberó a terroristas.
Se liberó a gente humilde que sufría condenas injustas por infames procesos.
Pero el señor Rafael Rey,
Giampietri y otros de su calaña repiten siempre lo mismo: “liberaron
terroristas”.
Consulten las cifras. El mismo Fujimori liberó a 513.
Piense el lector cuántos
cientos o miles de personas humildes no tuvieron el privilegio de haber
obtenido el apoyo del padre Lansiers y habrán sufrido o sufrirán aún,
injustamente.
DECRETOS SECRETOS Y MAL USO DE FONDOS PÚBLICOS
Casi todo de lo que se enterará
el lector, en este capítulo, tiene el muy documentado respaldo de los frutos de
la Comisión Investigadora de los delitos económicos y financieros (CIDEF)
cometidos entre 1990 – 2001 que presidiera el Congresista Javier Diez Canseco
Cisneros (UPD) y cuyos más destacados miembros fueron Walter Alejos (PP) Máximo
Mena (PP), Juan Valdivia (APRA) y Kuenen Francesca Marabolto (UN).
Esta comisión multipartidaria
contó con la valiosa colaboración de destacados profesionales como la doctora
Beatiz Mejía, doctores Walter Alván, Oscar Ugarteche y tantos otros que sería
muy extenso mencionar.
CIDEF publicó, auspiciada por
el Fondo Editorial del Congreso un informe final, lamentablemente no muy
difundido.
La escrupulosa investigación
de la CIDEF nos ha eximido de buscar mayores fuentes para ofrecer al lector el
cuadro de increíble corrupción que caracterizó los diez años del fujimorato.
Las conclusiones principales
de la CIDEF fueron estas:
1.- El gobierno de Fujimori
fue el peor fenómeno de corrupción de nuestra historia republicana y principal
legado nefasto que nos ha dejado.
2.- El país fue gobernado por
una red corrupta de altos funcionarios, mandos militares y algunos grupos de
poder económico.
3.- Para actuar con más
impunidad esa red corrupta controló y atropelló la autonomía de las
instituciones, especialmente aquellas encargadas del control político.
Así controlaron y manejaron, a
su gusto, el Parlamento Nacional, el Ministerio Público, el Poder Judicial, la
Contraloría de la República y medios de comunicación masiva (prensa escrita,
radio y TV).
Casi nada escapó a su control.
Todo lo manejaba Montesinos, aunque la señora Keiko diga: “mi papá no sabía
nada”.
4.- Otra conclusión
indiscutible de la CIDEF y motivo principal de su investigación fue que para
mantener la impunidad construyeron una “legalidad ad hoc”. Precisamente el
mejor instrumento para esta inmoralidad fueron los decretos de urgencia y
decretos supremos secretos que se analizan exhaustivamente el mencionado
informe.
5.- Principalísima conclusión
del informe de CIDEF es que este grupo corrupto de poder se constituyó desde el
inicio del gobierno de Alberto Fujimori en 1990, contó con la participación
expresa de la cúpula militar, hecho que se hizo mas evidente a partir del auto
golpe de Estado del 5 de abril de 1992 y que el trípode que lideró el núcleo de
corrupción estuvo conformado por Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos y Nicolás
de Bari Hermoza Rios.
La labor de la CIDEF para
procesar la gran cantidad de información existente se vió multiplicada pues
investigando un tema determinado de corrupción encontraban que éste estaba
ligado a otro tema de corrupción.
Así dicen que mientras
investigaban las pérdidas del Estado en la empresa agro-industrial Pucalá, se
abrió otro tema que era el Fondo Especial de Promoción Agraria.
La investigación de CIDEF
abordó los temas de las privatizaciones, las operaciones de salvataje bancario,
las principales licitaciones y adquisiciones, el uso de fondos públicos para la
red de corrupción la recepción y destino de las principales donaciones y
programas de cooperación internacional, el financiamiento de las instituciones
de control como la SUNAT Contraloría y Aduanas, la liquidación de empresas
públicas como Popular y Porvenir y otras vinculadas al sector Defensa.
El primer hallazgo importante
de la CIDEF es que apreció como una constante común en todos los casos el uso
abusivo de los Decretos de Urgencia, en su mayoría de orden secreto.
Por ello, se investigó con
especial énfasis la compra de armamento y de productos de origen chino.
A la vez se identificaron una
serie de enmarañados procedimientos para alcanzar objetivos pocos transparentes
en los casos de privatización y quiebra de Aero Perú, la privatización de
Electro Lima y sus implicancias tributarias, la corrupción en la gestión de las
empresas aseguradoras Popular y Porvenir, el salvataje del Banco Latino, la
privatización de la empresa azucarera Pucalá y el manejo del proyecto del rio
Cachis.
El uso indiscriminado de
dispositivos de urgencia, muchos de carácter secreto, fue instituido por la
mafia fujimorista como una modalidad para amparar gastos irregulares, vía
compras destinadas a favorecer a las empresas vinculadas a la red de
corrupción. Así se destinaron mil trentidos millones de dólares provenientes de
la privatización en la compra de armamentos y equipos militares de dudosa
calidad.
El agravante de estas
operaciones ilegales es que se realizaron con mayor énfasis durante la época
del conflicto con el Ecuador. A la mafia no le interesó el país ni el conflicto
bélico. Solo les interesó lucrar pese a que la mayoría de los implicados eran
militares.
Nunca se ha esclarecido como
es que habiendo más de siete mil millones de dólares como ingresos por la
privatización solo quedaban 143 millones en caja.
Lo que si quedó claro según la
investigación CIDEF es que de las privatizaciones y a través de esos Decretos
Supremos Secretos se invirtieron 1,800 millones de dólares para comprar armas
de mala calidad, como los MIG que no funcionaban y otras, armas, caballos,
automóviles, equipos de radio. De ahí salieron las fortunas en los bancos
suizos de los generales sentenciados y de los prófugos como Víctor Malca, ex
embajador en México al que no se puede encontrar desde hace diez años.
Sin duda el engranaje de la
mafia había copado todas las esferas del poder de manera que apenas hubiera una
denuncia se ponían en funcionamiento los mecanismos para desactivarla. El
Congreso, el Poder Judicial, la Contraloría operaban con una coordinación
sintonizada, cada una cumpliendo su papel de acuerdo al libreto preparado por
el asesor.
De esta manera, ninguna
denuncia podía prosperar.
Una conclusión muy importante
del informe de la CIDEF es: el que suscribe el Ing. Javier Diez Canseco cuando
dice: “No es posible emitir un decreto supremo de emergencia secreto sin la
firma del Presidente de la República y menos para las compras de armas” por lo
que es contundente que “Alberto Fujimori tenía pleno conocimiento de todo lo
actuado por la red mafiosa que él integraba y que decir desde su cómodo de
parlamento de Tokio que fue sorprendido por su asesor es risible”.
Otro hecho muy importante que
investigó y comprobó la CIDEF fue que el gobierno peruano abusó de la figura de
la asistencia internacional y trasladó y aun traslada fondos públicos a un
programa de las Naciones Unidas que se conoce con el nombre de PNUD con lo que
se pagó la “planilla” de los funcionarios responsables de las privatizaciones,
miembros de la COPRI y las CEPRI, que eran muy jugosas y que por tanto
oficialmente “no salen” del Tesoro Público. Para esta artimaña legal se
emplearon 295 millones de dólares. Tómese nota que para realizar esto el
gobierno debía pagar 3.5% como concepto de comisión de agente.
Conclusión muy importante y de
la que rogamos al lector, le dé la debida importancia en cuando dice
textualmente: “La elite empresarial privada hasta donde hemos podido constatar
participó en forma activa en la corrupción estudiada. Hay una
corresponsabilidad estudiada entre el Estado, los funcionarios públicos y
algunas empresas privadas”.
“Lo que observamos en el caso
de la Contraloría General de la República es que durante la década pasada el
75% de sus acciones fueron dirigidas a controlar municipios que sólo manejan el
4% del presupuesto nacional. El contralor caso Lay no acogió fiscalizaciones ni
denuncias”.
Coincidiendo totalmente con lo
expresado en la introducción del informe del CIDEF por el reconocido economista
Dr. Oscar Ugarteche nos permitimos transcribir sus acertados conceptos que el
autor los hace suyos: “Lo descrito en estas páginas representa solo una muestra
de lo que realmente corresponde a la magnitud de lo ocurrido en el Perú durante
la década de la corrupción. Los daños causados por la mafia que nos gobernó son
incalculables y siguen surtiendo sus funestos efectos pues trastocaron
delictivamente no solo el ámbito económico, político, social, sino
fundamentalmente, el moral impusieron la corrupción como la forma de gobernar
al país”. “Y lo que puede ser más grave aún es que queden impunes”.
“Es preciso por ello,
sancionar los delitos identificados a la par que es preciso también incorporar
al cuerpo legal tipificaciones que sancionen específicamente los delitos
económicos y financieros que en otros países son castigados con suma dureza,
puesto que cometerlos implica comprometer no solo el presente sino el futuro de
vida de generaciones de peruanos y especialmente de los peruanos y
especialmente de los peruanos más pobres”.
La primera acusación
constitucional presentada al Congreso de la República por la CIDEF fue la
denuncia a diversos Ministros de Estado, jefes militares y otros altos
funcionarios del gobierno de Fujimori por el uso y abuso de los denominados
dispositivos de urgencia y en particular aquellos que tuvieron carácter de
secretos.
Sería demasiado extenso y
fatigoso para el lector hacer relato minucioso de los delitos contenidos en
esos Decretos por lo que los resumiremos en los siguientes datos:
1.- Durante el gobierno de
Fujimori se expidieron 22 Decretos de Urgencia Secretos de disposición de
fondos públicos de los cuales 14 fueron de fondos de la privatización.
2. Esos decretos no se
publicaron en el diario oficial, no tuvieron, en la mayoría de los casos,
aprobación del Consejo de Ministros y sólo ocho de ellos se enviaron al
Congreso para su aprobación. El secreto fue total.
3.- En muchos casos no se
encontró los documentos físicos que contenían los decretos. Tampoco se encontró
actas de aprobación del Consejo de Ministros.
4.- La mayoría de los
Ministros desconoció la existencia de esos Decretos. Publicamos fotocopia de
ellos para conocimiento de los lectores.
5.- Primero cometían el
delito, luego lo regularizaban. Es decir, primero aprobaban la operación,
disponían del dinero y luego expedían el Decreto.
6.- Antes de expedir el
decreto se creaban empresas de proveedores cuyos accionistas eran testaferros o
miembros de la asociación delictiva como en el caso de la compra de aviones de
Bielorrusia.
7.- Los decretos fueron
principalmente para la adquisición de bienes y servicios de los Ministerios de
Defensa y del Interior.
8.- Se cometieron los delitos
de asociación ilícita para delinquir, malversación de fondos, colusión ilegal,
peculado, falsificación de documentos públicos, negociación incompatible,
supresión, destrucción u ocultamiento de documentos y omisión de denuncia.
Para asombro del lector los
Ministros implicados en la Comisión de tantos delitos sólo recibieron condenar
en el poder judicial de cuatro años de prisión, suspendida.
Vale decir que no pasaron ni
un solo día en la cárcel, en la que debieron estar algunos años.
Quizá muchos tengan la osadía
de postular para parlamentarios el 2011, por que ahora 2010, vivimos casi una
“cultura de la corrupción”.
Son tres los casos
emblemáticos de esos 22 decretos:
1.- Decreto 046-95 Disponen de
67’800.00 de soles para compra de un avión presidencial BOEING 737.
Es escandaloso porque a) no se
podía disponer de recursos de la privatización para comprar un avión al
Presidente b) estábamos en pleno conflicto con el Ecuador. Lógicamente ese
avión no tenía ninguna prioridad c) no hubo licitación, ni concurso de precios
d) no tenía nada de urgente y e) todo se hizo en menos de un mes.
2.- Decreto 02896 se dispuso
de 252’052.420 dólares para comprar 3 aviones MIG de segundo uso en
Bielorrusia.
Este saqueo a los fondos
públicos se inició cuando una empresa de Ucrania presentó una propuesta,
Montesinos la bloqueó y forma con Alberto Venero la empresa W21 INTERTECHNIC
para representar a la compañía TREVES INTORA que también era de un amigo y
socio de Montesinos.
Con fecha 6 de mayo de 1966
emiten el Decreto y el 13 de mayo firman el contrato.
Este Decreto no fue de
conocimiento del Congreso de la República, ni del Consejo de Ministros.
En conexión con este Decreto
se encuentra el 075-96 que fue más escandaloso por el que se destinan 150
millones de dólares para comprar 18 SU-25 a Bielorrusia también.
En ambos casos los decretos se
expidieron después de arreglado el “negocio”. Según declaraciones de Venero
Montesinos recibió 30 millones de dólares por esta compra.
3.- El caso más escandaloso y
por el que Alberto Fujimori fue sentenciado por la Corte Suprema fue el último
Decreto el 081-00 por el que Montesinos recibió 15 millones de dólares en
concepto de CTS pero que por indicación expresa de Fujimori se expidió para
“ejecución de acciones en la frontera con Colombia”.
Así con ese desprecio y
desaprensión se disponía de los fondos públicos, por el propio Presidente de la
República.
Este acto que es ejemplo de desvergüenza
se agravó mas cuando Fujimori se vio obligado a devolver esa suma y entregó 15
millones de dólares que tenía en Palacio. Pero se descubrió que los 15 millones
que se llevó Montesinos eran distintos de los que “devolvía” Fujimori,
simplemente por que eran billetes de distinta denominación.
Demostración simple y sencilla
del volumen de la “caja chica” de Fujimori en el mismo Palacio de Gobierno y
prueba de su cinismo.
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