La ultraderechización del PAP: al servicio
de los poderosos
Artículo publicado en la
"Revista Hildebrandt en sus 13" del viernes 7 de Dic 2012
La más grave crisis del APRA,
causada bajo la conducción de Alan García, no ha sido solamente por la
existencia de una tóxica atmósfera de permisividad con la corrupción dentro del
PAP, y por extensión, en el Estado bajo su presidencia (como la denuncia contra
su ex ministro de Justicia, Aurelio Pastor).
El desprestigio del PAP,
la pérdida de mística y credibilidad, y
su secuela de desaliento y desmovilización de las bases apristas en toda la
república tienen otro factor determinante: la ultra-derechización a la que
sometió, deliberadamente, AGP y su entorno de dirigentes subordinados, al
otrora gran partido fundado por Haya de la Torre.
Para muchos apristas esto constituye alta
traición, que en la historia del APRA es causal de expulsión partidaria, igual
que los actos de corrupción.
Este cambiazo a la
ultra-derecha y la atmósfera de corrupción han enfrentado al PAP con el pueblo,
lo han ubicado como enemigo de los derechos humanos, y explica el rechazo
frontal al APRA por parte de mayoritarios sectores populares (incluidos el
otrora ´sólido norte´ con Trujillo a la cabeza, quechuas y aymaras en la sierra
y sur del Perú, así como de las etnias de nuestra Amazonía) y, por supuesto, de
las clases medias en las zonas urbanas del país.
La ultra-derechización del
PAP, ejecutada por García con su falso “cambio responsable” se manifestó
claramente durante los 5 años de su gobierno. Sea economía, agro, educación,
salud, derechos humanos, seguridad pública, políticas laborales, ambientales
(caso Conga que, por cierto, también incluye al gobierno de Humala), defensa
nacional, ausencia de promoción a las micro, pequeñas y medianas empresas,
puertos (Paita y el Callao) y aeropuertos, relación con poblaciones andinas y
amazónicas (¿para qué?, si son“perros del hortelano” y “ciudadanos de
segunda”); todas estas dimensiones del gobierno han sido marcadas,
arrogantemente, por el signo abiertamente ultra-derechista, y a veces racista,
del régimen de García…en nombre del
APRA.
Inevitablemente, el gobierno
de García, y con él, el PAP, comenzaron a ser no sólo vinculados a la
corrupción, si no también, vistos como binomio antipopular al servicio de
poderosos y, entregados, sin vergüenza, a empresas transnacionales (solícito
AGP se puso a las órdenes, como si lo necesitaran), mientras dejaba de lado los
intereses del Perú y de las mayorías. Es decir, ausencia de unproyecto nacional
de desarrollo que planificara la inversión extranjera en beneficio equitativo
del Perú. Y encima de ello: la corrupción extendida.
Ese fue el gobierno de Alan
García…en nombre del APRA, y por eso la mayoría del pueblo aprista castigó esa
traición no marcando la estrella. ¿Alguien esperaba resultado distinto?.
¿Alguien se extraña, entonces, de los resultados de abril del 2011 en que
Ollanta Humala aprovechó precisamente ese enorme vacío político, dejado por el
APRA histórica, para posicionarse con su promesa, que hoy suena a sarcasmo y claudicación,
de“la gran transformación”?
García y su cúpula son responsables pues, de la desviación
política e ideológica que ellos mismos quieren disfrazar como “pragmatismo
político”, que habría derivado “en el mejor gobierno de la historia”, como
dicen con cínico descaro. Pero culpables son de la debacle, culpa que pretenden
evadir. No hay arrepentimiento.
Secuela de lo anterior son las
minoritarias posiciones fascistas de alegados “apristas” - infiltrados o no -,
cuyo lenguaje y macartismo ignorante los descalifica como tales, y que se
acercan mucho a la llamada “derecha bruta y achorada”. Ese sector exiguo
rechaza con fanatismo que el aprismo histórico sea la izquierda democrática y
por eso en las últimas elecciones apoyó, sin vergüenza ni rubor, la candidatura
de K. Fujimori, con corrupción y todo, como hicieron García y sus dirigentes
subordinados que amputaron cualquier candidatura verdaderamente aprista.
Finalmente, esas posiciones de
ultra-derecha de AGP y su entorno, que comparten con fujimoristas y otros
sectores recalcitrantes de derecha, que históricamente combatieron al aprismo y
enviaron a los apristas a la cárcel o al paredón, están siendo severamente
cuestionadas y superadas en Europa y en los EE.UU... Sobre eso, quizás en otra
oportunidad.
Hoy sí es urgente afirmar: el
APRA, como el Perú, también tiene que reaccionar.
Lima, diciembre de 2012
"APRENDAMOS
A DISCREPAR Y A TOLERARNOS MUTUAMENTE
...SIN
COMPLICIDADES NI CLAUDICACIONES”
VICTOR RAUL HAYA
DE LA TORRE.
“Si no hay
ideología, no hay ética política. Eso nos deja el Alanismo.”
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