Por Froilán González y Adys Cupull
En el siglo XIX, a una
mexicana la hicieron famosa en los
circos y ferias de Estados Unidos, Canadá y Europa por padecer una enfermedad
que le produjo que su cuerpo estuviera cubierto
de pelos negros y gruesos, la mandíbula
simiesca y de 1.37 metros de estatura.
La historia comenzó cuando
Theodore Lent, un negociante de Nueva
York respaldado por poderosos intereses circenses norteamericanos le propuso matrimonio. El
interés no era amoroso, sino comercial, para mostrarla a los incautos como el
"eslabón perdido" entre los monos y los hombres.
Muy pronto en Nueva York se
dieron cuenta de la estafa y el negociante
se convirtió en empresario y la
presentaba como la mujer más fea del mundo y se casó con ella. Aprendió
a cantar con voz melodiosa de mezzo-soprano, tocaba la guitarra y bailaba con
gracia. Todo lo que el empresario le exigía.
Llegó a Londres en 1857 precedida por la
propaganda que había despertado en las ferias y circos de Estados Unidos e
inició una larga gira por varias
capitales europeas. En Moscú, el 20 de marzo de 1860 dio a luz un
niño que heredó su enfermedad y murió a las 35 horas de nacido; ella falleció
cinco días después.
La verdad comenzó a conocerse:
Se trataba de la señora Julia Pastrana, nacida en Sinaloa, estado de México y
explotada por un grupo de estafadores, quienes autorizaron que los cuerpos de
la señora y su hijo fueran embalsamados.
Los exhibieron durante más de una década
en los principales circos europeos y fueron cambiando de dueños hasta que en
1973 tuvo su última gran gira por Suecia.
Después los vendieron a un museo de Noruega, donde estuvo en
exhibición hasta que se perdió el interés comercial y pasó a los fondos de la
institución.
Este suceso denigrante ocurre
también en el presente siglo: no se puede ocultar la semejanza con la mujer que
a manera de circo visita uno y otro país para hacer y decir lo que su patrones
le ordenan, mientras que la mayor parte
del dinero va a parar a los bolsillos de
los que la representan.
Eladio González, director del
Museo Che Guevara de Buenos Aires hizo
un cuestionario [En realidad se refiere al cuestionario de Salim Lamrani, que
fuera divulgado, entre otros, por Eladio. N. del E.] y en la pregunta número 40 cuestiona:. ¿Qué intereses se
esconden detrás de su persona? Todavía espera la respuesta.
Para muchos está claro que
ella no es ella, si no la vocera o la cara visible de fuertes intereses
derechistas, fascistas y anticubanos de
Estados Unidos y Europa. Ella es la cantante y bailadora de un espectáculo
cruel que reduce su dignidad y cada vez
se torna más aburrido.
El viaje a Brasil fue para
tratar de afectar las relaciones de ese
país con Cuba y el de Argentina con iguales
propósitos, defendiendo los intereses ultraconservadores de Estados
Unidos.
¿Cómo explicar que a alguien
en su sano juicio se le ocurra solicitar una visa a una embajada, no importa el
país, con dos días de anticipación?. Salvo que sea una cuestión de estado o un
grave problema familiar y por razones netamente humanitarias, que no es el
caso.
El interés verdadero de esos
poderosos intereses que se esconden tras su persona, era proceder de esa forma para afectar a los
funcionarios argentinos en La Habana, al Ministerio de Relaciones Exteriores de
ese país y hasta la presidenta Cristina Fernández.
Hoy todo esta más claro, Yoani
Sánchez es invitada especial del Clarín de Buenos Aires y los programas
televisivos que están en sintonía con la Embajada norteamericana y su Departamento de Estado.
El periodista argentino Emilio
Marín escribió que ya en 2008 John Negroponte, por entonces Subsecretario de
Estado de los EEUU, intervino en la XXXVIII Asamblea de la OEA realizada en
Medellín, por el tema “La Juventud y los valores democráticos” y expresó:
“Yoani Sánchez explica al
mundo las dificultades de la vida en Cuba. Sigue siendo un brillante ejemplo
del valiente espíritu del pueblo cubano” dijo Negroponte, funcionario de la CIA
que intervino en la guerra de Vietnam, estuvo con Kissinger en el “plan Cóndor”
en América Latina, fue embajador en Honduras en los años '80 con asistencia a
los contrarrevolucionarios nicaraguenses y en contra de la guerrilla en El
Salvador y representante de George W. Bush en la ONU en tiempos de la invasión
a Irak y las torturas en Abu Ghraib.
Esos tempranos elogios de
Negroponte surtieron efecto, porque el 8 de noviembre de 2012, la Sociedad
Interamericana de Prensa (SIP) nombró a Sánchez como vicepresidenta regional
por Cuba de su Comisión de Libertad de Prensa e Información. El comunicado emitido
desde Miami dijo que “su tarea principal será el monitoreo de la libertad de
prensa en su país; Sánchez aceptó la vicepresidencia regional por Cuba de la
Comisión, considerada la piedra angular de la SIP, tras ser consultada por
autoridades de la organización”.
Se sabe que la SIP es la
piedra angular del Departamento de Estado, para condenar políticamente a
gobiernos que defienden puntos de vista nacionales, y soberanos, como Chávez,
Rafael Correa, Evo Morales y Cristina Fernández de Kirchner, que hacen intentos
democratizadores de la comunicación.
En este sentido, Yoani Sánchez
es una aliada de Clarín y “La Nación”, y funcionaria de la SIP, por lo tanto
una enemiga de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisuales, ley 26.522.
El primero de abril será un
punto culminante en la larga gira de Yoani Sánchez cuando le entreguen en Miami
la Medalla Presidencial que le concederá la institución educativa Miami Dade
College (MDC), estará en la misma nómina de
José María Aznar y Álvaro Uribe.
Seguramente los argentinos y
muy especialmente Eladio González, director del museo Che Guevara, tendrá
nuevas preguntas para Yoani Sánchez:
¿Qué piensa del papel que tuvo
la embajada norteamericana en Buenos Aires con la represión de las dictaduras
y los más de 30 mil desaparecidos
durante la operación Cóndor?
¿Qué piensa de los dos
funcionarios diplomáticos cubanos y una empleada argentina que fueron
secuestrados, torturados, asesinados y
desaparecidos en Buenos Aires?
¿Condenaría la ocupación de
Inglaterra sobre las Islas Malvinas?
Pero debe esperar que Yoani
Sánchez consulte a John Negropontes y este le dicte lo que debe decir.
Recibido por correo
electrónico
No hay comentarios:
Publicar un comentario