Cuando llueve todos se mojan |
Iván Slocovich Pardo
El presidente Ollanta Humala
estuvo muy efusivo ayer en Ate-Vitarte, al extremo de que quizá crecido por la
popularidad que ostenta en las encuestas, o a lo mejor llevado por los buenos
recuerdos de la campaña electoral de hace dos años, se subió al estrado frente
a la plaza y salió con la pierna en alto a atacar a los gobiernos anteriores y
a atribuir el crecimiento económico no a algunos "panzones", sino al
esfuerzo de todos los peruanos que se fajaron para salir del hoyo en que nos
encontrábamos desde hace mucho.
No es ningún secreto que el
actual gobierno encontró la mesa servida y que la cosa se iba en piloto
automático; y quizá su mejor logro hasta el momento haya sido no aplicar las
barbaridades que el propio humalismo ofreció hasta el final de la primera
vuelta electoral del 2011. Sin embargo, el régimen tiene hoy una misión vital,
que es la de generar las condiciones para permitir que la economía siga en alza
en los próximos años y no nos quedemos estancados.
Lo señalo porque dudo que con
el sistema escolar público que tenemos, y con algunas de las universidades que
existen, muchas de ellas privadas, contemos en el mediano plazo con los
profesionales que requiere un país competitivo como el que anhelamos. Por eso
urge mejorar el nivel de la educación estatal en el Perú y supervisar la
calidad de la enseñanza superior, que en muchos casos se ha convertido en nada
más que un negocio que no beneficia ni al país ni a los jóvenes egresados.
También hay mucho por hacer en
materia de seguridad. Si la violencia no se controla en las calles, ¿se podrá
atraer más inversión que genere empleo? Si no se pone en vereda a las bandas de
indeseables y no se ordenan los penales de todo el país, que son guaridas de
hampones que siguen extorsionando, ¿con qué cara les decimos a los empresarios
y turistas que vengan al Perú a traer su plata? Recordemos que la Embajada de
Estados Unidos acaba de pedir a sus ciudadanos que no visiten Cusco ante una
alerta de secuestro.
De igual forma, el humalismo
debe de tomar como un gran reto, entre otros igual de importantes, el
fortalecimiento de la infraestructura de carreteras y puertos, sobre todo si
queremos incrementar las ventas al exterior. ¿Con esas pistas de un solo carril
y terminales obsoletos como los de Salaverry, en La Libertad, capital peruana
de la agroexportación, queremos movilizar a precios competitivos las toneladas
de mercancías que esperamos seguir produciendo en los próximos años?
Sea porque el crecimiento
económico se deba a los "panzones" o al esfuerzo de los ciudadanos de
a pie, lo que corresponde al presidente Humala y a su gobierno es mirar hacia
adelante y generar las condiciones para que en el futuro no se nos venga un
"frenazo". Si queremos llegar al bicentenario de la Independencia con
crecimiento y bienestar, corresponde al actual régimen eliminar las trabas y
despejar el camino que, como vemos, tiene serios obstáculos.
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