Este investigador señala que
no es el único caso y denuncia la sobrevaloración y la sobrefacturación en la
realización de muchas obras de la gestión de Castañeda, utilizando organismos
internacionales para lograr una supuesta rapidez y eficiencia, pero a la vez
librándose de la fiscalización de la Contraloría General de la República.
El autor del libro explica que
la historia de Comunicore empieza en 1995, cuando
se firma el contrato para limpieza de calles entre ReLima y la Municipalidad Metropolitana de Lima, pero el acuerdo no
especificaba si los pagos incluían el Impuesto General a las Ventas (IGV).
En 1998, mediante un
arbitraje, se acordó que las dos partes pagarían el IGV, adeudado en partes
iguales, y a las facturas futuras de
ReLima se les sumaría un adicional correspondiente al 50% del IGV, pero
esto no se cumplió.
La Municipalidad de Lima, que
dirigía Castañeda, a través de su gerente financiero Juan Blest García,
solicita el cumplimiento del porcentaje adicional acordado. Luego de
negociaciones, la municipalidad hace el cálculo de la deuda por la suma de 35.9
millones de soles.
Paralelamente comienzan los
tratos con ReLima para renovar
contrato por 10 años. En agosto del 2005, el contrato es renovado y se coordina
dos opciones para el pago de la deuda, ya sea en 10 años o el pago al contado
en el primer trimestre del 2006.
De pronto, la empresa
Comunicaciones Corporativas y Representaciones S.A (Comunicore) compró la deuda a ReLima por 14.5 millones de soles, el
20 de diciembre del 2005
En enero del 2006,
aprovechando las fiestas navideñas, la Municipalidad de Lima pagó en una sola
armada la deuda original de 35 millones de soles. Luego la empresa se disolvió
y no se sabe de ella. De esta manera Comunicore logró
cobrar esta deuda en dos semanas, lo que no consiguió ReLima en 7 años, apropiándose de 21 millones de soles.
Eso no fue todo, sino que las
personas encargadas de cobrar fueron gente humilde, utilizadas por el operador
Joule Handi Vila Vila, a quienes se les pagó apenas 100 soles por cobro. Por
ejemplo, se utilizaron a 11 personas para girar cheques girados por la alcaldía
de San Miguel por un total de S/. 594,646. En el Callao, 16 personas recibieron
pagos del Fondo Municipal de Inversiones por S/. 503,447, y cinco de estas
personas aparecen como proveedores de la alcaldía de Cajamarca por más de 290
mil soles.
Una vez que Comunicore realizó los cobros, a través de intermediarios,
cambió su denominación a Grupo Esaróstica Contratistas Generales, pero que sus
directivos eran vecinos de condición económica poco solvente.
Castañeda fue denunciado por
estas acciones irregulares ante el 12 Juzgado Penal de Reos Libres, el 16 de
diciembre del 2011, por los delitos de colusión desleal y malversación de
fondos.
Castañeda pagó 30 mil soles
para que continúe afrontando su proceso bajo la medida de comparecencia y
librarse del mandato de detención preventiva. A principios del 2013 el juez
admitió el recurso de excepción de naturaleza que tramitó su abogado defensor y
exfiscal superior Mateo Castañeda.
La resolución judicial dice
que “no existía concertación entre Castañeda, ReLima y Comunicore” al
momento de realizar el millonario pago, aduciendo que este pago “no afecta al
patrimonio del Estado”.
INCREMENTO EN LAS OBRAS
El profesor Calla también
denuncia que la gestión de Castañeda cometió irregularidades al incrementarse
el precio inicial de las obras con sobrevaloraciones en el transcurso de la
ejecución.
La Organización Internacional
para las Migraciones (OIM) fue favorecida para las contrataciones de 180 obras
de la Municipalidad de Lima, ganando 44 millones de soles en un listado de
obras por casi 1,300 millones de soles.
Las famosas 500 escaleras que
mandó a construir debieron costar 24 millones de soles, pero terminaron
costando 46 millones. Por otro lado, el intercambio vial Puente Piedra se
inició con la cantidad de 15 millones de soles y terminó costando 9 millones
más.
Otro caso es el intercambio de
la avenida Venezuela que empezó con 45 millones de soles y terminó costando 12
millones más. También la Vía Expresa Carril Central debió costar solo 6
millones de soles, pero se multiplicó por cinco hasta llegar a 30 millones. Un
caso grave fue la construcción del intercambio vial Habich, que se calculó que
costaría 8 millones y medio de soles, pero “se inflaron los costos hasta llegar
a 67 millones”.
EL Metropolitano
El autor de “La mafia amenaza”
sostiene que el valor y estimado del estudio de inversión de El Metropolitano fue
de 50 millones de soles, pero incluso recortándose trayectos del proyecto
inicial, terminó costando más de 300 millones de dólares.
Los abogados de Castañeda
dijeron que las obras se encarecieron debido a la implementación de accesorios
(semáforos y cámaras de videovigilancia). Justificaron también que el
incremento se debió a las variaciones en el tipo de cambio del dólar y el
aumento del precio de los materiales de construcción.
Javier Solís
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