EL FACTOR APRA. Donde se narran
las pugnas internas del Partido Aprista que terminaron en su apoyo al SÍ este
17 de marzo. Y de cómo la Casa del Pueblo alista a su tropa para revocar a la
alcaldesa de Lima. Además: el inescrutable ajedrez de Alan García.
Marco Sifuentes.
No fue un aprista la primera
persona en anunciarle al mundo que el apoyo del Apra al ‘Sí’ era definitivo.
Algunos apristas venían
coqueteando con la idea de apoyar la revocatoria ya desde el 2011 pero una
decisión partidaria, orgánica, oficial, necesitaría de la bendición de las
distintas instancias de dirigencia del partido. Esto no ocurrió.
O, mejor dicho, ocurrió pero
mucho después de que el pastor Linares lo anunciara en Twitter:
–A nombre de Profamilia quiero saludar el apoyo formal por la
revocatoria del ‘Sí’ al partido histórico del Apra. Confirmado hoy en su
plenario.
Enviado a las 3:01 pm del 9 de
diciembre del 2012.
El plenario al que se refiere
el líder evangélico y “columna vertebral” de la revocatoria, José Linares,
había ocurrido solo unas horas antes.
O, mejor dicho, no había
ocurrido. Se había convocado para ese día, a las 9 de la mañana, pero acudieron
solo una decena de dirigentes distritales. A las 11:20 se suspendió todo por
falta de quórum.
Tres horas y 40 minutos
después, el pastor Linares, adelantándose en días al anuncio oficial de los
compañeros, saludaba el “apoyo formal” del Partido Aprista. ¿Qué había pasado?
¿Cómo es que el revocador estaba tan seguro de que se había tomado una decisión
que ni siquiera se había discutido?
Para entender el proceso
interno del aprismo habría que retroceder hasta abril del 2011.
CRISIS Y OPORTUNIDAD
Hacia abril del 2011, el
Partido Aprista languidecía. De tener mayoría absoluta en el Congreso, ahora se
quedaba con solo cuatro legisladores. Su candidata presidencial, Mercedes
Aráoz, había abandonado la contienda en medio de hostilidades poco fraternas.
Algo parecido o peor había sucedido, meses antes, con su candidato a la
alcaldía de Lima, Carlos Roca.
Ante el descalabro, los
miembros del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) pusieron su cargo a disposición.
El CEN está encabezado por Jorge del Castillo (como Secretario General
Político) y el ex presidente regional de Ayacucho Omar Quesada (representante
de “los cuarentones”, como Secretario General Institucional). Aquí, quien suele
tener la mayoría de votos, dependiendo de la asistencia de los miembros, es Del
Castillo.
Para elegir al CEN hay que
convocar a un Congreso Partidario, en el que los militantes votan por los nuevos
miembros. Desde el 2011 se dice que se va a convocar a este Congreso Partidario
para remplazar a quienes pusieron sus cargos a disposición hace casi dos años,
pero esto aún no ha ocurrido.
Pero ya va a ocurrir. Hace
unos meses, se anunció que el Congreso Partidario ocurrirá entre el 15 y 17 de
febrero de este año, es decir, en pleno proceso de revocatoria. Esto explica el
ferviente activismo de varios militantes hasta ahora desconocidos por el
público en general pero que piensan adquirir protagonismo en estas semanas con
miras a la inminente elección del CEN. Sobre ellos volveremos más adelante.
Pero también existe otra
instancia de dirigencia aprista, elegida menos democráticamente pero con mucho
más poder, ahora, que el CEN. Se trata de la Comisión Política, antes llamada
Dirección Política, integrada por 12 de los militantes más destacados del
partido (ver recuadro), que, para mayor comodidad del ex presidente García,
suelen reunirse en el Instituto de Gobierno de la Universidad San Martín, en
Miraflores.
Dentro de la Comisión
Política, los más entusiastas por la revocatoria, ya desde fines del 2011,
fueron Mauricio Mulder y Carlos Arana.
–Ante una situación caótica, el partido debe tomar una decisión
orgánica –decía Mulder.
Una de las razones internas
más poderosas era que involucrarse en un proceso así sacaría al partido del
marasmo en el que se encontraba, le permitiría flexionar sus músculos y entrar
a una dinámica de movilización que revitalizaría al partido. Marco Tulio
Gutiérrez ya había contactado con Arana para pedirle ayuda en el proceso de
recolección de firmas.
Pero los dos secretarios
generales, Del Castillo y Quesada, ambos con experiencias como autoridades
locales y regionales, tenían reparos frente a la figura de la revocatoria.
Finalmente, se decidió que se
escucharía a ambas partes. El 23 de enero del año pasado, Marco Tulio Gutiérrez
y Gustavo Guerra García, por separado, expusieron sus posturas ante un lleno
total en el Aula Magna de la Casa del Pueblo.
Un par de días después, 21
delegados distritales votaron por abstenerse de participar en el proceso. Solo
5 votaron por el ‘Sí’. Por el momento, el Apra se mantendría al margen.
–Pero de Fuerza Social ni siquiera nos dijeron gracias. No tuvieron ni
un solo gesto con nosotros.
Nada –dice un alto dirigente
aprista que solía estar por el ‘No’–. No aprovecharon para tender puentes. No
saben hacer política. Una sola muestra de afecto y agradecimiento hubiera
evitado todo esto.
UNIDOS A VENCER
Durante todo el 2012 el CEN
dejó en libertad a los compañeros respecto del proceso de revocatoria. Mulder y
Arana, cada uno por su lado, siguieron en campaña.
Carlos Arana, uno de los que
más masas mueven en el partido, manejó algunos de los planillones de firmas que
Marco Tulio Gutiérrez presentó en octubre, cuando finalmente se dio luz verde
al proceso. En una entrevista reciente, Mulder aseguró que el 5% de firmas
presentadas son obra de militantes apristas.
Pero esos eran apoyos espontáneos.
El partido seguía sin tomar una decisión.
–Hasta La Parada. Ese fue un punto de quiebre –dice un miembro del CEN.
Las reacciones al desalojo de
La Parada, el entusiasmo de los militantes por la revocatoria y el análisis de
las cifras terminaron de convencer a la más alta dirigencia de algo: la
revocatoria era un huaico inevitable y, además, conectaba con los sectores populares.
–Que venga la ola democrática purificadora –dijo Hugo Otero, publicista
y hombre muy cercano a García.
El partido decidió correr esa
ola. Pero tenía que guardar las formas. Así que, en diciembre, se convocó dos
veces a un plenario de los secretarios generales distritales y sectoriales de
Lima Metropolitana. Pero las dos veces acudió casi nadie.
La segunda vez fue ese domingo
9 de diciembre. Fernando Arias, miembro del CEN y simpatizante del ‘No’, llegó
puntual a las 9 de la mañana solo para encontrar que el Aula Magna estaba
ocupada por dirigentes y trabajadores de El Hueco, que llevaban a cabo una
reunión allí. Le dijeron que el plenario se había trasladado a la sala Víctor
Raúl. Allí espero, absolutamente solo, hasta las 10 de la mañana.
Aburrido, Arias decidió irse.
A su salida vio a unos diez dirigentes conversando, liderados por Miguel Rosas,
coordinador general del Comité Ejecutivo Metropolitano y aspirante a
convertirse en el nuevo Carlos Arana. “Miguelito” Rosas, como lo conocen por su
simpatía, es una de las figuras que tiene en la mira el próximo Congreso
Nacional. Se ha movido bien. Dentro del partido está adquiriendo fama de ser
uno de los brazos ejecutores de Alan García.
Al día siguiente, Carlos
Arana, uno de los que habían convocado al plenario, le dijo a Arias que había
llegado a las 11 y que, al no encontrar quórum, declaró suspendida la sesión.
Es más, Arana le enseñó a Arias el documento de suspensión de la sesión en su
celular.
Ninguno de los dos había visto
el tweet del pastor Linares y ninguno de los dos sabía que había un documento
circulando con los supuestos acuerdos tomados en ese plenario, entre ellos la
decisión de apoyar el ‘Sí’.
El documento, impulsado vía
correo electrónico por “Miguelito” Rosas, el nuevo brazo ejecutor de García,
apareció con las firmas de 43 comités distritales y sectoriales, salvo el de La
Victoria.
A pesar de que el Plenario
nunca ocurrió, la Comisión Política, con García a la cabeza, se reunió el
miércoles 12, en el Instituto de Gobierno, para “evaluar” sus resultados.
Aseguraron que harían suyo el pronunciamiento por el ‘Sí’, ya que era un pedido
de sus bases. Además, postergaron el Congreso Nacional hasta el 7 de mayo del
2013, para no distraerse del proceso de revocatoria.
Finalmente, el jueves 13 de
diciembre, Mauricio Mulder, a través de Twitter, anunció que el Apra apoyaría
la revocatoria y adjuntó el documento con el acuerdo del plenario.
Lo cierto es que la decisión
ya estaba tomada desde antes, desde muy arriba, y ya estaba coordinada con los
revocadores. La mejor demostración, para algunos, es el entusiasta y tempranero
tweet del pastor Linares, de las 4:01 pm del domingo 9 de diciembre, sobre un
plenario que no había ocurrido o que, más bien, estaba ocurriendo por mail.
–Yo acataría disciplinadamente si todo esto fuera regular –dice
Fernando Arias, el testigo del no-plenario, que anuncia su voto por el ‘No’–.
Pero fue una pantomima.
La reunión del CEN, ocurrida
recién el miércoles de esta semana, en teoría, es la oficialización del apoyo
del partido al SÍ. Pero no ha sido mucho más que la ejecución de la política de
los hechos consumados. En esta reunión, el principal argumento fue que ya la
decisión era pública y que no había que mostrar dividido al partido.
Pero si bien la decisión de
subirse a la ola vino desde lo más alto, la mayoría de bases no la han tomado
como una imposición, sino, al contrario, la han recibido con entusiasmo.
IDEOLOGÍAS Y ANTIPATÍAS
–Si fuera al revés, ellos nos revocarían a nosotros –dice un militante,
refiriéndose a lo que llama “el sector caviar” de la municipalidad.
Para los apristas, dirigentes
y de base, Susana Villarán representa a un sector de la izquierda que les
mezquinó los logros del gobierno aprista y los petardeó constantemente en los
medios.
–La señora es antipática para el partido –dice otro aprista– y para
Alan. El ego de Alan no olvida fácilmente.
Los ataques de la alcaldesa al
Cristo del Pacífico y el Tren Eléctrico están marcados a sangre y fuego en los
apristas de distintos niveles. Ambos temas aparecían en todos los debates que
se hicieron alrededor de la revocatoria.
–Esta es una reedición de la bronca histórica de apristas contra
comunistas –dice un dirigente–. El aprista de base se puede identificar
mucho más con este proceso que con nuestro segundo gobierno, al que sentía
derechizado y ajeno.
Esa identificación ideológica
hace que el aprista se involucre más en la campaña. La cercanía del Congreso
Nacional es otro acicate, especialmente para las compañeras. Se ha decidido que
es mejor que una mujer sea enfrentada por otras mujeres.
Por eso se designó a Nidia
Vílchez como vocera, aunque muchos preveían, como sucedió, que el ‘No’
resucitaría su pasado cercano al Comando Rodrigo Franco.
–Era previsible que le iban a sacar eso. A veces creo que Alan lo hace
para quemar a la gente –dice un dirigente–. Nadie sabe muy bien qué pasa por su
cabeza de Maquiavelo.
Otra mujer que pretende estar
muy activa en campaña es Evelin Orcón, quien publicó en su Facebook la
fotografía en la que se le ve desayunando junto a Marco Tulio Gutiérrez y
Mercedes Cabanillas. Orcón es la principal operadora de Mulder, ha sido
regidora de La Victoria y dirigenta de los canillitas de El Porvenir. Según el
mismo Mulder, es una “gran oradora”.
La esposa de “Miguelito” Rosas
tampoco ha perdido la oportunidad. Brucy Carpio de Rosas es la dirigenta que
lideró al grupo de apristas que fue a protestar a la margen del río Rímac
apenas empezaron los problemas del desborde.
Esa fue la primera de una
seguidilla de protestas inminentes.
LA CAMPAÑA DEL ‘SÍ’
Nidia Vilchez con los colores de SOLIDARIDAD |
La consigna es organizar
manifestaciones en cada obra inconclusa y por cada promesa incumplida. Si esta
semana usted ha visto que resucitó en los medios el tema del túnel Rímac-San
Juan de Lurigancho no es casualidad. Esa obra, aún sin terminar, fue el primer
incidente de la administración Villarán y ya estaba olvidada por todos, hasta
que volvió a la agenda gracias al impulso aprista.
La campaña por el ‘Sí’ promete
ser de una eficiencia demoledora, diseñada para contrastar con la del ‘No’.
La idea es que sea una campaña
espontánea y sencilla. Comparemos. El lema del ‘No’ es “Lima no puede parar”,
que en el aprismo interpretan como un mensaje único y, a la vez, enrevesado. En
cambio, al otro lado su lema es “Revocatoria ‘Sí’”. Nada más. El votante
rellena ese ‘Sí’ con su frustración particular.
–Aquí caben todos los motivos –ha dicho Hugo Otero–. “Voy a votar por
el ‘Sí’ porque apesta mi calle y Susana Villarán tiene la culpa”. ¿Por qué esa
es una razón menos válida que las del ‘No’?
Otro ejemplo: el ‘No’ tiene un
color, el celeste, impuesto desde arriba. En cambio el ‘Sí’ es de varios
colores: amarillo, verde, rojo, negro.
–El ‘No’ aparece bien vestidito –dice uno de los ideólogos del ‘Sí’–.
En cambio, el ‘Sí’ es cholazo, es un desorden, eso conecta con la gente.
El Apra no va a dirigir la
campaña del ‘Sí’, no podría. Lo que van a hacer es subirse a la ola. Según el
análisis de la dirigencia, la revocatoria es la expresión de una política que
ha regresado a la calle, que ya no cree en las instituciones, que quiere
arrasarlas y que ha encontrado un mecanismo para expresarse.
–El ‘Sí’ es de la gente que ve que el país crece y crece y no les
funciona. Quieren un trato igualitario, pero ¿qué reciben? –se pregunta el
estratega–. Lo de La Parada, por ejemplo, es la imposición de un orden
occidental, clasemediero, miraflorino, villamariano. No es el orden de nuestros
sectores populares. Nadie quiso negociar de igual a igual con ellos. Ahora les
van a dar una lección.
EL AJEDREZ DE GARCÍA
Para los apristas es evidente
que el ‘No’ va a intentar capitalizar el viejo antiaprismo limeño. Por eso es
que Alan García no va a aparecer enfrentando directamente a Villarán y se
presenta, más bien, como un “militante disciplinado”.
Pero ese también, a los ojos
de los estrategas, podría se otro error del ‘No’.
–La fuerza de García –dice el ideólogo– estaba en Lima en el segundo
gobierno. Ya no es una plaza esquiva. El Apra del crecimiento, de las
inversiones, tuvo su porcentaje más fuerte en Lima. El Apra es chola y ahora es
chola urbana.
Por eso es que, para muchos
apristas, no es del todo cierto eso de que el Apra está jugando para Castañeda.
Algunos creen que, luego de esta acumulación de fuerzas que será el proceso de
revocatoria, el Apra no necesitaría de Solidaridad en Lima.
–El que es capaz de comprender un momento triunfa. Eso ha pasado
históricamente.
Pero lo cierto es que Otero se
habría reunido ya algunas veces con Castañeda, en un intento por suavizar su
imagen. Otro embarcado también en la campaña sería Alfonso Baella, artífice del
éxito de PPK en las redes sociales y que ya habría lanzado un globo de ensayo
en Navidad, con el insólito saludo de Castañeda en Youtube y el relanzamiento
de su cuenta en Twitter.
Intentamos comunicarnos con
Baella para confirmar su participación pero nuestros intentos fueron
infructuosos. Baella y Otero se conocieron durante la campaña de PPK, al cual
ambos asesoraron. Consultado telefónicamente, Otero negó ser "el Favre del
‘Sí’", pero admitió que, si se le consulta, él responde.
–Como aprista, ayudo desinteresadamente –nos dijo– y lo voy a hacer
hasta que me muera porque me entretiene.
Quienes conocen a Otero dicen
que no se involucraría en ninguna campaña sin la bendición de García. Otros
compañeros, más suspicaces aún, especulan que lo que García quiere es desgastar
al partido, debilitarlo, para fusionarlo en una alianza de partidos del 2016,
una alianza en la que él, evidentemente, sería el candidato.
De hecho, hace un mes en una
reunión social, Alan García, quien a esas alturas ya estaba seguro de que
Villarán sería revocada, se encontró con PPK y le dijo:
–¿Por qué no te lanzas a la alcaldía? Eso es lo que te gusta, que son
obras y no tienes que preocuparte por la inflación ni por todo lo que se ocupa
el presidente.
En realidad resulta difícil
desentrañar la hermética apuesta a mediano o largo plazo de García. Pero en el
corto plazo sí es clara: conectar al partido con los sectores populares de
Lima; reconectar a la militancia con la dirigencia y a la dirigencia con la
ideología; y revitalizar el partido, ejercitarlo, colocarlo de nuevo en el
centro de la política.
Y, si en el camino tienen que
tumbarse a la alcaldesa de Lima, que así sea.
–Esto le está dando –dice un estratega– un nuevo aire, hermosísimo, a
la política.
LOS DOCE DE LA COMISIÓN POLÍTICA
Solo tres de sus integrantes
fueron elegidos por la militancia: Javier Velásquez Quesquén, que la encabeza;
Nidia Vílchez, la vocera; y el ex viceministro de Trabajo Javier Barreda.
Asisten también Del Castillo y Quesada, en su calidad de secretarios generales
del CEN. Y, cuando está de humor, la preside el mismo Alan García, quien además
ha invitado a ella a Carlos Arana, Mauricio Mulder, Mercedes Cabanillas y al ex
congresista loretano Augusto Vargas. También son invitados, pero están
suspendidos mientras se investigan sus acusaciones de corrupción, Aurelio
Pastor y Fernando Barrios. Ellos son, por el momento, las doce cabezas del Partido Aprista.
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