¿EL MAS SALVA A LA IZQUIERDA? |
Entrevista al periodista Raúl
Wiener sobre la situación y futuro de la izquierda, publicada en el periódico
Patria Roja de noviembre.
Ø A la luz de la experiencia, ¿Qué lecciones
puede sacar la izquierda de su relación con Ollanta Humala?
Me parece que lo más fácil
sería decir que no hay que juntarse con militares o personajes providenciales,
pero con votos, como si ese hubiera sido el único tema del ascenso de Humala
desde por lo menos el 2005. Yo creo que Humala realmente encarnó un sentimiento
popular, democrático y nacionalista, que estaba a flor de piel en el país y a
la izquierda se nos hacía difícil ver por el acumulado de derrotas y
decepciones previas. Hubo un movimiento legítimo de masas detrás del comandante
y un programa de demandas, que Humala traicionó desde el poder. ¿Tenía que
haber sido así? En otros lugares no fue así. Chávez no traicionó, ni Correa, ni
Evo. Por tanto era un problema de lucha, no meramente de escoger personas. No
nos preparamos para una lucha como la que vendría si se alcanzaba el gobierno,
y nos quedamos contemplando como la derecha nos robaba la victoria. Ni siquiera
hubo una reacción nacional para que Humala cumpliera lo ofrecido. Salvo
Cajamarca, donde hubo una combinación entre la indignación por la traición con
la vieja lucha por Yanacocha.
Ø ¿Quién fue el gran ganador del proceso
regional y local?
Creo que ha habido un profundo
giro a la derecha en el país. Puede que a primera vista apreciemos otra vez el
triunfo de regionalismos y localismos, pero en su mayoría están a la derecha
del período anterior. La derrota en Lima, que facilitamos con nuestros errores,
en la que el ganador de extrema derecha alcanza 50%, está haciendo soñar a la
reacción de que pueden ganar en primera vuelta el 2016. Claro, en este contexto
resalta que Cajamarca no sólo no se haya dispersado y confundido, por la
presión de los medios y el gobierno, sino que haya impuesto un victoria
apabullante a la derecha prominera.
Ø ¿Es el fin del sólido norte?
Yo creo que hace tiempo que no
hay sólido norte, en el sentido de regiones apristas. A Alan García no le
interesa nada que haga recordar a las tradiciones del viejo partido. Por eso ni
siente el fracaso en La Libertad, que era lo único que les quedaba. Lo que
reemplaza a la estrella, sin embargo, es un modelo de empresa-partido-Estado,
muy peligroso que se construye exclusivamente con dinero y que va contratando
candidatos por todo el país, y que ya logró consolidar posiciones en
departamentos claves del norte.
Ø ¿Cuáles son las causas de la crisis de los
partidos en general y de los de la izquierda en particular?
El sistema de partidos
peruanos está quebrado. Y lo irónico es que los que más duramente denunciaron
que los partidos habían derivado a convertirse en grupos de interés que
medraban del Estado y que no podían resolver los problemas de la gente, crearon
maquinarias de reemplazo mucho peores: “partidos instantáneos”, armados para
cada ocasión electoral, nuevos caudillos salidos de la nada, grupos de interés
en busca de entrar al Estado, empresarios dispuestos a financiar estos
“emprendimientos”, en su beneficio.
Ø ¿Le dio esperanza el FA en su acto de lanzamiento y luego de su
primer encuentro?
Suelo ser iluso, y creo que lo
que estoy viendo lo ven otros. Yo estaba seguro que si nos uníamos para sacar
adelante a la izquierda, todos nos daríamos cuenta de inmediato que eso sólo
podría ser efectivo si nos preparábamos para una buena pelea política en Lima Y
Cajamarca. Yo creía que hacer el Frente Amplio era sentarse y plantearse cómo
debíamos dar la batalla para que Susana retenga la alcaldía de Lima o salga
bien colocada de la elección, y Goyo se imponga como el candidato de todas las
izquierdas en Cajamarca. No era que a mí me gusta este candidato y este no. O
que en Lima pido democracia de un militante un voto (para lo que faltan
muchísimas condiciones), que no las exige en otra parte. En realidad contra lo
que pensé, el novísimo Frente Amplio volvió a postergar como antes los
problemas candentes y estuvimos unidos hasta el día anterior a que nos
dividimos.
Ø ¿Qué implicancias tienen la victoria del
MAS de Cajamarca y la derrota de Susana Villarán en Lima?
La victoria del MAS ha salvado
a la izquierda de ser borrada del mapa. Hay otras implicancias políticas
nacionales, pero para izquierda ha sido como el gol de honor. La derrota de
Susana, en cambio, es aplastante no sólo para la izquierda, incluido aquella
que cree que resuelve el problema con decir que ella “no me representa”, sino
de la alianza con una corriente progresista que comprende artistas,
intelectuales, muchos jóvenes, movimiento gay, grupos antidiscriminación, etc.,
que son los que asustan a Cipriani y a los líderes evangélicos y que son el
complejo potencial de diversidad que aporta Lima. Ellos también han sido
derrotados y se estarán preguntando si no es por andar con la izquierda que les
fue mal.
Ø ¿La izquierda tiene más posibilidades
de desarrollo en las regiones que en
Lima?
Yo creo que la izquierda es
uno de los sectores más descentralizados de la política peruana. Cada región
casi hace su política propia. El problema ahora es cómo hacer que en medio de
muchas estructuras regionales y locales fuertes, se las pueda ordenar para
apuntar más o menos en una
dirección.
Ø ¿Cómo ve la participación de la izquierda
en las elecciones del 2016?
Con desconfianza. Creo que
todos los debates de estos días, van a volver sin que haya una pauta para
determinar donde estuvieron nuestros errores. Por ejemplo el tema del objetivo
del período: si le pregunto a un señor politizado y sin partido, es probable
que me diga que es impedir que se arme frente a nosotros una gran ola de
extrema derecha, que nos aplaste electoralmente y que luego pase por encima de
los trabajadores y el pueblo. Pero si le repito la interrogante a un
izquierdista es probable que me conteste: acumular fuerzas, desarrollar el
perfil izquierdista, no hacer alianzas fuera de la izquierda, etc. Hay los que
creen que la buena política es “aprender de lo de Humala”, o ahora “de lo de
Susana”. Claro que hay que aprender de las derrotas, pero si la conclusión va a
ser mientras más solos mejor, vamos perdidos.
Ø ¿Qué representa PR para la izquierda?
Representa un activo
fundamental. Sin duda el partido más grande y organizado de la izquierda. A
veces un poco rígido. Pero en general digno de respeto.
Ø ¿Si en décadas pasadas se tenía una visión
de sectarismo respecto a PR ¿cómo se puede apreciar en la actualidad?
Siempre oí criticar a PR como
una organización que tuviera el defecto de origen de ser sectaria. Yo mismo he
vivido episodios en congresos y otros eventos de organizaciones de masas, en
las que los he visto actuar como maquinaria cerrada. Creo que esos métodos de
hegemonía tienen una raíz profunda en las divisiones de los partidos y las
desconfianzas entre diversos sectores, así como en esa idea vieja de que si
perdemos el control de tal o cual gremio se nos acaba la identidad. Yo he
visto, a los dirigentes de PR y a muchos de sus militantes hacer un sincero
esfuerzo por revertir la imagen de personas que se cierran sobre sí mismas y no
confían en los otros. Tengo excelentes amigo en la organización y con los años
comprendí que ese no es un gesto de forma, sino un trabajo para ser diferentes.
A veces en algunos lugares y circunstancias volvemos a las mismas. Pero creo
que la tendencia de des-sectarización es realmente profunda.
Ø ¿Qué papel debió jugar PR en la unidad de
las izquierdas en las últimas elecciones y también mirando hacia adelante?
No quiero juzgar a los
partidos desde fuera. Sería muy cómodo. Me hubiera gustado que Patria Roja
hubiera tenido mayor participación y peso en las decisiones iniciales del FA, y
me parece que guardaron demasiado perfil bajo. También, entender que lo de Lima
no era asunto sólo del Comité de Lima. Pero hasta ahí no más llego.
Publicado en Patria Roja de Noviembre
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