El ganador del Premio Nobel de Medicina, Richard J.
Roberts, denunció a los grandes consorcios farmacéuticos que operan bajo un
concepto capitalista, colocando primero los beneficios económicos a los de la
salud de las personas y deteniendo el avance científico en la búsqueda de curas
a enfermedades que son rentables para ellos.
En una entrevista dada a la página PijamaSurf, el
científico e investigador señala que la investigación en la salud humana no
puede depender sólo de la rentabilidad económica de ciertas empresas.
Y agrega que la industria farmacéutica “quiere servir a los mercados de capital…”, añadiendo que el error en que no se trata de una industria más en el mecanismo económico, sino que “estamos hablando de nuestra salud y nuestras vidas y las de nuestros hijos y millones de seres humanos”.
Y agrega que la industria farmacéutica “quiere servir a los mercados de capital…”, añadiendo que el error en que no se trata de una industria más en el mecanismo económico, sino que “estamos hablando de nuestra salud y nuestras vidas y las de nuestros hijos y millones de seres humanos”.
Roberts acusa a las farmacéuticas de olvidarse de
servir a las personas y preocuparse sólo a obtener beneficios económicos.
“He comprobado como en algunos casos los
investigadores dependientes de fondos privados hubieran descubierto medicinas
muy eficaces que hubieran acabado por completo con una enfermedad…”,
explica.
Añade que las empresas dejan de investigar porque “las
farmacéuticas a menudo no están tan interesadas en curarle a usted como en sacarle
dinero, así que esa investigación, de repente, es desviada hacia el
descubrimiento de medicinas que no curan del todo, sino que cronifican la
enfermedad y le hacen experimentar una mejoría que desaparece cuando deja de
tomar el medicamento”.
Ante esto, señala que es habitual que la industria
esté interesada en líneas de investigación no para buscar curas a ciertas
enfermedades, sino que “sólo para cronificar dolencias con medicamentos
cronificadores mucho más rentables que los que curan del todo y de una vez para
siempre.
Y no tiene más que seguir el análisis financiero de
la industria farmacológica y comprobará lo que digo”.
“Por eso le decía que la salud no puede ser
un mercado más ni puede entenderse tan sólo como un medio para ganar dinero.
Y por eso creo que el modelo europeo mixto de
capital público y privado es menos fácil que propicie ese tipo de abusos”, menciona.
Y agrega que un ejemplo de tales abusos es que “se
han dejado de investigar antibióticos porque son demasiado efectivos y curaban
del todo.
Como no se han desarrollado nuevos antibióticos,
los microorganismos infecciosos se han vuelto resistentes y hoy la
tuberculosis, que en mi niñez había sido derrotada, está resurgiendo y ha
matado este año pasado a un millón de personas”.
Respecto a las razones por las cuales los políticos
no intervienen, Roberts argumenta que “en nuestro sistema, los políticos son
meros empleados de los grandes capitales, que invierten lo necesario para que
salgan elegidos sus chicos, y si no salen, compran a los que son elegidos”.
“Al capital sólo le interesa multiplicarse.
Casi todos los políticos – y sé de lo que hablo- dependen descaradamente de
esas multinacionales farmacéuticas que financian sus campañas. Lo demás son
palabras…”, precisa.
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