Evo Morales y Walter Aduviri |
Por Tankar Rau-Rau Amaru (*)
Las elecciones de Puno de
estos días me recuerdan a los comicios de Bolivia de 2005. Toda la oligarquía
del vecino país, encabezada por Estados Unidos, se unió esa vez en una sola
fuerza para echar abajo el proyecto de liberación nacional (en democracia) que
encabezaba el dirigente cocalero nacido en las punas de Orinoca, en el
municipio de Andamarca (Oruro). Prosperaron como nunca los ataques de los
medios de información masiva, manejados por los áulicos de los dueños de
Bolivia. Anunciaban unos la hecatombe de Bolivia porque según ellos Evo era
violentista, enemigo del diálogo, y podía traer la destrucción de la Nación.
Decían otros que Evo promovía la siembra de la coca y, por tanto, era
narcotraficante. Otros, que caminaban contra el curso de la Historia, llegaban
más lejos: decían que cómo es posible que un indio con ojotas sea presidente, y
peor un indio que nunca pisó una universidad. Evo resistió a pie firme todos
los ataques con la serenidad que le caracteriza, porque es un dirigente que
para ser acero tuvo que pasar por el fuego de las luchas gremiales. Diseñó
junto con Alvaro García Linera un proyecto histórico desde el corazón de los
pueblos kechwa-aimaras y desde las organizaciones sociales, y ganó las
elecciones. En su desesperación la oligarquía acudió a un último recurso:
promover la guerra civil desde la Media Luna, con un trasfondo separatista.
Tampoco pudo. Desde entonces, Evo ha triunfado siete veces en las urnas. En los
recientes comicios obtuvo el 60% de los sufragios y venció en ocho de los nueve
departamentos del país, incluyendo por primera vez a Santa Cruz, un bastión
opositor donde en 2002 cosechó apenas el 3% de los votos. Y después de ocho
años de gobierno nacionalista, los resultados son más que espectaculares.
Al respecto, el columnista
Angel Martínez de La Prensa de Panamá dice lo siguiente: “En lo económico, el
PIB pasó de 9 mil 525 millones de dólares en 2005 a 30 mil 381 en 2013, y el
PIB per cápita saltó de mil 10 a 2 mil 757 dólares en el mismo período. Para
2014 se espera un crecimiento entre 5.5% y el 5.7%, solo por detrás, a nivel
latinoamericano, del 6.7% proyectado para la economía panameña (Este año el
crecimiento económico de Perú será de alrededor del 3,1%, si no menos, por
atacar frontalmente a los sectores productivos nativos, uno de ellos la minería
artesanal). Por si eso fuera poco, Morales ha convertido a Bolivia en un país
sustancialmente más rico. La deuda gubernamental ha bajado del 80% al 33% del
PIB y los 14 mil 430 millones de dólares de reservas financieras –8.5 veces más
que los mil 714 millones que había en 2005– representan el 47% del PIB, el
porcentaje más alto –de lejos– de toda la región. Como prueba de su salud
financiera, en 2012 el país comenzó a emitir bonos soberanos por primera vez
desde 1920. Bolivia ha crecido más rápido en los últimos ocho años que en los
35 anteriores, lo que para el académico Martín Mendoza-Botelho representa uno
de los períodos más prósperos de la historia del país. Irónicamente, la gestión
económica de Morales ha sido elogiada por el Banco Mundial y el FMI, que
parecen ignorar que fue precisamente el rechazo de sus recomendaciones lo que
permitió el despegue económico boliviano. Lo anterior, por supuesto, se debe a
que el crecimiento boliviano se basa en la participación estatal en la
economía, que ha pasado del 17% al 35%. La nacionalización de los hidrocarburos
ha invertido la proporción de las ganancias que quedan en el fisco –del 18% al
82%–, resultando en un aumento del 285% en los ingresos estatales. Nada de esto
se ha reflejado negativamente en la producción, que se ha doblado, y cuyos
ingresos han pasado del 5.6% del PIB en 2004 al 25.7% en 2008 y a casi el 50%
en la actualidad. Y luego está la parte social. En este sentido, el avance de
los últimos años ha sido impresionante. En el siglo XXI, Bolivia ha
experimentado la mayor tasa de reducción de pobreza y pobreza extrema de
Latinoamérica –25% y 43% respectivamente desde 2005–, y ya se plantea el
objetivo de acabar con esta última para 2025. El éxito económico, traducido en
un aumento del 45% del gasto público y un 87.7% del salario mínimo, ha
resultado en una reducción dramática de la desigualdad económica. Si en 2005 el
10% más rico ganaba 128 veces más que el 10% más pobre, hoy esa relación se ha
reducido a la mitad. Coronándolo todo, un agresivo programa de alfabetización
logró que en julio la UNESCO declarara al país libre de analfabetismo”.
EL COLLASUYO PERUANO
Uno de los departamentos que
tiene similitudes con Bolivia –por su geografía, su historia y su gente– es
Puno, la región del Collasuyo peruano que tiene más de un millón de habitantes.
No solo comparte con Bolivia el lago fronterizo del Titicaca, sino también la
población kechwa-aimara.
Los puneños son
particularmente conocidos en todo el país por ser emprendedores, trabajadores y
muy unidos. Ese es, quizás, el mayor aporte de Puno al país. Pero en los
últimos años Puno lanzó un líder de alcance nacional en la figura de Walter Aduviri, cuya bandera de lucha
fue el agua, pero sobre todo el territorio (suelo, subsuelo, recursos). En un
país en que todos, o casi todos, se han puesto de rodillas ante las
transnacionales, surgió desde el Collasuyo un grito que estremeció al país y
nos trajo algo de dignidad. El líder aimara le ganó la guerra a Alan García,
que osó llamarnos “perros del hortelano” a los verdaderos dueños de este país.
Aduviri es pues, como la papa
y como Evo, un producto de la buena tierra. Nació en el corazón de la comunidad
aimara de Llusta (Mazocruz, Ilave), y es un comunero emprendedor que logró
obtener el grado de doctor en Contabilidad.
En estas elecciones Aduviri
pasó a segunda vuelta y competirá con un catedrático llamado Juan Luque Mamani.
Aduviri, que representa a la alianza aimara-kechwa que encabeza junto con Jaime
Núñez Huahuasoncco, tiene la preferencia para ganar las elecciones. Luque
Mamani representa a esa oligarquía limeña que por siempre ninguneó a Puno, no
por gusto se han pronunciado a su favor Aldo Mariátegui y Pedro Pablo Kuczynski
Godard, el agente de las transnacionales que viene entregando nuestro país por
cuadraditos a intereses externos. Aduviri cuenta con el apoyo de las
organizaciones sociales y con los medios de información alternativos, porque ha
demostrado que tiene capacidad para relanzar Puno hacia otros espacios, aprovechando
las capacidades humanas del hombre del altiplano y su ubicación de frontera.
Juliaca por ahora lucha por lanzarse a la aventura industrial, pero no puede
avanzar porque Lima responde con impuestos antitécnicos. Con Aduviri estamos
seguros que Juliaca puede convertirse en la ciudad con la mayor industria del
sur del país, después de Arequipa.
La guerra mediática ha entrado
a la etapa más dura en estas elecciones. Luque Mamani cuenta con el apoyo de
medios que sirven a las transnacionales como Correo y Sin Fronteras, sobre todo
Correo, que promueve a las boticas, farmacias, ferreterías de los chilenos.
Estos medios, como en el caso de Evo, anuncian la hecatombe para Puno si gana
Aduviri y lo pintan de ultra y rojo y con otros adjetivos que representan a la
desesperación de aquellos que quieren que el Collasuyo no despierte, que siga
en estado de sonambulismo histórico.
Aduviri se forjó con el Allin
Kawsay, y está identificado con su pueblo. Si gana estas elecciones, la
configuración política del país cambiará sobremanera, con el pueblo
kechwa-aimara como un nuevo actor en la toma de las grandes decisiones del
país. Por eso mismo el líder del Collasuyo cuenta con nuestra simpatía, porque
nosotros, desde Ayacucho y Apurímac, departamentos kechwas con presencia
importante de puneños, esperamos forjar la gran alianza que nos lleve a la liberación de nuestro país. Porque
nuestro país se encuentra secuestrado por fuerzas económicas externas que, si
no actuamos con firmeza, terminarán convirtiéndonos en el nuevo África. Porque…
el Perú es uno de los países más ricos del mundo, y se encuentra en la pobreza
gracias a los “Luques” que obedecen a los designios de la oligarquía… Porque
históricamente fuimos el centro del universo latinoamericano, con el Collasuyo
como el corazón, y ahora gracias a los aldos
mariáteguis y PPKs somos satélite de países que antes ni existían. Porque
el cambio que esperamos no vendrá de Lima, sino será forjado en nuestros
pueblos y con nuestros líderes locales.
(*) Autor de Allin Kawsay y
poder en el Perú.
MEDIOS EN LOS QUE SE PUBLICÓ EL ARTÍCULO:
http://puntodevistaypropuesta.co/2014/11/11/el-evo-del-collasuyo-peruano/
http://www.losandes.com.pe/Editorial/20141111/84018.html
http://boliviaexigesumar.blogspot.com/2014/11/el-evo-del-collasuyo-peruano.html
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