TRISTE COMPARACION |
En una columna publicada el 11 de marzo en el
diario fujimorista La Razón, que antes dirigía, horas antes del incidente en el
Hotel Riviera, el periodista Uri Ben Schmuel daba cuenta de su papel en la
investigación por encargo que realizó sobre una probable hija no reconocida del
congresista Sergio Tejada: “En efecto, no tiene ninguna demanda por
paternidad. Le faltó decir que no la tiene porque, según fuentes familiarizadas
con el caso que consulté, la dama con quien tuvo una hija, en digna actitud, no
aceptó el tardío ofrecimiento de reconocer la paternidad…”, “respeto el
pedido de la dama involucrada de no declarar. Y no publicaré su nombre, por
supuesto, ni el de su abogada personal, con quien también conversé. El off the
record es -debería ser- sagrado para los periodistas. “
Varias cosas. A Uri Ben, que reclama transparencia,
le faltó por su parte reconocer quién lo contrató para hacer de fisgón de la
vida personal del presidente de la Megacomisión, buscando asuntos de hace diez
años. Aunque parezca obvio, hay que subrayar que este tipo de hallazgo no tiene
nada de gratuito y no responde a nada más que a la necesidad de Alan García de
desprestigiar a su principal acusador.
Pero sigamos.
Uri Ben confirma que no hay demanda
de paternidad, pero explica su no existencia por el hecho de que la proposición
para asumirla fue tardía. ¿Qué tiene que ver eso? Si la discusión es que la
joven madre, en uso de su legítimo derecho decidió no reclamar la paternidad de
su expareja durante los ocho años antes que Tejada se hiciera congresista. Así
vivieron, y tampoco ha habido demanda después del 2011. Por eso, además, es que
no quiso declarar y vive ahora atormentada con el tole tole que afecta a su
hija y que ha sido creado por interés netamente político.
Todo indica que el sabueso de esta historia fue
puesto allí para confirmar un rumor de las redes y que su fuente fueron amigos
de la familia de la madre de la menor.
Una vez que tuvo el nombre y copia de la
partida (la que aparece en Caretas), entregó sus resultados a quién lo había
contratado que inmediatamente buscó reventar la noticia el domingo por la
noche.
La idea era hacer un escándalo en un programa de televisión, que
rebotara en los diarios el lunes 10 y permitiera que un Alan García triunfante
hiciera comparaciones entre el reconocimiento público que hizo de Felipe Dantón
y la conducta de Tejada, en una entrevista ya pactada con Beto Ortiz.
No lo consiguió y por eso tuvo que lanzar él mismo
una frase retorcida para remover el caso, que luego fue traducida y amplificada
en las redes sociales. El propio Ben Schmuel debió tirarse a la piscina y al
búfalo Miguel Rosas le ordenaron quebrar el evento de la noche.
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