El asesinato del ex consejero
regional de Ancash, Ezequiel Nolasco, por un grupo de sicarios es una raya más
al tigre en el avance de la extorsión y el sicariato, delitos que se vienen
enraizando sobre todo en el sector de construcción civil.
El asesinato de Nolasco se
pudo prevenir. En el año 2010, Nolasco, hombre además vinculado con el gremio
de la construcción civil, se salvó de una muerte segura cuando unos sicarios
asesinaron a su hijo por salir en su defensa. En ese entonces, Nolasco
responsabilizó al Presidente Regional de Ancash, César Álvarez de este atentado
y pasó sus últimos años denunciando amenazas contra su vida y buscando justicia
por la muerte de su hijo. En 2013, el principal testigo de este atentado, Hilda
Saldarriaga, fue asesinada también por sicarios. La muerte de Ezequiel Nolasco,
entonces, era solo cuestión de tiempo.
Hoy, las historias de
extorsión, sicariato y muerte tienen como escenario a las ciudades de la “costa
agroexportadora”. Según cifras del Ministerio Público, entre los años 2012 y
2013, las diez regiones y ciudades que lideraron el ranking de extorsiones fueron
La Libertad (42.8%), Tumbes (35.5%), Piura (30.3%), Cañete (Lima) (27.9),
Huaura (Lima) (20.9%), Chimbote (Ancash) (14.7%), Lima Metropolitana (14.7),
Lambayeque (14%), Ica (14%) y Tacna (14%). Estos lugares son, al mismo tiempo, los que muestran un mayor
dinamismo económico producto del crecimiento de sectores como minería,
construcción y agroindustria. Un crecimiento que parece no solucionar los
problemas de los barrios más pobres y que tampoco enfrenta la desigualdad
social y la precariedad institucional.
Las mafias que usan sicarios
dentro del sector de construcción vienen cobrando decenas de vidas a nivel
nacional. Dirigentes sindicales como Jorge Correa, Jorge Vargas o Armando
Viera, fueron víctimas de amenazas primero y asesinados después. Mario Huamán,
Secretario General de la CGTP, afirma que alrededor de ocho obreros de
construcción civil resultan heridos mensualmente por disputas de obras en todo
el país. Este panorama, lamentablemente, no está alejado de la política. Para
Huamán, la proliferación de mafias en el sector de construcción civil fue
promovida por el gobierno de Alan García quien, buscando dividir al sindicato,
habría incentivado la formación de una organización paralela. El asesinato de
Ezequiel Nolasco también estaría ligado a una venganza en el rubro de
construcción pues, durante su gestión como consejero del Gobierno Regional de
Áncash, apoyó la suspensión de 16 obras de construcción, dejando en el aire a
los negociados formados alrededor de las obras.
La situación de extorsión y el
sicariato llegarían a extremos impensables en algunos lugares del país. En
Trujillo se habló de la formación de escuadrones de la muerte financiados por
los empresarios de la ciudad para que combatan a los extorsionadores. En tanto,
la presencia de adolescentes que actúan como sicarios - tal es el caso del
adolescente apodado Gringasho - avanza porque se sabe que son inimputables o
pueden pasar muy corto tiempo en correccionales juveniles.
¿Qué hacemos? Para enfrentar a
las bandas criminales es fundamental reforzar el trabajo de inteligencia
policial, además de mejorar la inversión en equipamiento y tecnología.
Asimismo, las políticas que promueven un desarrollo más distributivo y que
estimulan la movilidad social son piezas claves para responder al desafío de
enfrentar a las bandas de extorsionadores.
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