John McCain |
VENEZUELA: TAMBIÉN YO HABÍA
SIDO ENGAÑADO POR LA IMAGINERÍA MEDIÁTICA.
Economista estadounidense Mark
Weisbrot que escribe para The Guardian
denuncia la patraña.
Como será de grotesco el intento
por enmascarar como protestas pacíficas
el golpe de estado violento y criminal
de la ultraderecha venezolana y sus aliados en Washington ---repito,
como será de grotesco ese golpe criminal contra la democracia venezolana que
hasta articulistas que escriben para The Guardian denuncian la patraña. Su golpecito dirigido
desde Washington ya le ha costado al pueblo venezolano más de 30 muertos!!!.
Por eso Elías Jagua llamó a Kerry un criminal, uno de los que acolita este
golpe de estado cómodamente desde la oficina oval del poder imperial.
Hernán
REVUELTA DE RICOS
Artículo del economista
estadounidense Mark Weisbrot, para el periódico inglés The Guardian, este
jueves, donde describe la situación vivida en Venezuela, que contrasta
abiertamente con su propia percepción previa, resultado de su exposición a
piezas informativas de medios de comunicación de habla inglesa.
En el texto denuncia la
falsedad de la información del secretario de Estado de EEUU,John Kerry, quien ha dicho que el gobierno venezolano lleva adelante una
supuesta "campaña de terror" en contra de la población, aun cuando la
realidad demuestra que esta campaña es realizada por sectores de la
ultraderecha radical de la oposición con apoyo de Estados Unidos.
A continuación el texto:
Las imágenes forjan la
realidad, lo que da a la televisión, los videos y hasta a las fotografías un
poder con el que pueden cavar profundo en la mente de las personas, incluso sin
que ellas se den cuenta.
Pensé que también yo era
inmune a los repetitivos retratos de Venezuela como estado fallido en medio de
una rebelión popular. Pero no estaba preparado para lo que vi en Caracas este
mes: qué poco de la vida cotidiana parecía estar afectado por las protestas, la
normalidad que reina en la gran mayoría de la ciudad. También yo había sido
engañado por la imaginería mediática.
Grandes medios han reportado
que los pobres en Venezuela no se han unido a las protestas de la oposición de
derecha, pero esto es un eufemismo: no es solamente que los pobres se abstienen
– en Caracas, son casi todos excepto pocas áreas como Altamira, donde pequeños
grupos de manifestantes se meten en batallas nocturnas con las fuerzas de
seguridad, lanzan piedras y bombas incendiarias y corren del gas lacrimógeno.
Caminando desde el barrio de
clase trabajadora Sabana Grande hasta el centro de la ciudad, no hay señales de
que Venezuela esté al borde de una "crisis" que requiera la
intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA), a pesar de lo que JohnKerry diga. El Metro también trabajaba muy bien, aunque no pude bajarme en
la estación Altamira, donde los rebeldes habían puesto su base de operaciones
hasta que los sacaron esta semana.
Logré ver las barricadas por
primera vez en Los Palos Grandes, área de clase alta donde los manifestantes sí
tienen apoyo popular y los vecinos gritarán a cualquiera que trate de remover
las barricadas – algo arriesgado de intentar (al menos cuatro personas
aparentemente han sido asesinadas a tiros de franco tiradores por hacerlo).
Pero incluso aquí en las barricadas, la vida era bastante normal, excepto por
algún tráfico fuerte.
El fin de semana, Parque del
Este estaba lleno de familias y corredores sudando en un calor de 32 grados –
antes de Chávez, había que pagar para entrar y los habitantes, según me
dijeron, estaban decepcionados porque a los menos acomodados se les permitía
entrar de gratis. Los restaurantes siguen llenos en la noche.
Viajar ayuda a verificar la
realidad un poco más, por supuesto, y yo visité Caracas principalmente para
obtener información en el área económica. Pero vine escéptico respecto al
cuento, reportado a diario en los medios, de que el desabastecimiento de
productos básicos [como en Chile en 1973] era la razón para las protestas. La
gente a la que la escasez le crea más molestias es, por supuesto, los pobres y
las clases trabajadoras. Pero los habitantes de Los Palos Grandes y Altamira,
donde vi verdaderas protestas, tienen sirvientes que hacen cola para lo que
necesitan y tienen el ingreso y el espacio para acumular algo de existencias.
Esta gente no está sufriendo –
les está yendo muy bien. Sus ingresos han aumentado a buen paso desde que el
gobierno de Chávez tomó control de la industria petrolera hace una década.
Incluso tienen un gran apoyo del gobierno: cualquiera con una tarjeta de crédito
(excepto pobres y millones de la clase trabajadora) tiene derecho a $3.000 por
año [para gastos en el exterior], a una tasa de cambio subsidiada. Después,
pueden vender los dólares seis veces más caros de lo que pagaron, en lo que
suma un subsidio anual multimillonario en dólares para los privilegiados – y
todavía estos son los que abastecen la base y a las tropas de la sedición.
También otorgan dólares para estudiantes, tratamientos médicos, jubilados, etc.
La naturaleza de clase de esta
lucha siempre ha sido cruda e irrefutable, ahora más que nunca. Caminando entre
las masas que fueron a las ceremonias por el aniversario de la muerte de
Chávez, el 5 de marzo, se veía un mar de venezolanos de la clase trabajadora,
decenas de miles de ellos. No había ropas caras o zapatos de $ 300. Qué
contraste con las masas descontentas de Los Palos Grandes, que tenían
camionetas todoterreno Grand Cherokee de $ 40.000 portando el eslogan del
momento: SOS VENEZUELA.
En lo que se refiere a
Venezuela, John Kerry sabe de qué lado de la guerra de clases está. La semana
pasada, justo cuando me iba, el Secretario de Estado de Estados Unidos duplicó
su descarga de retórica contra el gobierno, acusando al presidente Nicolás
Maduro de fomentar una "campaña de terror contra su propio pueblo".
Kerry también amenazó con invocar la Carta Democrática Interamericana de la OEA
contra Venezuela, así como de aplicar sanciones.
Alardear sobre la Carta
Democrática contra Venezuela es casi como amenazar a Vladimir Putin con un voto
de la ONU sobre la secesión en Crimea. Quizás Kerry no se dio cuenta, pero
apenas unos días antes de sus amenazas, la OEA votó una resolución que
Washington introdujo contra Venezuela y le dio la vuelta, declarando la
"solidaridad" del organismo regional con el gobierno de Maduro.
Veintinueve países la aprobaron y sólo los gobiernos de derecha de Panamá y
Canadá se aliaron con Estados Unidos contra ella.
El artículo 21 de la Carta
Democrática de la OEA aplica ante la "interrupción inconstitucional del
orden democrático de un Estado miembro" (como el golpe militar de 2009 en
Honduras, al cual Washington ayudó a legitimar, o el golpe militar de 2002 en
Venezuela, que tuvo aún más colaboración del gobierno estadounidense).
Debido a este voto reciente,
la OEA podría invocar la Carta Democrática más en contra del gobierno de
Estados Unidos, por las muertes que causan sus drones a ciudadanos
estadounidenses sin juicio, de lo que podría hacerlo contra Venezuela.
La retórica de "campaña
de terror" de Kerry está igualmente divorciada de la realidad y como era
de esperarse provocó una respuesta equivalente del canciller de Venezuela, que
llamó "asesino"a Kerry.
Esta es la verdad sobre las
acusaciones de Kerry: desde que comenzaron las protestas en Venezuela, resulta
que más personas han muerto de la mano de los manifestantes que de las fuerzas
de seguridad. De acuerdo a las muertes reportadas por el CEPR (Centro de
Investigación en Economía y Política) durante el último mes, además de los
asesinados por tratar de remover las barricadas puestas por los manifestantes,
por lo menos siete aparentemente han muerto debido a las obstrucciones creadas
por los manifestantes – incluyendo un motorizado que se degolló con una guaya
colocada en la carretera – y cinco oficiales de la Guardia Nacional han sido
asesinados.
Respecto a la violencia por
parte de cuerpos de seguridad, presuntamente tres personas podrían haber sido
asesinadas por la Guardia Nacional u otras fuerzas de seguridad – incluyendo
dos manifestantes y un activista que apoyaba al gobierno. Algunas personas
acusan al gobierno de otras tres muertes por civiles armados; en un país con un
promedio de más de 65 homicidios por día, es completamente posible que esta
gente actuara por su cuenta.
Un total de 21 miembros de las
fuerzas de seguridad están bajo arresto por supuestos abusos, incluyendo por
algunos de los asesinatos. Esto no es una "campaña de terror".
Al mismo tiempo, es difícil
encontrar una denuncia seria sobre la violencia opositora entre los más
importantes líderes de la oposición. Según datos de encuestas, las protestas
son rechazadas en gran medida en Venezuela, aunque se ven mejor afuera cuando
son promovidas como "protestas pacíficas" por gente como Kerry. Las
encuestas también sugieren que la mayoría de los venezolanos ven estos
disturbios como lo que son: un intento de derrocar un gobierno elegido.
La política interna de la
postura de Kerry es bastante simple. Por un lado, tienes el lobby
cubano-americano de la derecha de la Florida y sus aliados neoconservadores
gritando a favor del derrocamiento. A la izquierda de la extrema derecha,
bueno, no hay nada. A esta Casa Blanca le importa muy poco América Latina y no
hay consecuencias electorales por hacer que la mayoría de los gobiernos del
hemisferio se molesten con Washington.
Quizás Kerry piensa que la
economía de Venezuela colapsará y que eso llevará a algunos de los venezolanos
no ricos a las calles contra el gobierno. Pero la situación económica en
realidad se está estabilizando – la inflación mensual bajó en febrero y el
dólar del mercado paralelo ha bajado drásticamente ante las noticias de que el
gobierno está introduciendo una nueva tasa de cambio basada en el mercado. Los
bonos soberanos de Venezuela tuvieron un rendimiento de 11,5% desde el 11 de
febrero (el día que comenzaron las protestas) al 13 de marzo, el más alto
rendimiento según el índice de bonos de mercados emergentes de Bloomberg. La
escasez probablemente bajará en las próximas semanas y meses.
Por supuesto, esto es
exactamente el principal problema de la oposición: la próxima elección será
dentro de un año y medio y para esa fecha, la escasez económica y la inflación
que han aumentado tanto en los últimos 15 meses se habrán aliviado.
En este sentido, la oposición
posiblemente perderá las elecciones legislativas, así como ha perdido cada
elección en los últimos 15 años. Pero su actual estrategia insurreccional no
está ayudando a su propia causa: parece que han dividido a la oposición y unido
a los chavistas.
El único lugar donde la
oposición parece estar ganando amplio apoyo es en Washington.
*Publicado en The Guardian, el jueves 20 de marzo de 2014.
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