Víctor Andrés García Belaunde.
Congresista de Acción Popular.
Cautela: Dice que si las bancadas que no
están con el fujimorismo requieren su aporte, está dispuesto a ser candidato.
Escribe: Enrique Patriau
En la siguiente entrevista, Víctor Andrés García Belaunde confirma que Luis
Iberico, principal aspirante a ser el nuevo presidente del Congreso,
intentó convencerlo para asistir a una reunión con Rodolfo Orellana. Esto fue
en el 2013. Meses después, el propio Orellana, detenido en Piedras Gordas, le
confirmó el hecho.
¿Luis Iberico intentó convencerlo para asistir a una reunión con
Rodolfo Orellana?
Sí, es verdad.
Me parece que lo dice con
cierta mortificación
Yo no quiero dar a entender
nada, ni vincular a Iberico con la mafia de Orellana, en absoluto, y menos en
este momento. Pero si me lo pregunta directamente, yo no puedo mentir. No sé
mentir.
¿Cuándo fue?
En el 2013, no recuerdo la
fecha exacta. Probablemente en setiembre. Esa fue la época en que más fui
atacado a través de pasquines como Juez Justo. Esos fueron los meses más duros,
en los que cada semana aparecían portadas en mi contra, difamatorias. En esa
época más dura me llegó este mensaje de Orellana.
¿Cómo fue el encuentro?
Iberico me abordó en el
hemiciclo y me dijo que me entregaba un mensaje de Orellana, quien quería
reunirse conmigo. Me quedé sorprendido. Yo pensaba que Orellana nunca hablaría
conmigo.
¿Y por qué querría hacerlo?
Deduje que Orellana estaba
asustado, que empezaba a darse cuenta de que todo lo que desplegó en mi contra
no había dado resultados, ni las denuncias a mi madre, a mis hijos, a mis
nietos, a cuñados, a empleados. Por eso, supuse, buscaba una conversación
directa para intentar llegar a un acuerdo conmigo.
¿Y cuál fue su respuesta?
Hablamos unos diez minutos,
analizamos algunas cosas. Él (Iberico) me decía que cumplía simplemente con dar
el mensaje. ¿Sabe? Orellana me conoce perfectamente porque me ha chuponeado, me
ha perseguido judicialmente, sabe dónde vivo. Por eso le dije (a Iberico) que
si Orellana quería conversar conmigo pues que entonces toque la puerta de mi
casa.
¿Iberico lo volvió a abordar?
Unas dos semanas después. Se
acercó y me dijo que había consultado...
¿No dijo con quién?
No. Dijo que consultó y que la
respuesta era negativa, que el lugar de la reunión tenía que ser neutral. Yo le
pregunté qué lugar neutral podía ser aquel. Mencioné la propia casa de Iberico
como una opción, algo que él no rechazó. Pero insistí en mi propuesta: que
Orellana me toque la puerta de mi casa.
¿Ahí acabó todo?
Dos o tres semanas después me
encontré en los pasillos del Congreso con Iberico y le pregunté. Me respondió
que ya no quería meterse en ese asunto.
Fueron tres encuentros con Iberico por este tema, entonces
Dos en los que él me abordó a
mí y un tercero en el que yo le pregunté por el desenlace.
Tengo la versión de que usted le preguntó directamente por este
episodio a Orellana
Bueno, unos nueve meses de lo
que he contado el caso adquirió relevancia nacional. Orellana se escapó, lo
atraparon en Colombia y lo trajeron de vuelta. En el ínterin se conformó la
comisión investigadora y que fue a interrogarlo a Piedras Gordas.
Eso fue en diciembre del 2014
Hubo dos interrogatorios. Yo
asistí al primero (el de diciembre). Fue una sesión dura, muy tensa. Recuerdo
que Orellana pidió un descanso para estirar las piernas, ir al baño, qué se yo.
Y en uno de esos momentos yo me acerqué donde él para cruzar información,
porque siempre me había quedado con la duda...
¿Sobre lo ocurrido con Iberico?
Exacto. Y le pregunté a
Orellana si recordaba que me había mandado un mensaje a través de un colega
parlamentario. Me respondió que sí lo recordaba. De inmediato, le repregunté
quién era esa persona, y el propio Orellana me respondió: “Iberico”.
¿Le preguntó a Orellana de dónde conocía a Iberico?
No. Pero sí le pregunté si
conocía cuál había sido mi respuesta a su ofrecimiento. Me respondió: “que yo
vaya a su casa y le toque la puerta”. Frente a eso, le consulté por qué no lo
hizo. Me replicó: “no, de ninguna manera; si yo iba a su casa, usted me hubiera
matado”. Así terminó el diálogo.
¿Usted conversó con alguien sobre este ofrecimiento de Orellana?
Lo hice con mis asesores y
algunos amigos. Además, cuando le hice la consulta a Orellana, en Piedras
Gordas, había testigos, para empezar los propios congresistas. Como
comprenderá, el hecho fue motivo de varios comentarios.
Cuando La República le consultó sobre este tema a Iberico, este negó la
versión.
Bueno, creo que ha hecho mal, porque
una cosa tan evidente no se puede negar.
Fuera de este hecho, ¿le consta alguna relación entre Iberico y
Orellana?
No, no me consta. Se habló de
la posibilidad de invitar a Iberico a la comisión investigadora para que
explique, por ejemplo, sus visitas al búnker, pero hasta hoy no existe acuerdo
al respecto. Yo insisto en que no es mi intención perjudicarlo, pero tampoco
puedo ocultar la verdad. Si me preguntan, yo respondo. Pero que Iberico tenga
relación con Orellana, no lo sé. Y deseo que no la tenga.
¿Es Iberico la mejor opción para presidir el Congreso?
Él es un parlamentario
destacado, un buen articulador, un buen conversador, que tiene buenas
relaciones. Mire, acá ha habido varios presidentes, y sin cualidades para
serlo. En todo caso, yo no creo que Iberico esté descalificado.
¿Mantiene usted su interés en ser presidente del Congreso?
Yo aprecio al Congreso y mi
interés es legítimo pero no desbordante. Hoy (martes) he tenido una reunión con
otras bancadas y les he dicho eso, que no tengo un interés particular, pero que
si las bancadas que no están con el fujimorismo requieren mi aporte, estoy
dispuesto a participar, como también estoy dispuesto a aceptar cualquier otra
candidatura que se designe. No impongo nada. Y tampoco hay nada confirmado.
Esto siempre se resuelve 48 horas antes.
¿La oposición debe dirigir la mesa directiva?
Yo creo que se ha partido de
manera equivocada. Se ha debido convocar a todas las bancadas de oposición,
llegar a un acuerdo de un plan mínimo y luego proponer una mesa que incluya a
todos. Lo que no se puede hacer es pretender imponer a un candidato, como
quiere hacerlo el fujimorismo.
¿Postulará otra vez al Parlamento en el 2016?
No estoy muy animado a
continuar. Estoy deseoso de volver a mis actividades privadas.
Sería una buena despedida irse como presidente del Parlamento, supongo.
Claro, sería un honor, por
supuesto.
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