Por: Oscar Felipe Ventura
En el siglo XIX el gran poeta
alemán Enrique Heine expresó: “Los hombres no pueden ser entretenidos por más
tiempo con promesas sobre el cielo. Ya reclaman como derecho inalienable,
establecer, aquí en la Tierra, el reino celeste”. También en el siglo XIX Carlos
Marx sistematizó el dominio de la ideología capitalista en la siguiente
expresión: “Las ideas dominantes en una sociedad, en una época determinada, son
las ideas de las clases que dominan”.
En el siglo XX, el capitalismo fue severamente
cuestionado por Fidel Castro, al Che Guevara, Mao, Mandela y otros
revolucionarios. En pleno siglo XXI, personajes como Evo Morales, Rafael
Correa, Hugo Chávez, Pepe Mujica, cuestionan al modelo imperante y realizan
cambios importantes en sus respectivos países. En el Perú, José Carlos
Mariátegui desarrolló una importante y multifacética labor de esclarecimiento y
luchó contra el capitalismo dominante de su época; libró una importante lucha
en el terreno de las ideas. En las últimas décadas del siglo pasado, Gustavo Gutiérrez
y su Teología de la Liberación causaron revuelo en las clases dominantes de
nuestro país.
¿Qué pasó con quiénes sostenían ideas cuestionadoras al sistema
capitalista y luchaban contra dicho sistema?
Los ideólogos, tecnócratas y propagandistas al
servicio del gran capital decían que “aquellos nostálgicos no comprendían que
los tiempos del Manifiesto Comunista habían
pasado, que la revolución era una peligrosa ilusión sin porvenir, y que
el capitalismo había triunfado inapelablemente”. (Atilio Borón). Y a quienes
sosteníamos estas ideas decían que estábamos desfasados, que nuestras ideas son
arcaicas, que somos dinosaurios de la política, que deberíamos cambiar nuestro
mensaje y tantas otras imprecaciones.
Pero ¡Oh sorpresa! Resulta que ahora quien cuestiona radicalmente al
capitalismo neoliberal es el máximo representante de la Iglesia Católica, el
Papa Francisco.
“Este sistema ya no se
aguanta; no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo
aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos. Y tampoco lo aguanta la
Tierra, la hermana Madre Tierra como decía San Francisco”, lo acaba decir la
semana pasada en Bolivia, el Sumo Pontífice.
¿Qué pasó? ¿El Papa
Francisco se volvió comunista, izquierdista, chavista?
¡NO!. ¡Nada de eso! Lo que
pasa es que el papa ha expresado la realidad, la experiencia viviente; ha
penetrado en las entrañas del monstruo capitalista.
En efecto, el Papa Francisco
con ocasión de su visita a Bolivia participó en el Segundo Encuentro Mundial de
los Movimiento Populares, en el que cuestionó duramente al neoliberalismo y
llamó a luchar por un cambio real. El texto íntegro del mensaje está en
internet. Les sugiero que hagamos un esfuerzo en estudiarlo y compararlo con lo
que ocurre en nuestro país.
En dicho encuentro el Papa
Francisco se planteó las siguientes preguntas:
• ¿Reconocemos que las cosas
no andan bien en un mundo donde hay tantos campesinos sin tierra, tantas
familias sin techo, tantos trabajadores sin derechos, tantas personas heridas
en su dignidad?
• ¿Reconocemos que las cosas
no andan bien cuando estallan tantas guerras sin sentido y la violencia
fratricida se adueña hasta de nuestros barrios?
• ¿Reconocemos que las
cosas no andan bien cuando el suelo, el
agua, el aire y todos los seres de la creación están bajo permanente amenaza?
Luego de estas interrogantes, el Papa concluye: “Entonces, digámoslo
sin miedo: necesitamos y queremos un cambio”.
Luego prosigue Francisco: “Son
tantas y tan diversas como tantas y diversas las formas de enfrentarlas… Hay,
sin embargo, un hilo invisible que une cada una de esas exclusiones. ¿Podemos reconocerlo? Porque no se
trata de cuestiones aisladas. Me
pregunto – dice Francisco. Si
somos capaces de reconocer que estas realidades destructoras responden a un
sistema que se ha hecho global. ¿Reconocemos que este sistema ha impuesto la
lógica de las ganancias a cualquier costo sin pensar en la exclusión social o
la destrucción de la naturaleza?
Luego, tras esta reflexión, Francisco enfatiza: “Si es así, insisto,
digámoslo sin miedo, queremos un cambio, un cambio real; un cambio de
estructuras. Este sistema ya no se aguanta; no lo aguantan los campesinos,
no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan
los pueblos. Y tampoco lo aguanta la tierra, la hermana Madre Tierra como decía
San Francisco”.
¿Cuál es ese sistema?
Pues es nada menos que el
capitalismo neoliberal al que me he referido en reiterados comentarios en este
espacio hace unos diez años aproximadamente.
¿Tienen validez las opiniones del Papa Francisco para el Perú?
¡Claro que las tienen!. He
venido sosteniendo – de acuerdo con
Francisco Durand – que en el Perú se desarrolla un capitalismo más voraz en lo
económico, más sagaz en lo político y más activo en lo social. El capitalismo
neoliberal está enraizado profundamente en el país. Por eso, el blanco
principal de la lucha es el modelo neoliberal y sus representantes políticos,
económicos e ideológicos.
En torno a este asunto y tema
central venimos planteando la UNIDAD DE LA IZQUIERDA y las fuerzas
progresistas, democráticas y patrióticas para conquistar el gobierno y realizar
los grandes cambios estructurales que el país requiere y el pasado exige.
La derecha peruana,
conservadora, heredera de la oligarquía, entreguista, por esencia, excluyente y
autoritaria, dominada por la angurria de la ganancia fácil y la corrupción, no
está dispuesta a perder ni una migaja de sus privilegios. Keiko Fujimori, el gringo PPK, Alan García, Toledo y otros, son
herederos de la oligarquía peruana.
Ellos son neoliberales, son
representantes del neoliberalismo, modelo al que el Papa Francisco ha condenado
enérgicamente y ha llamado al pueblo a luchar contra ese sistema opresor.
Concluyo este comentario señalando que el mensaje del Papa Francisco
legitima y pone en vigencia la lucha de los izquierdistas, de los socialistas,
de los comunistas, de los demócratas y patriotas contra el capitalismo
neoliberal. Legitima la lucha de los católicos y cristianos conscientes que
luchan por la justicia social. Todos ellos caben en un proyecto común para la
gran transformación que la patria reclama y Ollanta Humala traicionó. La lucha
es contra el capitalismo neoliberal y la derecha reaccionaria defensora del
modelo imperante.
No bajaremos la guardia. Nunca
hemos perdido la esperanza. Sabemos que los procesos políticos y sociales son
complejos, pero persistieron firmes en la lucha. Con el gran poeta uruguayo
Mario Benedetti les digo:
“Por más que el presente sea
de turbación e incertidumbre, y aunque hayamos perdido tantos sueños, espero
que no cometamos la imperdonable tontería de perder también nuestra esperanza”
¡MUCHAS GRACIAS! ¡MUY BUENOS
DÍAS!
Trujillo,
16 de Julio del 2015
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