¿REPRESENTANTES DEL CONTINUISMO DE DERECHA CORRUPTA? |
Carlos
Angulo-Rivas
Los resultados de una reciente
encuesta preparada por IPSOS, apéndice de la concentración monopólica de los
medios de comunicación en manos del diario El Comercio, llaman a una reflexión
profunda. A un análisis de conciencia ciudadana. Estos resultados no deben
tomarse a broma, pues la dignidad nacional está en juego. La encuesta muestra a
cuatro candidatos como las únicas opciones posibles de reemplazar a Ollanta
Humala el próximo año 2016; y con esos mismos sujetos la consulta se engolosina
con una percepción de honestidad-corrupción metiendo en el mismo saco a la
pareja presidencial. La verdad, no es necesario analizar quién roba más y quién
roba menos, o como alguna vez se dijo que Alberto Fujimori había matado menos y
Alan García había matado más.
Estos resultados de IPSOS,
comentados alegremente por los analistas de oficio, no sorprenden a una gran
mayoría de peruanos, pero sí debería espantarla. Alan García y Alejandro Toledo
son considerados corruptos por un 80% y Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski,
con cierta benevolencia, obtienen 46% y 28% respectivamente en la misma
materia. Y luego, por estado de ánimo adverso y sin guardar las proporciones la
pareja presidencial es considerada corrupta por el 75% de los encuestados. En
pocas palabras, estamos gobernados y seguiremos estándolo por una manga de
inmorales, inescrupulosos, ladrones y corruptos. Eso ya se sabía.
El diario El Comercio jefatura
la campaña de presentar el maridaje corrupción-candidatos como un devenir
histórico del Perú, ya que no critica estas cifras que considera normales, tan
normales que promociona la idea de elegir a cualquiera de estos políticos
impresentables como única alternativa nacional. Además, la gente se equivoca o
se enreda en cuanto a Keiko Fujimori, representante del gobierno de su padre y
de Vladimiro Montesinos, ambos delincuentes presos; y también respecto
Kuczynski, vigoroso representante de la fuga de millones de millones de dólares
mediante los onerosos contratos con las empresas multinacionales del gas,
petróleo, cobre, oro, plata, etc. durante más de cuarenta años de presencia en
las decisiones contractuales del país con el extranjero.
Los voceros de la derecha se
entusiasman alentando a los peruanos a votar por cualquiera de los cuatro
candidatos en vitrina, a elegir a criterio por el menos malo o el menos
corrupto, y los pone en carrera como los punteros de las Elecciones Generales
que se avecinan. A esta derecha le da lo mismo una u otra opción siempre entre
los escogidos de antemano, ya que se trata de convalidar la continuidad del
actual sistema político, dándole el cariz democrático necesario. O sea
justificar la validez del inmoral y corrupto sistema neoliberal vigente,
subordinado a la hegemonía estadounidense. Aquí la participación de la
izquierda junta o dividida servirá sólo para el sostén de una nueva estafa
nacional, la de un fraude mediático electoral listo a ser refrendado por la
burocracia sistémica del llamado Jurado Nacional de Elecciones - JNE. Téngase presente
que el fraude de principio a fin se inicia con el favoritismo administrativo de
la inscripción de los partidos políticos, donde esa burocracia del JNE,
debidamente persuadida, decide que organización puede participar y cual NO. En
definitiva, si la mayoría de peruanos se deja llevar por la corriente impulsada
por la concentración de los medios de comunicación encabezada por El Comercio
de una parte y La República de otra, no se podrá salir del atraso, la pobreza,
la desigualdad y menos aún se podrá recuperar la dignidad nacional.
El Perú es un país
inmensamente rico, lo sabemos desde la colonia hasta nuestros días.
Lamentablemente desde siempre ha sido saqueado y en los últimos cuarenta años
la consolidación de la oligarquía ha agrandado este saqueo y la depredación de
los recursos naturales, mostrando como éxitos un crecimiento hacia afuera de
miles de millones de dólares arrebatados a los hogares peruanos. Está
demostrado que quienes más ganan con esta manera de gobernar son las empresas
multinacionales y el capital extranjero que invierte como uno, no siempre
capitales frescos de sus casas matrices sino de la banca internacional asociada
a ellas, y luego sacan entre siete y diez veces lo invertido en pocos años,
según múltiples estudios realizados por la CEPAL; pero también ganan los
tecnócratas sin patria, los ministros y los presidentes, todos ellos
convertidos en multimillonarios de la noche a la mañana. Estos últimos son
quienes dejan hacer y dejan pasar sin importarles la patria, la nación y por supuesto
los peruanos. Y precisamente, allí tenemos a los equipos de Alan García y sus
secuaces apristas; de Keiko Fujimori, su familia, asociados y promotores; de
Alejandro Toledo y sus servicios pronorteamericanos y por último al broker
internacional Kuczynski entreguista de primera línea desde 1968, primer
gobierno de Fernando Belaúnde. O sea tenemos a los cuatro candidatos de mayor
opción según el sistema político establecido, avalados y santificados por los
medios de comunicación de esa siniestra complicidad con la corrupción que
llaman libertad de expresión.
Y si bien la corrupción ha
pasado a convertirse en un grave dilema de la sociedad peruana, con estos
cuatro actores políticos de carrera, ella trae consigo problemas mucho más
dañinos. Pues el político corrupto no sólo se llena los bolsillos con dinero que
pertenece a todos los peruanos sino que, además, entrega el país a la voracidad
de las empresas multinacionales depredadoras de los recursos naturales no
renovables. Consorcios que apenas pagan impuestos y escasos “royalties” por la
riqueza extraída, principalmente, las de la gran minería, el gas y petróleo.
Frente a esta situación la conciencia ciudadana debe despertar, no sólo en el
orden analizar a los cuatro candidatos escogidos por el sistema político que
gobierna el Perú desde hace 40 años, sino para saber que representa cada uno de
ellos, donde ya no interesaría si uno u otro es más o menos corrupto, ladrón o
inmoral, sino cómo venden el país. Empecemos analizando a la virtual candidata
Keiko Fujimori, su familia, su equipo, allegados y simpatizantes; y sobre todo
lo que ella representa, es decir, la dictadura de su padre Alberto Fujmori y su
carnal asesor Vladimiro Montesinos.
Keiko Fujimori
Alberto Fujimori, reo
sentenciado por criminal y ladrón, inició en 1990, un camino sin retorno hasta
ahora. A través del famoso “fujishock” impuso el programa del Fondo Monetario
Internacional FMI y el Banco Mundial incorporando el país al neoliberalismo del
consenso de Washington. Con esta determinación impuso una drástica disciplina
fiscal de recortes en los programas sociales de salud, educación, alimentación,
creación de empleo, etc. Además liberó de impuestos a los más ricos, privatizó
las empresas de la industria estatal y de servicios públicos en favor de las
empresas multinacionales, entregándoles la rentabilidad nacional; además, creó
una chacra para las industrias extractivas exonerando de “royalties” e
impuestos a los inversionistas por el término de diez años. Junto al abogado de
narcotraficantes y ex agente de la CIA, Vladimiro Montesinos, Fujimori ejecutó
un golpe de estado en abril de 1992 para continuar, sin fiscalización alguna,
los desmanes económicos. Enseguida maquinó una nueva Constitución del estado
obediente al sector privado nacional y extranjero, ajustada al más feroz libre
mercado del neoliberalismo. Hoy en día esta afrenta al país continúa con el
apoyo de la oligarquía. Mediante esta Constitución arrasó con los derechos
adquiridos de los trabajadores, sus conquistas sociales, la estabilidad laboral
y las libertades de organización; ejerció un control de los medios de
comunicación directa y por sobornos y siguiendo los planes del FMI de “control
de la natalidad” esterilizó a 300,000 mujeres indígenas sin que ellas lo
supieran. Se calcula que por la fiesta de las privatizaciones de las empresas
públicas debió ingresar al Erario Nacional nueve mil millones de dólares que
luego rebajaron a seis mil que tampoco ingresaron, sólo Fujimori y Montesinos
saben donde fueron a parar. También se calcula que por las exoneraciones dadas
a las empresas extractivas multinacionales, el Perú perdió más de cien mil
millones de dólares, sin considerar el valor de las riquezas exportadas,
durante los diez años de Fujimori en el poder. De ahí, que por estos desmanes
económicos y los robos directos, danza de millones de dólares, adjudicados al
presupuesto secreto del Servicio de Inteligencia Nacional SIN, Fujimori quiso
comprar el silencio de Montesinos otorgándole quince millones de dólares
mediante una ilegal “indemnización” cuando descubiertos en la gigantesca corrupción
del régimen se distanciaron.
Los hechos dolosos de los
nefastos diez años de dictadura fujimorista, como la sustracción de oro y
millones de dólares en efectivo en los varios viajes del ex presidente a Japón,
donde la familia tiene la caja fuerte, no tienen parangón en la historia. Deben
mencionarse también los vínculos con el narcotráfico, los negociados en pleno
conflicto con Ecuador y la compra de aviones que no volaban y pertrechos
militares inservibles, etc. A decir verdades, no se trata sólo de acusar a la
familia Fujimori y sus allegados de los robos habidos en el país, esa situación
es conocida, tanto que Transparencia Internacional coloca a Alberto Fujimori en
el séptimo lugar de los líderes más corruptos del mundo. De lo que se trata es
que durante la dictadura se fugaron del país más de cien mil millones de
dólares que bien administrados hubiesen servido para la educación, la salud, la
vivienda, la creación de empleo, la jubilación, la seguridad ciudadana, la
alimentación, las obras de infraestructura de carreteras, agua, desagüe y
electrificación, etc. Pues siendo un país rico no hay derecho a que la gente
viva como vive. La obligación es denunciar que la candidatura de Keiko Fujimori
con su equipo representa una forma de ver el país, la de su padre y Montesinos.
Entonces al elegirla no seremos víctimas de la desgracia sino cómplices de
ella.
Alan García
El experimento aprista de Alan
García 1985-1990 fue una catástrofe de la que las generaciones jóvenes no
tienen recuerdo. Su programa llamado el
Futuro Diferente generó una crisis económica brutal en medio del caos de la
hiperinflación (al final de su gobierno sobrepasó el 2,775 % al año) y el
genocidio como método antisubversivo. Por otra parte, la inmoralidad y la
corrupción aprista llegó a límites impensables en la historia peruana, sólo
comparables con lo que vendría después con la dupla Fujimori-Montesinos. Con el
dólar MUC y los sucesivos cambios de moneda (del Sol al Inti y del Inti al
Nuevo Sol) y los beneficios obtenidos
por los llamados doce apóstoles, los más ricos del país, socios de García, se estima una pérdida de ingresos al Estado
de veinte mil millones de dólares. Luego, la alocada nacionalización de la
banca, sin un programa realista, terminó el noviazgo con los ricos y las agencias
internacionales. En medio del desastre y la descomunal corrupción, la política
económica cayó en contradicciones insalvables de inversión e ingresos, llegando
a la recesión y a los famosos “paquetazos” como salidas desesperadas, en la práctica a un Estado en bancarrota.
Estos desbarajustes están en la memoria ciudadana: hiperinflación a niveles
astronómicos, desempleo, caída de ingresos, escasez de alimentos y productos
básicos, caos generalizado y represión.
García durante su segundo mandato 2006-2011 copió íntegramente la
política económica neoliberal de Alberto Fujimori, seguida también por
Alejandro Toledo, con la de la teoría
del Perro del Hortelano aquella de “ni
come el perro ni deja comer al amo”; entonces mató al perro para que coma
el amo. Este gobierno aprista aliado al FMI y al Banco Mundial, a todos los
organismos internacionales y las empresas extractivas multinacionales, hizo
crecer la economía al igual que Fujimori y Toledo expoliando los recursos
naturales no renovables del país. Y en medio de la corrupción generalizada de
una danza de millones de dólares, contento Alan García porque “la plata le llegaba sola” completó la
faena de vender el país a los extranjeros, inclusive a grandes consorcios
chilenos. Las estadísticas celebraron los éxitos del crecimiento, sonreían al
gobierno, mientras vastos sectores populares se comían las uñas, se hundían en
la miseria y la falta de empleo; pues en este sistema político organizado al
revés, de neoliberalismo dependiente, cuando más crece la economía más crece
con ella la desigualdad, la pobreza y la injusticia social.
La industria minera, más del
60 % de las exportaciones peruanas, tuvo un auge inesperado por el alza de los
precios en el mercado internacional; y las empresas multinacionales sin pagar
justos réditos por el negocio y casi nada de impuestos por la complicidad del
gobierno, celebraron al segundo García como antes lo habían hecho con Fujimori
y Toledo. Se calcula de forma conservadora una multimillonaria fuga de riqueza
nacional en minería que llega aproximadamente a 18 mil millones de dólares por
año o sea noventa mil millones de dólares en los cinco años del segundo mandato
aprista. Pero eso no es todo, en esta fiesta neoliberal. Alan García más que
duplicó las concesiones mineras en el país de 9.8 millones de hectáreas el año
2005 a 25 millones de hectáreas el año 2011 fin de su mandato, principalmente
en Arequipa, Puno, Cusco, Ancash y Lima, lo que significa haber entregado la
quinta parte del territorio nacional a las empresas privadas.
Sin la menor duda, la política
económica del segundo García trajo consigo los enfrentamientos sociales debido
a la descarada intervención de la industria minera en detrimento de la
agricultura y en contra de las poblaciones no consultadas para la enajenación
de sus tierras, lagunas, ríos y formas de vida. Así en diversos episodios más
de cien pobladores perdieron la vida en enfrentamientos con la represión
militar-policial. El prolongado paro en
Islay contra el proyecto cuprífero Tía María terminó con el “Moqueguazo”
durante el año 2008; el etnocidio del “Baguazo” el 2009 fue la expresión más
alta de la protesta de las comunidades afectadas. También las
movilizaciones en Espinar contra el proyecto Majes Siguas II como las
convulsiones en Puno, Huancavelica, Junín y en el valle La Convención del Cusco
por la explotación del gas, marcaron el accionar de las comunidades con cierres
de caminos, carreteras, huelgas, mesas de diálogo, etc. El crecimiento de la
delincuencia, las mafias, los carteles del narcotráfico, los indultos
presidenciales a los narcos, la enorme corrupción y la inseguridad ciudadana,
fueron a su vez factores presentes muy propios de los gobiernos de García. El
balance al final de este segundo gobierno de García es bochornoso como se
demuestra con las investigaciones de la Mega Comisión del Congreso, evadidas
por el ex presidente mediante artificios “legales” ante un Poder Judicial
dominado por la inmoralidad y la corrupción.
Como se observa, aparte del
enriquecimiento multimillonario de Alan García y sus secuaces apristas, que es
de conocimiento público, también se fugaron del país más de noventa mil
millones de dólares (exportaciones mineras sin pagos de impuestos y mínimas
regalías) que bien administrados hubiesen servido para la educación, la salud,
la vivienda, la creación de empleo, la jubilación, la seguridad ciudadana, la
alimentación, las obras de infraestructura de carreteras, agua, desagüe y
electrificación, etc. Pues siendo un país rico no hay derecho a que la gente
viva como vive. La obligación es denunciar que la candidatura de Alan García y
el vandalismo aprista representan una forma de ver el país, la de sus dos
gobiernos anteriores. Entonces al
elegirlo no seremos víctimas de la desgracia sino cómplices de ella.
Alejandro Toledo
Toledo representa la
continuidad de Fujimori, en lo económico, después de la “Marcha de los Cuatro
Suyos” y la traición a las promesas electorales de combatir la pobreza, crear
empleo, trabajar por la inclusión, la educación masiva, el mejoramiento de la
infraestructura de salud, etc. valiéndose del disfraz de “cholo sagrado” y
factor del cambio. Su alianza con el FMI y los organismos internacionales, con
las empresas multinacionales y la inversión privada, como era de esperarse
logró un crecimiento económico estable pero hacia afuera. Dentro del esquema
FMI se continuó con el desmantelamiento del Estado y las privatizaciones, la
firma de los tratados de libre comercio, principalmente con Estados Unidos, sin
prestar atención a las demandas populares. En función de los fundamentos
macroeconómicos la estabilidad del gobierno se fracturó en los aspectos
sociales. En junio 2002 se inició una protesta del Frente Amplio Cívico de
Arequipa en rechazo a la privatización de la empresa eléctrica EGASA para
venderla a la matriz belga Tractebel, esta jornada se extendió a todo el sur
peruano, Moquegua, Tacna, Cusco, Puno, lo que hizo retroceder al gobierno en su
política de rematar las empresas eléctricas de esos departamentos, a pesar de
haber declarado el estado de emergencia en la región ocasionando la muerte de
tres pobladores. Por otra parte, en abril 2004, en Ilave, Puno, una
movilización de miles de campesinos obligó a la renuncia del ministro del
Interior, Fernando Rospigliosi, por censura del Congreso, debido a los desmanes
policiales ante el asesinato del alcalde de El Collao por parte de los
campesinos y la desaparición de 19 personas.
Frente al malestar ocasionado
por la política económica del gobierno y la falta de atención a los problemas
sociales, a principios de enero 2005 el mayor del ejército Antauro Humala al
mando de cerca de 200 reservistas lideró la rebelión etnocacerista conocida
como el Andahuaylazo. Los rebeldes capturaron la estación policial de la ciudad
demandando la renuncia de Alejandro Toledo por corrupción y entreguismo a los
capitales extranjeros. También Toledo sufrió una crisis política en mayo 2003
que lo obligó a declarar el estado de emergencia en todo el país a fin de
prevenir un desborde social a consecuencia de la ola de protesta masiva y huelgas
de los maestros, agricultores, trabajadores de la salud, en demanda de mejoras
laborales y salariales; al mes siguiente junio las divergencias en las filas de
Toledo se dieron en el Congreso cuando rechazaron las medidas tributarias
planteadas por el gobierno.
Vapuleado por las marchas y
contramarchas, y la corrupción a su alrededor, Toledo llegó a tener apenas 8 %
de aprobación al final de su mandato, cuando el “mago” de la Economía de su
gobierno, Pedro Pablo Kuczynski, era ya primer ministro. Se estima que el Perú
en estos cinco años de Toledo-Kuczynski perdió cincuenta mil millones de
dólares (exportaciones mineras sin pagos de impuestos y mínimas regalías) que
bien administrados hubiesen servido para la educación, la salud, la vivienda,
la creación de empleo, la jubilación, la seguridad ciudadana, la alimentación,
las obras de infraestructura de carreteras, agua, desagüe y electrificación,
etc. Pues siendo un país rico no hay derecho a que la gente viva como vive. La
obligación es denunciar que la candidatura de Alejandro Toledo y su equipo
representa un servicio antinacional pronorteamericano. Entonces al elegirlo no
seremos víctimas de la desgracia sino cómplices de ella.
Pedro Pablo Kuczynski
PPK como se le conoce es la
condensación de toda esta política neoliberal dependiente de los centros de
poder internacional. Su presencia política en el Perú se remonta al primer
gobierno de Fernando Belaúnde 1963-1968 de cuando fue gerente de Banco Central
de Reserva y se fugó del país pagando de manera ilegal 105 millones de dólares
a la International Petroleum Company IPC, subsidiaria de la Standard Oil de New
Jersey, propiedad de los Rockefeller, luego de la expropiación decretada por el
gobierno revolucionario de la Fuerza Armada, presidido por el general Juan
Velasco Alvarado. Por ese "favor" Kuczynski fue premiado con cargos
de funcionario internacional y se convirtió en ciudadano privilegiado
estadounidense, renunciando a la ciudadanía peruana, requisito exigido por
Estados Unidos. La labor de este sujeto, desde entonces, fue, ha sido y será,
vender los recursos naturales del Perú a precio de regalo, exonerar de
impuestos a las empresas multinacionales y permitir la depredación del medio
ambiente. La trayectoria PPK, hoy multimillonario, como broker internacional se
inició en el exilio de 1968 como jefe de Planificación del Banco Mundial, banca
al servicio del FMI. Comisionista por excelencia trabaja como hombre de
confianza del sector privado multinacional. Entre 1977 y 1980 trabajó en el
sector minero entregando las riquezas de África Occidental; fue presidente del
First Boston International y director del First Boston Corporation. Socio de
Kuhn, Loeb & Co. International y presidente de Halco Mining, Inc. En
Pittsburgh. A través de los años ha sido miembro del directorio de diversas
empresas como Compañía de Acero del Pacífico (1992-1995), Magma Copper
(1995-1996) Edelnor, S.A. (1996-1999), Toyota Motor Corporation (1996-2001),
Siderúrgica Argentina (1996-2001) R.O.C. Taiwan Fund (1983-2001), Tenaris (2003-2004),
Southern Peru Copper Corporation (2003-2004) o sea TIA MARÍA y Ternium Inc
(NYSE) (2007-)
Para favorecer a las
multinacionales en 1980 fue nombrado por Fernando Belaúnde, en su segundo
mandato, Ministro de Energía y Minas; y de inmediato impulsó la ley Nº 23231
para la explotación energética y petrolera, decretando exoneraciones
tributarias a las empresas petroleras extranjeras. Luego regresó a Estados
Unidos a los cargos de costumbre hasta el triunfo de Alejandro Toledo 2001
quien lo nombró ministro de Economía y Finanzas y posteriormente Primer
ministro, en consecuencia, responsable de los actos de represión contra las
protestas sociales debido a la política económica neoliberal y los acuerdos con
el FMI.
Kuczynski es un ciudadano
estadounidense y como tal, mientras no renuncie a esa ciudadanía, debería ser
impedida su candidatura por el JNE. Sin embargo, como el JNE no va actuar de
manera honesta, la tacha principal tendrá que venir de los electores en tanto
PPK, de acuerdo a su trayectoria e intereses, es el más genuino representante
de las empresas multinacionales norteamericanas expoliadoras de los recursos
naturales no renovables y depredadoras del medio ambiente. Recordemos que enero
2011, un informe secreto revelado por Wikileaks dio a conocer que el entonces
embajador de Estados Unidos en el Perú, James Curtis Struble, consideraba a
Kuczynski un aliado fundamental de las empresas mineras en el Perú y contra de
los movimientos políticos opositores a los cambios sociales. Además, es un candidato
de corte racista contra los pueblos del Perú, tanto que en una conferencia
organizada por Global Crossing en Lima en el 2006, Kuczynski se refirió a los
opositores del Tratado de Libre Comercio Perú-Estados Unidos de la siguiente
manera: «Esto de cambiar las reglas, cambiar los contratos, nacionalizar, que
es un poco una idea de una parte de los Andes, lugares donde la altura impide
que el oxígeno llegue al cerebro, eso es fatal y funesto»
Conclusiones
El Perú es un país inmensamente rico, tiene un mercado potencial
gigantesco pero un mercado real muy pequeño, menoscabado por la pobreza y el
bajo nivel de los ingresos de la mayoría. La única manera de cambiar esta
realidad consiste en conocerla en detalle, condición básica para interpretar el
significado de las cuatro candidaturas impuestas por el sistema político
vigente y los monopolios de los medios de comunicación brindando información
distorsionada y manipulatoria. La Fuerza Armada mantiene ese orden de grandes
contingentes de trabajadores desocupados, mansos y baratos, no hay nada más
ordenado que los rebeldes enterrados.
Se enfrenta un capitalismo salvaje y despiadado, donde el gran
desarrollo industrial y tecnológico de las grandes potencias industriales se
alimenta del subdesarrollo nuestro y de la servidumbre de la nación dirigida
por políticos corruptos, inescrupulosos y amorales. Los juicios de la memoria
son subversivos, sugieren un camino diferente y a su vez un proyecto de futuro
sin caer en el facilismo de elegir por enésima vez el llamado “mal menor”
sabiéndolos a todos iguales.
El sistema político vigente debe ser cambiado de raíz ¿o acaso
estamos atrapados sin salida? A diez meses de las elecciones generales, la
mayoría nacional tiene la posibilidad de rechazar a las cuatro candidaturas de
la corrupción y la subordinación al poder hegemónico del neoliberalismo
globalizado. ¿Por qué la sociedad peruana rodeada de pobreza y falta de trabajo
debe pagar la vida de opulencia, consumismo y comodidad de los países
industrializados? Países hermanos como Ecuador y Bolivia están en el esfuerzo
liberador con éxitos sociales innegables, ambos se sacudieron de los políticos
tradicionales de la oligarquía y ahí van.
La primera mayoría peruana es de izquierda y apuesta por el cambio radical,
recuérdese la votación del hoy felón Ollanta Humala que alcanzó 31.6% contra
23.5% de Keiko Fujimori en la primera vuelta; ese caudal está presente y,
desengañado, en plena reconstrucción de una alternativa de Poder Popular. No
hay mucho tiempo para organizar la gran convergencia democrática y unitaria que
se juegue por el poder. IZQUIERDA
ACOMPAÑANTE DE LA DERECHA NUNCA MÁS.
*Poeta y escritor peruano
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