LA CORRUPCIÓN NO CAMBIA |
AUGUSTO ALVAREZ RODRICH
La estrategia del Congreso
para evitar reforma política.
Manteniendo invicta su
capacidad de errar, el Congreso ha aprobado con una contundente mayoría –97
votos a favor, ninguno en contra y diez abstenciones–, como para que no quede
duda de su equivocación, una norma para impedir la reelección de presidentes regionales
y alcaldes.
La norma aún puede ser
–felizmente– detenida, pues necesita ser ratificada en la próxima legislatura,
que es lo que se debe evitar, pues lo que han hecho los congresistas es aprobar
una iniciativa efectista frente a la justificada debacle moral que enfrentan
ante la opinión pública.
Esta norma apunta a corregir
un problema no significativo, porque la reelección de autoridades locales y
regionales no es, a diferencia de otros países, frecuente en el Perú.
El experto en temas electorales,
Fernando Tuesta, acaba de recordar que de los cien presidentes regionales
elegidos entre los años 2002 y 2014, solo doce fueron reelegidos.
Por su parte, el politólogo
Eduardo Dargent citó ayer en esta página un artículo de Beatriz Córdova y José
Incio que revela que en los años 2006 y 2010 cerca del 60% de los alcaldes
provinciales y distritales buscaron la reelección pero con escaso éxito: en el
ámbito distrital solo la consiguió el 35% en los dos procesos, y en el
provincial únicamente el 22% en el 2006 y 28% en el 2010.
Esta norma va a impedir el
aprovechamiento de la experiencia y la continuidad de planes para períodos que
son breves, y no apunta al problema central que es destacado por Fernando
Tuesta: “La carencia efectiva de controles políticos y administrativos sobre
las autoridades”.
Otro argumento de nuestros
ilustrados congresistas para apoyar esta norma es evitar la corrupción, lo cual
es una tremenda tontería porque supone que el ladrón se vuelve ladrón a la
segunda vez y no lo era desde el inicio. Dargent comenta que, si se aprueba la
norma, lo único que ocurrirá es que los corruptos se apuren en robar desde el
saque.
Debieran recordar los
congresistas, en este sentido, que el problema principal del Parlamento no
radica en los que repiten el plato sino en los que recién llegan, que es donde
abundan los mediocres y corruptos.
Curiosamente, los congresistas
buscan prohibir la reelección de alcaldes y presidentes regionales pero la de
ellos, ni hablar del peluquín, porque,
con el bolsillo, no se juega.
Los parlamentarios han votado
una norma efectista para eludir la reforma política profunda que requiere el
país para empezar a pensar que no somos gobernados por una manga de corruptos y
mediocres.
Hay que parar esta norma y
exigirle al Congreso la reforma política de verdad que quiere evitar.
COMENTARIO PERSONAL
Esta nueva norma no solucionará el verdadero problema de la corrupción. Pareciera que con esta medida se pretende proteger este problema. La corrupción existe y existirá hasta que no se tomen "medidas drásticas" contra los que permiten la impunidad, es decir contra los responsables del Ministerio Público y del Poder Judicial que encubren a los delincuentes.
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