martes, 21 de octubre de 2014

YANACONCHA

Un reciente informe de investigación realizado por Raúl Wiener y Juan Torres explica por qué a pesar de que la empresa minera de oro más importante del Perú, y una de las más importantes del mundo, Yanacocha S.R.L., ha tenido ingresos de más de mil cuatrocientos millones de dólares en el 2013, pero no ha pagado un solo centavo como impuesto a la renta por ese periodo tributario.
Wiener y Torres en el informe llamado “La Gran Minería: ¿paga los impuestos que debería pagar? El Caso Yanacocha” disponible electrónicamente en http://goo.gl/gXojsa  demuestran, con información de la propia empresa – compilada minuciosamente durante años – y de instituciones públicas, que Yanacocha ha eludido el pago de aproximadamente 137 millones de dólares que debió pagar como impuesto este año por los beneficios obtenidos el año pasado.
¿Cómo lo hicieron?
Fácil. De los 1,487 millones de dólares que registran como (a) ingresos provenientes de la venta del mineral de todos los peruanos, descontaron 1,148 millones como (b) costos de ventas y gastos de operación. Hasta allí y sin tomar en cuenta los serios cuestionamientos de sus elevados costos en comparación con los que tiene otra minera de características parecidas también en el Perú (Barrick en Áncash), quedaban algo de 476 millones de dólares como utilidad (a-b). Eso debió originar el impuesto arriba señalado.
Pero en ese punto viene una operación contable que ha debido ser cuestionada por la SUNAT y que sin duda le agregará para siempre la letra “N” al nombre de la empresa propiedad de Newmont, Buenaventura y el IFC del Banco Mundial. Se trata de un rubro llamado “deterioro de activos de larga duración” en donde YanacoNcha, descuenta de sus beneficios más de mil millones de dólares, con lo cual le queda una pérdida neta de 562 millones de dólares. Así, al no haber ganancias – al menos en la contabilidad – tampoco hay impuestos.
Wiener y Torres se preguntan entonces ¿cómo se puede producir en un año una depreciación súbita de tal magnitud? La respuesta que encuentran es que YanacoNcha ha cargado a sus propias cuentas, los costos de su inversión en Conga, pero antes de pagar impuestos por sus utilidades.
Y claro, la empresa tiene derecho a hacer lo que quiera con su renta, pero no tiene ningún derecho a utilizar una ficción contable para meterse al bolsillo los impuestos que pertenecen al Estado.
¿No era acaso que la gran minería garantizaba el desarrollo del Perú con los impuestos que pagaba? ¿No era que si promovemos más minería podríamos hacer frente a la desaceleración que vive nuestra economía? ¿No era que todas las denuncias, protestas y reclamos que generaba la acción de YanacoNcha eran simples manipulaciones de dirigentes izquierdistas?
Lo único cierto es que para un Estado que quiere vivir de la minería, esto es una bofetada con manopla. YanacoNcha debe transparentar todas sus cuentas y demostrar si los investigadores se equivocan. Al menos un gobierno serio exigiría eso. Pero en el Perú de los lobbys, es más fácil que llueva leche.
DIARIO UNO: http://diariouno.pe/columna/yanaconcha/

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