Un reciente informe de investigación
realizado por Raúl Wiener y Juan Torres explica por qué a pesar de que la
empresa minera de oro más importante del Perú, y una de las más importantes del
mundo, Yanacocha S.R.L., ha tenido ingresos de más de mil cuatrocientos
millones de dólares en el 2013, pero no ha pagado un solo centavo como impuesto
a la renta por ese periodo tributario.
Wiener y Torres en el informe
llamado “La Gran Minería: ¿paga los impuestos que debería pagar? El Caso
Yanacocha” disponible electrónicamente en http://goo.gl/gXojsa
demuestran, con información de la propia
empresa – compilada minuciosamente durante años – y de instituciones públicas,
que Yanacocha ha eludido el pago de aproximadamente 137 millones de dólares que
debió pagar como impuesto este año por los beneficios obtenidos el año pasado.
¿Cómo lo hicieron?
Fácil. De los 1,487 millones
de dólares que registran como (a) ingresos provenientes de la venta del mineral
de todos los peruanos, descontaron 1,148 millones como (b) costos de ventas y
gastos de operación. Hasta allí y sin tomar en cuenta los serios
cuestionamientos de sus elevados costos en comparación con los que tiene otra
minera de características parecidas también en el Perú (Barrick en Áncash),
quedaban algo de 476 millones de dólares como utilidad (a-b). Eso debió
originar el impuesto arriba señalado.
Pero en ese punto viene una
operación contable que ha debido ser cuestionada por la SUNAT y que sin duda le
agregará para siempre la letra “N” al nombre de la empresa propiedad de
Newmont, Buenaventura y el IFC del Banco Mundial. Se trata de un rubro llamado
“deterioro de activos de larga duración” en donde YanacoNcha, descuenta de sus
beneficios más de mil millones de dólares, con lo cual le queda una pérdida
neta de 562 millones de dólares. Así, al no haber ganancias – al menos en la
contabilidad – tampoco hay impuestos.
Wiener y Torres se preguntan
entonces ¿cómo se puede producir en un año una depreciación súbita de tal
magnitud? La respuesta que encuentran es que YanacoNcha ha cargado a sus
propias cuentas, los costos de su inversión en Conga, pero antes de pagar impuestos
por sus utilidades.
Y claro, la empresa tiene
derecho a hacer lo que quiera con su renta, pero no tiene ningún derecho a
utilizar una ficción contable para meterse al bolsillo los impuestos que
pertenecen al Estado.
¿No era acaso que la gran
minería garantizaba el desarrollo del Perú con los impuestos que pagaba? ¿No
era que si promovemos más minería podríamos hacer frente a la desaceleración
que vive nuestra economía? ¿No era que todas las denuncias, protestas y
reclamos que generaba la acción de YanacoNcha eran simples manipulaciones de
dirigentes izquierdistas?
Lo único cierto es que para un
Estado que quiere vivir de la minería, esto es una bofetada con manopla.
YanacoNcha debe transparentar todas sus cuentas y demostrar si los
investigadores se equivocan. Al menos un gobierno serio exigiría eso. Pero en
el Perú de los lobbys, es más fácil que llueva leche.
DIARIO UNO: http://diariouno.pe/columna/yanaconcha/
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