Sandro Ubaldo Bravo Montoya |
ESTA ES SOLO UNA DE LAS 5,500
"GRACIAS DIVINAS" QUE LE DIO ALAN GARCÍA A LOS PEORES DELINCUENTES
DEL PAÍS Y ENCIMA SE HACE LA VÍCTIMA DICIENDO QUE HAY UNA "PERSECUCIÓN
POLÍTICA" EN SU CONTRA, TREMENDO SINVERGUENZA:
DIARIO 16
Una noche de abril del 2009,
de esas en que el ‘compasivo’ presidente Alan García consultaba "con
Dios" sus conmutaciones e indultos, un monstruo recién liberado por él
pasaba sus primeras horas en las calles. Poco después, Sandro Ubaldo Bravo
Montoya, condenado a 5 años por robo que salió en libertad un año antes, ya
había agregado otro delito a su expediente: la violación.
“No fue algo que viniera de
mí. En el penal nos dijeron que los que ya tenían la mitad de su condena que se
presenten (…) Simplemente me dieron un formulario para llenar. La cosa fue
inesperada”, recuerda el delincuente desde su actual celda en el penal de
Huaral al periodista del semanario Hildebrandt en sus trece.
En el artículo periodístico se
narra que el 6 noviembre del 2009, "Ana", una policía de tránsito,
abordó un taxi con su hijo de 4 años, en Breña. La carrera era al nido de su
pequeño, en San Juan de Lurigancho. El chofer, Bravo Montoya, tomó rutas
desoladas hasta que, tras el reclamo de "Ana", se detuvo
intempestivamente en una zona solitaria y le gritó "¡Así que te gusta
tratar mal a la gente, hija de puta!". Luego de revisarla y de robarle 3
mil 500 soles, el falso taxista quiso abusar de ella frente a su hijo, mientras
la amenazaba con un arma. Afortunadamente, el acto no se llegó a consumar.
Tan solo 16 días después de
atacar a “Ana”, este 'monstruo de la conmutación’ de García volvió a intentar
abusar de una mujer, esta vez una joven contadora de 23 años, también en las
inmediaciones de Breña y el Centro de Lima. Le robó su celular y dinero, y por
alguna razón la arrojó a la pista y se marchó, no sin antes tocarle las partes
íntimas.
Lo increíble es que la
resolución que lo liberaba se justificaba en “las condiciones de progresión en
el tratamiento penitenciario de los internos solicitantes”. E iba firmada por
Alan García.
“Ya perdiste, maldita”
La consumación de sus bajos
instintos no esperaría muchos días más. A "Cecilia" la obligó a
hacerle sexo oral el 18 enero del 2010. Ella había tomado el taxi en la Plaza
de la Bandera y se dirigía al centro de Lima, pero Bravo Montoya la llevó por
calles estrechas hasta la espalda del colegio Mariano Melgar.
Allí la redujo cogiéndola del
cabello y amenazándola con llevarla a otro automóvil en el que esperaban sus
secuaces. “Ya perdiste, maldita perra”, le dijo antes de abusar de ella.
El 12 de febrero del 2010, la
instructora de la Cruz Roja, Martha Loayza Flores, luego de ser robada por el
falso taxista, se salvó de que le hiciera algo más porque lo llamaron al
teléfono sus secuaces, que preparaban otro asalto. “Tienes suerte”, le dijo el
monstruo antes de arrojarla al pavimento. Dos semanas después volvería a ser
arrestado.
Bravo Montoya, monstruo
conmutado por la “compasión y comprensión” de Alan García, está hoy condenado a
25 años de prisión. Él no le da mucha importancia al tema. “¿A quién no le
gustan las mujeres?”, dice sin una pizca de vergüenza.
La frase:
“He trabajado miles de horas
durante cientos de noches solamente con el secretario del Consejo de Ministros
para revisar los expedientes” - Alan García, respecto a sus gracias
presidenciales.
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